En su último disco, este maestro del humor pone música a los versos de Alejandro Casona. Con ello rompe la línea irónica tan ligada a su carácter, y a la que ya nos tenía acostumbrados.

-De todos tus trabajos ¿con cuál te sientes más satisfecho?
-Yo como me siento más a gusto es con el público en directo, un escenario o la esquina de un bar y que haya gente mirándome.

-Además de interpretar valoras mucho el diálogo con el público. ¿Quieres hacer que la gente piense?
-Empecé cantando rock, pasé por muchos estilos. Ya de mayor entré en el repertorio asturiano. Cantar una canción, y a continuación otra y a continuación otra, y después de diez o doce canciones decir: 'señores, me voy', eso lo hacen los concertistas de alto standing. A mí entre canción y canción me parece oportuno decir algo sobre ella.

El "leitmotiv" del show, más que la música o la canción, son los entredichos, normalmente punzando al gobierno, a las instituciones, a los sistemas, a la economía...

-Estuviste últimamente preparando programas de televisión. ¿Qué hace un asturiano en Madrid?
-Estuve varias semanas haciendo un programa nacional en Tele 5 y me pagaron por decorar el plató; es como si se contrata una floristería y ponen unos ficus. La televisión necesita a unos paisanos o a una vaca o a un destornillador para colocar allí. Fue una experiencia incongruente. Me tocó estar allí y me pagaron por hacer de tiesto.

-¿Jerónimo Granda se ríe de sí mismo?
-Yo diría que sí, aunque no es fácil. La base fundamental, para luego poder reírme de otros, es empezar por reírme de mí mismo; si no, estoy perdido.

-¿Cómo tienes conceptuado el humor?
-El humor mío no existe, lo único que hago es poner un tipo de palabra distinta a lo que ya hay, la vida es una comedia, una payasada, el hombre desde que aprendió la palabra, no paró de presumir, con la palabra se creyó un dios. La vida es una cosa intemporal, es una circunstancia, el hombre nace, está aquí y mientras está aquí no dejamos de hacer el ridículo.

-Si los sueños pudiesen realizarse ¿cuál sería el tuyo?
-Me gustaría que todos los seres humanos fuésemos un poco más animales en el sentido biológico de la palabra, histórico y cultural. Hay animales, como los cocodrilos, que llevan miles de años viviendo su vida, que no sabemos cómo es, sin embargo sí lo saben los del National Geographic que se permiten el lujo de hablar por ellos. Cuando te ponen una escena en televisión y llaman asesino al cocodrilo, están poniendo valores humanos de moral a los animales. Ellos no asesinan. Los animales comen; el asesinato es una cosa del hombre.