Roberto González-Quevedo
González
-Escritor y Antropólogo-
Ha pretendido aportar una visión global y unitaria de la cultura
asturiana, a la que concibe como algo que está evolucionando, en un
momento tan cambiante como el actual, en donde estamos siendo
influenciados por culturas de otros países.
Texto y fotos: Lupercio González
Cultura y tradición, un
equilibrio dinámico
E ste antropólogo
asturiano nos invita a viajar por los distintos ritos de paso en la vida
de una persona. A través de su reciente libro "Antropología social y
cultural de Asturias" nos desvela cómo estos aspectos han ido
evolucionando hasta hoy en día.
-Una obra de esta envergadura habrá llevado mucho
tiempo...
-La redacción de la obra me llevó alrededor de un año y medio,
pero sucede que en gran parte toda ella está basada en trabajos
anteriores. Durante veinte años estuve estudiando y trabajando distintos
aspectos de la cultura asturiana y tenía a mano una gran cantidad de
datos e incluso trabajos publicados. Tuve que hacer una tarea de
actualización de la información y también investigar algunos aspectos
que no había tocado. Era necesario darle un punto de equilibrio,
haciéndola accesible tanto al iniciado como al que por primera vez
quiere conocer la cultura asturiana. Luego lo presenté a una editorial
con la posibilidad de darle difusión y les pareció que era un buen
proyecto. Todo se basó en el esfuerzo personal.
-¿Ha entrado con buen pie esta obra?
-He notado una gran aceptación, tanto por gente especialista de
la cultura asturiana, como por parte de personas que nunca habían leído
nada de antropología, todos me dijeron que efectivamente era una cosa
necesaria y que les gustó el libro. El comentario que más me satisfizo
fue el de muchas personas sin formación académica que decían: "Nos gusta
porque parece que estás hablando de lo que somos nosotros". Esa es un
poco la sensación que perciben los que leen el libro fuera del ámbito
exclusivamente académico. Y dentro del ámbito académico también hubo
comentarios positivos.
-Hay muchos tópicos sobre el asturiano que no son del
todo ciertos, ¿no?
-Ahí entramos en el famoso asunto de los caracteres regionales,
o los caracteres nacionales, que normalmente son estereotipos alejados
de la realidad. Yo los he estudiado en algún momento, pero en un
principio yo no les concedo demasiada validez objetiva, sin embargo, sí
es interesante el por qué se forman esos clichés y ver cómo funcionan
socialmente.
"No se
puede entender cómo funciona la cultura asturiana, ni los cambios
que se producen en ella, si no se tiene como una variable
fundamental el papel de la mujer" |
-¿Qué porcentaje de realidad y cuánto de invención hay
en la cultura asturiana?
-Realidad e invención, son dos palabras tremendas. Culturalmente
hablando, todo es una invención, un artificio mental. He constatado
durante mucho tiempo y después a la hora de redactar y de evaluar este
libro, que sí es cierto que en Asturias hay una cultura autóctona, de
una gran riqueza, de un gran calado y de una gran personalidad. En
Asturias hay unos aspectos, a la hora de comportarse las personas
culturalmente, de una profundidad muy grande y de mucho interés y
también de una gran variedad. Hay una gran diferencia entre la Asturias
occidental y la Asturias oriental, entre la Asturias de la montaña y la
Asturias de la costa, pero al mismo tiempo es curioso cómo convive esa
gran variedad con una gran unidad.
-¿Qué papel ha jugado la mujer en la cultura asturiana?
-Su aportación ha sido fundamental. Precisamente mi tesis
doctoral la hice sobre esa cuestión: los roles de género.
Cuando hay un cambio cultural, cuando hay nuevas conductas del exterior,
siempre suelen chocar con las pautas admitidas de lo que debe hacer el
hombre y la mujer. En las zonas mineras asturianas se ve muy claramente
cómo la idea de la minería trastocó los repartos tradicionales. Se
observa en toda la Asturias campesina, de pescadores, etc., de una
manera muy clara. No se puede entender cómo funciona la cultura
asturiana, ni los cambios que se producen en ella, si no se tiene como
una variable fundamental el papel de la mujer y cómo ha ido cambiando y
cómo va a cambiar en el futuro.
A veces se plantea hasta qué punto Asturias es un matriarcado. De
ninguna manera se puede hablar de matriarcado en Asturias. Es más, de
ninguna cultura conocida podemos decir que sea un matriarcado. Puede
haber culturas donde la mujer tiene mucha influencia o no, pero no son
matriarcados. En la Asturias campesina, antes de la introducción de la
economía de mercado, la mujer tenía un gran peso en la producción
económica y en la toma de decisiones dentro de la familia.
"Muchas personas sin formación académica me
dijeron: "Nos gusta el libro porque parece que estás hablando de lo que
somos nosotros"
-¿Crees que hoy el asturiano valora suficientemente su
cultura?
-Por un lado estaba un tópico, que no se alejaba de la realidad,
en el sentido de que la cultura asturiana tiene sus rasgos
diferenciales, es muy rica etc., pero en general eso contrastaba con un
cierto desprecio de la población. Eso es propio en toda Europa. La
cultura campesina lleva consigo un cierto estigma. En Asturias la
cultura ha estado vinculada, en gran parte, a los campesinos, a los
paisanos fundamentalmente. Una de sus características es que nunca están
en el poder, son clases normalmente marginadas y hay una consideración
social de cierto desprecio a esas cosas. Ultimamente está cambiando esa
forma de ver este tema, porque está cambiando la mentalidad. Se aprecian
más esos valores culturales diferentes de la norma y de la
homogeneización que nos viene de fuera, y a nivel popular sí hay una
mayor valoración, interés y respeto grande por la cultura asturiana en
general, y por temas concretos de la cultura asturiana.
