Fue el primer español en recibir el
premio Global 500 de la ONU, por su defensa de la naturaleza. Escritor, periodista,
director de cine documental, conferenciante y agricultor, se confiesa un enamorado de este
planeta, de la vida y de sus semejantes. Cree en la inteligencia del ser humano y critica
aquello que esquilma la naturaleza.
"La nueva Ley
del Suelo es probablemente la mayor puñalada trapera que se le ha dado al medio ambiente
en nuestro país"
"Estoy
completamente convencido de que habrá clonación humana"
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Cuando una se
encuentra ante un ecologista tan activo como Araújo, no puede dejar de pensar en las
especies en extinción, la deforestación del Amazonas, la desaparición de espacios
verdes... ¿Es posible aún dar marcha atrás?
"Estoy totalmente convencido. No puedo renunciar a creer que tendremos capacidad de
reacción y que vamos a ser inteligentes. Y la mejor definición de la inteligencia es la
que anticipa, la que asegura porvenires".
-¿Podría evaluar estos casi
cuatro años de política del Ministerio del Medio Ambiente?
-Es muy lenta, creo que sólo ha consolidado una nueva Ley del Suelo que
además es probablemente la mayor puñalada trapera que se le ha dado al Medio Ambiente en
nuestro país. Y para colmo ha salido con connotaciones ambientales y con muy poco
diálogo, muy poca capacidad de enlazar con la sociedad. Me parece muy decepcionante la
actuación política de Medio Ambiente.
-La situación actual en Doñana, ¿es tan trágica como
aseguran los ecologistas, o tan simple como la describe el Ministerio?
-El desastre de Doñana estaba más que anunciado, comenzó hace muchísimos
decenios, y se plasmó en una tajante herida que sí le afectó. El desastre de Doñana es
no rectificar en serio, y salvarlo significa vincular el origen de la cuenca hidrográfica
de la orilla derecha del Guadalquivir, con todo lo que supone, con todas las actividades
sociales y económicas de la comarca. Hay que ser inteligentes y proteger los espacios
naturales, porque esa es la mejor forma de protegernos a nosotros mismos. Las cosas hay
que llevarlas a esos términos.
-¿Qué opina de la fusión de los ecologistas españoles
en la nueva plataforma Ecologistas en Acción?
-Me parece un buen síntoma de madurez, algo que yo perseguí durante casi
catorce años de mi vida y no lo conseguí, probablemente porque me anticipé al tiempo.
Personalmente no puedo por menos que felicitar a esa coordinación de casi 300 grupos
ecologistas porque sin duda va a convertirse -junto con la extraordinaria eficacia de
Greenpeace, el buen acierto del Consejo Ibérico, de la Sociedad Española de Ornitología
y de WWF Adena-, en una de las cinco grandes organizaciones de nuestro país, que son el
exponente clarísimo de una sociedad que va en auge y practica la ecología con más rigor
y acierto.
-Por primera vez el hombre se está saltando las reglas de
la naturaleza con los avances que se están haciendo en genética: clonación,
hibridación... ¿qué final le augura a esta historia?
-Esto debería tener también un final feliz, como todos los aspectos de la
degradación ambiental, lo que pasa es que haber desentrañado algunas de las reglas más
íntimas y secretas del funcionamiento de la vida, otorga al ser humano una capacidad de
destrucción prácticamente ilimitada, infinitamente superior a la de la energía nuclear.
Yo creo que sí debemos de tener ese conocimiento, pero todavía el ser humano no ha
conseguido inventar de forma práctica lo que limite su potencial uso de los conocimientos
que tiene. Yo no puedo vetar el conocimiento, pero me aterra saber que se hará uso de
él. Yo estoy completamente convencido de que habrá clonación humana. Y la habrá porque
hay quien la quiere y la puede utilizar, y hay quien quiere y puede pagarla. Y en el
momento en el que haya clonación humana -de aquí a diez años- la traición a la
condición humana estará absolutamente perpetrada.
-Como agricultor, ¿plantaría vegetales transgénicos?
-No, en absoluto. Yo soy un agricultor ecológico, y tengo precisamente una enorme pelea
por conservar las variedades genéticamente sostenibles a lo largo del tiempo. Porque
además la manipulación genética busca lo de siempre: altos rendimientos en poco espacio
y en poco tiempo. A mí la naturaleza me parece una alianza del tiempo, el espacio y la
creatividad artística. Y los productos transgénicos me parecen un atentado a la belleza
del mundo. |