Frente al tópico de la Asturias eternamente en crisis, con una economía
estancada y un sector empresarial gris y poco emprendedor, el presidente
de IDEPA presenta una realidad distinta: una Asturias innovadora,
emprendedora, en crecimiento, con sectores emergentes. Y con un futuro
muy esperanzador.
/ Texto y foto: Lupercio González
La
creación del IDEPA ha constituido una herramienta fundamental para
impulsar el desarrollo económico asturiano. Víctor González Marroquín,
ovetense e ingeniero de minas, procedente del sector empresarial, ha
asumido la dirección de este organismo hace poco más de un año.
-¿Qué puede decirnos del IDEPA y su importancia para nuestra región?
-El IDEPA es la Agencia de Promoción del Principado de Asturias. Tiene
precedente en el Instituto de Fomento Regional (IFR) que se fundó en el
84. Surge de una ley del año 2002 que unifica los instrumentos de
promoción económica en uno solo.
El IDEPA se responsabiliza de la promoción económica y de brindar
instrumentos para la promoción económica. La internacionalización de las
empresas también depende de IDEPA. La captación de inversiones, la
innovación de empresas y la innovación de investigación y desarrollo.
También es un importante centro de documentación y de información de
aspectos económicos del Principado de Asturias, muchas veces actuamos de
gabinete para el propio Principado. Nos ocupamos de la gestión de suelo
público a efectos industriales, es decir, promoción pública de suelo
industrial para la creación de polígonos. Está en marcha el tándem IDEPA-SOGEPSA,
en el que nosotros somos los promotores del suelo y SOGEPSA actúa como
operador en encargo de la actividad que tenemos nosotros encomendada por
el Gobierno.
-Los ajustes y reconversiones de nuestros sectores
productivos tradicionales han propiciado una larga crisis económica,
pero a día de hoy ¿qué análisis tenemos que hacer de la economía
asturiana?
-Muchos datos que salen publicados en la prensa tienen una base temporal
básicamente de diez años, que es lo que manejan las entidades económicas
de diferentes órdenes. Ese valor no es correcto. Ahora mismo estamos en
una fase de análisis profundo de datos, en periodos de cinco años, uno
del año 94 al año 2000 y de éste hasta la actualidad. Y la diferencia es
muy notable. Todos los parámetros indican un cambio. Asturias pasa una
crisis tremenda, pero a partir del año 1999-2000 empieza a cambiar su
tendencia y en este momento se ha estabilizado.
En Asturias un 63% de la economía son servicios; también es una región
industrial, un poco por encima de la media nacional. Podemos decir
entonces que Asturias tiene un perfil de servicios y un perfil de
industria, pero no tiene un perfil primario, como por ejemplo, de
extracción de carbón. Nos denominamos región carbonera, sin embargo el
porcentaje de la extracción en Asturias ha ido decreciendo hasta llegar
a suponer el 1,3% del PIB. El turismo por ejemplo ya representa en torno
al 9%. Todo esto nos proporciona un perfil que se aleja bastante de los
tópicos.
La reconversión ha sido muy potente, muy rápida y ha cambiado
profundamente la configuración de Asturias. Hace falta ser más finos en
los análisis. De hecho esos bloques de lustros, y no de décadas cambian
completamente la percepción de Asturias en todos los sentidos.
"Tenemos un futuro
muy prometedor que sólo puede ser frenado por los propios
asturianos" |
-¿Puede decirse que las empresas asturianas son
competitivas e innovadoras?
-Sí, porque al estar en una economía abierta las empresas que no lo son
cierran. Somos una región normal donde existen empresas que se crean y
empresas que se cierran, pero no más que otras comunidades autónomas. La
estructura industrial aquí está muy centrada en sectores como la
producción de energía. También el sector mecánico es muy importante,
tenemos multinacionales muy poderosas que están exportando mucho. En
este momento no se da aquí el fenómeno de la deslocalización. No tenemos
casos de empresas que se hayan marchado por razones de costes. Eso no
quiere decir que no se produzca en un futuro y que no haya que estar
atentos a este fenómeno. Por el contrario, hemos sido en 2004 la cuarta
región española en recepción de inversión extranjera, ya que más de un
6% de la inversión extranjera que se produjo en España vino para
Asturias. Teniendo en cuenta que somos el 2,2% de la economía nacional,
supone tres veces porcentualmente el peso de la economía de la inversión
extranjera respecto a la economía asturiana.
