Texto y foto:
Isabel Muñiz
"La cara ingrata de la investigación es la falta de
financiación"
Nació
en Gijón, pero lleva más de veinte años viviendo en Oviedo y ya se
siente carbayona. Aquí tiene su hogar, su trabajo y es donde ha tenido a
sus cuatro hijos.
Cuando era niña, Eva García tenía ilusión por ser ornitóloga. Con el
tiempo ha modificado un poco sus planes, y se ha orientado hacia el
estudio del mundo marino.
El equipo que coordina esta bióloga de la Universidad de Oviedo está
formado a su vez por siete equipos: dos ingleses, un equipo griego, un
equipo portugués, dos españoles y una empresa asturiana: Pescados Paco.
Su tarea consistió en desarrollar marcadores moleculares que permitan
identificar distintas especies de peces. Tras cuatro años de trabajo, ya
han enviado las conclusiones de su estudio a las autoridades
comunitarias en Bruselas.
-A nivel práctico y de forma resumida ¿en qué consiste
un proyecto de este tipo?
-A nivel práctico, se planteó desde hace años el problema de la
identificación de los stocks para poder distribuir las capturas de
diversas especies de peces entre los países europeos. Para ello lo
primero que hay que hacer es calcular cuántos peces hay disponibles para
poder distribuirlos entre las flotas pesqueras. Cada flota pesquera
tiene un cupo y puede pescar un número determinado de toneladas de
determinadas especies, el problema es cuantificar cuánto hay por
adelantado.
Lo interesante es poder pronosticar cómo van a estar los stocks de las
especies, es decir, si tengo tantos alevines o tantos huevos y sé cuál
es la mortalidad en las etapas juveniles, puedo calcular cuántos van a
alcanzar la madurez dentro de cuatro, cinco, o diez años, depende de las
especies.
A no ser que haya catástrofes naturales o artificiales que destruyan las
poblaciones, se puede hacer un pronóstico. El problema más grande es
identificar los huevos y las larvas, porque se parecen mucho los de
distintas especies, por tanto lo que hicimos nosotros fue buscar
marcadores genéticos. Cogemos el huevo o la larva, extraemos su ADN e
identificamos la especie por el ADN.
-¿Qué exige la coordinación de un equipo internacional?
-Sobre todo mucho tiempo. Desde el punto de vista práctico es
llevar desde la gestión simple, los informes económicos, las facturas,
la gestión burocrática, hasta la coordinación de los trabajos, el
reparto de las muestras que tiene que analizar cada equipo, la
coordinación del desarrollo de los marcadores, y la organización de
reuniones semestrales de todos los equipos donde se pone en común todo
lo que se está haciendo y se planifican los seis meses siguientes.
Las reuniones tienen lugar en la sede de cada uno de los equipos por
turnos, una vez nos reunimos en Inglaterra, dos en Grecia y en Portugal.
En España estamos nosotros y el oceanográfico del País Vasco, así que
nos reunimos dos veces en San Sebastián, y tres veces en Oviedo porque
al ser los coordinadores, la primera y la última reunión tienen que ser
aquí.
"El trato con los
alumnos para mí es muy refrescante. Me ayuda a bajar un poco
de la nube de la superespecialización" |
-¿Y cuál es la clave del éxito para un trabajo en
equipo?
-Cuenta muchísimo el esfuerzo individual. La clave es saber
montar el proyecto de tal manera que los equipos tengan capacidad para
producir sus propios resultados, y no depender demasiado de los
resultados de otro, porque a veces hay pequeños retrasos.
-Cuando se inicia un proyecto de esta dimensión ¿se
empieza un poco a ciegas?
-Sí, siempre es una apuesta, aunque nosotros partíamos ya de
algo de conocimiento de desarrollo de marcadores, porque si no
demuestras que tienes capacidad para realizarlo no te dan el proyecto.
Este en particular fue de más de millón y medio de euros, un costo
bastante grande. La Comisión Europea antes de invertir se asegura de que
tenemos experiencia en el campo en cuestión. Los equipos oceanográficos
tienen experiencia en muestreo de plancton y en la biología y demografía
de las especies, y los equipos de genética sabíamos desarrollar
marcadores con otros propósitos. Nunca lo habíamos hecho para esto, pero
es aplicar el conocimiento a un campo nuevo.
-A nivel personal ¿qué supone un equipo una experiencia
así?
-Pues es una satisfacción enorme, a mí me fascina mi trabajo, es
precioso.
-¿Qué resulta más gratificante la docencia o la
investigación?
