Texto
y foto:
Isabel Muñiz.
"Ser
mujer te posiciona políticamente"
Casada
y madre de tres hijos, Socorro combina las clases con el estudio y la
investigación sobre las mujeres. Cada día se desplaza desde su Gijón
natal hasta el Campus del Milán, en Oviedo, donde es profesora de
literatura inglesa y en lengua inglesa. Junto con otras profesoras ha
creado la Asociación de Estudios de las mujeres Universidad de Oviedo
de la que es presidenta.
-¿Cómo nació el programa de Doctorado de Estudios
de la Mujer?
-Yo daba clases de literatura contemporánea, y a principios de
la década de los 80 empecé a darme cuenta de que había un montón de
autoras escribiendo sobre temas de muchísimo interés. Entonces empecé
a ofrecer cursos de doctorado de autoras y así fue cómo profesoras
más jóvenes que empezaban se animaron a seguir con este tema. Seguimos
investigando y en el 86 creamos la asociación de Mujer y Literatura,
específicamente para trabajar e investigar en este tema. De ahí
salieron muchas tesinas y tesis doctorales, empezamos a hacer tertulias,
a trabajar con el grupo de Comadres de Gijón, y a principios de los 90
se nos unieron otras compañeras que estaban trabajando por su cuenta
con temas de historia en el mundo antiguo.
En el 94 hicimos una convocatoria para toda la Universidad de Oviedo y
se animaron 54 personas que estaban trabajando en temas de la mujer.
Tuvimos tres días de congreso, intercambiando ideas y ante este éxito
ya nos decidimos a ofrecer, luchando bastante con la Administración, el
Programa de Doctorado de Estudios de la mujer. Eso fue la puesta de
largo.
"Realmente
no hay ninguna mujer, aquí mismo en Oviedo y hoy, que mirando su
entorno no vea que tiene alguna compañera que apoyar."
-¿Qué interés muestran los alumnos por estos
estudios?
-Por parte de las alumnas hay mucho interés, ya no hace falta
ni avisar porque se van enterando a través del boca a boca. Todos los
años hay un grupo entre 15 y 20 alumnas dispuestas a hacer
investigación de mujeres. De hecho tuvimos mucha suerte porque
conseguimos ayuda del Principado, fundamentalmente de la Secretaría de
la Mujer, para iniciar una publicación, una colección que recoge los
trabajos de investigación más interesantes del año. Ha tenido muy
buena acogida, hemos sacado el número 10 y tuvimos bastante
repercusión nacional, hasta el punto de que ya hemos acabado la
edición de uno de ellos y hay varias tesis leídas.
-¿Crees que es importante para las jóvenes de hoy
tener un conocimiento de las autoras que les precedieron?
-A mí me parece fundamental porque todo esto te ayuda a
conocerte a ti, y a poder definir tu lugar en la sociedad
contemporánea. Es una de las cosas que me parecen más importantes del
feminismo académico, que es el que hacemos nosotras al fin y al cabo.
Que por lo menos las mujeres y los alumnos que lo quieran oír tengan
conocimiento de la situación, y sean capaces de ver la situación desde
la otra parte. Hay que reconocer que la sociedad es todavía muy
patriarcal y que te socializa de una manera muy patriarcal. Hay gente
que llega a la lógica del asunto por sus propias luces, pero también
es verdad que hay muchas cosas que si no te llama alguien la atención
sobre ellas las asumes como naturales o como lógicas. Hay que ver qué
posibilidades hay y luego que la gente opte por su posicionamiento
político, pero que tenga toda la lista de posibilidades clara.
"Una
mujer no puede ser neutral y ver sólo su ombligo "
-¿Qué es lo que se da a conocer con esta labor?
-Ahí hay un trabajo social, vital y también literario y
cultural de mujeres, de montones de mujeres y yo creo que cuantas más
conozcamos, más se podrá sacar a la luz a través de la
investigación. Al fin y al cabo las personas nos movemos por modelos,
queramos o no, y entonces hay que saber que hay muchos listones que
superar. Hay una larga historia de lucha que hay que sacar a la luz,
verla, entenderla e incorporarla a nuestro día a día contemporáneo.
-¿Crees que la rebeldía tiene asiento en la mujer
de hoy?
-Sí, lo que pasa es que estamos hablando desde una sociedad
como la nuestra, la española contemporánea, bastante bien asentada, y
en un momento en el que está recibiendo información por todos los
lados posibles, en una época consumista tremenda. Hay tantas
distracciones, que te parece que está todo hecho si no vas más allá.
Lo que pasa es que si te sientas y piensas lo que tienes, y lo que tiene
el mundo alrededor tuyo en general, es cuando te haces rebelde por
necesidad. Lo malo es cuando no te sientas a pensar dos minutos.
-¿Cuántos mitos hay sobre la naturaleza femenina?
-Muchísimos. Eso sí que está dando lugar a un montón de
trabajos de investigación, desmontar todos los mitos que hay. Desde el
instinto maternal sublimado, hasta que las mujeres son dulces y sumisas.
Todas esas cosas obviamente son socializaciones y a nadie se le escapa
lo útiles que son para la sociedad. De hecho los mismos que nos echan
las culpas a las mujeres de los problemas de la juventud -porque no
cuidamos a los hijos y no estamos en casa-, son los mismos que nos
están dando la clave de lo útil que es tener a una mujer callada y
convencida de que su destino es ser una madre amantísima y sufrir por
los demás. Claro eso es un mito que no se sostiene de ninguna de las
maneras.
