Foto: I.G. |
Conoce de cerca los problemas de la infancia
porque hace ya varios años que trabaja en este sector. Ahora, esta
maestra y pedagoga ha dejado la concejalía de Gijón para afrontar la
dirección del Instituto Asturiano de la Infancia y Adolescencia. Todo un
reto.
"La precariedad de
los niños es directamente proporcional a la precariedad de sus familias"
-¿Qué cambios os
habéis planteado en esta nueva etapa que comienza?
-El reto que tenemos ahora
mismo encima de la mesa es la elaboración del Plan de Atención a la
Infancia y Adolescencia para el período 2004-2007, porque el actual
correspondía al período 2000-2003. En ese proceso de elaboración vamos a
definir un plan integral, y va a ser en ese ámbito donde nos propongamos
todos los objetivos, las medidas y los recursos a desarrollar en estos
próximos cuatro años.
La labor del Instituto está muy centrada en la obligación de dar
cumplimiento a la Ley del Menor del Principado de Asturias, y en esa
línea estamos trabajando. En principio vamos a continuar con la mayoría
de los programas, sobre todo con los de acogimiento, que son muy
positivos. Estamos trabajando también en la reconceptualización de otros
programas que nos parecen interesantes, pero que hay que adaptarlos a
las nuevas demandas sociales, porque por poner un ejemplo, la
adolescencia de hoy no es la misma que hace cinco años. La sociedad
evoluciona muy deprisa y hay que adaptar los recursos a esas nuevas
demandas.
-¿Qué programas están en marcha y cuáles se van a poner
pronto en funcionamiento?.
-Existen programas de distinto tipo y dirigidos a los distintos
sectores, hay programas de intervención familiar, de intervención
socioeducativa con adolescentes, programas de vida independiente, de
adopción o de acogimiento entre otros. Hay que redefinir algún programa
de los existentes y diversificar algunos recursos para responder a las
nuevas realidades y demandas. En la actualidad estamos trabajando para
implantar en el ámbito de la Comunidad Autónoma la guía de la buena
práctica en intervención con la infancia, familia y adolescencia y el
manual de procedimiento ante situaciones de desprotección infantil.
"La
necesidad prioritaria de los niños es el permitirles estar con su
familia y mejorar las condiciones de vida de su entorno familiar" |
-¿Para qué niños se va a plantear el Plan Integral?
-Una cuestión que planteamos en la elaboración del mismo es que
sea un plan integral destinado a todos los niños y niñas, y que no se
centre única y exclusivamente en la protección de la infancia que está
en situación de desamparo, aunque lógicamente incidirá muy especialmente
en aquellos que tienen las situaciones más difíciles. Esto nos va a
exigir un esfuerzo de coordinación con otras administraciones y con
otras consejerías que influyen en este sector de la población, como
sanidad, educación, responsabilidad penal de menores...
-¿Hay muchos niños en Asturias viviendo en condiciones
precarias?
-En Asturias tenemos cuatrocientos menores alojados en centros.
Son muchísimos. Yo creo que hay que revisar algunas de esas medidas
porque pienso que debe intensificarse el trabajo con las familias para
que los niños no permanezcan períodos tan largos en los centros. La
precariedad de los niños es directamente proporcional a la precariedad
de sus familias.
El tema de la infancia tiene una dificultad añadida, y es que la
infancia no tiene voz, y la concepción que tenemos de que la familia es
el ámbito de lo privado hace que muchas veces sea muy difícil sacar a la
luz los problemas que está viviendo el menor en su entorno. Son
problemas que muchas veces están invisibilizados en el contexto social,
por eso en el momento en que ponemos a funcionar los equipos de
intervención familiar en distintas zonas, van apareciendo más casos,
porque se van detectando. Si no tuviéramos estos equipos los problemas
seguirían en el ámbito de lo privado y lo familiar.
-¿Los 400 niños que hay en estas instituciones están
esperando a una familia?
-Lo primero que debemos trabajar es la posibilidad de su
reingreso a su familia de origen, si por distintas circunstancias no es
posible hay otros programas de acogimiento como Se buscan abrazos,
o familias temporales para fines de semana y vacaciones o en familia
extensa. De todas formas los niños y niñas también tienen distintas
necesidades y hay que responder a ellas de forma individualizada y
velando siempre por su interés.