-Las dos cosas. No podría elegir, cada cosa tiene su
satisfacción particular. El trato con los alumnos para mí es muy
refrescante y me ayuda a bajar un poco de la nube de la
superespecialización y recordarme cómo se dicen las cosas de una manera
más divulgativa, más clara. Supone una ayuda para encontrar palabras
para expresarnos, y nos obliga a actualizarnos en campos que no son
específicamente los nuestros.
-¿Cuál es el lado oscuro del trabajo de investigación?
-La cara ingrata es la falta de financiación. Investigar es una
apuesta de futuro, y como en toda investigación, cuando empiezas una
cosa no sabes cuál va a ser la respuesta, y a veces la respuesta es algo
que no le gusta al gestor o no se puede conseguir en el tiempo para el
que te dan el proyecto, pues a veces se complican mucho las cosas.
Nosotros tuvimos suerte porque el nuestro es uno de los proyectos más
largos que han dado. Fueron cuatro años, mientras que normalmente son de
tres. Y la mayor parte de los resultados se obtuvieron el último año. En
este caso estuvo bien, pero otras veces no está tan bien. A la gente que
tiene que invertir dependiendo de empresas privadas no les suele gustar
arriesgar el dinero o quieren resultados más inmediatos. La
administración pública en España va a la cola de Europa. Hay
investigadores muy buenos y nos tenemos que pelear por una parte pequeña
de dinero.
La verdad es que para mí es muy frustrante y lastimoso que dirijamos
tesis, creamos doctores muy bien formados, y luego se vayan al
extranjero. Toda esta inversión, que es enorme, después no repercute ni
en Asturias ni en España. Otros muchos abandonan, o se van a preparar
oposiciones para la administración, al instituto, que es un trabajo
precioso pero no es investigación. Es una pena perder investigadores
bien formados.
-Si tuviera medios ¿qué le gustaría investigar?
-Estoy haciendo el trabajo que realmente me gusta, porque mi
investigación está enfocada a la conservación de recursos naturales. Es
muy gratificante trabajar en esto, que después tiene aplicación
práctica. Lo que estamos desarrollando es estupendo y reconozco que soy
una afortunada, porque hay poca gente que pueda financiar investigación
en conservación de recursos. Son temas a los que se suelen dedicar
partidas pequeñas de dinero dentro de la distribución global del dinero
para investigación. Hay más dinero para proyectos con clara aplicación
industrial, para nuevos materiales, para redes cibernéticas, y también
para todos los proyectos relacionados con los humanos. Es lógico, pero
vivimos en un entorno y si no lo conservamos, nuestra propia vida como
especie va a ser imposible.
"Es muy
frustrante: creamos doctores muy bien formados, y luego se
van al extranjero. Toda esta inversión, que es enorme, no
repercute ni en Asturias ni en España" |
-¿Tiene algún proyecto personal que le gustaría
conseguir?
-Sí, y probablemente en unos años lo haga. Sueño, y haré lo
posible por conseguir que no se quede en sueño, con tomarme un año
sabático y poder dedicarme a Cooperación al Desarrollo. Ahora mismo mi
hija menor tiene todavía diez años o sea que no es el momento, además
estoy dirigiendo proyectos, tesis, pero dentro de diez años quizás.
-¿A dónde le gustaría ir?
-Se trata de aprovechar mi experiencia para hacer algo en zonas
empobrecidas. Intentaría lanzar algún proyecto de desarrollo relacionado
con aprovechamiento de recursos naturales, quizás estimación de
poblaciones piscícolas, que ahora mismo es mi especialidad.
-¿De dónde nace esa necesidad?
-Es normal. Si dividiéramos la tierra como la luna, en la cara
oscura y la cara luminosa, yo vivo en la luminosa, en la parte buena.
Estoy entre el porcentaje pequeño de población muy privilegiada. He
podido estudiar, tengo un buen trabajo, soy afortunada, mi trabajo tiene
muchos componentes de hobby, es muy atractivo, muy dinámico, y me parece
justo devolver un poco de todo lo que la sociedad en su conjunto ha
invertido en mí. No es solamente una cuestión de gusto, sino que me
parece una especie de justicia. Además desde un punto de vista egoísta
es también bonito porque estoy segura de que aprenderé mucho con otras
culturas, otra gente. No solamente voy a ir a enseñar, también voy a
recibir, soy perfectamente consciente de eso.
-¿Ha tenido alguna vez una experiencia de ese tipo?
-Sí, la Agencia de Cooperación Internacional alguna vez nos ha
subvencionado algún proyecto. He tenido una becaria, y ahora va venir un
becario sudamericano para hacer la tesis conmigo. Ellos volverán a su
país con la formación que hayan adquirido aquí. También tuvimos un
proyecto de cooperación conjunto con una universidad de la Patagonia,
que salió bastante bien, pero más bien fue un intercambio. ∆ |