"Si
te sientas y piensas lo que tienes, y lo que tiene el mundo alrededor
tuyo en general, es cuando te haces rebelde por necesidad "
-¿Ser mujer significa compromiso?
-Ah, claro, seguro. En cualquier sitio. Yo creo que realmente no
hay ninguna mujer, aquí mismo en Oviedo y hoy, que mirando su entorno
no vea que tiene alguna compañera que apoyar.
Las mujeres siempre son mayoría perjudicada, por diez mil razones,
tanto en el campo laboral, como en el campo de la autodefinición,
dentro de la casa, dentro de la división de espacios. Con lo cual ser
mujer hoy en día automáticamente te posiciona políticamente. Una
mujer no puede ser neutral y ver sólo su ombligo, estamos inmersas en
un mundo donde podemos combatir. El día que, en una utopía, realmente
sea la persona la que prime, y la persona pueda decidir su vida, lo que
quiere, pues posiblemente ya pierda cierto interés.
-¿Qué modelos positivos le interesan ahora a la
mujer?
-Yo creo que el de todas aquellas mujeres que eligieron por sí
mismas. A mí me parece fundamental el derecho a equivocarse de las
mujeres, de las personas, solo que aquí estoy viéndolo desde el punto
de vista de las mujeres. Simplemente el no decidir porque es lo que mi
madre me dice o lo que mi padre me obliga o lo que mis amigas hacen.
Claro, implica pararse a pensar un minutín. A mí me parece importante.
Se trata de dar ideas que liberen la mente de condicionamientos que
muchas veces son totalmente ajenos a la persona.
-El feminismo en la Universidad ¿cómo está
considerado?
-Mejoró mucho. Hoy en día no está bien no ver con buenos ojos
el feminismo. Es decir ya nadie diría abiertamente o muy poca gente
diría abiertamente, "estas feministas hacen eso porque no pueden
hacer otro tipo de investigación". Oficialmente hay una ayuda
clara por parte de la institución, de hecho nosotras tenemos dos
seminarios oficiales de la Universidad. El primero es de los años
ochenta, el segundo de los noventa. No hubo ningún problema en ninguno
de los rectorados en su momento de sacarlo adelante. El programa de
Doctorado de Estudios de la Mujer, no fue un camino de rosas sacarlo
adelante, pero se hizo sin que fuera excesivamente complicado. Además
hay un montón de profesoras comprometidas con el programa, algún
profesor, muchísimas alumnas y algún alumno.
-¿Has encontrado dificultades en lo que es tu
trabajo?
-No, la verdad es que no. Personalmente, las dificultades
siempre fueron menos que las satisfacciones. A veces, sabes que algún
compañero te miraba pensando "ésta es rara, un poco loca",
pero nada más. Tuve suerte por tener siempre alumnas entusiasmadas
desde el principio. Es muy agradable trabajar porque aunque sabes que la
inmensa mayoría no podrá estar de acuerdo, siempre hay una minoría
entusiasta y vamos a más.
En noviembre tuvimos un Congreso de Jóvenes Investigadoras en la
Universidad de Oviedo, y participaron mujeres que están con tesis
doctorales y trabajos de investigación, de cerca de las setenta
provincias. Eso hace diez años hubiera sido impensable. Además gente
muy preparada, con una investigación muy avanzada, enterada de todas
las cuestiones del género.
"Hay
una larga historia de lucha que hay que sacar a la luz, verla,
entenderla e incorporarla a nuestro día a día contemporáneo "
-¿Te gusta tu trabajo?
-Muchísimo. Me encanta la docencia, me encanta la realización.
La verdad es que me gusta muchísimo la literatura, con lo cual es una
gran suerte que esté todo el día con gente. Y cuando no estoy con
gente estoy con libros. Con lo cual ¿qué más puedo pedir?
-En todo ese tiempo, tu pensamiento ¿cómo ha ido
evolucionando?
-Ha ido evolucionando en la medida en que vas madurando como
persona y que fue evolucionando en toda la teoría feminista. Cuando
empecé fue un tanto dando palos de ciego. Unas cosas me atraían más
que otras, me reconocía muchas veces en los personajes femeninos,
entendía mejor el mensaje de las autoras. Es decir, al principio era
más una tendencia personal, porque de aquella en España, y en el mundo
académico occidental, no había un hueco para la teoría feminista.
Hubo un momento en que todavía dominaba, es decir, había leído los
treinta libros que se habían publicado. Hoy en día es imposible, no
puedes leerlo todo, porque ahora se publica a un ritmo tremendo. Vas
evolucionando, porque poco a poco vas conformando la manera de pensar y
eso te permite ver muchas más cosas.
-¿Cómo entiendes tú ahora el feminismo?
-Hay muchos. A mí no se me escapa que yo estoy en un feminismo
académico teórico y hacemos muchas cosas como tertulias y conferencias
y seminarios, pero dentro de la teoría. Luego hay muchas mujeres que
están luchando por las cosas más elementales. O sea que dentro de que
haya un feminismo boyante, lo positivo en este momento, es que los
feminismos están empezando a comunicarse entre sí. Yo creo que esto es
un posicionamiento político y que cada una tenemos que hacer todo lo
que esté en nuestra mano, y cada una estamos en un lugar. Si cada una
trabaja desde ahí habrá obviamente una mejora generalizada de la
situación de las mujeres. ∆
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