-¿Cuál es la necesidad primera de un niño?
-Creo que la necesidad prioritaria es el permitirles estar con
su familia y mejorar las condiciones de vida de su familia. Por eso son
tan importantes todos los programas de intervención familiar y de apoyo
a la familia. Tenemos que garantizar la protección del menor y cubrir
tanto sus necesidades básicas de alimento, sanidad, educación, como el
desarrollo afectivo y emocional del menor.
"La prevención es una prioridad y yo espero que en el marco de
elaboración del Plan Integral ocupe un lugar muy destacado, porque
tenemos que anticiparnos a los problemas˝
-¿La sociedad asturiana está concienciada con este
sector de población?
-No sólo la sociedad asturiana sino que en general hay poca
implicación colectiva a la hora de solucionar los problemas de los
menores, precisamente porque todavía tenemos un concepto de la familia
como núcleo cerrado y como ámbito privado.
Por otro lado hay también una generosidad tremenda por parte de familias
asturianas que acogen a menores en situaciones muy difíciles y que están
haciendo una labor muy callada.
Es una labor que no tiene una repercusión social pero yo diría que es
heroica. Por ejemplo, algunos acogen a bebés en los períodos de
preadopción, a lo mejor hasta los cinco meses, sabiendo que a los cinco
meses el niño va a marcharse. A mí me parece que eso es una generosidad
absoluta.
-¿Qué satisfacciones da el trabajar en temas de
infancia?
-Creo que es un privilegio poder tener una responsabilidad que
te permite transformar una realidad que no te gusta. De todas formas yo
estaré satisfecha cuando veamos que la calidad de vida de los menores es
mejor, cuando tengamos más recursos. También recibimos muchas
satisfacciones cuando vemos que hay menores o familias con las que hemos
estado trabajando, que van saliendo adelante a partir de una situación
muy difícil. Aunque el trabajo sea costoso y duro, eso no tiene precio.
"Estamos
trabajando para implantar en el ámbito de la Comunidad Autónoma la
Guía de la buena práctica en intervención con la infancia, familia
y adolescencia y el Manual de procedimiento ante situaciones de
desprotección infantil˝ |
-¿Qué más puede hacer la sociedad?
-Hay que potenciar el voluntariado, hay poco conocimiento por
parte de las familias asturianas de los programas que existen, y vamos a
iniciar una campaña de difusión. Es posible que muchas más familias se
animaran a participar en alguno de los distintos programas, sin llegar
al compromiso mayor que supone la adopción o el acogimiento permanente.
Antes de eso están los fines de semana, las vacaciones u otros períodos
en concreto.
Unos programas que se están desarrollando, también muy importantes, son
los Programas de Vida Independiente para menores próximos a la mayoría
de edad que no van a hacer estudios superiores. Son programas de
adaptación o de transición a la vida independiente. En ese sentido se
les facilitan todo tipo de ayudas en la búsqueda de empleo, vivienda o
alojamiento. Pero hay que trabajar los proyectos de vida con los niños y
niñas para que ellos vayan también tomando sus propias decisiones.
-¿Qué papel juega la prevención en la política del
Instituto?
-Es absolutamente fundamental. La prevención es una prioridad y
yo espero que en el marco de elaboración del Plan Integral ocupe un
lugar muy destacado, porque tenemos que anticiparnos a los problemas. No
se trata sólo de tener programas reparadores, sino que hay que prevenir
esas situaciones. Cuestiones como la precariedad laboral y social hace
que se deterioren mucho las relaciones humanas, y los niños y niñas son
los más afectados. Esa es la base en la que se fundamenta la política
del Instituto en sí y de la propia Consejería, tanto en vivienda como en
salario social básico. Me parece que son dos medidas de apoyo a la
familia de máximo nivel y de primer orden en cuestión de prevención.
Y en esa prevención es donde la implicación social es fundamental,
porque no se hace sólo desde el Instituto o la Consejería, sino que
necesitamos programas transversales, coordinación entre las distintas
consejerías, con la sociedad civil organizada, con las asociaciones,
Ongs. ∆ |