Según la Astrología Esotérica, cada ser humano responde a las radiaciones cósmicas de acuerdo a su nivel de evolución. Cada constelación y cada planeta emiten determinados tipos de radiaciones según sea su esencia, y todo ser humano reacciona a este impacto energético de forma distinta.

Los padres de la psicología moderna Sigmund Freud y Carl Gustav Jung aportaron al mundo una concepción distinta del hombre. Desde la genialidad de Freud, padre del psicoanálisis, que mostró la existencia de una parte del hombre que se negaba a aceptar el mundo del deseo, hasta la imagen optimista que aportó Jung, apoyándose ocultamente para sus trabajos en la astrología y en el esoterismo en general, mostrando al hombre como una Unidad.
Jung estableció la existencia de cuatro funciones psíquicas en cada hombre: pensar, sentir, intuir y percibir, que a su vez están incluidas dentro de dos grupos: racionales e irracionales.
Para Jung, el pensar y el sentir son funciones racionales porque trabajan con estimaciones. El pensar actúa por medio del conocimiento, desde el punto de vista de verdadero o falso. El sentir valora por medio de emociones, desde el placer o el displacer. Mientras que la percepción y la intuición son consideradas funciones irracionales, ya que no trabajan con juicio sino con percepciones.

Pensar es aquella función que, mediante relaciones intelectivas y consecuencias lógicas, intenta comprender el mundo. La ciencia actúa a través de esta función mediante el método de ensayo y error, mientras que los parámetros sobre los que trabaja la mente son verdad y error.
Sentir es la función que capta el mundo valorándolo mediante los pares de opuestos agradable y desagradable; es el mundo emocional del placer y el dolor, de la aceptación y el rechazo, del amor y el odio, etc.; en general, de los pares de opuestos emocionalmente enfrentados.
La percepción se basa en la captación de la realidad a través de los sentidos de los órganos físicos. La percepción es el sentido de la realidad física.
La intuición es una función en la que se percibe pero sin emplear órganos externos. La facultad que se emplea es la percepción interna, inconsciente.
La verdadera intuición supone la conexión de nuestro cerebro físico con nuestro Yo superior a través de la mente.

Jung resume las cuatro funciones de la siguiente forma: "Un objeto es percibido como algo que existe (sensación); es conocido como esto y diferenciado de aquello (pensamiento); es valorado como agradable o desagradable (sentimiento); y finalmente la intuición nos dice de dónde viene y adónde va".

Los cuatro tipos astrológicos
Aire, Agua, Tierra, Fuego.

Aunque no existe ninguna prueba de que Jung se hubiera basado en la astrología para extraer su teoría de los tipos psicológicos humanos, lo que sí es cierto es que las cuatro funciones del consciente se corresponden directamente con el Fuego, Aire, Agua y Tierra.
Así, en el hombre de Aire se manifiesta un predominio del pensamiento, en el de Agua prevalece la función del sentimiento, en el de Tierra la percepción y en el hombre de Fuego la intuición.

La Proyección

En psicoanálisis el término proyección se entiende como el mecanismo por el cual un individuo se libera de ciertas tendencias instintivas, afectivas o mentales de tipo personal que resultan penosas o intolerables, proyectándolas en los demás. Es una clase de autodefensa psíquica que denota incapacidad de enfrentarse a uno mismo. A través de este mecanismo psicológico la otra persona se convierte en el chivo expiatorio de todo aquello que hay de negativo en nuestro inconsciente, de todo aquello que no queremos aceptar en nosotros mismos.

Este proceso es mucho más común de lo que normalmente se cree. En realidad, cuando no podemos enfrentarnos con las consecuencias de nuestros propios actos, la tentación de buscar un culpable resulta un inconsciente respiro momentáneo que, con el tiempo, puede convertirse en algo más serio. Psíquicamente hablando, esta actitud puede ocasionar unas enfermedades psíquicas graves tales como la paranoia, la megalomanía e incluso la locura, y se deben a la incapacidad de aceptar como propios los errores cometidos.
Lo que ocurre en el fenómeno de la proyección es el hecho de que el ser humano no soporta la realidad de lo que él es, y para eludir esa verdad inventa una novela en la que él mismo interpreta el papel de mártir y no de villano, para que las culpas recaigan en los demás.

Evolución psíquica del hombre

Según la ciencia iniciática, el hombre es un ser compuesto de Personalidad, Alma y Espíritu, y su labor aquí en la tierra consiste en desarrollar y expresar las cualidades correspondientes a estos tres estados.
La personalidad o yo inferior está formado por tres cuerpos: el cuerpo físico, el cuerpo emocional y el cuerpo mental inferior.

El Alma se manifiesta en el hombre a través de la Mente superior o mente abstracta.
El Espíritu, esotéricamente denominado Mónada, contiene las tres cualidades superiores: Voluntad-Poder, Amor-Sabiduría e Inteligencia activa.
La mente concreta es la herramienta para aprender las leyes de la naturaleza, del mundo físico. Se construye vida tras vida computando las distintas experiencias. La mente concreta sólo informa del mundo concreto y si se enfoca sólo en la forma conduce inevitablemente al materialismo.
Los cuerpos astral y mental están interrelacionados. Según sea el caso, diremos que la mente controla al sentimiento o bien de que la mente es usada para satisfacer el deseo. La diferencia esencial entre mente y sentimiento está en que la mente trabaja con parámetros de Verdad y Error y el sentimiento se basa en Placer y Dolor.

La fase actual evolutiva del hombre implica un trabajo de conocimiento y control de los tres cuerpos inferiores: físico, emocional y mental concreto. Cuando un ser humano logra someter los tres cuerpos inferiores a un autocontrol nos encontramos con una persona fuerte, integrada y autoconsciente. Como consecuencia la atracción e interés por la materia empieza a disminuir y surge la necesidad de empezar a pensar en las causas que existen detrás del mundo objetivo; comienza pues a pensar abstractamente entrando en el mundo de las leyes universales. De esta forma comienza a integrarse en otro mundo, un mundo donde la base es la conciencia grupal, donde comprende que su cuerpo está regido por las mismas leyes que un átomo o un sistema solar y que todo funciona bajo unas mismas leyes superiores.

Entonces comienza realmente un nuevo viaje, la aventura más apasionante, el encuentro y descubrimiento de uno mismo.