Foto:
M.A.Oliva
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Mujeres maltratadas
No hay día en que no salga
en algún medio de comunicación alguna noticia relacionada con las
mujeres que sufren malos tratos.
No es un tema nuevo, pero no por ello ha perdido su importancia y
vigencia en una sociedad que se enorgullece de ser
"evolucionada".
¿Cuál
es en realidad el origen de este problema?
¿Es quizás una reacción del hombre ante la liberación cada día
más patente de la mujer?
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Liliana
Fernández-Peña Vega. Psicóloga.
"El origen de la violencia
contra las mujeres, sea agresiones sexuales u otro tipo de acto con
violencia, es la desigualdad. La desigualdad, que lleva existiendo a lo
largo de la historia, ha provocado una especie de desnivel, una jerarquía
entre los sexos y ese hecho es lo que genera violencia contra las mujeres.
También creo que tiene algo de sometimiento, y lo digo en relación con el
trabajo gratuito que realizan las mujeres, el trabajo de crianza, el trabajo
doméstico. Aún hoy día vemos que mientras ellas sí se incorporan al
trabajo remunerado, a los hombres les cuesta mucho todavía asumir esa parte
de trabajo no remunerado relacionado con la familia y con el hogar.
Yo ahí tengo dudas sobre si puede ser una reacción del hombre ante la
liberación de la mujer. Hace años había muchos suicidios de mujeres;
ahora la mujer tiene un mayor nivel de protección del que tenía antes y
los casos salen más a la luz, se denuncian más y las mujeres tienden a
romper más con este tipo de situaciones. En todo caso pienso que los
motivos siempre hay que atribuirlos a la conducta inadecuada del varón o
del colectivo de varones".∆
"Hay
una especie de desnivel, una jerarquía entre los sexos, y ese hecho es lo
que genera violencia contra las mujeres"
Noemí Martín
González. Diputada
por IU en la Junta General del Principado.
"La situación de violencia
de género que se da en nuestro país puede tener diversos orígenes. Creo
que la razón básica y fundamental, al margen de que pueda haber otras
múltiples connotaciones, es que este tipo de violencia responde a que aún
hoy pervive de desigualdad social y de género entre hombres y mujeres. La
solución más lógica es una actuación integral, muy amplia y desde el
ámbito educativo, en primer lugar con los niños y niñas pequeños; luego,
habría que poner en marcha una serie de actuaciones de carácter preventivo
que tienen que dar respuesta a estas cosas que desgraciadamente son un hecho
que tenemos encima de la mesa todos los días. Este es un tema muy complejo
en el que intervienen muchos factores y no siempre son razones económicas.
En cualquier caso, está claro que muchas mujeres no se deciden a denunciar,
o incluso cuando lo hacen no obtienen una respuesta ágil. En muchas
ocasiones se encuentran ante un callejón sin salida. No sólo se trata de
prevenir esas situaciones desde el ámbito educativo, que es un ámbito
privilegiado, sino que luego también tenemos que responder con una
actuación ante la realidad cotidiana, porque cada día, desgraciadamente,
nos desayunamos con un nuevo caso de violencia de género. Lo lógico, ante
ese callejón sin salida en el que se ven muchas mujeres, sería que los
poderes públicos movilizasen todos los recursos a su alcance. Ahí influye
la falta de agilidad de la propia justicia y la falta de recursos para dar
una alternativa a la situación. Luego, son las propias mujeres las que
tienen que decidir, pero que no sea porque se encuentren sin una
salida". ∆
"Lo
lógico, ante ese callejón sin salida en el que se ven muchas mujeres,
sería que los poderes públicos movilizasen todos
los recursos a su alcance"
Pilar Fernández.
Asociación de Mujeres
Separadas y Divorciadas de Asturies.
"El origen del problema está en el sometimiento de la mujer al
varón. La identidad masculina se asocia sistemáticamente a la supremacía
y a la dominación. Se trata de un hecho con miles de años de historia,
implícito en todas las religiones y culturas, que se perpetúa a través de
la educación y la socialización en general y que sólo con el cambio
radical en la educación de niños y niñas se erradicará.
En cuanto a la violencia contra la mujer como reacción a su liberación,
siempre existió dentro y fuera del hogar: violaciones, palizas, vejaciones,
intimidaciones, coacciones, amenazas... Es algo muy generalizado. Se tiende
a culpabilizar a la mujer de todo lo malo que pase en la familia o en la
pareja, e incluso en algunos casos se justifica la agresión cuestionando la
actitud de la mujer, por ejemplo, en la violación o los malos tratos, es
decir, las mujeres estamos locas, exageramos o sencillamente nos lo
merecemos.
