Vamos a la cocina. Ponemos el salmón ahumado y el hervido (éste último convenientemente despellejado y desespinado, claro), junto con el aceite y el zumo de los limones en una batidora.

Pero primero fui a Inglaterra y claro, el problema que tenía era el idioma y como andaba mal de dinero encontré un sitio donde me cobraban cincuenta pesetas por hora de clase. Pensé que si era tan barato los profesores debían de ser un poco malos, pero llamé al timbre:
-Hola, ¿es aquí donde enseñan inglés?
-If, if, between, between.
No me sirvió de mucho porque en Londres entré en una farmacia preguntando:
-¿Hay ampollas?
Y el dependiente me contesta muy cortésmente:
-Good morning, mister Pollas.

Se salpimenta y se pica todo junto muy finito. El magma resultante se deja al menos dos horas en la nevera y se corta luego en forma de croquetas de buen tamaño.

También estuve en Afganistán, pero marché enseguida porque tuvimos un terremoto tan violento que antes de salir de la cama el código postal había cambiado cuatro veces. Así que nos fuimos a China. Un país muy distinto, fijaros que allí las lápidas son las mujeres que corren mucho... Pero lo que me sorprendió fue cuando entré en un concesionario de Renault y me encuentro a un chino y una china que estaban haciendo un Clio...

Aparte se mezclan los yogures con el comino y el curry, aderezando al gusto. Se sirven tres croquetas por comensal acompañadas de un poco de salsa de yogur. Se decora con hojas de lechuga y, sobre las croquetas, cebollino picado.