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SUPLEMENTO ASTURIAS 

CARLOS MADERA GONZALEZ
Foto cedida por la Consejería de Asuntos Sociales

CARLOS MADERA GONZALEZ

Director de Servicios Sociales Comunitarios y Prestaciones

La inquietud por dar solución a las múltiples situaciones que se presentan no le deja casi tiempo para su vida privada, sobre todo cuando se trata de temas relacionados con los inmigrantes.
Carlos Madera es consciente de que vivimos en una sociedad en la que no falta de nada, y sí sobran muchas cosas. Es una razón de justicia el que seamos solidarios con quienes lo necesitan.

Por una sociedad más solidaria

Texto: Lupercio González

-A día de hoy ¿qué balance harías de este departamento?
-Yo tengo que hacer un balance muy positivo. Las políticas que iniciamos en el año 99 al llegar al gobierno han producido unos efectos claramente visibles por los ciudadanos. En concreto, en el terreno de las prestaciones sociales básicas y a nivel municipal, hemos hecho una apuesta muy importante por el impulso de los servicios sociales, municipales, o de atención primaria, mediante transferencias a los ayuntamientos. Tenemos ahora mismo en Asturias 42 centros de servicios sociales municipales que están generando en torno a 450 empleos. Estamos produciendo equipos multiprofesionales con educadores, trabajadores sociales, personal administrativo. Estamos trabajando con equipos comarcales de Dirección General de la Consejería para apoyar la función de los centros de los servicios sociales municipales.
Hemos dado un impulso muy importante. Hemos generado mucho empleo, en torno a 150 puestos de trabajo, contando los dispositivos propios de la Consejería. Eso, en lo que tiene que ver con los servicios sociales de base. En cuanto a una prestación básica como es la ayuda a domicilio, las cifras hablan por sí solas. Pasamos de ser una comunidad autónoma en la cual había menos de tres mil personas que recibían ayuda a domicilio, a siete mil personas. Hemos duplicado también el número de trabajadores en la ayuda a domicilio; son además unos puestos de trabajo que en las zonas rurales tienen un impacto impresionante. No podemos olvidar que en Asturias tenemos 78 concejos, de los cuales muchos tienen menos de 2000 ó 3000 habitantes, y la creación de cinco empleos femeninos en una zona rural de este tipo es muy importante. Estamos demostrando que los Servicios Sociales son un yacimiento de empleo importante con mucho futuro y mucho potencial de crecimiento.

-En cuanto al salario social también se han producido avances.
-Sí. En el tema del ingreso mínimo de inserción, en estos años hemos logrado primero una suficiencia financiera. No queda fuera por razones de tipo presupuestario ningún asturiano que necesite el salario social. Eso se ha producido gracias a una mejora en la gestión, que se ha agilizado. Ahora mismo un asturiano puede solicitar esta prestación a lo largo de todo el año, cuando antes tenía un mes solamente. Hoy en día cualquier situación se puede atender y se resuelve en el año natural. También es una buena noticia decir que llegamos a todo el mundo de una forma más rápida. Creo que éstas son las cuestiones más importantes, independientemente de otras cosas, como puede por ejemplo nuestro programa de acciones para los inmigrantes en Asturias, y otros.

-¿Dónde radica la mayor dificultad en la gestión social?
-Cualquier persona que se dedica a la gestión política sabe que no vivimos en un mundo feliz, que el entorno es complicado, que querrías tener más presupuestos... No obstante yo creo que nosotros hemos tenido la suerte en esta Consejería de crecer por encima de la media del Principado en estos tres años. Los problemas son los normales en la gestión pública en una comunidad autónoma, como es Asturias, que tiene su propia estructura organizativa. Siempre se quieren hacer las cosas mejor, más rápido, y de forma más eficiente, pero creo que siendo realistas se puede hacer un buen balance.

"Cualquier persona que se dedica a la gestión política sabe que no vivimos en un mundo feliz"

-Recibiste el premio Jovellanos en la Habana de mano del vicepresidente del Gobierno cubano, José Ramón Fernández, de origen asturiano. ¿Qué te ha supuesto este galardón?
-No lo considero tanto un galardón personal como un premio a un equipo de gente. Yo ahí me considero en la representación del trabajo de mucha gente en esta Consejería en favor de los inmigrantes asturianos fuera y en favor de una cooperación con los pobres y los países más desfavorecidos, con los cuales nos unen lazos históricos importantes. Es muy gratificante el que se te reconozca un trabajo, pero la verdad es que yo hago una labor que me gusta mucho y cobro un buen sueldo por ello. Soy una persona afortunada en ese sentido.

-En Asturias el tema de la inmigración ¿cómo se está abordando?
-Nosotros pensamos que el tema de la inmigración está producido por la pobreza y por un orden social injusto. La gente no emigra por gusto, sino porque no tiene oportunidades. En un mundo en conflicto y en el que la riqueza está muy desigualmente repartida, la gente se va de donde no tiene oportunidades a donde las tiene, como hicimos los asturianos y los españoles hasta hace muy poco tiempo.
En ese sentido en Asturias lo que estamos haciendo es favorecer la inserción social de los inmigrantes que tenemos, que son pocos. Estamos trabajando en dispositivos de primera acogida, viviendas estructuradas para la gente que llega; estamos trabajando en dispositivos de inserción y de formación; estamos trabajando en oficinas de información generales a través de convenios con ayuntamientos y con ONG, y también estamos trabajando en la defensa de los derechos laborales de los inmigrantes, para evitar situaciones de explotación que se dan de convenios con las centrales sindicales más representativas. Tenemos convenios con varias entidades y sobre todo tenemos un observatorio permanente que nos permite ir conociendo la situación en Asturias.
Yo creo que tenemos la suerte de tener unas políticas sensatas y generosas a la vez, y bien entendidas por la población. No hay brotes de racismo y de xenofobia. Los niños van a la escuela, la gente acude a su médico de cabecera, y eso no es noticia. Pues que sigan las cosas así.

