Deja impresa su pasión por el medio rural allá por donde pasa. Sabe
que el secreto está en sabia utilización de los avances tecnológicos,
puestos al servicio de los habitantes del medio rural. Lo moderno y la
tradición pueden vivir en armonía, todo depende de un cambio de
mentalidad.
Texto y foto: Lupercio González
Eduardo
Lastra fue durante muchos años alcalde del municipio de Taramundi, un
concejo a punto de desaparecer que supo ponerse a la vanguardia de lo
que puede ser un desarrollo rural sostenible. Los hechos hablan por sí
solos, hoy, desde el Instituto de Desarrollo Rural. "En el medio rural
-señala Eduardo Lastra- hay posibilidades, hay recursos que se pueden
poner en valor. La filosofía es que el medio rural tiene que ser algo
vivo".
-¿La gente con iniciativas tiene posibilidades en el
medio rural?
-Siempre es complejo, pero hay posibilidades reales de sacar
adelante cuestiones en el medio rural. Hay recursos para la gente que
tenga iniciativas a través de los PRODER y de los LEADER. La idea
central es conseguir que el medio rural siga vivo, tenga dinamismo,
genere economía y que la gente pueda vivir en unas condiciones
aceptables.
-El éxodo rural es una cuestión a paliar. ¿Qué elementos
son necesarios para conseguir fijar población en ese medio?
-Los elementos que tienen que ayudar a fijar población en el
medio rural van en dos direcciones. Primero, crear las condiciones que
permitan a la gente vivir con un trabajo, con unos servicios,
exactamente igual que otro ciudadano que vive en otro territorio. Se ha
avanzado muchísimo en los últimos años, pero hay que seguir. Las nuevas
tecnologías, por ejemplo, son fundamentales en la medida en que pueden
ayudar a la gente que desarrolla su actividad en el mundo rural; o
incluso favorecer que parte de ese mundo urbano pueda trasladarse al
mundo rural. Es verdad que está emigrando gente del campo, pero también
es verdad que hay gente que quiere irse a vivir al medio rural, y que
hay que poner condiciones para que la vida del medio rural resulte
atractiva. Lógicamente, junto a eso hay que crear otra serie de
estructuras y de posibilidades, sobre todo la diversificación de las
actividades. Ahí tenemos el gran reto. Los programas PRODER y LEADER
precisamente son para fomentar la diversificación en el medio rural.
Tenemos todo el territorio rural cubierto con estos programas.
"Me gustaría que
quedara un medio rural muy vivo, con dinamismo, con
esperanza y con ese cambio de mentalidad" |
-Medio rural y medio urbano. ¿Cree necesario concienciar
a la gente de que lo uno sin lo otro no puede subsistir?
-Lo digo siempre: tiene que haber una complicidad entre lo
urbano y lo rural. Es absolutamente imprescindible para que subsistan
las dos cosas, y eso por varias cuestiones: una, porque el mundo urbano
exige unos alimentos que puede producir el mundo rural cada vez con
mayor calidad, más identificados, sanitariamente controlados, que ya se
están produciendo; y porque además la gente del mundo urbano va cada vez
más al mundo rural a descansar, a pasar el fin de semana. Esa
complicidad hay que potenciarla. No podemos crear enfrentamientos entre
ambos porque eso sería el suicidio. Que desaparezca lo rural es un lujo
que no nos podemos permitir.
-No obstante hay voces que dicen que "esto se acaba".
-Es verdad que baja la actividad agraria, pero no en volumen de
negocio. Ahora mismo en el mundo rural hay más ganado, más vacas, que
hace unos cuantos años, aunque haya muchas menos explotaciones.
A veces hay demasiado pesimismo. Es quizás lo que se detecta por encima,
pero luego, si profundizamos un poco más y hablamos con gente
comprometida con el medio rural, como los propios alcaldes, los
trabajadores, los profesionales, la gente que vive en el medio rural,
sean ganaderos o artesanos, se detecta que el cambio que hubo en estos
últimos tiempos ha sido muy fuerte. Hay una población envejecida, el
índice de la población en el medio rural va bajando, es una realidad.
Pero también es verdad, que hay otro segmento de la población que sí
tiene optimismo y que ha invertido mucho dinero en el medio rural,
porque tiene confianza en que aquello funcione. Eso es lo que hay que
contraponer cuando a veces se dice "esto se acaba, se muere". Tenemos
que ser optimistas, porque como decía antes, hay un grupo de población
que ha invertido en el medio rural, que se queda en el medio rural, que
le gusta el medio rural y que quiere al mundo rural y está ahí
trabajando, desarrollando sus actividades de una manera muy racional y
muy seria. A esa gente hay que apoyarla.
-Hay quien señala que el turismo rural es una
alternativa de desarrollo del campo, ¿es eso posible?
-Es un elemento más, porque al margen del turismo, que es un
fenómeno importante, ha generado inversiones sustanciosas en el medio
rural, ha generado intercambio de culturas. Es una actividad
complementaria de las actividades principales y no va a subsistir si no
existe el sector primario. Si en un pueblo queda una casa de aldea,
aunque esté muy bonita, muy bien arreglada, con mucha calidad, y en un
sitio muy espectacular, que es lo que hay en general en el medio rural,
no va a tener muchas posibilidades de funcionamiento si allí no vive
nadie más. Es importantísimo que el sector primario tenga vigor, que
mantenga el territorio. Y eso se puede hacer de varias maneras, con las
actividades ganaderas que existen en la actualidad, y también con
actividades complementarias que se puedan desarrollar, de tipo
artesanal, industria agroalimentaria, etc. Todas esas cuestiones añaden
un valor importante al producto que se genera en el campo, en cuanto a
rentabilidad y a empleo. Ese es el proceso que tiene que haber y ésa es
la vida que tiene que haber, y si eso va desapareciendo, al final el
turismo acabará cayendo.
