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SUPLEMENTO ASTURIAS
- DICIEMBRE 2004
MUSICA PARA ASTURIES
Si algún
elemento hay que simbolice la tradición musical asturiana, ése es sin
lugar a dudas la gaita. Las notas que salen de su interior recuerdan
sonidos ancestrales que evocan nuestro pasado celta y nos unen a otros
pueblos.
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Foto: L.G. |
Lisardo Lombardía,
creador de la discográfica Fono Astur y director del Club Prensa
Asturiana, es un gran conocedor de la tradición musical de nuestra
tierra. Los bailes y por supuesto la tonada, completan el rico mosaico
de expresión del sonido astur.
-¿Cuáles son los elementos más representativos de la
cultura musical asturiana?
-A nivel instrumental, no cabe duda de que lo más simbólico de
Asturias es la gaita. Eso no quita que afortunadamente Asturias tenga
una riqueza importante. No nos olvidemos de que el violín tuvo una
importancia grande, sobre todo a partir del primer tercio del siglo XX,
cuando era muy frecuente que los gaiteros fueran al mismo tiempo
violinistas. También hay otros, como el acordeón o el clarinete. Las
percusiones siempre tuvieron una importancia muy grande, por la sencilla
razón de que eran los instrumentos más fáciles de tener, ya que se hacía
percusión también con cualquier utensilio doméstico. Los panderos es lo
más habitual, en distintas modalidades y en toda Asturias, pero desde
luego quien reina es la gaita, es el instrumento simbólico y también el
de más lujo.
-Los bailes son otro aspecto que también nos define.
-El folclore bailable sí que es un campo amplísimo.
Afortunadamente Asturias tiene una riqueza folclórica enorme. Hay que
distinguir los ramos rituales en la zona oriental, bailes y danzas tan
señaladas como el pericote o el corricorri en el oriente. La enorme
cantidad de jotas y saltones que están presentes en toda Asturias,
bailes de panderos característicos de la zona occidental, como los
vaqueiros, como la media vuelta, la araña... Es muy amplio.
-Hay varios tipos de danza, según la ocasión.
-Las danzas son melodías bailables de carácter comunitario, con
pasos sencillos precisamente para permitir participar a todo aquel que
lo desee. Las hay cerradas y abiertas, las hay de gente que se coge por
la mano o por el dedo meñique. Estas danzas a su vez pueden tener un
carácter ritual y ceremonial, vinculado a los santos patronales, y las
danzas festivas, para divertirse, que se bailan con pasos sencillos y se
echan coplas improvisadas de pique.
Foto: Juanjo Arrojo |
-La tonada goza de un gran prestigio.
-Claro. Tenemos por un lado la parte instrumental, luego la
parte bailable y después la tonada, la canción asturiana tradicional por
excelencia, que tiene una raíz histórica muy antigua y que entronca con
otros cantos similares del resto de Europa y de todo el mundo. La
diferencia en Asturias es que es un canto profundo, un canto de tensión,
incluso en la parte técnica, ya que tiene que ser con el diafragma
tenso. Es muy expresiva, con contenidos líricos y además es un gran
patrimonio.
-¿Qué papeles jugaban la mujer y el hombre?
-Las mujeres eran las que organizaban las danzas, los bailes,
las reuniones semanales para bailar. Tenían un protagonismo muy grande
en este tema. Su vida se desarrollaba más en torno a la casa, en torno a
la propia actividad comunal, vecinal, mientras que el hombre tenía una
vida mucho más independiente, iba a la taberna, era más cantador de
tonada, por ejemplo. A quienes más les gustaba bailar era a las mujeres,
aunque los hombres evidentemente también participaban. Esa era la manera
de relacionarse, en ese sentido no cambió nada, es decir, hoy en día
vamos a la discoteca, pero en aquel momento se hacían bailes con otros
tipos de normas, de pasos coreográficos. La mujer en general en
Asturias, mantuvo un papel de bastante personalidad relativa con
respecto a otras zonas.
-¿Cuál está siendo la proyección musical en el exterior?
-Yo creo que de una manera objetiva, los lazos con la Europa
celta están canalizados vía actividades privadas y asociativas, es
decir, con poco apoyo institucional.