-Pero ¿qué me puede decir de la innovación?
-Evidentemente es una asignatura en la que hay que profundizar. Se ha
progresado bastante, pero queda mucho por hacer. Estamos por debajo de
la media nacional, pero hay que decir también que ese dato de la media
nacional está muy sesgado, porque hay regiones como Madrid, Cataluña en
una medida, y el País Vasco, que desequilibran completamente el
porcentaje de inversión del PIB en cuanto a innovación y desarrollo. Hay
que trabajar mucho más, sobre todo en el sector privado.
Reconocemos que se está avanzando, ya que las pymes asturianas
multiplicaron por diez su velocidad respecto al resto de España. La
parte negativa es que esa innovación ha sido en maquinaria, y para que
sea efectiva no vale sólo la maquinaria, porque ésa es una inversión
industrial, no una innovación. La innovación tiene que ser
fundamentalmente mental, de procesos, de nueva investigación, de
desarrollo, de patentes; ahí tenemos que trabajar más.
Nuestra Universidad, a la que siempre hemos criticado mucho, es según el
informe de Ecotec, es la que más trabaja con la empresa de España. Eso
quiere decir que no estamos en mal camino. Ahí está el gran reto. La
empresa privada debe mentalizarse de que tiene que investigar e invertir
más. Y nosotros debemos de fomentarlo y apoyarlo con un compromiso
creciente del sector privado
-¿En qué se está realizando ese cambio de mentalidad
que requiere Asturias?
-Curiosamente somos una región muy motivada por los temas económicos. Es
casi una obsesión y es uno de los puntos fuertes a nivel de diálogo de
calle. Eso es bueno, y las empresas se están empezando a mentalizar de
que necesitan cambiar. Un empresario es una persona que tiene que estar
atenta al mercado, porque si no el mercado lo deja fuera. Algunos
acontecimientos, como por ejemplo la Jornada de la Innovación que
presentamos en Bruselas, han tenido un éxito muy grande dentro de las
empresas. La propia existencia de asociaciones como Club de Calidad,
Club de Innovación, indica que realmente las cosas se están moviendo y
espero que se muevan mucho más. Desde el Gobierno vamos a estar
trabajando de una forma muy activa para poner en marcha herramientas y
difusión en la cultura de la innovación y de la competitividad. Antes no
he comentado otro factor como es la exportación, los mercados
exteriores. Este es otro aspecto que se va a solucionar con la puesta en
marcha del plan internacional y la nueva empresa, cuya constitución
estamos ultimando en estos momentos y que espero entre en funcionamiento
el año próximo.
"La
empresa privada debe mentalizarse de que tiene que investigar e invertir
más"
-¿Qué repercusión social va a tener todo esto?
-Para hacernos una idea: nosotros somos el 2,4% de España en cuanto a
población y el 2,2% en cuanto a economía, es decir, una parte muy
pequeña. Cualquier empresa con economía de escala no va a poder hacer
nada si no vende fuera. Y la venta fuera, implica ser una empresa más
competitiva que las que compiten con ella tanto en el mercado interior
en Asturias como en el mercado de fuera de Asturias. ¿Cómo mandar el
mensaje de innovación? Pienso que por medio de una exigencia permanente
por parte de la población. Esta debe exigir que sus dirigentes tengan
una actitud activa y comprometida con la innovación. Eso implica al
final la mejora del sistema, su continuidad y la calidad de vida. La
mentalidad general de la sociedad asturiana debe de ser dar la prioridad
adecuada a la innovación como el único elemento que garantice, a medio y
largo plazo el bienestar y el futuro de la región. La clave de todo esto
es que el público en general se dé cuenta de que los dos elementos
claves para que el futuro se asegure es innovación y comercialización de
esa innovación.