"Las nuevas tecnologías son un elemento importante. Tienen que llegar
a todos los puntos del medio rural"
-El monte, ¿es un recurso importante para la
supervivencia del medio rural?
-Prácticamente el 80% de la superficie de Asturias es monte. Es
una cuestión vital para el mundo rural. Existe el Plan Forestal de
Asturias, que es un elemento clave para el desarrollo del bosque y debe
ser orientado en dos direcciones: una, hacia una madera de calidad,
creando la cultura del bosque y de la silvicultura, en el sentido de
cuidar, podar y de limpiar los montes. No es lo que más se está
haciendo, desgraciadamente. Ese es un proceso importante a trabajar y
desde luego, puede generar mucho empleo. Dos, hay que animar a los
propios empresarios a que lleven a cabo esa segunda transformación de la
madera, que apenas se está haciendo en Asturias. Ahora mismo el plan de
investigación que estamos desarrollando en la finca vivero de la Mata,
en Grado, nos va a permitir disponer de plantas de primera calidad, con
unos tratamientos antienfermedades en castaño, cerezo, nogal y pino del
país. Estamos siendo punteros en esa investigación en España. Entonces,
cuando vayamos trasladando esa información hacia el sector privado,
hacia los viveristas, los propietarios de los montes, los empresarios,
se estará dando el primer paso, que es producir una madera de calidad.
Por otra parte, es necesario que seamos capaces de hacer esa segunda y
tercera transformación de la madera, y no conformarnos sólo con los
aserraderos tradicionales, es decir, hacer el tablón y venderlo donde
podamos. En esas escalas es donde hay que trabajar en este Plan
Forestal, y que desde la Administración tenga la dotación presupuestaria
para que realmente se ejecute.
-Se habla de agricultura sostenible pero, ¿cómo se
conseguirá en Asturias con las consecuencias que origina la política
agraria comunitaria (PAC)?
-La reforma de la PAC, aunque faltan todavía decisiones por
tomar, va a influir negativamente en el mundo rural. Una vez que se diga
definitivamente cómo va a quedar dicha reforma se sabrá qué medidas se
podrán tomar desde el Estado y desde las comunidades autónomas para
intentar paliar sus efectos negativos. Ese es el reto que tenemos. Antes
del mes de agosto de este año se tendrá que definir exactamente cuál va
a ser la aplicación concreta de la PAC aquí en España y eso tiene que
definirse desde el Estado, esperemos que con un consenso de todas las
comunidades autónomas. A partir de ahí veremos el escenario que queda y
cómo corregir alguna de esas deficiencias. A nosotros nos preocupan
porque puede incidir, además de en Asturias en su conjunto,
especialmente en las zonas de montaña, porque es un territorio muy
sensible, que ya tiene un fuerte problema de despoblamiento y que se
podría agravar más.
"Hay un segmento
de la población que sí tiene optimismo y que ha invertido
mucho dinero en el medio rural, porque tiene confianza en
que funcione" |
-¿En qué fase se encuentran los programas de ayudas
LEADER y PRODER?
-Estamos más o menos a mitad de periodo de ejecución, lo cual no
quiere decir que los grupos lleven ya tres años funcionando. Los grupos
tuvieron su periodo de adaptación, llevan un poco más de un año
funcionando, y creo que lo están haciendo muy bien. Hay mucho rigor,
mucha responsabilidad y mucho compromiso, por parte de todos los que
participan en estos grupos, sean instituciones públicas, asociaciones
privadas, sindicatos, asociaciones, empresarios, etc.
Se está dando lugar a que se abran nuevos abanicos de diversificación en
el medio rural, y desde luego, que se pueda gastar e invertir todos esos
recursos porque estamos hablando en torno a los veinte mil millones de
pesetas para este periodo hasta el 2006, que es mucho dinero. Cuando
hagamos el balance de finales del 2006 de lo comprometido hasta el 2008,
en el 2006 finaliza la solicitud de proyectos, dicho balance tiene que
ser tremendamente positivo, porque hay mucho esfuerzo detrás, mucho
trabajo y también dinero y muchos emprendedores que están planteando
iniciativas.
-Cuándo termine tu etapa en este cargo ¿qué te gustaría
que quedara como herencia para futuras generaciones?
-Me gustaría que quedara un medio rural muy vivo, con dinamismo,
con esperanza y con ese cambio de mentalidad. Creo que se consiguió en
Taramundi. Desde que empezamos con el proyecto de turismo rural en el
año 83-86 hasta hoy, no sólo ha originado el cambio físico del
territorio o el surgir de las iniciativas, que es importante, sino el
cambio de mentalidad de la población, que se siente orgullosa de ser de
donde es. Esa es la mejor herencia que se puede dejar. Yo soy del mundo
rural, vivo en el mundo rural y me siento orgulloso de vivir en el mundo
rural. ∆ |