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PSICOLOGIA Y SOCIEDAD

POR RAQUEL BUZNEGO CUETO

PREVENCION DE DROGAS

Los padres deben mantener una actitud de ayuda, tal como han manifestado, pero sin concesiones, ya que los altibajos emocionales pueden acontecer constantemente.

PSICOLOGIA Y SOCIEDADCon las drogas ocurre como con los accidentes, siempre creemos que es algo que les ocurre a los demás pero, en ocasiones, la vida se torna aversiva y cuando menos esperamos nos encontramos con un amigo metido hasta el cuello en el asunto, con un hermano o con un hijo. Comenzamos entonces a preocuparnos, a sentir que el mundo entero se nos viene encima y a vagar desconsoladamente en busca de alguna solución.

Hace unos días me encontraba de compras cuando coincidí con la madre de un joven que, por circunstancias, conocí hace algunos años, por aquel entonces el chico era un niño modelo, buen comportamiento y buenas notas; actualmente cursa COU pero ha decidido dejarlo, hasta tal punto que se ha dado de baja oficialmente. La madre ya había sido citada, al menos en dos ocasiones, porque su hijo faltaba reiteradamente a las clases. La situación familiar se presenta difícil, angustiosa y tensa puesto que el chico no tiene intención de estudiar ninguna otra cosa y tampoco quiere trabajar; a la menor presión amenaza con marcharse de casa.

El asunto me pareció muy serio pero no pude hacer otra cosa que escuchar y alentar a la pobre mujer para que siguiera intentando que su hijo se mantuviera ocupado. No di mi opinión porque nadie me la pidió y tampoco podría haberla dado sin más datos pero el asunto parece apuntar al consumo de drogas u otros hábitos poco salubres.

¿Cómo detectar el consumo de drogas en sus inicios? Cuando un joven consume drogas su comportamiento se va transformando totalmente, su rendimiento en los estudios es escaso o nulo y puede que los abandone sin explicaciones coherentes, su comportamiento alimentario también cambia, tiene poco apetito y adelgaza, presenta además un comportamiento apático y huidizo, rompe la comunicación con sus padres, se ausenta del hogar de forma injustificada, tiende a ocultar a los amigos e incluso pueden faltar cosas de valor en el propio domicilio.

Los padres, generalmente, atribuyen estas conductas a cambios pasajeros y se autoengañan hasta que ello es posible; probablemente cuando se percatan de la situación es ya difícil salvar al joven de su carrera adictiva.

Es absolutamente necesario no prolongar de forma indefinida la etapa de sospechas, si hay motivos objetivos para pensar que algo está ocurriendo, sea lo que sea, conviene formarse acerca de los signos que evidencian actitudes extrañas o novedosas. Un buen método consiste en reflejar por escrito cada una de las cosas que susciten atención, conviene informarse, bien sea a través de un profesional o a través de lecturas apropiadas, de las posibles causas que pueden estar tras los signos recogidos y una vez que las sospechas parezcan fundadas se procederá a abordar el problema.

La etapa de observación y registro de signos, así como la de información no deben prolongarse excesivamente puesto que el tiempo es absolutamente determinante a la hora de atajar una posible adicción.

Es el momento de abordar el problema con el joven. Se buscará el tiempo oportuno y el lugar oportuno, es un paso de crucial importancia porque se ha de trasmitir comprensión y disposición de ayuda incondicional, no es el momento de censuras ni de balances.

Al chico le ha de quedar bien claro que el problema va a ser estudiado conjuntamente y todos habrán de poner la parte correspondiente en el proceso de recuperación.

A partir de este momento, manos a la obra, se ha de cortar el consumo de forma radical: puede que el joven tenga buenas intenciones y voluntad para ponerse en tratamiento pero el peligro sigue acechando continuamente porque la carne es débil. Los padres deben mantener una actitud de ayuda, tal como han manifestado pero sin concesiones ya que los altibajos emocionales pueden acontecer constantemente.

El procedimiento de desintoxicación consta de dos partes:

La desintoxicación física: es un proceso relativamente corto para el que caben distintas alternativas médicas y farmacoterapéuticas.

La desintoxicación psicológica es mucho más larga, se trata de ayudar a la persona que está atravesando este proceso a recuperar su autoestima, sus intereses, sus hobbies, su libertad y en definitiva, su integración a un tipo de vida saludable.

Es éste un largo periodo de seguimiento, ayuda, vigilancia y lucha contra las posibles recaídas pero los objetivos han de permanecer inalterables sin que ninguna circunstancia adversa haga desistir del camino trazado. En esta tesitura está la posibilidad de salvar a un joven de la ruina física y moral.

Gracias a la observación, a la información y a la inconmensurable ayuda de sus familiares muchos jóvenes se han salvado de las garras de la droga, esperemos que cada vez sean menos los que destrozan su vida en búsqueda de una felicidad artificial que sólo provoca la muerte prematura.

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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