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SUPLEMENTO ASTURIAS
- FEBRERO 2006
Foto: Juanjo Arrojo |
Gijón, la ciudad abierta y cosmopolita, se convierte con la
llegada del Antroxu en un lugar fuera del tiempo y del espacio que acoge a
las más extrañas criaturas. En los últimos años ha crecido tanto esta fiesta
de la transformación que amenaza con salirse del mapa de las constelaciones
antroxeras. En el juego de la mascarada y la chirigota las piruetas son
caóticas e irreverentes, derrochan expresividad y no se casan con nadie. La
ciudad de Jovellanos ya esta preparada para la invasión de la locura.
¿Resistirá un año más este envite?
De altos vuelos
E l
Antroxu gijonés con el paso de los años ha ido ganando solera y hoy día ha
adquirido una dimensión digna de elogio. Gijón del 24 al 28 de febrero se
pone en pie para celebrar su Antroxu, un carnaval hecho con el pueblo y para
el pueblo, con una participación ciudadana total. Basta echar un vistazo a
la relación de asociaciones de vecinos, peñas, charangas, familias y
agrupaciones de toda índole que participan en él y que organizan sus propias
actividades en paralelo a las que programa el Ayuntamiento a través del
Teatro Jovellanos. Una amplia agenda de actos en diferentes lugares de la
ciudad darán vida a este evento.
Todo comienza con el Jueves de Comadres, una fecha destacada para las
mujeres de Gijón, que salen a disfrutar la tarde-noche sin la compañía de
sus parejas. La Tertulia Feminista Les Comadres aprovecha la ocasión para
entregar unos premios que dan que hablar: la Comadre de Oro y el Felpeyu
2006, con ellos premian y denuncian a quienes trabajan o no, en favor de la
igualdad de sexos.
Uno de los aspectos más sobresalientes del Antroxu es sin duda el Concurso
de Charangas en el Teatro Jovellanos. Allí, sobre el escenario, durante dos
días, casi una veintena de formaciones mostrarán las mejores excelencias de
su repertorio. Un jurado valorará la calidad y el resultado de un trabajo
escenográfico que estas charangas han preparado durante todo el año. Además,
se retransmitirán estas actuaciones a través de pantallas gigantes en la
Plaza Mayor.
A la Marcha de Disfraces sobre patines, que este año cumple su XI edición, y
al Desfile Infantil de Disfraces, hay que sumar también actuaciones
musicales como el concierto de La madre que los parió, o la Orquesta Dominó.
Pero sin lugar a dudas, otro punto fuerte de este Antroxu es el Desfile,
cada año más multitudinario y participativo, con más de 120.000 espectadores
a lo largo del recorrido. Allí no faltarán los grupos que se encargan de
reivindicar alguna causa, o los que parodian a personajes de la vida
política y social de esta ciudad o de la región. Tampoco faltarán los
trasgus, las xanas y demás personajes tradicionales de la mitología astur. Y
como colofón final, el Antroxu gijonés se cierra con el famoso Velatorio y
Entierro de la Sardina, donde miles de personas ataviadas con la rigurosidad
que la ocasión requiere, acompañarán el cortejo para despedirlo en el Puerto
Deportivo. Y todo ello acompañado de una tamborrada de todas las charangas y
de fuegos artificiales. ∆
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Foto cedida por Los Jaraneros |
Los Jaraneros
La
folixa de la charanga crea cierta adicción. Y si no que se lo digan
a los componentes de esta charanga, que han pasado por varios grupos
hasta crear Los Jaraneros.
Objetivo: disfrutar
M ary
Poppins se rodeó el año pasado de un nutrido grupo de
deshollinadores y llenó el Teatro Jovellanos de magia y simpatía.
Este año no sabemos qué disfraz adoptarán Los Jaraneros. Al igual
que el resto de las charangas gijonesas guardan el secreto con sumo
celo hasta el día que desplieguen su espectáculo ante el público.
Muchas horas de trabajo se requieren para llegar hasta ese momento.
Mucho sacrificio para sólo disfrutarlo durante apenas cuatro días
que dura el Antroxu, pero está claro que el resultado merece la
pena. Nadie se descuelga de un barco que promete muchas sonrisas.
Los Jaraneros lo forman 25 personas decididas principalmente a
pasarlo bien, y si de paso ganan algún premio, pues mejor que mejor.
El año pasado quedaron quintos, y los dos anteriores, octavos y
sextos. No está nada mal para una charanga pequeña en número de
componentes, ya que la mayor parte de estos grupos rondan los 50 y
60 miembros. Ensayan en un local de la AA.VV. Ntra. Sra. de
Covadonga, en Roces, agrupación a la que están muy agradecidos por
su colaboración. "Desde luego esto tiene que gustarte, porque supone
un sacrificio de ensayos, reuniones... Nosotros ensayamos martes,
jueves, incluso sábados, y cuando no ye una cosa ye otra", afirma
Daniel Suárez, tesorero de Los Jaraneros. Les gusta meterse
especialmente con temas locales y regionales, todo un filón que
saben explotar con mucho humor. Y aunque no son músicos
profesionales -Daniel asegura que tocan de oído- hay que reconocer
que año tras año van consiguiendo superarse. ∆ |
Foto: Diego Losada |
Charanga
Les Tremendes de Gijón
No hay mas que oír las coplas de las canciones que preparan para
comprobar que hacen honor a su nombre.
Tremendas
de verdad
L es Tremendes es una formación que empezó su
andadura hace unos diez años, cuando un grupo de mujeres decidió
formar una charanga que aportara su granito de arena al Antroxu de
Gijón. Con el transcurso del tiempo se incorporaron también los
maridos y los hijos de éstas y así hasta la actual formación de 42
miembros. Sus componentes son hombres y mujeres de todas las edades.
Lo importante para ellos es pasarlo bien y gozar del carnaval que
previamente les ha requerido un considerable esfuerzo tanto personal
como económico.
Durante la pasada edición Les Tremendes se vistieron de llamas de
fuego que unos bomberos trataban de apagar. Aunque hay que decir que
esta formación es realmente incombustible: todos los años se
presentan al concurso de charangas. A lo largo de su historial han
conseguido varios premios importantes, y aunque aún no han logrado
ser los primeros, en ello están. En cuanto acaba el carnaval de un
año, ya están pensando ideas para el disfraz del siguiente año.
Imaginación no les falta. Prefieren confeccionar ellos mismos su
atuendo, aunque en esto son las que llevan la batuta. ∆ |
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