Purificación Rípodas, directora del Instituto de
Atención Social a la Infancia, lleva muchos años trabajando con menores
y familias, y algunos desarrollando diferentes programas de acogimiento.
No se cansa por ello de alabar a las familias asturianas que acogen a
estos niños de forma temporal o permanente, les abren las puertas de su
casa y con ello las de su corazón.
-La Consejería de Asuntos Sociales ha publicado una guía
para el Acogimiento familiar. ¿En qué consiste esto exactamente?
-Es una figura legal que viene recogida en la Ley de Protección
del Menor del Principado de Asturias 1/1995 de 27 de enero, y en el
Decreto 46/2000 de 1 de junio que aprueba el Reglamento de Acogimiento
familiar y de Adopción de menores del Principado de Asturias. A través
del acogimiento familiar se otorga la guarda de un menor a una persona o
familia, con la obligación de cuidarle, alimentarle, educarle,
complementando así a la familia del niño cuando ésta no pueda atenderle.
Es un acto solidario a favor de un menor y en el cual su familia de
origen debe ser respetada.
-¿El acogimiento tiene carácter temporal?
-Depende, puede ser temporal cuando se prevé que el niño pueda
volver a vivir con su familia de origen o para garantizar la atención
del menor hasta que se acuerde otra medida de protección más estable.
También puede tener un carácter permanente cuando no es posible el
retorno del menor con su familia de origen y existe una vinculación
entre ellos que se deba mantener. En este caso podría durar hasta la
mayoría de edad del niño.
El acogimiento preadoptivo es otro tipo y supone un paso previo a la
adopción, cuando ya no es posible la incorporación del niño a su familia
de origen.
-Además de la guía que da información general elaboráis
programas específicos sobre diferentes alternativas familiares. ¿Cuáles
son?
-Sí, en el año 2002 pusimos en marcha el programa "Familias
Canguro", es un programa de acogimiento temporal mediante el cual las
familias ofrecen al niño todos los cuidados y atenciones en su casa,
durante un tiempo hasta que el niño vuelva con su familia biológica o
sea adoptado. El teléfono de información para este programa es el 985
209626. A este programa le hemos puesto un subtítulo que es "Abreme tu
casa" y está promovido por la Consejería de Asuntos Sociales y por la
Fundación "la Caixa", que expresa así su interés en apoyar a los menores
en dificultad. Las familias podrían acoger niños y niñas con edades
comprendidas entre 0 y 16 años y durante un tiempo máximo de dos años.
Con este programa ya han salido cinco niños y principalmente lo
orientamos hacia los más pequeños, pues en los primeros años de vida es
fundamental tener una familia.
"Tenemos
gente espléndida que se entrega de modo desinteresado a los niños
que lo necesitan y las familias asturianas son muy generosas" |
-Al tener que abandonar luego a su familia "adoptiva"
¿no se sienten los niños desarraigados?
-El niño sentirá la despedida, pero él va a ir a otra familia
donde también va a estar muy bien. La familia hace el esfuerzo de
separarse del niño porque tiene la tranquilidad de haberle aportado algo
fundamental para toda la vida y es el afecto incondicional.
Para los bebés que tienen que ser separados de su familia, la psicología
del desarrollo dice que lo importante es que tengan una vinculación con
un adulto muy tempranamente. Luego ese vínculo que se ha producido en
los dos primeros años de vida se puede extender a otros adultos, los
problemas surgen cuando no existe esa vinculación. Por eso esta opción
es mucho más positiva que un centro por perfecto que sea, donde los
niños tienen por lo menos tres personas a turnos en el día, y luego
fines de semana a otras personas distintas. Eso para un niño pequeño es
complicado. Por eso hacemos todo lo posible para encontrar familias para
ellos.
-¿En qué consiste el programa "Se buscan abrazos"?
