-El tópico
de la Asturias eternamente en crisis, con una economía estancada y un
sector empresarial gris y poco emprendedor, ¿ha pasado a la historia?
-La imagen de la Asturias subsidiada y dependiente de las grandes
empresas estatales, es una etapa que afortunadamente creo que hemos
superado. Esto no quiere decir que todavía no tengamos dificultades. No
me gustan nada los discursos triunfalistas porque todavía hay bolsas de
paro importantes, hay muchos jóvenes que no consiguen acceder a su
primer empleo, hay una disfunción entre la formación de la gente más
joven y su inserción laboral, porque su formación no concuerda muy bien
con lo que demanda el mercado, etc.
-¿Se divisa
entonces un panorama diferente?
-En estos momentos Asturias empieza a ser atractiva. Es algo que
están poniendo de manifiesto los datos macroeconómicos. Hemos pasado a
ser una región cuya estructura económica es prácticamente igual a la del
conjunto de España y a la de los países de la Unión Europea. Tenemos un
sector servicios muy fuerte, que ocupa a más del 60% de la población y
por tanto, produce la mayor parte del producto interior bruto. Tenemos
un sector industrial que ha visto cómo se reducía el número de empleos
pero aumentaba su competitividad y por tanto su sostenibilidad a largo
plazo. Tenemos un sector primario que también se está reduciendo, pero
que se está haciendo más competitivo. En este proceso en que estamos,
algunas empresas tradicionales de sectores maduros tienen serias
dificultades para adaptarse y permanecer, por ejemplo aún no hemos
conseguido tener unos astilleros competitivos en el mercado. En el caso
del carbón, estamos a la espera de ese plan que definitivamente
solucione la estabilidad de futuro. Y también podríamos nombrar
determinadas empresas del metal, de la cerámica, del textil... No
obstante, y al mismo tiempo, aparecen empresas nuevas muy competitivas,
cosa que parecía muy difícil hace poco tiempo. Hoy día, por ejemplo, el
valle del Nalón tiene un crecimiento espectacular en lo relativo a
empresas ligadas a las nuevas tecnologías de información y comunicación.
En estos próximos años vamos a conseguir estar en las mismas condiciones
que la media de España y la media de la Unión Europea.
-En nuestra
región se ha invertido mucho en formación, sin embargo muchas de esas
personas formadas en Asturias no les ha quedado más remedio que emigrar
hacia otras regiones. ¿Qué se está haciendo para que este bagaje no se
pierda?
-Lo primero que hay que tener en cuenta es que la movilidad de las
personas está siendo incentivada por la Unión Europea. De hecho la
Comisión Europea ha declarado al año 2006 como Año Europeo de la
Movilidad de los Trabajadores, y pretende que se superen todas las
trabas. Los sistemas formativos también están favoreciendo e impulsando
a la movilidad, ahí están los programas Sócrates o Erasmus, por ejemplo.
Si vamos a las cifras, vemos que en una franja de edad entre 16 y 34
años, tenemos un saldo negativo de mil y pico personas que han salido a
trabajar fuera de Asturias. Por tanto, estamos muy lejos de esas cifras
que en su momento se utilizaron como arma arrojadiza y crearon una gran
confusión de términos. Además, hay que tener también en cuenta que de
esas personas, entre un 30 y un 40% están siendo suplidas en Asturias
por emigrantes extracomunitarios.
"Una persona que está contenta con su puesto trabaja con
más intensidad. Si está todo el día pendiente de que se le
acaba el contrato repercute en la productividad" |
-Muchos
universitarios se marchan a otras regiones a buscar trabajo.
-Es que la demanda del mercado laboral asturiano no es capaz de
absorber a todos los licenciados universitarios de grado medio y grado
superior que produce nuestra universidad. Y eso les obliga a buscar
trabajo en otras comunidades o donde encuentren mejores oportunidades.