Estos hechos no se pueden achacar a la liberación de las mujeres porque por
un lado, aún falta mucho para eso; y en segundo lugar, porque la reacción
del maltratador siempre fue la de agredir a la mujer. En algunos casos los
motivos son excusas, o se los inventan; y en otros, ni se molestan, porque
atribuirlos al alcohol, a las drogas o al estrés supone desviar la
atención de la verdadera causa, que es la jerarquía sexual. La sociedad es
machista y sigue siendo permisiva con los malos tratos, lo que produce en
las mujeres una doble victimización". ∆
"La
violencia contra la mujer como reacción a su liberación, siempre existió
dentro y fuera del hogar"
Begoña Fernández
Fernández. Directora
del Instituto Asturiano de la Mujer.
"En relación con el maltrato a las mujeres o la violencia de
género, las últimas publicaciones coinciden en destacar el carácter
multicausal del problema.
Sin embargo, creo que debe darse una importancia grande a aquellas
explicaciones que inciden en el aspecto cultural del fenómeno. En este
sentido, la violencia de género es una consecuencia extrema del diferente
valor que otorga la sociedad al papel que cumplen los hombres y las mujeres.
También es una manifestación de la tolerancia hacia la violencia.
Aprendemos que la violencia es una posible vía de solución de conflictos.
Se produce maltrato cuando los hombres no perciben a las mujeres como
iguales, cuando tienen conceptos estereotipados de lo masculino y lo
femenino, y cuando sus relaciones afectivas son jerárquicas. En este
sentido, es precisamente el avance en la igualdad de las mujeres lo que
puede contribuir a erradicar el fenómeno.
No se produciría el ciclo de la violencia en sociedades en las que las
mujeres fuesen plenamente autónomas de sus parejas, desde el punto de vista
económico y también en lo afectivo.
La violencia de género no es, por tanto, un fenómeno coyuntural. Se ha
producido a lo largo de siglos de historia y en todas las sociedades.
Además ha sido tradicionalmente invisible, se ha ignorado, se ha tolerado.
No se produce más violencia, por tanto, por el avance de las mujeres. Al
contrario, sólo así lo combatimos". ∆
"No
se produciría el ciclo de la violencia en sociedades en las que las mujeres
fuesen plenamente autónomas de sus parejas"
Carlos Madera.
Director General de Servicios
Sociales Comunitarios y Prestaciones
"Yo creo en primer lugar que hay una cosa, que es cobardía.
Quien arregla sus problemas con la violencia, es que algún problema tiene.
Utilizar la violencia precisamente contra su propia mujer, me parece un tema
muy fuerte. En segundo lugar yo creo que hoy se denuncia más que antes,
afloran problemas que hubo siempre, pero ahora mismo yo creo que hay una
conciencia en las mujeres, muy correcta, de no callarse temas que antes
quedaban en la intimidad del hogar.
Por otra parte hay un ingrediente de crueldad, que ataca sobre todo la
autoestima de la persona agredida. Por lo que yo he hablado con algunas
personas, llega un momento en que la propia mujer que es golpeada y
maltratada se autoculpa de su situación, porque por un lado está el
maltrato físico, pero por otro está el maltrato psicológico, que golpea
en lo más profundo de las personas.
También pudiera producirse un efecto de imitación, ante el hecho de que se
hable de este tipo de cosas y de que salgan publicadas". ∆
"Por
un lado está el maltrato físico, pero por otro está el maltrato
psicológico, que golpea en lo más profundo de las personas."
Marití Pereira.
Presidenta de la Asociación de
Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos.
"En muchos casos ocurre que los hombres no son capaces de asumir ese
cambio que conlleva la liberación de la mujer. No obstante, yo creo que el
mayor problema no es tanto la liberación de la mujer, como el hecho de que,
culturalmente, el hombre cree que él tiene que tener el poder, y que ese
poder lo puede ejercer de cualquier manera. Hasta no hace mucho -e incluso
hoy en día- el hombre tenía una libertad casi total para poder ejercerlo
sin que pasara nada. Eso es lo que hace que estas cosas sigan sucediendo y
que en la mayor parte de los casos queden impunes este tipo de delitos, y
también, a que la propia sociedad no lo considere un delito de gravedad. De
modo que yo no creo que los malos tratos sean sólo porque la mujer se esté
liberando, sino que es un problema cultural y hasta que la educación no
cambie seguirá existiendo este problema en la relación entre los seres
humanos". ∆
"Hasta
que la educación no cambie seguirá existiendo este problema en la
relación entre los seres humanos" |