Como en todo trabajo serio, he ido recientemente a un congreso de
chistes (otra vez iré a otro de recetas) y he traído una muestra de lo que allí se
hablaba. Había muchas clasificaciones, por ejemplo los padres que no se fijan mucho en
los hijos:
-Papá, papá ¿algún día seré soldado?
-No te preocupes, si te rompes ya te llevaremos al chapista.
Comenzaremos por el caldo vegetal, hervimos un par de minutos el salmón y las gambitas.
Tiene que quedar medio crudo, luego se acaba de hacer en el horno.
Otros que se llevaban mucho son los de malentendidos con los médicos:
-¿Vd. ha tenido bronquitis?
-Sí, todos los días con mi mujer.
Desmigamos el pescado, quitando las espinas y la piel, y lo mezclamos con las gambas y un
par de cazos de bechamel. Dentro del anterior apartado, también recuerdo este:
Va una señora con su hijo al médico y le dice:
-A ver, ¿qué es lo que le pasa?
-Pues que no tiene padre.
-Oiga, ¿y usted a mí que me cuenta?
-Es que me han dicho que por 5000 pts usted lo reconoce.
Bañamos con bechamel el fondo de una fuente que pueda ir al horno, colocamos encima una
placa de lasaña y la cubrimos con parte de la mezcla y unos espárragos a lo largo. Se
coloca encima otra placa de lasaña, parte de la mezcla, más espárragos... así hasta
que se nos acaben...
Pero yo creo que la inocencia de los niños fue la protagonista:
-¡¡¡Papá, papá!!! ¿Dios es hombre o mujer, blanco o negro?
-No es nada de eso hijo, dios no es nada de eso.
-¡Ah! Entonces dios es Michael Jackson
O aquel que entran dos niños en una sala de partos y ven que el doctor le daba una
palmada al recién nacido...
-Mira como le pegó...-dijo uno
-Se lo merecía, ¡¡mira dónde se había escondido!!
Lo cubrimos todo muy bien con el resto de la bechamel, espolvoreamos con queso rallado,
lo cubrimos con papel de aluminio y lo metemos media hora en el horno precalentado; pasado
este tiempo, quitamos el papel de aluminio y lo dejamos hacer un cuarto de hora más. Si
es necesario, al final se gratina un poco. Un saludo y hasta el próximo mes.. -/ El
Cuñao