-¿La orografía ha influido en el carácter del asturiano?
-La orografía tuvo mucha influencia, porque hay zonas de
Asturias donde hubo grandes prácticas de endogamia hasta hace poco. Eso
ayudó al carácter conservador de la cultura asturiana, conservador en el
sentido de que conservaba muchas tradiciones. La manera en la que la
orografía repercute en el carácter de los asturianos es un tema en el
que entramos en valoraciones poco científicas. Yo incluso he escrito
cosas, pero más bien en plan poético. Lo que sí podemos decir es que
evidentemente la orografía condiciona de una manera decisiva todo
comportamiento cultural. Por ejemplo, la visión del espacio en Asturias
es muy diferente de la que encontramos en Castilla. La división del
espacio en parroquias, y las parroquias en caserías, es una cosa muy
específica de Asturias y muy relacionada con la orografía asturiana. Eso
condiciona mucho las relaciones culturales y sociales.
"En
Asturias hay una cultura autóctona, de una gran riqueza, de un
gran calado y de una gran personalidad" |
-El asturiano, ¿se siente tan asturiano?
-Es difícil contestar a eso. Efectivamente hay una contradicción
entre esa especie de chovinismo, grandonismo de "Asturies ye lo meyor",
y sin embargo el mismo que tiene ese grandonismo, cuando va a una cosa
concreta se asusta y prefiere ocultar incluso sus rasgos. En
determinados momentos presume, pero cuando sale fuera del ritual del
chigre, a la hora de la verdad, parece que se avergüenza un poco de los
rasgos culturales propios. No es fácil dar un diagnóstico definitivo
porque en el fondo, a pesar de ese miedo a identificarse demasiado con
rasgos culturales propios, sí hay una gran satisfacción de pertenecer a
Asturias. Y eso sí existe más allá de los tópicos, más allá del
grandonismo.
-¿Qué Asturias se está construyendo?
-Asturias se encuentra en un momento crucial. Se encamina hacia
un siglo XXI de mayor globalización, de un mayor impacto de las culturas
de fuera, de mayor apertura, cada vez más plurilingüe. Va a ser una
región cada vez más comunicada con el exterior. Pero al mismo tiempo que
se va descubriendo eso se está asumiendo, con el convencimiento
tranquilo y sereno de que todo puede convivir con la tradición
asturiana. Hay cosas asturianas de tradición que no se pueden recuperar,
pero otras sí. En ciertos ambientes de creación se está enseñando, por
ejemplo: la música asturiana. Hay creaciones adecuadas al gusto actual,
que perfectamente se ponen en el mercado fuera de nuestra región y que
sin embargo están realizadas en Asturias. Lo mismo pasa con la
literatura. Hay una literatura asturiana que empieza a interesar en el
exterior y que está basada también en la propia cultura asturiana. Y así
sucesivamente. Eso es lo que debe ser, el saber conjugar lo que nos
llega de fuera, porque no podemos cerrarnos al desarrollo, y a lo propio
nuestro.
"Conociendo la cultura propia sabemos mucho mejor qué somos, y
sabremos entender mejor lo que nos llega de fuera, no para oponernos a
ello, sino para entenderlo mejor"
-¿En qué proyectos estás inmerso?
-Después de hacer este libro de "Antropología social y cultural
de Asturias", hice una especie de libro más pequeño, que es un ensayo
sobre los rituales de la muerte en Asturias, cómo eran, cómo están
variando y sobre todo nos muestra cómo está cambiando la vida, porque la
muerte se celebra para los vivos. Y ahora estoy pensando la posibilidad
de ahondar en los rituales del resto de los pasos vitales, como el
nacimiento y la boda. En fin, hacer una pequeña obra la cual concentrase
en cómo se ritualiza en Asturias, antes y ahora, el paso de la vida,
desde que se nace hasta que se muere.
-Un pueblo que no sabe de dónde viene, no sabe a dónde
va. ¿Tus trabajos son una contribución a que no se pierda la memoria del
pueblo asturiano?
-La verdad es que no me pregunté estas cuestiones; mi motivo
quizás es el deseo de saber, la curiosidad. A mí me gusta todo esto, y
una vez que conoces estas tradiciones, estos elementos culturales, los
acabas queriendo. Sería una pérdida que desaparecieran. Y es una pérdida
no sólo para la zona sino para la humanidad entera. Como casi todos los
antropólogos, no sólo soy un estudioso de la cultura asturiana sino un
defensor. Uno de los muchos argumentos que se pueden dar al respecto es
que, conociendo la cultura propia sabemos mucho mejor en qué consiste,
qué somos nosotros, y sabremos entender mejor lo que nos llega de fuera,
no para oponernos a ello, sino para entenderlo mejor. Si no tenemos muy
claro cuáles son nuestros conceptos, nuestras formas de vida,
difícilmente podremos tener ideas claras para juzgar las otras y
después, para escoger nosotros aquello que nos parezca lo más adecuado
para la existencia; que es al fin y al cabo uno de los fines de la vida
humana. ∆ |