Ojo crítico
Texto y foto: Lupercio González.
Francisco
de Asís Fernández es además Coordinador General de IU en Oviedo. Sabe
perfectamente lo que le exige la responsabilidad del cargo que ha
asumido dentro del organigrama del Gobierno regional. "Soy un militante
disciplinado -señala Francisco de Asís- en primer lugar, del Partido
Comunista y en segundo lugar de IU. Hago lo que mi fuerza política me
dice y voy donde me sitúe, y trato de hacerlo siempre con la mejor
voluntad. Sé que ahora mismo de lo que yo haga o deje de hacer, depende
la seguridad pública de centenares de miles de personas. Eso
naturalmente es una responsabilidad que me pesa, pero no la temo".
-¿Dónde van a estar centradas las prioridades de esta
Dirección?
-Yo parto de una concepción integral de la seguridad pública, es
un concepto amplio de beneficio para la ciudadanía, que seguramente no
se puede compartimentar. Tenemos problemas competenciales y las
competencias de esta Dirección General llegan hasta donde llega el
propio Estatuto de Autonomía de Asturias. Evidentemente hay prioridades;
tenemos el compromiso de sacar adelante una ley, en la que ya estamos
trabajando, sobre coordinación de policías locales. Hay que tratar de
homogenizar su formación. Los policías locales son funcionarios
públicos, trabajadores de la Administración y hay que procurar que la
ley recoja la mayor cantidad de mejoras posibles, porque estoy
convencido de que la gente que trabaja a gusto, trabaja mejor. También
tenemos el reto de ir excluyendo todos los residuos de carácter militar
que quedan todavía del pasado, en cuanto a la nomenclatura, por ejemplo,
de los grados del cuerpo de la policía local, para introducir una nueva
que tenga más que ver con su carácter de cuerpo civil.
-También estáis desarrollando la Ley de Espectáculos
Públicos y Actividades Recreativas.
-Estamos embarcados en ello, en el desarrollo reglamentario de
esa ley, que versa sobre algunos temas que han originado una inquietud
social importante. Hay una demanda social, por una parte, en relación
con el descanso de los ciudadanos, algunos de ellos justamente
preocupados por un exceso de ruidos en las zonas donde viven, como
consecuencia de eso que se ha dado en llamar "la movida". Pero por otra
parte, estos intereses, que son legítimos, concurren y a veces chocan,
contra otros que no son menos legítimos, como los que atañen a los
hosteleros que tienen esa profesión o ese modo de vida. Naturalmente
ellos también necesitan de una regulación, que dé seguridad jurídica al
sector, que excluya la competencia desleal dentro del mismo y que les
permita trabajar con tranquilidad.
Luego están los consumidores, muchas veces jóvenes y también personas
bien entraditas en años, que frecuentan la noche, sobre todo fines de
semana. Pero es el sector juvenil particularmente, el afectado por estos
temas. Por consiguiente, el desarrollo reglamentario en lo que respecta
a horarios de apertura y cierre de los establecimientos, al aislamiento
acústico de los que tienen autorización para emitir música amplificada,
etc., son temas importantes.
Y estamos llevando a cabo un esfuerzo importante para dotar de mayores y
mejores medios a Bomberos de Asturias y también a todo el sistema de
intervención a través del 112, que es el teléfono de emergencias.
"Si
no se está de acuerdo con el tronco fundamental de una
política lo que tiene que hacer uno es irse de esa fuerza
política a otro sitio" |
-¿Podría decirse que Asturias es una región segura?
-Nunca estaría satisfecho de la seguridad de una región, ni de
una ciudadanía. Malo sería que un responsable de seguridad pública
estuviera plenamente satisfecho. Ahora bien, si se establecen
comparaciones de cómo está la seguridad, la respuesta a emergencias, la
celeridad en las intervenciones, el funcionamiento de los bomberos,
etc., en esta comunidad autónoma, creo que no vamos mal, y que además,
podemos ir bastante mejor. En dos o tres años podemos culminar una tarea
muy importante de mejora de lo que son los instrumentos de la Seguridad
Pública en Asturias.
-Tras los atentados de Madrid del 11-M, Vd. se sumó a la
controvertida protesta ante la sede del PP en la jornada de reflexión
antes de las elecciones generales. ¿Se siente un cabeza de turco de esta
situación?
-En primer lugar, quiero reafirmar que he actuado de acuerdo con mi
conciencia, con lo que era una exigencia y una urgencia ética, y
mientras no se me convenza de lo contrario, tengo muy claro que lo
volvería a hacer tantas veces como fuera necesario.
En ese sentido estoy muy tranquilo, lo más importante para una persona
es estar tranquilo con su propia conciencia. Además, he actuado dentro
de la ley, porque lo que está excluido en la jornada de reflexión son
los actos de propaganda electoral, y yo no he puesto en práctica ninguna
propaganda electoral, no he pedido el voto para ningún partido, lo único
que pedí fue: "Queremos saber la verdad". Ese es un derecho fundamental
del ciudadano, el derecho a ser informado de forma veraz. Y es cierto
que después se desató una campaña muy violenta verbalmente por parte del
PP y por parte también de algunos medios de comunicación que me han
fustigado duramente. El Partido Popular no se ha conformado con los
resultados obtenidos y ha estado pataleando de todas las formas que
puede, una de ellas es la de deslegitimar los resultados del 14 de
marzo.
-Al parecer molestaba que un cargo público acudiera a
esa protesta, como es su caso.
