Lo natural y lo tradicional deben saber
conjugarse con la modernidad para poder ofrecer productos autóctonos de
calidad en un mercado cada vez más exigente.
Texto y
foto: Lupercio González
Calidad y buen
hacer
E nrique Pantín Chao
lleva más de tres años y medio al frente de este área. Sostiene con
ilusión y empeño que nuestra región tiene mucho que ofrecer, pero para
ello se requiere valorar nuestro tremendo potencial agroalimentario y
dotarlo de las herramientas necesarias para su comercialización.
-¿Goza Asturias en la actualidad de buenos recursos
agroalimentarios para ofertar?
-Todos sabemos lo que significa la producción ganadera en la
renta agraria regional que es su mayor peso. La situación es muy
dispersa y muy diferente cuando hablamos de la transformación de los
productos, de la industrialización, que es la clave donde se puede
generar valor añadido y tener un valor competitivo. La industria láctea
es la que tiene mayor capacidad económica y mayor peso en la
comercialización de productos. La gran industria láctea que está
instalada en el territorio tiene su propia dinámica comercial y su
propia posición en el mercado nacional e incluso internacional. Por otro
lado están las pequeñas industrias, que tienen una posición en el
mercado muy diferente. Es en esos otros sentidos donde hay bastantes
lagunas, puntos débiles en algunos casos, y es ahí donde la Consejería
plantea esa política de calidad.
Asturias es un territorio limitado por su propia orografía, que
condiciona de alguna manera esa superficie agraria útil destinada a la
parte productiva. Nunca podrá generar grandes producciones que puedan
dar lugar a entrar en el mercado compitiendo en precio y en volúmenes.
Por tanto se tendrá que diferenciar claramente por algo: un origen, una
calidad, una forma de hacer, etc. Y ahí es donde entra todo ese abanico
de posibilidades de Denominaciones de Origen, Indicaciones Geográficas
Protegidas, o de Especialidades Tradicionales Garantizadas. Y estos
tres, conjuntamente con la Producción Agraria Ecológica, son los
elementos diferenciadores por los cuales un producto está bajo el
auspicio de la Administración.
-¿Y esta es la manera de que los productos artesanos se
puedan comercializar de una manera efectiva?
-A mí me gustaría llamarles productos tradicionales, más que
artesanos. Efectivamente, es ahí donde Asturias tenía un déficit
importante. Hace tres años y pico sólo teníamos dos productos amparados
con una denominación: el queso cabrales y la faba asturiana. Estamos
hablando de esas cuatro figuras de protección, de esas posibilidades
legales de reconocimiento del producto: Denominación de Origen, Indicación
Geográfica Protegida, Especialidad Tradicional Garantizada y Producción
Agraria Ecológica. Esto excluye los vinos, porque tienen otra
reglamentación. Como se sabe, hemos reconocido un vino con la figura de
Vino de la Tierra de Cangas.
"Hoy día no se pueden hacer
denominaciones que no estén bajo el auspicio de la UE"
-¿En qué se basa ese abanico de figuras con las cuales
la Administración reconoce un producto?
-Las figuras se reconocen en ese marco en función del producto,
de la tradición que tenga, del vínculo histórico y de una serie de
razones que justifiquen que éste se lleva elaborando mucho tiempo de una
determinada manera. Además también los factores naturales, el clima, el
suelo, la raza, la variedad, y eso de alguna manera da a ese producto
unas características diferenciales. Esas figuras, en definitiva, son
marcas colectivas, marcas que aglutinan una serie de intereses de
productores industriales que deben darles prestigio. Y es una marca de
ellos, no de la Administración. Muchas veces eso se interpretó
deficientemente, como el antiguo plan de carne que parecía que era un
plan de la Administración. Y no existen planes de la Administración en
ese sentido. En estos tres últimos años hemos transformado el antiguo
plan Carne de Asturias en una de las figuras legales reconocidas: la
Indicación Geográfica Protegida. Está reconocida en el BOE a nivel
nacional y en el Boletín Oficial del Principado. La Indicación
Geográfica Protegida "Ternera Asturiana", es para las carnes producidas
y alimentadas de una determinada manera establecidas en el reglamento
publicado.
Paralelamente, la sidra, de la que se llevaba hablando más de quince
años, ya está también reconocida a nivel territorial en el Boletín
Oficial del Principado y ratificada por el Estado a nivel nacional en el
BOE del pasado 11 de febrero. Ambas, "Ternera Asturiana" y "Sidra de
Asturias" están tramitadas en Bruselas pendientes de la ratificación o
del registro a nivel comunitario. Hoy día no se pueden hacer
denominaciones que no estén bajo el auspicio de la UE, porque no puede
quedarse sólo en una decisión unilateral de la administración autonómica
o nacional. Paralelamente se ha trabajado en potenciar la evolución
agraria-ecológica. Se han regulado los vinos de la Tierra de Cangas.
-¿Y con los quesos?
