En
su larga lista de producciones, el álbum "Dinosaurios de chocolate"
ocupa el decimosexto lugar. Se trata de un álbum con doce temas, la
mayoría de los cuales son composiciones propias; otras son obra de
autores como Georges Moustaki y Joan Manuel Serrat. También ha
colaborado en las letras el poeta Alfredo Pérez Berciano. Además, ha
trabajado en esta ocasión con otros nombres importantes, como Fernando
Arias, productor musical; Fernando Pérez Vega, arreglista y guitarra; y
Jacobo de Miguel en los teclados. Escuchando el disco podemos encontrar
alguna curiosidad, como una canción dedicada al jugador Enrique Castro,
"Quini".
Pipo Prendes ha grabado siete discos en solitario, dos con los Virtuosos
de Moscú y el resto con otros cantantes asturianos. Su carrera musical
la comenzó con precocidad. A los diez años ya sabía a qué le gustaría
dedicarse, siguiendo la estela dejada por algunos "grandes", como
Leonard Cohen, Joan Manuel Serrat, Bob Dylan y tantos otros cantautores.
Confiesa que éste es su trabajo más valiente, "entre otras cosas, porque
lo edito en mi propio sello discográfico, Nacclaw".
-Has hecho un disco a tu aire.
-Es un disco, sobre todo, sin miedos. Me apetecía hacer un disco con mis
músicos de siempre y elaborado muy artesanalmente. Hice lo que me
apeteció.
-Tienes una dilatada carrera en el terreno de la
música.
-Mi primer disco fue editado en el año 81 y llevaba el título de "José
Prendes". Lo hice en Italia, con Guido y Mauricio Dangelis como
productores, y se editó con el sello Philips. Este fue un disco muy
importante en mi vida, aunque no tuve toda la suerte que pudiera desear.
Sucedió que el lanzamiento más importante allí iba a ser el mío, pero lo
dejaron un poquitín atrás porque Francisco tuvo la suerte de ganar el
festival de la OTI con aquel famoso "Latino", y todas las fuerzas de la
compañía tiraron por él.
"Ni somos solidarios
con el tema de la inmigración, ni nos acordamos de otros
tiempos, cuando fuimos emigrantes" |
-Hoy nos traes algo más personal y maduro como
"Dinosaurios de chocolate". La pregunta es inevitable: ¿por qué el
título?
-Se titula así por una "dictadura" de mis dos hijas, Natalia y Claudia,
una tiene diez y otra nueve años. Les pregunté cómo se iba a llamar mi
disco y ellas me dijeron: "sencillísimo papá, Dinosaurios de chocolate".
Creo que dijeron eso por no decir "perros azules" o "gatos simpáticos".
Entonces, entre los tres pensamos e inventamos la historia. El contenido
del disco habla de cómo las personas nos encontramos a veces con
problemas que entendemos que son insalvables, que nos atemorizan y que
nos dan mucho miedo, como si fueran dinosaurios que nos van a atacar. En
un principio nos quedamos aparentemente un poco temerosos, pero después
cogemos confianza, nos acercamos al problema, lo tocamos y comprobamos
que nos lo podemos comer. Habla de eso, es un mensaje de esperanza ante
los problemas, para demostrar que no son tales, sino que sirven para
desde ellos catapultarnos hacia la vida y superar las dificultades.
Muchas veces a los problemas les debemos muchas cosas.
-Los cantautores solían tener un cierto grado de
compromiso con la sociedad. ¿Sigue siendo así?
-Creo que lo nuestro no lo hacemos por compromiso. Nosotros somos unos
privilegiados que podemos dar rienda suelta a lo que llevamos dentro, y
lo hacemos en forma de arte, de una manera estética y armónica. Tenemos
la oportunidad de lanzar algunos pensamientos a través de la música, y
ocurre que te encuentras con la agradable sorpresa de que muchas
personas agradecen que les masajees un poco las neuronas y las
emociones, de la misma manera que lo hace un pintor a través de un
cuadro. Ahí está nuestro compromiso o nuestro privilegio: conectar a
través de la música o del arte con necesidades que la gente tiene.
-Eres candasino de nacimiento, siempre muy
relacionado con la gente de mar, con sus vivencias, también con la
emigración. ¿Crees que somos suficientemente solidarios con los
inmigrantes?