Desde Asturias hay lazos de amistad e intercambios culturales con otros
grupos de música folk. Los músicos de cierta trascendencia se están
moviendo dentro de la Europa celta con frecuencia, hablamos de Tejedor,
Llan de Cubel, Felpeyu. Hemos participado en certámenes como el Celtic
Conexión de Glasgow, pero no cabe duda de que el gran motor de esa
conexión céltica fue la participación de Asturias en el festival
intercéltico de Lorient. Lorient es una oportunidad única, porque son
diez días de estancia, con aproximadamente cuatro mil músicos de todos
esos países, que permite sobre todo intercambios de experiencias. Es una
especie de laboratorio en vivo de folclore musical. Cada vez es más
frecuente, curiosamente, escuchar discos y ver grupos que tocan piezas
asturianas con naturalidad. Hay una proyección real, que podría tener
mucho más eco si institucionalmente se asumiera esto como algo
importante. No olvidemos que Asturias es una región periférica de
Europa, el Arco Atlántico, y que además de características históricas,
culturales, geográficas y climatológicas, tiene problemas similares a
esas otras zonas. Dentro de eso, la música como factor cultural y
económico yo creo que es un valor de primera magnitud. /
Quino Hernández
José Angel Hevia
Gaitero
Reconoce que para triunfar hacen falta dos
componentes: trabajo y suerte. Así, este gaitero asturiano ha conseguido
llegar a lo más alto, con quince discos de oro y doce de platino.
Texto: Lupercio González / Foto cedida por J.A.Hevia
S u padre es un
conocido gaitero en Villaviciosa y él aprendió a tocar la gaita
asturiana. Pero su ilusión por ir más allá le llevó a construir una
gaita diferente, un modelo revolucionario: la gaita eléctrica.
-¿Qué ha aportado la gaita a la cultura asturiana?
-La gaita durante siglos, como en cualquier país que hubo gaita,
lo que aportó fue música. Hasta hace tres décadas la gente que se ponía
a tocarla, lo que quería era hacer una música, que como toda la música
tradicional, servía para algo, tenía una utilidad. Es decir, servía para
acompañar un funeral, una procesión, para bailar, casi nunca era música
para escuchar.
A partir de un momento determinado esos elementos culturales, dejan de
ser simplemente música para convertirse en algo más. Las comunidades que
tienen un instrumento así, con mucha fuerza, como es el caso de la gaita
en Asturias, han visto una seña de identidad en ella desde entonces.
Esto tiene su parte, muy buena, y otra parte también negativa. Lo bueno
es que se protege la seña de identidad, se asume como un patrimonio y se
trata de que perdure. Por otro lado tiene el peligro de que al ser una
seña de identidad, y no ser solamente una música, se le piden al músico
una serie de responsabilidades, que en realidad no tendría porque
afrontar. Se le pide que sea respetuoso con una tradición y que vista el
traje tradicional de Asturias cada vez que va a tocar. Y al pedirle esto
estamos coartando de alguna manera su libertad de creación. No hay más
que observar que los repertorios hoy día están un poco estancados porque
la gente no se atreve a componer todavía. Todavía está muy verde el
movimiento en torno a la música de gaita.
-¿Qué aporta la gaita midi a la evolución de nuestra
gaita?
-Yo creo que aporta muchísimo, para mí por lo menos aporta mi
discurso musical basado ya en ese instrumento. A la hora de crear temas
con la gaita tradicional estábamos un poco limitados en cuanto a
tonalidades y demás, y con la gaita electrónica puedo tocar
absolutamente todo.
-En su momento tuvo su polémica.
-Sí, eso viene pasando desde siempre, desde hace muchísimos
años. Cuando tú introduces una innovación en un instrumento tradicional,
siempre llueven encima las críticas. Creo que tiene que ser así, tiene
que haber cierta reacción ante lo que significa una revolución, porque
de esa manera se conserva el meollo de esa tradición, después se va
asumiendo y con el paso de los años se convierte en algo normal. Además
yo creo que la gente hoy en día ya sabe muy bien que la gaita
electrónica no sustituye a la gaita tradicional.
-¿Crees que la gaita en sí misma goza del reconocimiento
que se merece?
-No podemos ir de víctimas, cada instrumento tiene el
reconocimiento que se merece porque se lo han ganado quienes lo tocan.
Hay que ganárselo como se lo ganó el flamenco durante cien años, como el
rock, o el pop, o como se lo ganó durante siglos la música clásica. El
respeto nos lo ganamos nosotros, y es verdad que todavía no sabemos en
Asturias atraer la suficiente atención por parte de las instituciones,
pero dado que los políticos siempre van por detrás de la realidad y
responden a la realidad social, deberíamos mirarnos a nosotros mismos,
los gaiteros, y preguntarnos por qué no existe todavía una titulación de
los estudios de gaita oficial, o por qué no hay más apoyo del Principado
a esta música, pero echándonos la culpa a nosotros mismos, no a los
políticos. ∆ |
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