-¿Cómo surgió la idea de hacer este libro?
-Fue la editorial la que nos puso en contacto a Pedro y a mí, y nos expuso la idea. Pedro y yo nos conocíamos ya a través de la tienda de fotografía en la que trabajo, porque él venía por allí a revelar y demás. El mayor problema fue escoger las fotografías, porque ellos no se definían y me decían: "Las fotos que tú veas, las que gusten a la gente". Entonces intenté buscar algo a lo que me imaginaba que serían los textos de Pedro de Silva. Nos reunimos todos y sentamos las bases. Luego en un tiempo récord, salió este libro y ha quedado bastante bien, distinto a otras obras publicadas.

-¿Es este libro tu primera publicación?
-Sí. Antes había participado en otras cuestiones, aportando fotos junto con otros, con alguna foto suelta en distintos medios, haciendo algún reportaje a nivel nacional en una revista fotográfica... Pero nunca había hecho un libro.

-¿Cuál fue la mayor dificultad con la que te tropezaste?
-Quizás la falta de tiempo libre. A diferencia de lo que se cree, la fotografía de paisaje es una fotografía difícil, por el esfuerzo que supone acceder a determinados lugares y porque dependes totalmente de la climatología. Por ejemplo, yo estuve una semana entera en Picos de Europa, esperando conseguir buenas fotos amaneciendo y atardeciendo, y puede estar lloviendo la semana entera y no conseguir ninguna. Esa es quizás la mayor dificultad, la climatología y las adversidades para este tipo de fotos. Hay gente que se especializa en un tipo de fotos, por ejemplo sólo de montaña, yo sin embargo intento hacer todo lo que abarca la montaña en sí, sus pueblos, un caballo o una yegua en un prado pastando con una luz de atardecer muy bonita... de todo un poco.

-Hay que tener una particular sensibilidad para sacar este tipo de fotografías.
-Exactamente. Nadie que no aprecie la montaña o sienta una atención especial hacia el medio puede hacer buenas fotos, al igual que nadie al que no le gusten los automóviles podrá hacer buenas fotos de automóviles. Esos temas no se pueden tomar como un trabajo simplemente, hay que tener un cierto amor y la mente despierta hacia ello en todo momento, porque esa foto puede estar en la esquina donde menos te la esperas.

-El libro tiene un título muy sugerente. ¿Qué sentido tiene?
-Quizá porque dentro describe todo lo que es la montaña en sí misma, lo que significó en la historia de Asturias y lo que marcó el carácter de los asturianos. La montaña marcó totalmente nuestra falta de comunicación con la meseta... Evidentemente, no es un libro sobre rutas de montaña, no es un libro técnico, porque ya hay muchos libros buenos publicados en este sentido, es un libro dedicado a toda la montaña en su conjunto como algo etéreo y sagrado.

-Con este libro ¿quieres mostrar una manera de observar a la montaña desde un ángulo distinto?
-La montaña es un medio y cada uno lo ve desde un punto de vista distinto. El deportista verá una vía en una pared para subir, otros como algo estético, como son los fotógrafos que no son montañeros... Hay que unificarlo todo un poco. Un fotógrafo montañero intenta captar la grandeza y el amor por una montaña y a la vez lo intenta hacer con la mejor luz y en el mejor momento. Es decir, que la foto refleje lo que tú sientes en aquel instante, eso es lo difícil.

-¿Hay que saber mirar para hacer una buena foto?
-Sí, es lo más importante, porque la técnica se aprende, y las cámaras modernas hoy en día tienen cantidad de avances que pueden sustituir esa falta de conocimiento, y se consiguen buenas fotos. Ahora bien, hay que saber mirar. El encuadre y el ojo del fotógrafo siempre están ahí. Muchas veces vamos buscando una foto mirando hacia lo alto y a lo mejor la estás pisando, o está en aquella rama con aquel color especial...

-¿Qué temas te interesan más?
-A mí en fotografía me gusta todo, porque todo me llama la atención, sea un libro de automóviles, o de retratos en blanco y negro. De hecho hago un poco de todo ello, pero a la hora de trabajar en un reto no me gusta irme por varios caminos sino concentrarme en uno, y en este caso el de la montaña. Si un mes haces fotos de montaña, otro mes haces fotos de la costa y demás, al final no consigues tener un proyecto, o lo conseguirás pero en muchos años.

-¿Satisfecho con los textos de Pedro de Silva en el libro?
-Sí, me sorprendió. Me gustaron mucho, tanto los textos como los títulos, y se nota el escritor que es Pedro de Silva. En cierto sentido un escritor es como un fotógrafo: no se trata simplemente de disparar una foto, que salga bien enfocada y bien de luz, y ya está, tiene que tener una composición, un carisma... Eso mismo es lo que tienen que transmitir los textos. Y él lo logra. Son textos con carácter, no dejan indiferente a quien los lee. Me gusta el libro porque es distinto, porque no intenta reflejarse ni copiar a ninguno de los que hay hechos, por lo menos aquí en Asturias hasta la fecha, que yo sepa. Es el riesgo que se corrió, y creo que ha tenido bastante buena acogida. Fuera de nuestra región ya se había hecho alguna cosa así, y tuvo éxito, por tanto aquí no tenía por que ser menos.

-¿Tienes algún otro libro a la vista?
-Hace poco me compré una cámara especial que hace fotografías panorámicas, con la idea también de hacer un libro exclusivamente de fotografías panorámicas sobre Asturias. Otra cosa es que después se lleve a cabo, porque ¿cuánto costaría hacer eso? Por desgracia el dinero parece que manda sobre las ideas.

-¿Hay buenos fotógrafos en Asturias?
-Muy buenos. Quizás es por el medio en el que estamos, que es una buena escuela para los fotógrafos, porque desde una ciudad como Gijón, Oviedo o Avilés, por ejemplo, puedes salir y en menos de una hora puedes estar en medio de un bosque en otoño o en la nieve. Yo, como trabajo en un comercio de fotografía y trato con el público, veo las fotos de mucha gente, desde simples aficionados hasta profesionales, y se ve mucho nivel. También se nota en la cantidad de ganadores de concursos a nivel nacional, e incluso, algún premio Pulitzer, como Javier Bauluz.

-¿Crees que existe la foto ideal?
-No. Por lo menos en mi caso, no. Yo tengo muy difícil criterio para mis fotos. Es más, hay algunas de este libro que no me convencen del todo. Quizá esa excesiva escrupulosidad con la foto sea lo que me motiva a superarme y mejorar. Espero que mi mejor foto esté aún por hacer.