Después de más de veintisiete años de
experiencia y varias condecoraciones y medallas al servicio, José Luis
Llamazares publica "Derechos y obligaciones en el esquí y en la
montaña". El es probablemente la persona más cualificada para escribir
un libro tan interesante y útil como éste.
Texto: Gerardo Calvo / Fotos
cedidas por J.L. Llamazares
Era
un libro necesario. Un libro que hacía falta escribir. Recoge todos esos
aspectos legales que nos podemos encontrar en un accidente, o en la
simple práctica del montañismo y del esquí, y que de un modo u otro, nos
afectan. Aspectos que hasta ahora no estaban unificados en una sola
obra, y que aquí podemos consultar con suma sencillez, y con un rigor
garantizado.
-¿Cómo surge la idea del libro?
-Como Guardia Civil de rescate en montaña y como abogado, soy
partícipe de múltiples incidentes y situaciones comprometidas, muchas de
ellas con problemas jurídicos. Al unir las dos cosas, me animé a
escribir porque me parecía necesario ampliar los conocimientos que se
tienen sobre el tema. Además, estoy observando que no hay libros sobre
esto, de hecho la editorial está asustada del éxito que ha tenido y en
la distribuidora me han dicho que están a un doscientos por cien en las
ventas. Eso quiere decir que ha llegado a la gente. Si sirve para que
una sola persona se salve de un problema o se evite un accidente, ya me
siento satisfecho, porque esa es la idea principal por la cual decidí
escribir el libro.
"Si
este libro sirve para que una sola persona se salve de un
problema o se evite un accidente, ya me siento satisfecho" |
-¿Cómo afectan los problemas legales a los montañeros?
-En las actividades que hacemos nosotros, como Guardias Civiles,
nos podemos ver envueltos en un problema: un atestado, en unas
diligencias, o en un juicio. A mí me han llamado ya varias veces para
ser testigo en casos de accidentes de montaña, sobre todo por cuestión
de seguros. Tuvimos un caso que puede ser ilustrativo: un montañero se
mató, y cuando su señora cogió la póliza de seguros y fue a cobrar, se
la denegaron porque, dijeron, estaba haciendo alpinismo, y dentro de la
cobertura de esa póliza no entraba el alpinismo. ¿Qué estaba haciendo
realmente? ¿Dónde está el límite entre lo uno y lo otro? Todo esto hay
que delimitarlo, y como hay un vacío legal tan grande, quise también por
otra parte tocar la sensibilidad de la gente que debe legislar el tema
para manifestar que hay un problema en la mesa, de forma que cuando los
montañeros o esquiadores vayan a realizar una actividad y contraten un
seguro, deben tener la tranquilidad de saber que cuentan con toda la
información necesaria.
-¿Qué debería saber todo el mundo antes de salir a la
montaña?
-Habría que tener conocimientos generales de lo que queremos
hacer, y saber nuestros derechos y obligaciones. Debemos saber qué
material necesitamos, la legislación que hay, los seguros que debemos
contratar, y también tenemos que estar federados. El tema de la
federación es también un poco solidario, para que las federaciones se
puedan presentar como un gran colectivo y reclamar legislación especial
a las autoridades. En cuanto a las obligaciones, se trata sobre todo de
respetar, y además conocer perfectamente lo que queremos hacer, es
decir, yo voy a la montaña, pero, ¿estoy preparado físicamente? Hemos
tenido muchos problemas con gente que está enferma del corazón, otros
que se rompen una pierna en la primera bajada y situaciones parecidas:
llega el invierno y el primer día hay quien coge los esquís, se pega una
bajada de impresión, se da una torta y se rompe todo.
Hay quien no sabe hacer la "o" con un canuto y se pone a subir Peña
Ubiña con hielo y sin crampones, o se los quieren poner en mitad de la
ladera, y entonces puede pasar de todo.
-Otro tema que últimamente está presente es el de las
estaciones de esquí y las invasiones de pistas y demás. ¿Cómo está
regulado todo eso?
