Texto y foto: Lupercio González
-Cómo te definirías
dentro del panorama del humor gráfico?
-Esa pregunta me temo que no te la voy a saber contestar muy
bien porque nunca se me ocurrió pensarla. Yo dibujo porque sí. Empecé a
hacer humor gráfico por casualidad, porque en la Universidad surgió la
oportunidad de hacer una revista de multicopista y empecé a dibujar en
ella; de esa revista pasé a un semanario deportivo de La Voz de Asturias
y así sucesivamente. Participaba en concursos de Christmas en la
Universidad y los ganaba siempre. Fue una época en la que dibujé
muchísimo, por eso probablemente fui mal estudiante. A partir de ahí el
humor me gustó.
-¿Cómo son tus dibujos?
-Como dispongo de poco tiempo dibujo a gran velocidad y quizá
eso le dé un cierto toque de personalidad a mi dibujo. A veces son
dibujos casi infantiles, hechos muy deprisa, con trazos muy simples. Yo
empecé dibujando con mucho detalle. Recuerdo que el primer sitio donde
dibujé a nivel nacional fue en el diario Marca. Manuel Alcántara era uno
de sus colaboradores, siempre fue un gran paisano, un hombre encantador.
Recuerdo que me dijo: "Dibujas con mucho detalle, ¿por qué no
simplificas?". Y así evolucioné. De todas formas sigo manteniendo un
dibujo muy clásico, mis muñecos no son excesivamente desproporcionados.
Lo que cambia son los pies, que son como pezuñas.
Yo no me defino, no sé hacerlo y además tampoco quiero, porque el día
que me apetezca dar un cambio total en alguna cosa, si puedo lo haré
tranquilamente.
-Supongo que habrás bebido de muchas fuentes...
-Si no soy autodidacta debo estar cerca. Conozco el humor
gráfico y me gusta verlo, pero nunca sentí una preocupación estudiosa
por el tema. Hay gente que dice que si me parezco a uno, a otro, pero yo
creo que es casualidad. Creo que tengo mi propio estilo, sea más o menos
afortunado. ¿De qué fuente bebí? Yo creo que de ninguna. Creo que nunca
seguí a nadie. Dibujo sin pensar en nadie, es mi propio estilo.
"Soy
profesional del dibujo porque Hacienda me exigió esa
profesionalidad. Yo mentalmente no me considero profesional, lo
considero un hobby remunerado" |
-¿Cómo te inspiras tú en el instante en que vas a hacer
una viñeta o un dibujo?
-No tengo ninguna técnica en especial. Yo lo único que hago es
apuntar las noticias que me pueden resultar interesantes para sacar un
poco de humor. Luego cojo el papel y dibujo. La mayor parte de las veces
lo hago directamente a rotulador. Si tengo prisa tardo menos y cuando
estoy más relajado tardo más. Me fastidian los fines de semana porque
tardo la tira en hacer los chistes.
-La presión de tener la obra terminada ¿te favorece, te
facilita el trabajo?
-Yo creo que me favorece, me mantiene en una tensión muy grande.
Verás, yo acabo de comer sobre las tres, normalmente veo esa especie de
índice inicial que da el telediario por si hay algo que me interese,
luego me voy a mi mesa, me siento a leer los periódicos. Leo a grandes
velocidades, por encima. Voy seleccionando lo que quiero y una vez que
acabo de leer con esas ideas vengo a mi despacho, y en un momento las
dibujo a gran velocidad. Hombre, a veces me lío y rompo unos cuantos
papeles antes de hacerlo definitivo, pero esa es la mecánica, anárquica
totalmente. Soy profesional del dibujo porque Hacienda me exigió esa
profesionalidad. Yo mentalmente no me considero profesional, lo
considero un hobby remunerado.
-¿Existe la censura hoy en día?
-Hoy día no existe la censura que había antes, pero hay otro
tipo de censura, la del empresario prepotente, que puede ser un banquero
o una marca de coches, que dice "como vuelva a salir un chiste mío dejo
de hacer publicidad en ese periódico". Es otro tipo de censura más
moderna, menos política.
-¿Has tenido alguna vez algún problema con alguna viñeta
en este sentido que estamos hablando, o incluso a nivel político?
-Problemas judiciales nunca los tuve, insinuaciones sí. Yo me
acuerdo que una vez hice un Christmas para no sé qué curso de la
Universidad, que no era el mío. No había muerto Franco aún, y yo puse
inocentemente a un Guardia Civil, metralleta en mano, apuntando a los
tres Reyes Magos con los brazos en alto y diciendo "Identifíquense por
favor". Lo puse en el tablón de anuncios de la Facultad de Derecho de
Oviedo para sacar dinero para el paso del Ecuador, y hubo una protesta
de un conocidísimo director de un periódico ovetense, muy de derechas,
porque lo consideró una falta de respeto a la institución militar que es
la Guardia Civil. No fue hecho con ningún tipo de intención de ese tipo,
pero la deformación que existía en ese sentido hacía pensar a la gente
que todo lo que no fuese por el camino indicado era malo.
