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SUPLEMENTO ASTURIAS 

  VICTOR ALPERI
Escritor.
Texto y foto:  Lupercio González

 VIAJERO DE LA PALABRA

Víctor Alperi

Cualquier encuentro con este personaje es conectar con la historia y con el recuerdo de esta tierra asturiana.
Gracias a su dilatada carrera literaria es reconocido hoy día como uno de los escritores más prolíficos de Asturias.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La mayoría de las grandes editoriales comerciales no publican la gran literatura que se está escribiendo hoy día en España; son las pequeñas las que lo hacen"

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La mayoría de mis novelas son de angustias y tristezas, pero siempre están tratando de salir y buscando la luz"

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El auténtico escritor está comprometido con su sociedad y con la vida en general, pero no con una política determinada"

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El ser humano nunca encontrará la felicidad aunque se marche a otros espacios, aunque llegue a otros planetas. La felicidad del hombre está dentro de él"


Su sentido de la observación y su naturaleza aventurera y viajera le han llevado a interesarse por multitud de temas, y su vocación de narrador le ha hecho desgranar su particular visión sobre ellos.

-Eres periodista, escritor, viajero... ¿Con qué te quedas?
-Simplemente soy un observador del mundo, como la mayoría de la gente. Viajero no, yo soy novelista por encima de todo. He renunciado a mis títulos universitarios, a todo, para escribir novelas. Y la novela te lleva a otros caminos, por eso he escrito libros de viajes, de pintura, de gastronomía, una afición a la que fui arrastrado por mi madre, que era una gran cocinera. Y en ese sentido hemos realizado una gran labor un equipo que formábamos en Asturias mi hermana Magdalena, mi madre, María Luisa García y yo, en pro de la gastronomía. Sacamos una obra que se llamaba "El libro de la cocina española", que tuvo un éxito inmenso. Ahí empezó el boom de las publicaciones gastronómicas en España, hace de esto treinta y tantos años.

-¿Desde cuándo te dedicas a la literatura?
-Desde siempre, yo creo que ya llevo más de cincuenta años escribiendo. Empecé a escribir en pleno bachillerato. Mi primer libro, de poemas, "La sombra y la llaga", lo publiqué cuando tenía dieciocho años. Yo creo que cualquier escritor, sea bueno, sea malo, empieza en la niñez a escribir.

-¿Se nace escritor o se hace uno a lo largo de la vida?
-Las dos cosas. Porque la escritura necesita unas técnicas y una artesanía que se aprende, una artesanía que se aprende con el tiempo. Se aprende escribiendo y leyendo mucho. Y sin embargo hay gente que va a los talleres literarios, se compra un buen ordenador y cree que con eso ya puede hacer libros. No. La literatura es otra cosa y sobre todo la novela. La novela es indudablemente un reflejo total de la vida por dentro y por fuera del ser humano, va hacia el estudio de los sentimientos del hombre, del espíritu, del alma.

-¿Qué género literario te resulta más cómodo?
-Soy narrador, escribo novela y cuento. Todo lo demás cualquier persona puede hacerlo. Los críticos por ejemplo que escriben de pintura, en realidad no son escritores sino que son personas que saben escribir correctamente; los profesores que hacen estudios sobre un tema no son escritores, son profesores que escriben.

-¿Literatura es algo más que contar cosas y contarlas con arte?
-Literatura es contar cosas, contarlas con arte, e incluso diría que contarlas con estremecimiento. Que la gente al leer diga "esto lo he sentido yo siempre, pero no sabía de dónde venía ni cómo hablar de ello.

-Para escribir un libro ¿hay que vivir intensamente o con la imaginación es suficiente?
-Bueno, yo pienso que es el problema entre la novela realista y la novela fantástica. La novela social que hubo aquí en España, a la zaga un poco de Francia, trata simplemente de reflejar una sociedad, pero lo hace de una forma externa. La novela totalmente objetiva no ha conducido a nada. Yo pienso que es como la pintura abstracta, que te conduce a un muro, a un lugar sin salida. La novela no solamente tiene que describir y contar cosas, sino poner sentimientos. El escritor, el auténtico escritor, pone su alma en lo que escribe.

-El hecho de escribir ¿añade tristezas o alegrías a la vida de una persona?
-Bueno, hay mil formas de ser. Por ejemplo, hay personas que han nacido solitarias, y han visto el mundo siempre de una forma de soledad y de angustia. Ahí tenemos a Dostoievski o a Kafka. Sin embargo hay otros muchos novelistas que han dado una visión muy rosa del mundo, alegre, y esperanzadora, como Mark Twain, y otros. Incluso Charles Dickens, que hablaba del mundo, de la pobreza y de los niños de Londres, tienen otros libros, como Los papeles del club Pickwick, que es un canto a la alegría y a la risa. Este escritor no podía tener una visión triste de la vida, ni mucho menos, aunque reflejó situaciones muy angustiosas.

-En tus novelas hay luces y sombras.
-Muchas veces, cuando me meto en una novela, es como si me metiese en un pozo. La mayoría de mis novelas son de angustias y tristezas, pero siempre están tratando de salir y buscando la luz. También tengo dos novelas de humor, que he escrito en momentos muy tristes de mi vida; y sin embargo he escrito novelas más tristes en momentos que no tenía por qué.