-Bueno, ahí entramos en algo muy delicado, el tema de las
lesiones. Por ejemplo, si tú bajas esquiando y uno de snowboard u otro
de esquí te lleva por delante, tienes el artículo 147 del código penal,
que te da si la necesitas, una asistencia facultativa y además
tratamiento médico o quirúrgico. Aparte, a ese señor le pueden meter de
seis meses o tres años de prisión. Si por ejemplo ya no necesitas esa
asistencia facultativa, o el tratamiento, por esos hechos culposos le
pueden meter un arresto de tres a seis fines de semana, o una multa
inclusive de uno a dos meses.
Otra cosa que puede ocurrir: estás esquiando, te llevan por delante y el
señor se marcha. Ahí se ha faltado al deber del socorro, que es el
artículo 195 del Código Penal. Le pueden meter de seis a meses a un año
de prisión, más la multa de seis a doce meses suponiendo que haya sido
un choque fortuito. Y eso te puede pasar perfectamente en la montaña.
-Ahora mismo todo está contemplado, todo está todo lleno
de leyes...
-Es que además, al montañero y al esquiador parece que nos gusta
decir siempre que somos libres. Pero la libertad de uno termina donde
empieza la libertad de los demás. En el libro, yo pongo jocosamente:
¿realmente somos libres? Desde que te levantas, sales de casa y coges tu
coche, ya necesitas el código de circulación. Si vas por el monte y te
pones a acampar en cualquier sitio, tienes una Ley de Medio Ambiente, y
así sucesivamente. Ahí es donde yo quiero llegar: señores hay libertad,
pero tenemos leyes por todos los sitios porque hay que delimitar la
libertad de cada uno y la de los demás.
"Cuando los montañeros o esquiadores vayan a realizar una
actividad y contraten un seguro, deben tener la tranquilidad
de saber que cuentan con toda la información necesaria" |
-En todos estos años de experiencia en rescate, ¿hay
alguna vivencia que te haya marcado?
-Hay varias, pero fundamentalmente son los rescates de los
propios compañeros, de los que yo ya llevo seis. Hace apenas unos meses
se mataron dos compañeros nuestros en Vegadeo. Cuando vas para allá al
rescate, y ves a tus propios compañeros allí, muertos, te afecta mucho.
También en otras ocasiones se hace muy duro el contacto con los
familiares, por ejemplo cuando buscamos a estos chicos de Oviedo, a
Centeno y a Cabal. Todos los días cuando llegas a casa te preguntan por
teléfono, y tienes que decirles que a ver si mañana hay más suerte. Y
eso después de dos meses, que ya ves que no hay opción de nada,
intentando animar a unas personas que ya sabían lo que había... Es
difícil de llevar. Y esta situación día a día durante cinco meses, pues
te afecta. Esas personas para mí son amigos, con todas las de la ley,
porque hemos vivido situaciones críticas juntos, yo buscando a toda
costa, y ellos perdiendo un hijo, que es lo peor que te puede pasar, y
todo eso te va marcando. Yo creo que son las dos situaciones más
potentes de mi experiencia profesional.
-¿Cuáles son los pasos a seguir en caso de accidente?
-Yo siempre recomiendo que se hagan diligencias judiciales si el
accidente entraña cierta gravedad, y sobre todo, en caso de muerte. No
obstante la ley obliga a hacer diligencias siempre y cuando haya una
muerte violenta, y en el monte, normalmente, las muertes son violentas.
Esas diligencias incluyen una inspección ocular. Eso supone que iría la
Guardia Civil de montaña a inspeccionar la zona para ver qué es lo que
ha podido ocurrir, y lo pone todo detallado por escrito. De esta forma
nos evitaríamos que después dos meses, o un año, salga el juicio y que
se dude de si este señor estaba haciendo esto o lo otro. Tú lo tienes
escrito, incluso con fotografías, y con los avisos correspondientes a
toda la gente.
Otra cosa que no se debe hacer nunca en estos casos es dejar al herido
solo. Seguidamente, y cuanto antes, hay que dar el aviso con toda la
información, y que la evacuación sea lo más rápida y segura posible. ∆ |