Fuerza y
técnica
Adriano va a tener en el C.A.R. de
Sant Cugat unos medios y un apoyo que aquí no ha encontrado, salvo por
parte de sus más allegados. Ese apoyo a su talento puede conducirle a lo
más alto de la halterofilia mundial.
-Acabas de dar un paso muy importante en tu vida y en tu entrenamiento
con el traslado al Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat. ¿Cómo te
encuentras con el cambio?
-Bueno, echo de menos a mi gente, a mi entrenador, que me ha ayudado
mucho, pero aquí me encuentro bien. Además de entrenar, estoy dando
clases de inglés y sacando el carné de conducir, y me encuentro muy a
gusto con mis nuevos compañeros y entrenador.
-¿Se ha incrementado la intensidad del trabajo?
-Aquí tengo dos sesiones diarias, mañana y tarde, mientras que antes
sólo tenía una. Además tengo compañeros que entrenan conmigo; antes solo
había una chica y luego otros más pequeños. Quieras o no, la motivación
que tengo ahora es mucho mayor.
Con el entrenador estoy a gusto, aunque estaba muy acoplado al anterior,
con el que empecé a los once años. Pero por lo menos de momento nos
estamos entendiendo bastante bien.
-Tú ya llevas bastantes años en la halterofilia.
¿Cómo se consigue levantar tal cantidad de peso?
-Es un deporte que requiere mucha técnica. La barra debe ir muy pegada
al cuerpo, porque en cuanto se separa un poco su peso para ti aumenta
unos diez kilos, y cuando estás al límite eso supone demasiado esfuerzo.
También se necesita fuerza, por supuesto, pero la técnica es
fundamental.
Además, la mayoría de la gente piensa que la halterofilia produce
problemas de espalda o que limita el crecimiento, y eso es mentira. Yo
empecé con once años, ahora mido más que mis padres, y jamás he tenido
ningún problema de espalda, a lo mejor precisamente porque eso es lo que
más trabajamos, junto con las piernas.
-¿Qué nivel tenemos en España y Asturias?
-Hay buen nivel. El campeón nacional quedó séptimo del mundo y campeón
en 'arrancada' en los Juegos del Mediterráneo, pero hay países muy
fuertes como Rusia, Turquía, o algunos países del este, en los que este
deporte tiene bastante arraigo.
En cuanto a Asturias, sí que hay gente bastante buena, pero en general
se pasa un poco de todo, porque apenas dan ayudas. Es un deporte al que
no se le da mucha importancia y por eso se quedan muchos en el camino.
-¿Cuáles son tus objetivos más inmediatos?
-Ahora en marzo tenemos el campeonato de la Unión Europea, donde hay
competidores de hasta 23 años. Después está el nacional absoluto, pero
no me quiero poner metas fijas porque hasta que no te encuentras allí
compitiendo no sabes realmente cómo vas a estar.
-¿Has tenido muchos problemas con las lesiones, o te
han respetado hasta ahora?
-En el primer campeonato de Europa sub 16 que disputé, me rompí un
brazo. Es algo que me ha quedado grabado para siempre. He tenido una
lesión en el codo de la que ya estoy recuperado. Luego ya no he tenido
más, y confío seguir así en el futuro.
-Aún dispones de mucho terreno por delante, pero
¿tienes la olimpiada de Pekín en mente?
-Sí, por supuesto, pero es muy difícil, porque depende de la
clasificación del equipo español en las competiciones. En función de la
posición de España en el ranking mundial, a la olimpiada puede ir un
levantador, dos o quizá ninguno. Yo desde luego, voy a luchar con todas
mis fuerzas para estar ahí y conseguir un puesto en la olimpiada, porque
sería una experiencia única. ∆ |