-Con el tema de los quesos llevamos trabajando algún tiempo, ya
que el queso de Cabrales era el único reconocido. Pero Asturias tiene
una mancha quesera de las más importantes de Europa y reconocida por los
gastrónomos, que están más introducidos en el mundo del queso. Tenemos
una potencialidad extraordinaria, pero requiere sacarle valor añadido a
las producciones, favoreciendo a la gente que ocupa el territorio para
que puedan vivir con unas rentas interesantes obtenidas de una
producción agraria, o una transformación, como puede ser ésta. Por
tanto, hay que dar pasos en ese sentido. Hay multitud de quesos, pero
con unas producciones tremendamente limitadas. Algunos incluso estaban a
punto de desaparecer porque no veían ninguna perspectiva. Ahora mismo
tenemos muy avanzado el de Afuega'l Pitu y estamos trabajando también
con Gamonedo, con Beyos, con Pría, con Vidiago.
"Asturias
tiene una mancha quesera de las más importantes de Europa y
reconocida por los gastrónomos" |
-¿Cómo se tiene contemplada la protección de nuestros
productos en su comercialización?
-La protección viene dada por su reglamento reconocido. Es un
reglamento que está publicado en el Boletín Oficial del Principado y en
del Estado. Es una norma como cualquier otra. Quien quiera utilizar esa
marca colectiva tiene que cumplir las especificaciones que se fijan en
el reglamento.
Por tanto la protección viene dada por el propio reglamento. Y será
europea cuando se le conozca en Europa y todos los países tienen la
obligación de defenderla del mal uso de terceros que no estén dentro del
ámbito en el cual sea contemplado el reglamento. Nadie podrá utilizar el
nombre de Sidra de Asturias o el de la Ternera Asturiana si no están
dentro de ese ámbito.
-¿Las ferias tradicionales asturianas siguen siendo una
fórmula válida de promoción de nuestros productos tradicionales o es
algo meramente cultural?
-Hay un poco de todo. Las ferias tradicionales, si las entendemos
como tales, las que se celebran en el territorio asturiano,
indudablemente son una forma efectiva de dar a conocer productos. Es un
tema cultural, un tema de hábito y que realmente produce unos ingresos a
gente que no tiene capacidad de vender en otros lugares, y lógicamente
eso subsistirá en el tiempo. De hecho países más evolucionados llevan
muchos años con ese tema. Otra cosa es lo que paralelamente trae consigo
las exigencias de la UE, en donde existe una mayor exigencia de cara al
consumidor, salvaguardando el interés de éste.
Es decir, que pueda tener la seguridad de que ese producto que se vende
tiene unas condiciones determinadas y que no va a afectar a su salud. Yo
entiendo que los mercados tradicionales siempre existirán porque en el
fondo lo bucólico tiene su atractivo, pero no puede ser como medio y fin
de las cosas. Eso está muy bien para pequeñas producciones en un entorno
determinado y de un mercado tradicional local, e incluso para el
dinamismo turístico de una pequeña zona, pero cuando pensamos en la
potencialidad de una producción agroalimentaria hay que pensar en algo
más. Eso puede ser un complemento, pero la potencialidad hay que abrirla
a mayores posibilidades y que pueda estar en otros mercados. Hay que
ganar mercados en otros lugares.
"Los mercados tradicionales
siempre existirán porque en el fondo lo bucólico tiene su atractivo"
-¿Podría decirse que Asturias está en un momento
importante para un relanzamiento en todos los órdenes?
-Asturias está en un momento de cambio de tendencia. Quitando la
gran empresa, que tiene su propia dinámica, sí hay un cambio de
tendencia en esa situación, muy localista en algunos casos,
excesivamente tradicional en otros, dependientes en exceso de lo
público. El pensar que lo público va a resolver todos los problemas es
una tremenda quimera y un error. Ese cambio ya se está produciendo, pues
de una situación en la que cualquier asociación o colectivo pensaba que
la administración tenía que ser el soporte, no sólo casi de
sostenimiento como organización, sino casi de la venta del producto, se
está pasando a una situación emergente en la cual hay una dinámica donde
la gente empieza a ser consciente de que es necesario dar pasos para
autosustentar un poco su propia organización, aunque sea con ayudas
públicas, y al mismo tiempo participar activamente en el comercio y en
la producción de sus productos. En todo esto lo que uno tiene que
defender es el producto bien elaborado, y que tenga unas buenas
condiciones y garantías. Pero ningún empresario o colectivo debe coartar
la expresividad de la forma de consumirlo. Cada uno lo puede consumir
como quiera. Ese mensaje está calando y está teniendo lugar un cambio de
tendencia importante al darse cuenta de la necesidad de ampliar
mercados. No todo tiene que ser leche y carne. La leche no puede ser
solamente venta de leche líquida. Hay que transformar el producto para
generar valor añadido. Y cuando no tienes grandes volúmenes, ese valor
añadido sólo se genera por la valorización y la diferenciación de dicho
producto. ∆ |