-Tenemos productos de calidad y buenos profesionales,
pero parece que no sabemos venderlos. ¿No debe la sociedad asturiana
creer más en sí misma?
-En una empresa industrial y en una región industrial, siempre se da
prioridad a la producción y a la calidad. La necesidad de saber venderlo
no es una cosa que esté muy enraizada, no hay mentalidad de venta. En
ese sentido hemos dado un paso creando lo que nosotros llamamos en forma
coloquial "Escuela de Fenicios". En realidad es una escuela de
tecnólogos para comerciales que va a empezar a funcionar este año.
Utilizando la Asturias Bussines School (ABS), que es lo más parecido a
una escuela de negocios institucional, queremos que esa institución
ponga en marcha una línea estratégica dedicada a los temas comerciales,
empezando por los tecnológicos, y abriendo el abanico de formación y de
servicios a las empresas asturianas y a las de toda España para formar
vendedores. También es importante que socialmente se prestigie la labor
del vendedor, porque es fundamental para la economía. Innovación y
venta, son dos elementos básicos para que una economía progrese.
"La innovación tiene
que ser fundamentalmente mental, de procesos, de nueva
investigación, de desarrollo, de patentes..." |
-Socialmente ¿qué está implicando el que haya más
mujeres al frente de empresas regionales?
-He trabajado en muchas empresas y nunca me he planteado el tema de la
discriminación, porque no lo he vivido. Siempre que he trabajado ha sido
con colaboradoras o colaboradores. El IDEPA en estos momentos tiene una
dirección formada por cuatro hombres y cuatro mujeres. Tenemos por
supuesto sensibilidades distintas, complementarias y absolutamente igual
de valiosas. Aunque veo que en esa línea hay que seguir trabajando
porque hay sectores en los que la mujer aún no asume responsabilidades
en las empresas. Hay que seguir profundizando y trabajando hasta que las
razones de género influyan tanto como si uno es rubio y el otro es
moreno.
-¿En qué consiste el plan DEVA (Plan de Desarrollo
Empresarial Vinculado a Asturias)?
-El objetivo es trabajar en y para Asturias. Vamos a identificar cuáles
son los asturianos que están trabajando fuera de Asturias, qué pueden
aportar y cómo beneficiarse. Es importante que exista una relación para
ganar por parte de todos. Que el vínculo asturiano sirva para que
tengamos noticias de fuera en cuanto a oportunidades de negocio, en
cuanto a economía y oportunidades de inversión. Y al revés, que las
empresas asturianas puedan implementarse con las empresas de origen
asturiano, por ejemplo en Chile, que puedan entrar en negocio y
compartir mercados. No olvidemos que nosotros somos Unión Europea.
Nuestro mercado es inmenso y podemos ofrecernos al resto del mundo como
plataforma para hacer negocios. Esa función de puente es muy importante
para Asturias. Nuestra intención es poner instrumentos de comunicación,
facilitar los contactos y la relación que puedan llevar a la realización
de un proyecto empresarial.
-Si mira hacia delante ¿cómo divisa Asturias?
-Asturias tiene el futuro que quiera darse a sí misma. Tiene muchas
oportunidades y muchas ventajas. Somos una región pequeña, con una
economía bastante densificada, con tradición industrial y unos recursos
humanos muy competitivos y de mucha formación. Poseemos un complejo
portuario Gijón-Avilés importante. La ampliación del puerto de Gijón lo
va a convertir en uno de los mayores de España. Asturias está bien
comunicada, tiene un buen nivel de infraestructuras. Existe una buena
comunicación por cable, estamos a la cabeza en cuanto a banda ancha, por
encima de los vascos y catalanes. La próxima generación viene ya con una
mentalización diferente, son jóvenes y quieren emprender proyectos.
Tenemos un futuro muy prometedor que sólo puede ser frenado por los
propios asturianos si seguimos anclados en esa inseguridad ancestral.
Tenemos que ver el futuro con más optimismo. ∆ |