-Es un programa de acogimientos y adopciones especiales. Está
orientado a niños de más de ocho años que viven en centros y que no
tienen posibilidades de vivir con su propia familia o ni siquiera
mantener con la misma un régimen de visitas. A veces se da el caso de
dos hermanos que han vivido juntos en un centro, o niños que no han
salido por la vía de la adopción ordinaria porque tienen algún tipo de
enfermedad o discapacidad, se han hecho mayores y los adoptantes quieren
niños más pequeños. Este programa permite que la familia los acoja de un
modo permanente hasta que los niños sean mayores o los adopte.
Actualmente hay nueve niños que han salido de centros de menores gracias
a este programa, que es exigente porque es un compromiso para largo
tiempo; también es muy hermoso, porque los niños cambian de
desarrollarse en un centro a tener una familia para siempre.
-¿Hay más tipos de acogimientos?
-Existen los acogimientos en familia extensa, cuando los niños
son acogidos por algún familiar suyo: tíos, abuelos, o incluso hermanos
adultos. Este programa necesita menos divulgación, de hecho cuando se va
a asumir la tutela de un menor lo primero que hacemos es buscar si tiene
familia biológica que pudiera atenderle. Actualmente en nuestra
comunidad hay más de 500 casos de esta alternativa familiar.
Otro programa brinda la oportunidad a las familias voluntarias de acoger
a los niños durante fines de semana y vacaciones. Son chicos que están
en centros y que no van a salir en acogimiento o adopción porque tienen
su propia familia o porque ya son mayores. Tienen más de ocho años y no
van los fines de semana con su familia porque ésta no se puede hacer
cargo de ellos, aunque venga a verles de vez en cuando, o la familia no
tiene un sitio estable. Estos niños han tenido una experiencia de vida
familiar muy difícil porque han tenido que ser separados de su familia y
han vivido muchas situaciones de desprotección y a veces de maltrato.
Pensamos que aunque no vivan con una familia, deben disfrutar de
experiencias de una vida familiar armoniosa donde hay afecto, apoyo y
también exigencias porque es muy necesario para el desarrollo educar en
responsabilidad.
"El que un niño salga con una familia que lo
vaya a acoger, a cuidar y a criar como su hijo no tiene precio en
dinero" |
-¿Hasta qué punto los niños que se crían en un ambiente
familiar conflictivo van a reproducir determinados comportamientos en un
futuro?
-Puede ocurrir aunque no siempre es así, aprendemos un estilo de
relación y entendemos las cosas por cómo las hemos vivido. Si sólo les
dejamos con ese modelo es más difícil que ellos puedan luego poner en
práctica, aunque en la teoría lo deseen, otro modelo de relación que no
se base en las situaciones de conflicto que han vivido.
Por eso es importante que experimenten en su propia piel otros modelos
de adultos que los que han tenido en su familia biológica; adultos que
les quieran, que les apoyen y que también les exijan y les ayuden a ser
responsables poco a poco de las cosas que pueden ir haciendo.
-Imagino que el desarrollo de estos programas supone un
gran desembolso económico.
-Sí, tienen un coste alto; pero yo siempre digo que el que un
niño salga con una familia que lo vaya a acoger, a cuidar y a criar como
su hijo no tiene precio en dinero. Yo lo comparo con un trasplante de
hígado o de corazón. ¿Cuánto dinero cuesta un trasplante de corazón? y
es necesario.
Esto en otro orden de cosas es algo parecido, la calidad de vida de un
niño en una familia es impagable con dinero. Desde el Instituto
Asturiano de Atención Social e Infancia, Familia y Adolescencia quiero
hacer un reconocimiento a las familias que hacen acogimientos porque son
un ejemplo y una muestra de que tenemos una sociedad muy solidaria en
Asturias. Tenemos gente espléndida que se entrega de modo desinteresado
a los niños que lo necesitan y las familias asturianas son muy
generosas. A veces tienen a sus hijos ya criados y renuncian a muchas
cosas para acoger a un niño. Lo que reciben estos chiquillos es algo que
nadie les puede dar, sólo lo tendrán en el seno de una familia y va a
quedar en su vida para siempre.
Nosotros podemos construir un centro pero no podemos construir una
familia./