Si hay una cosa que se puede decir de Vicente Alvarez Areces es que gracias a su gestión, la estabilidad del gobierno en Asturias parece haberse consolidado. Ahora ha comenzado una etapa de construcción, no exenta de dificultades, sobre todo en una región que se ha visto obligada a reconvertir prácticamente todas sus bases económicas.

-Como Presidente del Principado, ¿de qué logros se siente más satisfecho?
-La gestión política, el Gobierno de una Comunidad cuando se llevan tres años y medio gobernando, nos impide hablar de éxitos y fracasos de forma rotunda. Sin embargo, en el caso de las políticas de las que más satisfecho me siento y mejor balance podemos exhibir me gustaría citar cuatro bloques: cota de autogobierno y competencias asumidas; políticas de empleo e inversión en el sistema productivo; sociedad del conocimiento, englobando el sistema educativo y el de investigación; y las políticas sociales. Se está viendo cómo muchos proyectos maduran y espero que al final de la legislatura tengamos en marcha todos los proyectos importantes que teníamos en nuestro programa electoral.

-"Por fin de nuevo ilusión y trabajo" fue la frase de la campaña electoral que le llevó a la presidencia, ¿qué nos va a ofrecer a los asturianos para el futuro y cuál le gustaría que fuera el balance de esta legislatura?
-Ofrezco mi trabajo y mi esfuerzo para que Asturias siga avanzando. De la ilusión y el trabajo al Asturias Adelante que estamos construyendo entre todos. Por encima de las dificultades, vemos que hay resultados tangibles y reconocidos por todos.
Me gustaría que se me relacionara con un proyecto ilusionante, con un programa político ambicioso que cumplimos a rajatabla. El mejor balance sería el del contrato cumplido, el del trabajo bien hecho, el de la buena gestión de los recursos y el mantenimiento de la confianza que los asturianos depositaron en el proyecto socialista que represento. Lo apasionante de la política es que la mayor parte de las cosas están sin descubrir. Las cosas van mejorando y la Asturias de hoy es mejor que la de 1999: estamos en una buena dirección y ahora tenemos que intensificar esfuerzos.

-El PP confía en cambiar el mapa político regional en las próximas elecciones. ¿Cree que los socialistas asturianos tienen la suficiente cohesión interna y solidez para seguir gobernando Asturias?
-Dentro de un año los asturianos y asturianas despejarán las dudas en las urnas y nosotros confiamos en revalidar nuestra mayoría, así que no creo que se produzca el cambio que el PP augura. Respecto a la segunda parte de la pregunta, estamos en buen momento, con proyectos emblemáticos y con una situación política magnífica, producto de una situación interna de gran cohesión. La identidad de criterios entre el partido, el grupo parlamentario y el Gobierno es total y, desde luego, tenemos ante nosotros un reto impresionante de sacar a Asturias adelante, con buenos resultados y con unos niveles competenciales como nunca habíamos pensado.

-Se dice que la fuerza de un partido está en su capacidad de superar las discrepancias. ¿Hay buena sintonía entre la Federación Socialista de Asturias y el Gobierno asturiano?
-Efectivamente hemos tenido momentos muy difíciles y esos momentos, afortunadamente, se han superado. Hay buena sintonía y una intensa relación de trabajo en torno a los temas que preocupan a los asturianos. Junto a esta estabilidad interna, tenemos un gobierno cualificado que sabe hacer las cosas y que sabe impulsarlas. Hoy, en Asturias, se nota, no sólo un Gobierno más cohesionado y con más musculatura, sino un Partido Socialista que apoya decididamente esa opción.
La relación entre la FSA, el Gobierno y el Grupo Parlamentario Socialista, como han podido ver en estos dos últimos años, ha funcionado con una sincronía total, ha presentado propuestas muy avanzadas a la sociedad asturiana, y hemos tenido una producción legislativa impresionante.

