Microsoft no se ha conformado sólo con el pastel de los sistemas operativos, sino que también ha creado las aplicaciones más utilizadas por el usuario de a pie, el Word (procesador de textos), el Access (base de datos), la Excel (hoja de cálculo), etc... todo ello nos introduce en un entorno más cómodo, homogéneo, práctico y útil al saber que cualquiera -sea de Soria o de Australia-, puede disponer de las mismas herramientas, por lo que el intercambio de información es especialmente fácil.
Con este panorama, cualquier empresa de software tiene muy claro para qué sistema operativo creará su programa si quiere un mercado amplio. La prueba está en la carta que las veintiséis primeras empresas del mundo han enviado al Departamento de Justicia de EE.UU. para que no interfiera en el lanzamiento del Windows 98.

Pero si todo son ventajas y facilidades ¿dónde está el problema? Quizá en que el usuario no tenga nada que aportar y sólo deba acomodarse a los dictados de un solo hombre. Nos llama la atención cuando oímos que el 94,1% de los ordenadores de nuestro planeta utiliza como sistema operativo alguno de la marca Microsoft, y que además en el otoño pasado Bill Gates invirtió 150 millones de dólares en Apple Computer curiosamente el 5,9% que le falta.
Aunque los ojos del "Gran Hermano" también están puestos en el mundo de las comunicaciones, en el gran cambio y revolución que aún está por llegar: el control sobre los cientos de canales de televisión interactiva, la compra de cualquier producto desde nuestro hogar, el mundo del ocio y los juegos, o el acceso a cualquier información desde nuestra casa...

Se cree que Microsoft se ha gastado entre cuatro y cinco billones de dólares en comprar o aliarse con todas las empresas pioneras en el mundo de las comunicaciones y la era digital, en los dos últimos años la compañía ha absorbido a treinta y siete empresas en este campo. Como muestra sirva la compra de WebTV Networks, con lo que se asegura la hegemonía en la forma de conexión a Internet de los televisores en la próxima época. No importa ya si serán los ordenadores o la televisión los que ganeis la carrera sobre Internet, Gates ya ha tomado posiciones en ambos sectores y escucha únicamente la opinión de los consumidores.

Esta es su Ley: Todo lo que Microsoft no es capaz de mejorar, lo compra y lo transforma. Todo vale. Para llegar a ser el modelo a seguir, a Microsoft no le importa no proteger en exceso sus programas para impedir las copias ilegales, rebajar precios e incluso regalar sus programas.

Su actividad no se centra sólo en una línea empresarial, sino que se extiende en muchos terrenos, en definitiva en todo lo que puede circular por la Red. Vídeos y música, comprando o participando en múltiples productoras de Hollywood, etc. El 5 de mayo, la empresa CMP compró la relevante revista Byte. Ahora CMP publica la revista Windows Magazine (cuyo título lo dice todo). Ciertos analistas piensan que el objetivo principal de la adquisición era la lista de suscriptores de Byte (unos 500.000). También está interesado en editoriales y juegos multimedia creando los estándares para ellos. Persigue empresas basadas en el comercio electrónico con venta de billetes, reservas, coches... Gates mira al futuro y compra.

Pero no sólo las habilidades en el software y su capacidad de marketing han llevado a Microsoft a conseguir el liderazgo, también se les acusa de tener tácticas ilegales y poco competitivas que le han llevado ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos para ver si ha infringido la Ley anti-trust (anti-monopolio) de esta nación.
Los fiscales que actúan contra Bill Gates reclaman la exclusión del navegador Internet Explorer de Microsoft en el Windows 98, pero la compañía alega que están fusionados y que se trata de una solución para dar facilidades al usuario y navegar o manejar aplicaciones desde el mismo interface o, por el contrario, la inclusión de su competidor directo el Netscape Navigator en su nuevo sistema operativo.
La polémica está servida, se abre una batalla legal que algunos prevén puede permanecer durante años ante los tribunales, como sucedió con demandas parecidas contra IBM (1969-1982) y contra la empresa de telefonía ATT (1974-1982).

No importa ya si serán los ordenadores o la televisión los que ganen la carrera sobre Internet, Gates ya ha tomado posición en ambos sectores y escucha únicamente la opinión de los consumidores.