-Dentro de la llamada clase política hay fenómenos de "solidaridad
corporativa" de los cuales yo no participo en absoluto. Para mí, ser
Director General de Seguridad Pública es exactamente igual que ser
profesor de instituto, ser médico, barrendero, minero... Estoy haciendo
esta tarea, pero yo no tengo ningún tipo de solidaridad corporativa. Yo
actúo conforme a mis convicciones y a mi ética, y eso hay veces que
rompe cosas. No ha roto ninguna ley, pero sí quebranta determinados usos
y costumbres, y quienes participan de esos usos y costumbres se sienten
incómodos con alguien que perteneciendo al mismo ámbito corporativo no
comulga con la forma de actuar.
-Se dice que un cargo político lo es las 24 horas del
día y no puede separarse de su condición de cargo público, de miembro
del partido o de simple ciudadano, entonces ¿dónde están los límites
entre lo institucional y la condición de simple ciudadano?
-Yo por lo menos no soy esquizofrénico. Soy Francisco de Asís
Fernández, de profesión profesor de literatura, calzo el 41, ahora estoy
trabajando como Director de Seguridad Pública y actúo como Coordinador
General de IU de Oviedo... y puedo seguir diciendo muchas cosas más.
Todo eso son datos acerca de un individuo que soy yo. Evidentemente
comparto en todo momento todos esos datos las veinticuatro horas del
día, pero ésa no es la cuestión. Plantear las cosas así es entrar en un
sofisma. La cuestión es si cuando actúo, educando a mis hijos, o
despidiéndome de mi mujer dándole un beso, estoy actuando como Director
General de Seguridad Pública. Evidentemente, no, aunque lo siga siendo,
porque tengo otra actuación en el plano de lo personal, de lo humano, de
lo familiar. Cuando estoy reunido con los policías locales para trabajar
sobre la ley de coordinación de policías locales ¿dejo de ser padre de
familia? Evidentemente no, pero no estoy actuando como padre de familia.
Pues bien, es cierto que la noche del día 13 de marzo yo no dejé de ser
nada de lo que soy incluido Director General de Seguridad Pública, pero
no estuve actuando como tal allí, mi actuación era la de un ciudadano
que pretende ser un ciudadano libre e informado, que pugna por sus
derechos, en lo que piensa que es un estado de derecho, eso es todo.
Plantear las cosas de otra manera es tratar de sacar las cosas de quicio
interesadamente.
-¿Hay alguna manera de definir lo que es políticamente
correcto e incorrecto?
-Políticamente correcto no es más que una convención tácita, una
especie de sobreentendido que tiene que ver con los usos y costumbres de
un determinado grupo humano, en este caso del grupo de la gente que se
dedica a la política, que consideran como políticamente correcto lo que
más o menos todos hacen, es decir, en el marco en el que se mueven.
Cuando alguien se sale de ese marco y dice alguna cosa insólita, o hace
algo poco usual, está saliéndose del marco corporativo, y eso sería lo
políticamente incorrecto. Evidentemente esa categoría ni está
incriminada en las leyes, ni supone ningún tipo de vulneración de la
ética, sino a veces todo lo contrario.
"Mi
actuación fue la de un ciudadano que pretende ser libre y
estar informado, que pugna por sus derechos, en lo que
piensa que es un estado de derecho, eso es todo. Plantear
las cosas de otra manera es tratar de sacar las cosas de
quicio interesadamente" |
-Ha dicho antes que si se volviera a repetir una
situación similar saldría a la calle tantas veces como fuera necesario.
Y si lo fuera con el Partido Socialista en el gobierno ¿volvería a
hacerlo?
-Estoy convencido de que este Partido Socialista, que ahora está en
el gobierno de Asturias y del que somos aliados corresponsables, no
haría una cosa así. Pienso que si hiciera una cosa así, de ocultamiento
flagrante de la verdad y utilización partidaria de los muertos, no
tendría ningún sentido que hubiese una cooperación entre partidos y
seguramente no habría acuerdo de gobierno. Evidentemente, como no es
así, pues hay acuerdo de gobierno. Pero voy más lejos; si la pregunta
llega hasta el extremo de si por defender lo que yo creo que es justo,
algún día tuviera que entrar en contradicción con algún socio político,
o voy más lejos, con la propia fuerza política de la que milito, que no
quepa la menor duda de que siempre haría prevalecer lo que yo considero
que es una obligación ética, siempre con toda lealtad al ámbito en el
que me muevo. Y si fuera necesario, llegado el caso, que lo que se me
manda yo no lo puedo cumplir porque mi conciencia no me lo permite, pues
abandono este cargo, o esta fuerza política o lo que tenga que
abandonar. Soy una persona disciplinada y corresponsable, y puedo hacer
muchas veces, cuando quedo en minoría, lo que la mayoría de mi fuerza
política me dice que debo hacer, pero eso siempre dentro del marco de
flexibilidad de funcionamiento. Disciplinadamente cumplo lo que
colectivamente se elabora dentro de IU, dentro del PCE, pero eso tiene
unos límites. Los límites son estar de acuerdo con el tronco fundamental
de la política que se hace. Si no se está de acuerdo con el tronco
fundamental de una política, lo que tiene que hacer uno es irse de esa
fuerza política a otro sitio.
-Vista la nueva orientación de la política española
¿mira hacia el futuro con esperanza?
-Siempre miro con esperanza. Para mí la esperanza en política es
un concepto profundamente histórico, como decía Gramsci, soy optimista
histórico. También tengo claro el optimismo de la voluntad, que a veces
choca con el pesimismo o con el realismo del entendimiento. Dicho de
otra manera: persigo una sociedad plenamente emancipada, donde no haya
explotadores ni explotados, en definitiva, una sociedad socialista que
acoja entre sus postulados la igualdad entre los hombres y las mujeres,
el respeto a la naturaleza y la defensa de este planeta para las
generaciones futuras. Todo ese mundo es posible, aunque seguramente aún
lejano. ∆ |