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sentido de la observación y su naturaleza aventurera y viajera le han
llevado a interesarse por multitud de temas, y su vocación de narrador le
ha hecho desgranar su particular visión sobre ellos.
-Eres periodista, escritor, viajero... ¿Con qué te quedas?
-Simplemente soy un observador del mundo, como la mayoría de la
gente. Viajero no, yo soy novelista por encima de todo. He renunciado a mis
títulos universitarios, a todo, para escribir novelas. Y la novela te lleva
a otros caminos, por eso he escrito libros de viajes, de pintura, de
gastronomía, una afición a la que fui arrastrado por mi madre, que era una
gran cocinera. Y en ese sentido hemos realizado una gran labor un equipo que
formábamos en Asturias mi hermana Magdalena, mi madre, María Luisa García
y yo, en pro de la gastronomía. Sacamos una obra que se llamaba "El
libro de la cocina española", que tuvo un éxito inmenso. Ahí empezó
el boom de las publicaciones gastronómicas en España, hace de esto treinta
y tantos años.
-¿Desde cuándo te dedicas a la literatura?
-Desde siempre, yo creo que ya llevo más de cincuenta años
escribiendo. Empecé a escribir en pleno bachillerato. Mi primer libro, de
poemas, "La sombra y la llaga", lo publiqué cuando tenía
dieciocho años. Yo creo que cualquier escritor, sea bueno, sea malo,
empieza en la niñez a escribir.
-¿Se nace escritor o se hace uno a lo largo de la vida?
-Las dos cosas. Porque la escritura necesita unas técnicas y una
artesanía que se aprende, una artesanía que se aprende con el tiempo. Se
aprende escribiendo y leyendo mucho. Y sin embargo hay gente que va a los
talleres literarios, se compra un buen ordenador y cree que con eso ya puede
hacer libros. No. La literatura es otra cosa y sobre todo la novela. La
novela es indudablemente un reflejo total de la vida por dentro y por fuera
del ser humano, va hacia el estudio de los sentimientos del hombre, del
espíritu, del alma.
-¿Qué género literario te resulta más cómodo?
-Soy narrador, escribo novela y cuento. Todo lo demás cualquier
persona puede hacerlo. Los críticos por ejemplo que escriben de pintura, en
realidad no son escritores sino que son personas que saben escribir
correctamente; los profesores que hacen estudios sobre un tema no son
escritores, son profesores que escriben.
-¿Literatura es algo más que contar cosas y contarlas con arte?
-Literatura es contar cosas, contarlas con arte, e incluso diría
que contarlas con estremecimiento. Que la gente al leer diga "esto lo
he sentido yo siempre, pero no sabía de dónde venía ni cómo hablar de
ello.
-Para escribir un libro ¿hay que vivir intensamente o con la
imaginación es suficiente?
-Bueno, yo pienso que es el problema entre la novela realista y la
novela fantástica. La novela social que hubo aquí en España, a la zaga un
poco de Francia, trata simplemente de reflejar una sociedad, pero lo hace de
una forma externa. La novela totalmente objetiva no ha conducido a nada. Yo
pienso que es como la pintura abstracta, que te conduce a un muro, a un
lugar sin salida. La novela no solamente tiene que describir y contar cosas,
sino poner sentimientos. El escritor, el auténtico escritor, pone su alma
en lo que escribe.
-El hecho de escribir ¿añade tristezas o alegrías a la vida de una
persona?
-Bueno, hay mil formas de ser. Por ejemplo, hay personas que han
nacido solitarias, y han visto el mundo siempre de una forma de soledad y de
angustia. Ahí tenemos a Dostoievski o a Kafka. Sin embargo hay otros muchos
novelistas que han dado una visión muy rosa del mundo, alegre, y
esperanzadora, como Mark Twain, y otros. Incluso Charles Dickens, que
hablaba del mundo, de la pobreza y de los niños de Londres, tienen otros
libros, como Los papeles del club Pickwick, que es un canto a la alegría y a
la risa. Este escritor no podía tener una visión triste de la vida, ni
mucho menos, aunque reflejó situaciones muy angustiosas.
-En tus novelas hay luces y sombras.
-Muchas veces, cuando me meto en una novela, es como si me metiese
en un pozo. La mayoría de mis novelas son de angustias y tristezas, pero
siempre están tratando de salir y buscando la luz. También tengo dos
novelas de humor, que he escrito en momentos muy tristes de mi vida; y sin
embargo he escrito novelas más tristes en momentos que no tenía por qué.
-¿Ser escritor es vivir comprometido?
-Indudablemente. El auténtico escritor está comprometido con su
sociedad y con la vida en general, pero no con una política determinada. El
compromiso del ser humano es con todo lo que lo rodea, porque no somos
compartimentos estancos. Las personas tenemos que convivir, por eso dicen
que la soledad es lo peor que existe en el ser humano, y por eso todo el
mundo busca compañía de una forma o de otra.
-Los escritores ¿se venden más a las editoriales que al público?