-¿Ser escritor es vivir comprometido?
-Indudablemente. El auténtico escritor está comprometido con su sociedad y con la vida en general, pero no con una política determinada. El compromiso del ser humano es con todo lo que lo rodea, porque no somos compartimentos estancos. Las personas tenemos que convivir, por eso dicen que la soledad es lo peor que existe en el ser humano, y por eso todo el mundo busca compañía de una forma o de otra.

-Los escritores ¿se venden más a las editoriales que al público?
-Ese es un gran problema. Esta sociedad de consumo ha estropeado la literatura y los editores prefieren hacer publicidad de lo que les interesa. Hay algunos escritores, que a lo mejor son malos, pero que por alguna razón están en el primer plano de la actualidad, y la gente llega a creer que esos son los grandes escritores. Pero la mayoría de las grandes editoriales comerciales no publican la gran literatura que se está escribiendo hoy día en España; son las pequeñas las que lo hacen. Cosa que no sucedía antes. Yo he empezado escribiendo en las mejores editoriales de España. Mi primera novela la publicó Aguilar. Después publiqué en Planeta, en Destino, que entonces era lo máximo. Terenci Moix lo dice en una de sus memorias, que publicar en Destino era como tocar con un dedo el cielo. Publiqué en las mejores editoriales, pero cuando publicaban realmente literatura. No quiero decir que ahora todo sea malo, ni mucho menos, pero dan mucho gato por liebre.

-¿Cómo está la "cantera" de escritores en Asturias?
-Bueno yo pienso que Asturias tiene escritores dignos, no grandes escritores, ni muchos tampoco. Han surgido muchos nombres, tanto en castellano como en la llingua. Creo que hay un renacimiento dentro de la llingua, y algunos escritores que son bilingües, como por ejemplo Xuan Bello, o Martín López Vega. Son escritores jóvenes y muy valiosos. Yo les llamo el grupo de Oviedo, que está capitaneado un poco por García Martín, que en realidad casi es asturiano, aunque haya nacido en Extremadura, se le considera asturiano. No cabe duda que va a realizar aquí una gran labor como profesor. El es un excepcional poeta y crítico. Entonces él ha capitaneado un grupo a través de "Oliver" donde ya han pasado dos generaciones. Entre ellas la del desaparecido Víctor Botas, un gran poeta. Y después han surgido todos estos poetas jóvenes, que son todos interesantes, como Javier Almunzara y otros.

-¿En que momento creativo te encuentras?
-Bueno acaso por mi edad, me encuentro en un momento muy bajo. Pero siempre estoy haciendo cosas. Ahora voy a publicar precisamente un libro sobre Asturias, con fotografías magníficas. Acaso de este libro de Asturias, escrito por mí, lo mejor sean las fotografías. Además hace tiempo que estoy escribiendo dos novelas muy ambiciosas, y no se si las terminaré. Y sigo publicando y escribiendo un diario. Este año he publicado una parte de él, que se titula "Los días y las sombras al final de un siglo"; dentro de dos o tres años publicaré otro tomo sobre este diario, más amplio y totalizado. Y esos son los proyectos inmediatos. También hay cuentos que de vez en cuando surgen, están los artículos que escribo para alguna revista, para la Voz de Asturias hago un artículo todas las semanas, y poco más, que ya es bastante. Necesito más pasear que encerrarme en casa.

-Después de tantos años escribiendo y viviendo ¿qué te queda por demostrarte a ti mismo?
-Me queda conocerme, porque indudablemente el hombre muere sin conocerse a sí mismo. Si realmente nos conociésemos, como Jesucristo se conoció a sí, entonces tendríamos la solución a tantísimos problemas que hay en el mundo. El ser humano es un secreto, un misterio, desconocido para él mismo y por lo tanto desconocido para los demás. Caminamos por un bosque donde nada más existen seres desconocidos que muchas veces nos aterran, con sus gritos, con sus llamadas y con sus problemas. Yo pienso que la historia de la humanidad ha sido como un gran bosque donde sólo oímos gritos aterradores. De vez en cuando aparece algún claro que nos llena de alegría y de descanso, pero no podemos quedarnos en él, tenemos que continuar otra vez por la oscura floresta, buscando siempre algo. El ser humano lo que hace es buscar, y nunca encontrará.

-¿Qué futuro soñarías?
-El ser humano nunca encontrará la felicidad aunque se marche a otros espacios, aunque llegue a otros planetas. Allí se encontraría con los mismos problemas, y a lo mejor más ampliados, porque la felicidad del hombre está dentro de él, en la tranquilidad del corazón, pero alcanzar eso es muy difícil. Yo estuve viviendo con Lanza del Vasto, que era el seguidor de Gandhi, en el sur de Francia. Le he leído muy detenidamente y le he oído comentar muchas cosas. Parecía que era feliz. ¿Sería feliz?, yo me preguntaba. Es muy difícil implantar esa filosofía de la no violencia y el amor total a los demás. Por eso la filosofía de Lanza del Vasto no ha cuajado en Europa. Sin embargo sí ha cuajado en la India, donde pese a todas sus calamidades la gente ríe siempre. En occidente cada día reímos menos. Aquí en Europa, en Australia y en todo el mundo occidental, toda la cultura greco romana y cristiana, vamos detrás del dinero, y la gente que va detrás del dinero no tiene tiempo para reír. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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