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SUPLEMENTO ASTURIAS
- FEBRERO 2005
MUJER ASTUR
CRUZ CUEVAS
Vicepresidenta de la Coordinadora de ONG de Asturias
Encaminó su vida hacia
la solidaridad y la cooperación, en un viaje sin retorno. Lo que sucede
en países empobrecidos le interesa especialmente, por eso siempre
comienza a leer la prensa por la sección de Internacional. Sabe que
desde Asturias se puede hacer mucho y pone toda su fuerza en ello.
Un corazón entre dos aguas
Texto y foto:
Isabel Muñiz |
C ruz Cuevas se crió
en el seno de una familia humilde, en una pequeña aldea de Piloña, El
Tejedal. Combina su jornada laboral como enfermera en el Hospital
Central, en Oviedo, con su dedicación a la Coordinadora de ONG y de
forma especial a un proyecto que se está desarrollando en Ecuador, del
cual es responsable.
Esta asturiana es la vicepresidenta de la Coordinadora. Este colectivo
agrupa a 34 organizaciones dedicadas a la cooperación al desarrollo. La
idea de participar de un organismo así le gustó desde el principio
porque conoce de primera mano que la unión hace la fuerza.
-¿Cómo iniciaste este camino hacia la cooperación y la
solidaridad?
-Siempre tuve la idea de querer salir a ver otro mundo, otro
tipo de países, otro tipo de situaciones, porque tenía claro que estaba
en una situación privilegiada. Lo que pasa es que los años transcurren a
mucha velocidad, me casé, tuve una hija, luego me separé, y parece que
nunca ves el momento de hacerlo hasta que un día de repente dices: "Se
acabó, tiene que ser ahora". Aprovechando las vacaciones, hice un viaje
a Ecuador, estuve trabajando un mes en una zona de selva, en la
provincia de Esmeraldas, en una población muy alejada y de acceso muy
difícil. Aquello fue un revulsivo en mi vida. A partir de ahí empecé. Yo
nunca fui de ningún partido y ahora soy militante de la solidaridad, o
de las ONG. Empecé a trabajar en Médicos Mundi y me hice socia de
distintas organizaciones porque creo que todas trabajan bien.
-¿Qué fue lo que te dio el empujón para tomar la
decisión de ir a Ecuador?
-No lo recuerdo bien, supongo que una chispa. Son esas cosas que
piensas un día y otro día. Para mí fue muy importante dar ese paso.
Lo que es la cooperación ahora no tiene nada que ver con lo que hice yo
en aquel momento, pero sí me sirvió como referente para pensar que sí
puedo aportar algo a situaciones que hay en otros lugares del mundo, y
no tanto por el trabajo que puedas hacer allí sino por lo que luego
puedas transmitir aquí para que haya una mayor sensibilización.
Se pueden hacer muchas cosas aquí. En Asturias hay organizaciones
sociales de todo tipo pero si nunca encuentras el momento de pararte.
Pasa la vida y no te enteras.
"Lo
que te sorprende muchísimo es la alegría de la gente, cómo
con muy poquitas cosas siempre está sonriente y te da lo
poquito que tiene." |
-Ahora ves las cosas desde otra perspectiva. Han pasado
muchos años y conoces la realidad de varios países, pero en ese momento
¿qué te supuso?
-Me supuso mucho. Era la primera vez que me separaba de mi hija
de seis años, y hubo mucha gente a mi alrededor que no lo entendió en
aquel momento. Les parecía una frivolidad que de repente me fuera un mes
a la selva de Ecuador a trabajar en un hospital de campaña, dejando a la
cría a cargo de la familia.
Creo que después lo fueron entendiendo, primero, porque seguí
haciéndolo, segundo, porque cuando la cría fue un poco mayor la llevé
conmigo en algún momento, y tercero, porque ahora dedico tanto tiempo a
estos temas como casi las siete horas que dedico al trabajo diario de
enfermería dentro del Hospital.
-¿Crees que en esta sociedad está equivocado el sentido
de la responsabilidad?
-Posiblemente. Creo que hay muchas formas de educar a los hijos
y una de ellas es en la solidaridad y en la justicia dentro de lo que
nos rodea. Y después ampliar miras.
-El trabajo de cooperación, paso a paso, proyecto a
proyecto, parece un trabajo poco visible ante la inmensidad de las
necesidades.