En Asturias tradicionalmente eran las grandes empresas las que
contrataban licenciados o personal de grado medio. Hoy tienen estas
personas sus puestos de trabajo prácticamente cubiertos por tanto se
produce un tapón generacional que va a tardar en desaparecer. Por su
parte, las PYMES nunca han sentido la necesidad de contratar
licenciados. Nosotros, con el Programa de Empleo para Jóvenes Titulados,
vamos a tratar de romper esta inercia, para ayudar a las PYMES a que
puedan aprovechar la oportunidad y se convenzan de que es bueno para
ellas, y no les sale más caro contratar personal cualificado.
-La
movilidad laboral supone un cambio de mentalidad importante.
-Sí, va a ser un cambio necesario, nos guste o no nos guste. La
movilidad no nos tiene que asustar. Quienes lo van a acusar más van a
ser los padres, los tíos o los abuelos antes que los propios jóvenes,
porque los jóvenes hoy día salen con mucha frecuencia y nos les asusta
estar fuera. Por otra parte, también es verdad que una de las cosas que
se valoran en Asturias es el amor que tenemos a la tierra, cosa que no
se debe perder. Buena parte de las empresas que se están instalando
ahora mismo, multinacionales y no multinacionales, una de las razones
que encuentran para quedarse aquí es que la gente prefiere vivir y
trabajar en Asturias, aunque sea por un poco menos de sueldo.
En otro sentido, tenemos cada vez más empresas ligadas a las nuevas
tecnologías y a unos servicios avanzados que están reclutando parte de
su personal aquí en Asturias. También hay una parte de asturianos que
viven fuera, que tienen formación y experiencia y que son candidatos
óptimos para ocupar esos puestos de trabajo. Hay que aprovechar la
experiencia de la gente que tenemos fuera para que puedan venir a
Asturias.
-Estas
últimas semanas hemos visto a los jóvenes franceses protestar contra la
precariedad laboral. ¿Cuál es la situación aquí?
-La precariedad en el empleo es uno de los problemas de España.
Tenemos por ejemplo temporalidad, que no es sinónimo de precariedad, en
el sector de la construcción, donde un trabajador es temporal porque
tiene contrato de obra y servicios. En ese sentido hemos conseguido
firmar convenios colectivos para introducir la idea de que la obra y
servicio lo es de la empresa, y por lo tanto mientras la empresa siga
construyendo, se puede seguir conservando el trabajo.
El factor de empleo temporal está un poco por debajo de la media de
España pero muy por encima de la media europea.
"La imagen de la Asturias subsidiada y dependiente de las
grandes empresas estatales, afortunadamente, está superada" |
-¿Por qué
se le tiene tanto reparo a los contratos fijos?
-Pienso que es una cuestión de cultura. Los empresarios son reacios
a la contratación indefinida y tenemos que realizar campaña tras campaña
para aumentar esa concienciación. En estos últimos años hemos analizado
empresas cuya plantilla tenía una temporalidad por encima del 50%, lo
cual es mucho. Eso indica que no se están aplicando correctamente los
contratos. Se hizo una inspección el año pasado y se consiguió, sin
ningún tipo de sanción, transformar en indefinidos unos 800 contratos.
Este año vamos a volver con esa misma campaña, y tenemos intención de
prolongarla durante los próximos años mientras esta situación se
mantenga.
-Lo cierto
es que la contratación fija es beneficiosa para todas las partes, al
contrario de lo que se piensa.
-Los expertos ponen de manifiesto que las empresas más competitivas
y que obtienen más beneficios y productividad tienen un porcentaje
altísimo de personal fijo. Una persona que está contenta con su puesto
trabaja con más intensidad y es más productiva; si está todo el día
pendiente de que se le acaba el contrato se genera un problema de
angustia que repercute en la productividad.
Otro tema es la formación, sobre todo cuando la competitividad de las
nuevas empresas pasa por la incorporación de tecnologías de todo tipo.
También hay que tener en cuenta los accidentes laborales, ya que
estadísticamente se percibe un mayor número de accidentes en
trabajadores temporales frente a los indefinidos. Y esto no es sólo una
desgracia, sino también una pérdida económica para la empresa. Espero
que todos estos discursos empiecen a calar en los empresarios y se
convenzan que la contratación debe ser indefinida si el puesto de
trabajo es indefinido. ∆