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SUPLEMENTO ASTURIAS
- DICIEMBRE 2005
NAVA,
CORAZON
SIDRERO DE ASTURIAS |
La sidra muestra la identificación de un pueblo con sus tradiciones a través
de su bebida más significativa.
Foto cedida por Ayto. de Nava
N o cabe duda de que Nava
es uno de los concejos asturianos en donde más abundan los llagares. Es tal
la importancia de su tradición en la industria sidrera que se ha convertido
en la capital de la sidra de nuestra región. Para apoyar el desarrollo del
sector, y para acercar esta realidad a todos los asturianos, se ha ubicado
en la villa naveta el Museo de la Sidra, un emblemático edificio que es
punto de referencia de todo visitante que desee conocer la historia y
cultura de esta bebida tan nuestra. Allí, a través de una atractiva
exposición, se muestran los aspectos etnográficos y culturales de esta
bebida.
Fue a finales de los años 60 cuando se vio el futuro que le aguardaba al
sector sidrero y se quiso impulsar su desarrollo. La fórmula elegida fue
organizar el primer Festival de la Sidra de Nava. Dicho certamen, que se ha
venido celebrando desde entonces, ha sido y continúa siendo, una manera de
potenciar la sidra y darla a conocer. Es una muestra más de cómo esta bebida
se ha ido consolidando, ganando protagonismo en las reuniones, ferias y
fiestas asturianas. Pero, además, esta acogida no sólo se refleja entre los
nacidos en esta tierra, sino también entre la gente de otras partes de la
geografía nacional. De esta manera, la sidra allí donde esté se convierte en
embajadora de lo astur y símbolo de cordialidad y de amistad. Si no que se
lo pregunten al periodista Diego Carcedo, que fue pregonero de uno de estos
festivales navetos. El decía sobre la sidra que "sólo con olerla pone de
buen humor... y degustarla predispone a la cordialidad, estimula la
simpatía, vuelve gracioso al soseras, ahuyenta los odios, espanta las malas
intenciones y acerca a las personas".
Este año 2005 se realizó en Nava el XXVIII Festival de la Sidra, en el que
se registró una afluencia de público muy importante. Fueron tres días
intensos en los que corrieron mares de sidra por la villa anfitriona.
Previamente se realizó la Semana Cultural de la Sidra, con charlas y mesas
redondas en torno a esta bebida, destacando la asistencia de un enólogo
vasco que habló sobre la sidra de la región vecina. Benjamín Fernández,
concejal de festejos del Ayuntamiento de Nava, comenta que "desde el
Ayuntamiento se está haciendo una apuesta muy fuerte por este Festival. FEVE
ha colaborado con nosotros poniendo en servicio para esos días los
Sidrotrenes". Un año más, se ampliaron los horarios de trenes a los
principales núcleos de población del área central asturiana. Y una vez más
ha resultado ser una medida acertada para facilitar el desplazamiento de los
visitantes. Se calcula que en esta última edición, utilizaron este medio de
transporte alrededor de diez mil personas. Para hacernos una idea de la
capacidad de convocatoria de este evento, se estima que el sábado, día más
importante, se concentraron en Nava cerca de treinta mil personas, todo un
récord. Hay que señalar también que, para esta fiesta de la sidra,
generalmente cada uno de los lagareros navetos colabora con una cantidad de
sidra. En la última edición, por ejemplo, después del pregón se degustaron
alrededor de unos cinco mil litros de sidra. Y el día siguiente, el domingo
hacia el mediodía, cuando se realiza el concurso de escanciadores, los
lagareros ofrecen al público una degustación gratuita de sidra. Si el
Festival de la Sidra es una de las notas destacables del concejo de Nava, no
menos lo es el hecho de que haya sido una mujer naveta la que haya
conseguido hacerse con el Campeonato regional de escanciadores. Este año y
por segundo año consecutivo, Susana Ovín ha conseguido el primer puesto. Al
respecto Benjamín señala: "Nosotros nos sentimos orgullosos de que haya sido
ella la campeona de Asturias, en primer lugar porque es del concejo y en
segundo lugar por el hecho de ser mujer, pues si abogamos por la igualdad y
la paridad, está bien que sea una mujer la que lo haya conseguido".
La tradición marca que la sidra es una bebida para hacer amigos, un producto
que ha traspasado fronteras. Una buena prueba de ello es el hecho de que
muchos empresarios del sector estén empezando a elaborar lo que se llama
sidra de mesa. La sidra tradicional debe ser escanciada, mientras que este
nuevo producto no lo necesita. Es una bebida de tal calidad que puede
competir perfectamente en la mesa con los vinos espumosos y vinos blancos.
Una sidra de mesa es perfectamente recomendable para combinar, por ejemplo,
con pescados o mariscos.
Lo que sí parece claro es que el futuro de la sidra se presenta prometedor.
Cada día los festivales que se realizan en torno a esta bebida en nuestra
geografía regional van creciendo en importancia y fama. Y no sólo dentro de
Asturias aumenta la aceptación y el consumo. También en otras comunidades
autónomas se aprecia y se valora la sidra, una muestra de ello es el
importante número de sidrerías que están empezando a abrir sus puertas,
contagiando a todos la afición tanto a esta bebida como al ritual que la
acompaña, así como a nuestros platos y tapas típicos.
En definitiva, la sidra allí donde esté es más que un signo de identidad
astur: es un modo de acercar a la gente y crear nuevas amistades. ∆ |
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