-Sabemos que cuatro años son insuficientes para desarrollar un proyecto político, pero ¿hacia dónde se dirige nuestra región?
-La reconversión de varios sectores produjo una de las crisis más intensas que haya soportado ninguna región española e incluso europea, porque aunque muchas regiones soportaron la crisis de la minería, la siderurgia o el sector naval, en Asturias se dieron simultáneamente. Esto produjo desánimo y pesimismo.
Ahora, el modelo basado en la empresa pública está ya superado. Buscamos la diversificación combinando la economía tradicional, que sigue obteniendo muy buenos resultados, con la nueva economía, la sociedad del conocimiento y la innovación. Hemos elaborado una estrategia de impulso a la tecnología, la investigación y el desarrollo a través del nuevo Plan de I+D+I. En dos años nos hemos situado en los primeros puestos del ranking de comunidades autónomas que más invierten en I+D+I. Hemos pasado de poco más de 0,5% del PIB al 0,81% actual, porcentaje que nos sitúa entre las primeras comunidades en inversión en I+D+I. Hemos sido capaces de liderar nuestra propia transformación y aspiramos a consolidar nuestra imagen de paraíso natural, territorio emprendedor, solidario e identificado con las nuevas tecnologías y con procesos productivos respetuosos con el medio ambiente.

-Con el Gobierno de Aznar parece que ha habido un retroceso en los derechos de los ciudadanos en nuestro país. ¿Qué balance haría de la relación entre el Gobierno autónomo asturiano y el Gobierno central?
-Nosotros ejercemos la crítica en aquellas cosas que no nos gustan, pero tenemos un buen entendimiento. La prueba es que hemos sido la comunidad que más traspasos ha negociado en el menor tiempo posible: no hay ninguna comunidad española que en dos años haya conseguido quince traspasos y, además, haya suscrito el pacto de financiación autonómica. Por poner un ejemplo reciente, hace unos días fuimos la primera comunidad autónoma en suscribir con el Ministerio de Ciencia y Tecnología un convenio para el desarrollo de la sociedad de la información en la escuela asturiana.
Sin embargo, tenemos graves discrepancias en cuestiones como la Ley de Calidad de la educación, la de estabilidad presupuestaria o el ritmo de ejecución de las grandes infraestructuras de comunicación por parte de la Administración Central. Hay críticas que ejercemos desde un punto de vista democrático con toda legitimidad y con el mismo motivo: defender los intereses de Asturias y reclamar aquello que nos corresponde. Seguiré haciéndolo con voz alta y clara, pero siempre desde el respeto a las personas.

-¿Qué papel debe jugar Asturias ante la Unión Europea?
-Asturias ha de ser protagonista en el proyecto de integración europea a través de una participación activa en los principales foros de la Unión. El Gobierno del Principado de Asturias tiene el deber de realizar la defensa de sus intereses, de participar en la toma de decisiones sobre los asuntos de su competencia, y, por tanto, una legítima aspiración a participar en la delegación española ante Consejo de Ministros de la Unión en aquellos asuntos en los que sus competencias o intereses se vean afectados.
Seguiremos participando activamente en los trabajos del Comité de las Regiones (CdR), principalmente en los asuntos relacionados con la cohesión territorial, el futuro de la política regional y de los fondos estructurales, así como en el ámbito de la sociedad de la información. Además, desde el gobierno asturiano fomentamos la colaboración, tanto en el ámbito político como técnico, con la Comisión Europea y el Parlamento. Apostamos también por la cooperación interregional con los territorios europeos de perfil similar o con los que compartimos un mismo espacio transnacional, como son las regiones del Arco Atlántico, entre las que nos encontramos y dentro de las que lideramos el grupo de trabajo sobre ordenación del territorio y sobre la gestión integrada de las costas para su ordenación y preservación.

-¿Tiene su Gobierno una apuesta decidida para que la mujer ocupe cada vez más puestos de relieve en la sociedad asturiana?
-Uno de los retos y principales prioridades de este Gobierno son las políticas de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Símbolo de nuestra sensibilidad para con las demandas de las mujeres asturianas fue la creación del Instituto Asturiano de la Mujer y la elaboración del IV Plan de Acción Positiva para las Mujeres del Principado de Asturias. En este documento se plantea como reto la construcción de un nuevo contrato social, que pasa por la definitiva incorporación de las mujeres al empleo, por el reparto de las responsabilidades familiares y por la participación de las mujeres en el ámbito social, en el cultural y en la toma de decisiones. Combinando las medidas de acción positiva, que impulsa el Instituto Asturiano de la Mujer, con el enfoque integrado de género, tratamos de adoptar una nueva forma de entender la situación de discriminación estructural que sufren las mujeres, implicando en la superación de la misma a toda la sociedad y, en consecuencia, al Gobierno en su conjunto.