-¿La situación Argentina ha tenido algún reflejo aquí en Asturias?
-Argentina demuestra palpablemente a dónde conduce una determinada forma de entender la política económica, que es la privatización a ultranza, la pretendida liberalización, es decir, pasar recursos del sector público al sector privado en aras de una pretendida eficacia. En realidad es la forma de que un país rico se convierta en pobre en una generación. Esas políticas económicas están llevando a la pobreza, a la exclusión a mucha gente, también a inmigrantes asturianos. Nosotros estamos trabajando fundamentalmente con nuestra colonia de inmigrantes, sobre todo con políticas ya iniciadas. Hemos abierto una oficina de información con una trabajadora social allí para ofrecer orientación. También tenemos ayudas extraordinarias de emergencia para todos aquellos asturianos y descendientes de asturianos en situación de necesidad. Ahora mismo hemos gastado cincuenta millones de pesetas en esas ayudas extraordinarias, y haremos otro tanto en este tiempo. Dedicamos a la inmigración un presupuesto de unos trescientos millones de pesetas al año, y este año con Argentina lo hemos incrementado en estas cantidades.

-Tantos conflictos y guerras ¿no puede llegar un momento en que haga saltar por los aires todos los sistemas de ayuda?
-De lo que no cabe duda es que desde ámbitos conservadores se cuestiona el estado de bienestar, me refiero al modelo social europeo de pensiones, de salud, de educación gratuita. Se está cuestionando porque es un tema no económico, sino ideológico. Llegó desde la izquierda, desde perspectivas de izquierdas. Creemos en unos servicios públicos de calidad, en unos servicios públicos eficientes y creemos en un sistema de bienestar porque es lo mejor para todos. Creemos que la cohesión social que produce un modelo como el que defendemos es muy importante. Es una sociedad mucho más libre, mucho más competitiva, mucho más preocupada por el porvenir y por la educación de los hijos; más que una sociedad en la cual hay un porcentaje importante de gente que no se siente partícipe de la misma, porque eso lleva a la confrontación y al estallido social, como lo estamos viendo en muchos países de América. Yo creo que desde la izquierda, desde el socialismo hay que plantear una batalla clara en defensa de lo que son los sistemas de bienestar

"La liberalización económica es en realidad la forma de que un país rico se convierta en pobre en una generación"

-La población asturiana es una población envejecida, y para que el sistema de pensiones siga funcionando se argumenta que tendríamos que echar mano de los inmigrantes.
-Los expertos hablan de que se necesitarían en España unos seis millones de inmigrantes de aquí al 2025, teniendo en cuenta las tasas de natalidad y fecundidad, el nivel de envejecimiento de la población y el nivel de actividad económica. Entonces parece sensato decir que si aquí el nivel de fecundidad es bajo, si hay poca gente que entre en el mercado de trabajo, lógicamente alguien tendrá que trabajar y cotizar para ello. Sería bueno un nivel de natalidad más elevado que el que hay, lo que ocurre es que cuando hay una precariedad laboral tan importante la gente joven se casa muy tarde y tarda en tener familia. Con los contratos que se están manejando hoy en día tampoco parece que eso vaya a mejorar mucho.
Por otra parte, habría que hacer también una apuesta por una política de generosidad en el tema de la inmigración pero también de sensatez, pues no podemos abrir las puertas a todo el mundo. Hagamos convenios y acuerdos con otros países y traigamos gente de una forma sensata y organizada, con contratos de trabajo, para que sea bueno para ellos y bueno también para nosotros.

-El mestizaje con otras culturas y etnias está a la vuelta de la esquina. ¿Crees que la sociedad asturiana tiene que mentalizarse y desde las escuelas empezar a educar para la solidaridad y la tolerancia?
-Efectivamente yo creo que habría que tener una educación en valores de tolerancia, de solidaridad y en valores democráticos. En ese sentido nosotros estamos haciendo programas desde esta casa, desde la Consejería de Integración, sobre todo en la escuela, porque el futuro está ahí. Fundamentalmente tenemos que tener claro que lo que hay que defender por encima de todo son los valores democráticos de una sociedad tolerante, una sociedad en la que cabe todo el mundo menos los intolerantes y los que están en contra de esas libertades. Entiendo que tenemos que construir una sociedad abierta, pero entiendo también que en Europa y en España vivimos en una sociedad democrática en la cual todos somos iguales y en la cual la religión pertenece al ámbito privado, por eso no se puede permitir que haya niñas que son secuestradas para casarse en contra de su voluntad a los trece años, ni prácticas de brutalidad como pueden ser las ablaciones o cuestiones que no tienen nada que ver con la libertad y la democracia. Entonces, sí a la integración, sí a una sociedad en la que quepamos todos, pero no a la intolerancia en aras de una libertad en la que todo es igual, porque no todo es igual; la libertad y la democracia deben defenderse siempre. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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