-Siempre las intervenciones que haces son como una isla, como el
oasis en el desierto pero si se consigue que la sociedad se articule,
que despierte, que sepa cuáles son sus derechos, qué puede exigir, puede
haber cambios. Lo más importante de todo el trabajo es ser capaces de
tener impacto aquí, de transmitir que si todos ponemos un cambio en
nuestras vidas es posible que cambien muchas cosas. En el mundo no
escasean los alimentos, sino que están mal repartidos. No es que unos
sean pobres y otros ricos, sino que unos son empobrecidos y los otros
son ricos gracias a lo que se les está robando a los empobrecidos.
-Prácticamente desde que se formó has estado en la
Coordinadora. ¿Por qué te embarcaste en esta iniciativa?
-Creo que el trabajo de las organizaciones aquí es
importantísimo. Y si se unen como es el caso aquí en la Coordinadora y
hacen campañas comunes es más fácil, más sencillo, llegar a más
población, por eso me embarqué en esta aventura.
"Hay muchas formas de educar a los hijos y
una de ellas es en la solidaridad y en la justicia"
-¿Cuál es la cara amarga del trabajo de cooperación?
-A veces te desanimas, porque por ejemplo, ahora está todo
el mundo absolutamente sensibilizado con el desastre natural del tsunami
en Asia, pero lo triste es que, como dice la ONU, van a pasar diez o
veinte años hasta que esa zona vuelva a ser lo que era. Sin embargo
aquí, en el momento en que la televisión deje de dar las imágenes, nos
vamos a olvidar de ello.
Por eso creo que el trabajo importante de las ONG es aquí, para que no
haga falta que esté continuamente la televisión con imágenes tremendas
que te revuelven todo, sino que la gente cada vez que abra el grifo se
acuerde que hay mucha gente en el mundo que no tiene agua potable y que
por eso va a sufrir una serie de enfermedades. Que cuando encienda la
luz se acuerde de que evidentemente si no tienen agua potable menos van
a tener luz. Que mientras manda a sus hijos al mejor colegio de Oviedo
hay muchos millones de niños en el mundo que además de estar trabajando
están explotados y que no tienen acceso a la educación básica.
-¿Qué realidad recuerdas más impactante?
-Muchas. La primera vez que salí que fue como un revulsivo
tremendo. Cuando volví de aquel viaje era incapaz de explicar lo que
sentía porque yo nací en un pueblo en el que cuando era pequeña no había
agua, y cuando venía de la escuela iba a buscar el agua con el calderín
en la cabeza como veo ahora a las niñas en esos países, pero nunca pasé
hambre. Y cuando cumplí los diez años tuve acceso a hacer el bachiller
con becas. Sin embargo el pueblo a donde fui era grande y tenían
problemas de agua, múltiples problemas de salud y la gente pasaba
hambre.
La realidad africana también me impactó muchísimo, Africa, que
impresiona a todo el mundo por su luz y el color, era aún más pobre que
lo que había conocido hacía dos años. Sin embargo lo que te sorprende
muchísimo es la alegría de la gente, cómo con muy poquitas cosas siempre
está sonriente y te da lo poquito que tiene.
"Lo más importante de todo el trabajo
es ser capaces de transmitir que si todos ponemos un cambio
en nuestras vidas es posible que cambien muchas cosas". |
-¿Cómo se vive a caballo entre dos mundos?
-No creas que es fácil, sobre todo cuando tienes
responsabilidades en un proyecto, porque estás aquí pero estás pensando
continuamente cómo estará aquello. Es un poco como tu segunda casa. Yo
intento llevarlo de la mejor manera posible, de hecho hace dos años me
casé con una persona que es médico y que también se dedica a esto,
entonces en casa se vive a caballo entre dos mundos las veinticuatro
horas al día. Nosotros vamos dos veces al año sobre todo a Centroamérica
y llevamos así varios años. Creo que hay mucha gente, gente de
diferentes organizaciones de este mundo que vive así, que vive pensando
cómo poder hacer algo que tenga un cierto impacto allí y cómo gestionar
las cosas para que salgan bien.
-¿Qué proyecto es el que te mantiene ocupada?
-Ahora llevo cinco o seis años coordinando un proyecto en
Honduras de atención primaria. Es un proyecto muy bonito en el que
además de un centro de salud hay un centro de atención integral a niños.
Pero sea Honduras, sea Malawi, sea Ecuador u otra serie de países
siempre el objetivo es el mismo: ver la realidad, ver sus necesidades y
ver qué se puede aportar a través de las organizaciones a esta gente. ∆ |
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