-Nunca se es suficientemente solidario con este asunto. Cuando le
preguntas a cualquier persona qué le parece que vengan los inmigrantes,
a priori te comenta: por qué no, tiene que haber sitio para todos,
nosotros también fuimos emigrantes. Pero a la hora de la realidad esto
no concuerda con nuestra actitud. Pienso además, que el problema no es
que queramos o no a los inmigrantes, lo que no nos gusta es que sean
pobres. Si viniesen con dinero ni siquiera los llamaríamos inmigrantes.
La gente pobre tiene que sobrevivir, por eso en muchos casos, cuando se
ven muy apretados, la arman. Pensemos que vienen con una cultura, que en
muchos casos ha sido pisoteada, y esa cultura la reivindican.
Ahora que estamos en este famoso mundo global pensamos que cabemos
todos, y no es así, no cabemos todos. Queremos proteger mucho todo lo
nuestro. Son momentos económicos muy difíciles y complejos, y encima
viene gente de fuera a complicárnoslo más todavía. Ni somos solidarios
con el tema de la inmigración, ni nos acordamos de otros tiempos, cuando
fuimos emigrantes.
"Los asturianos somos
desconocedores de nuestra realidad,
de lo que somos y de lo que podemos ser"
-¿Te impresiona la cantidad de inmigrantes que ya
tenemos en nuestro país?
-Yo creo que nos va a costar digerir todo esto. Los gobiernos han
subestimado lo que supone la mezcla. Estamos viviendo unos momentos
convulsos y no sé por dónde vamos a salir.
-Sin embargo en la música se tiende hacia el
mestizaje.
-Yo adoro el mestizaje, pero a la hora de la práctica hay que hacer
frente a problemas muy serios. Los inmigrantes tienen unas vidas muy
difíciles, vienen de la pobreza, algunos incluso dejan atrás la guerra y
les da lo mismo que los metan en la cárcel por robar. Viva el mestizaje,
sí, pero con cuidado, porque está causando muchos problemas.
-Siempre has sido un enamorado de Latinoamérica.
¿Crees que tenemos una deuda histórica?
-Sí, por supuesto. Sabemos que nuestros antepasados masacraron a esas
gentes y que se aprovecharon de muchas cosas, pero también soy
consciente que tú y yo no somos responsables de nada. Se le hizo mucho
daño a Latinoamérica, pero también se benefició de muchas cosas. Lo que
podemos hacer es ser solidarios y bienintencionados, para ir de la mano
entre todos.
"Yo adoro el
mestizaje, pero a la hora de la práctica hay que hacer
frente a problemas muy serios" |
-Volviendo a nuestra tierra, ¿somos los asturianos
unos desconocedores de nuestra propia cultura?
-Indudablemente, y de entre los españoles, los que más. Somos
desconocedores de nuestra realidad, de lo que somos y de lo que podemos
ser. Tampoco somos buenos transmisores cara al exterior, fuera de
nuestra comunidad. No somos "buenos vendedores" de Asturias. Hay
comunidades importantes como los catalanes, que son fenicios, o los
propios vascos, que son valientes a la hora de poner un faro de luz y
venderse bien. Nosotros no, porque no tenemos la autoestima que
deberíamos.
-¿Un Estatuto como el catalán nos ayudaría?
-Podría ser, pero yo en lo que creo es en ir de la mano todos juntos. Yo
voy con mucha frecuencia a Barcelona y la gente de a pie no se preocupa
tanto de estas cosas del Estatuto. La gente de Cataluña siempre habló
catalán y castellano. Ahora los políticos en Cataluña tienen una especie
de complejo de inferioridad, quieren reivindicar continuamente la
cultura catalana, que ya está afianzada. Hay que dejarla que siga
adelante, que se suelte. Ya han pasado aquellos tiempos en los que
estaban oprimidos. Dejémoslos que se suelten, y que a nosotros nos dejen
también. Tenemos que tener más autoestima.
-¿Podríamos decir que todas estas cosas de las que
hablamos son como dinosaurios que al final son de chocolate?
-Efectivamente. Los políticos a veces se inventan problemas triviales,
aunque explicitados en la prensa son muy aparentes. Sin embargo no
abordan los asuntos que verdaderamente preocupan a las comunidades. Al
final, es todo una mentira. ∆ |