-Ese es un gran problema. Esta sociedad de consumo ha estropeado la
literatura y los editores prefieren hacer publicidad de lo que les interesa.
Hay algunos escritores, que a lo mejor son malos, pero que por alguna razón
están en el primer plano de la actualidad, y la gente llega a creer que
esos son los grandes escritores. Pero la mayoría de las grandes editoriales
comerciales no publican la gran literatura que se está escribiendo hoy día
en España; son las pequeñas las que lo hacen. Cosa que no sucedía antes.
Yo he empezado escribiendo en las mejores editoriales de España. Mi primera
novela la publicó Aguilar. Después publiqué en Planeta, en Destino, que
entonces era lo máximo. Terenci Moix lo dice en una de sus memorias, que
publicar en Destino era como tocar con un dedo el cielo. Publiqué en las
mejores editoriales, pero cuando publicaban realmente literatura. No quiero
decir que ahora todo sea malo, ni mucho menos, pero dan mucho gato por
liebre.
-¿Cómo está la "cantera" de escritores en Asturias?
-Bueno yo pienso que Asturias tiene escritores dignos, no grandes
escritores, ni muchos tampoco. Han surgido muchos nombres, tanto en
castellano como en la llingua. Creo que hay un renacimiento dentro de la
llingua, y algunos escritores que son bilingües, como por ejemplo Xuan
Bello, o Martín López Vega. Son escritores jóvenes y muy valiosos. Yo les
llamo el grupo de Oviedo, que está capitaneado un poco por García Martín,
que en realidad casi es asturiano, aunque haya nacido en Extremadura, se le
considera asturiano. No cabe duda que va a realizar aquí una gran labor
como profesor. El es un excepcional poeta y crítico. Entonces él ha
capitaneado un grupo a través de "Oliver" donde ya han pasado dos
generaciones. Entre ellas la del desaparecido Víctor Botas, un gran poeta.
Y después han surgido todos estos poetas jóvenes, que son todos
interesantes, como Javier Almunzara y otros.
-¿En que momento creativo te encuentras?
-Bueno acaso por mi edad, me encuentro en un momento muy bajo. Pero
siempre estoy haciendo cosas. Ahora voy a publicar precisamente un libro
sobre Asturias, con fotografías magníficas. Acaso de este libro de
Asturias, escrito por mí, lo mejor sean las fotografías. Además hace
tiempo que estoy escribiendo dos novelas muy ambiciosas, y no se si las
terminaré. Y sigo publicando y escribiendo un diario. Este año he
publicado una parte de él, que se titula "Los días y las sombras al
final de un siglo"; dentro de dos o tres años publicaré otro tomo
sobre este diario, más amplio y totalizado. Y esos son los proyectos
inmediatos. También hay cuentos que de vez en cuando surgen, están los
artículos que escribo para alguna revista, para la Voz de Asturias hago un
artículo todas las semanas, y poco más, que ya es bastante. Necesito más
pasear que encerrarme en casa.
-Después de tantos años escribiendo y viviendo ¿qué te queda por
demostrarte a ti mismo?
-Me queda conocerme, porque indudablemente el hombre muere sin
conocerse a sí mismo. Si realmente nos conociésemos, como Jesucristo se
conoció a sí, entonces tendríamos la solución a tantísimos problemas
que hay en el mundo. El ser humano es un secreto, un misterio, desconocido
para él mismo y por lo tanto desconocido para los demás. Caminamos por un
bosque donde nada más existen seres desconocidos que muchas veces nos
aterran, con sus gritos, con sus llamadas y con sus problemas. Yo pienso que
la historia de la humanidad ha sido como un gran bosque donde sólo oímos
gritos aterradores. De vez en cuando aparece algún claro que nos llena de
alegría y de descanso, pero no podemos quedarnos en él, tenemos que
continuar otra vez por la oscura floresta, buscando siempre algo. El ser
humano lo que hace es buscar, y nunca encontrará.
-¿Qué futuro soñarías?
-El ser humano nunca encontrará la felicidad aunque se marche a
otros espacios, aunque llegue a otros planetas. Allí se encontraría con
los mismos problemas, y a lo mejor más ampliados, porque la felicidad del
hombre está dentro de él, en la tranquilidad del corazón, pero alcanzar
eso es muy difícil. Yo estuve viviendo con Lanza del Vasto, que era el
seguidor de Gandhi, en el sur de Francia. Le he leído muy detenidamente y
le he oído comentar muchas cosas. Parecía que era feliz. ¿Sería feliz?,
yo me preguntaba. Es muy difícil implantar esa filosofía de la no
violencia y el amor total a los demás. Por eso la filosofía de Lanza del
Vasto no ha cuajado en Europa. Sin embargo sí ha cuajado en la India, donde
pese a todas sus calamidades la gente ríe siempre. En occidente cada día
reímos menos. Aquí en Europa, en Australia y en todo el mundo occidental,
toda la cultura greco romana y cristiana, vamos detrás del dinero, y la
gente que va detrás del dinero no tiene tiempo para reír. ∆