Aparte de eso, sí alguna vez hay alguna protesta, pero nunca tuve
mayores problemas, a lo mejor porque mis chistes no son excesivamente
incisivos. Cuando entro en un tema que creo que puede no agradar a
alguien procuro tener mi coartada preparada, por qué hice eso o en qué
me basé. A mí lo único que me puede suponer es que tenga que tirar el
chiste o hacer otro.
-¿Algún ejemplo?
-Cuando la muerte de Cela hice alguno alusivo a aquella frase
que había dicho contra la Santina. Era la Santina llegando al cielo,
abriendo la puerta San Pedro y diciendo: "Dígale al señor Cela que le
perdono". Ese me lo publicaron. Pero antes de ese había otro que era la
misma Santina entrando al cielo y diciendo: "Dígale al señor Cela que
tiene una cuenta pendiente conmigo". Ese no me lo publicaron, tuve que
suavizarlo.
"Hay muchísimas cosas
importantes, sobre todo el ser honesto, ser transparente, no andar con
rodeos, no tener aristas"
-Ahora mismo creo que no hay diario o revista en que no
haya un humorista gráfico ¿crees que esta corriente artística está lo
suficientemente valorada?
-No, yo creo que no. Supongo que pasa lo mismo también en otras
actividades: hay unos que están arriba, que probablemente sean los
mejores y hay otros que están abajo, que son incluso mejores que los que
estamos en medio, pero que no tuvieron las oportunidades que tuvimos
nosotros.
Hay gente muy buena, gente muy preparada artística y técnicamente, bien
con ideas propias o bien de otros; ya sabes que hoy día el trabajo en
equipo es frecuente. Por otra parte, los de provincias creo que estamos
unos puntos por debajo, porque tampoco disponemos de la tribuna adecuada
en cuanto a promoción y difusión.
-¿Y aquí piensas que hay una buena cantera de humoristas
gráficos?
-No lo sé, ya dije que no soy seguidor del humor de nadie. Me
entero de lo que hay cuando lo veo, veo que surge un dibujante
buenísimo, un humorista buenísimo o una corriente, pero no lo sigo, no
sé si por falta de interés o porque no tengo tiempo.
-¿La vida es una gran viñeta?
-Sí, estoy plenamente convencido.
-¿Qué es lo que más te atrae de ella?
-Evidentemente el comportamiento de los demás, de alguna manera
lo manifiesto a diario, haciendo mi interpretación particular de ese
comportamiento. A veces ironizo, a veces puede incluso parecer
surrealista lo que hago, pero es un surrealismo provocado, buscado. Soy
consciente de que dibujo para la mayoría que lee ese medio y procuro que
se entienda, aunque a lo mejor no sea lo que más me gusta.
"Hoy día
no existe la censura que había antes, pero hay otro tipo de
censura, la del empresario prepotente" |
-¿Crees que existe la viñeta o el chiste perfecto?
-Voy a citar a uno que nombra mucha gente, que es Mingote.
Cuando veo un chiste de Mingote voy primero al dibujo, y como me
entusiasma ya entro con buena cara en el chiste. En ese momento a lo
mejor lo califico de perfecto, porque la idea fue buenísima y encima va
acompañada de un dibujo sensacional. Otros, como Forges, hacen un dibujo
personalísimo. Puedes decir que te gusta mucho, pero ¿es bueno? Y hay
ideas que son sensacionales, como las de Quino, o mi queridísimo Neto,
que tiene una tira que hay días que es buenísima. Pero ¿qué valoración
tiene lo perfecto? ¿Cuántos puntos hay que darle? A mí, lo que me gusta,
lo que me produce risa, lo que me parece perspicaz, eso es lo que yo
podría calificar de perfecto, aunque todo es mejorable.
-La sátira humorística ¿va dirigida a un público
inteligente?
-Yo creo que soy de una inteligencia normal, pero sí me gustaría
dirigir mi humor a inteligentes. Lo que pasa es que mi humor no es todo
lo inteligente que yo quisiera y se vulgariza, quizá porque necesito
sacar un chiste todos los días o dos. A lo mejor yo podría recrearme
más, es decir, no necesitaría poner todos los bolos en la bolera para
que me entendiese; a lo mejor con poner dos bastaba, y el resto ya se lo
figuraban los lectores, que es lo bonito, hacer pensar un poco, pero ese
humor es más difícil de lograr y muchos no me entenderían.
-Un valor que sea importante para tu vida.
-Hay muchísimas cosas importantes, sobre todo el ser honesto,
ser transparente, no andar con rodeos, no tener aristas. Probablemente
en la vida actual eso sea peligroso, porque lo que hay que ser es
excesivamente ambicioso y pasar por encima de quien sea, porque esto es
una selva. Yo no estoy hecho para vivir en la selva, por ese cierto
grado de honestidad que creo que tengo. Aunque pueda parecer que no es
compatible con mi profesión principal, que es abogado, trato dentro de
lo posible de compatibilizarlo. ∆ |