Hoy día la Asociación ya dispone de locales en
Oviedo, Gijón y Avilés, y a su vez está integrada en la Federación
Española de Desempleados PM40E. Está formada por voluntarias casi en
su totalidad, mujeres que utilizan su tiempo de una forma altruista.
Blanca Fernández es presidenta de la agrupación en Asturias y
vicepresidenta de la Federación. Desde su mesa en las oficinas de
Oviedo coordina las actividades de la asociación, que fundamentalmente
pretende mejorar la situación del parado. No pretende ofrecer puestos
de trabajo pero sí mejorar la preparación del desempleado para
conseguir un puesto de trabajo.
-¿Cómo nació la asociación PM40?
-Surgió en Avilés. Yo tenía una empresa de contratación y me
dedicaba a colocar a gente, sobre todo en el área de servicios
sanitarios, ayuda a domicilio y todo este tipo de cosas, y vi que había
verdaderamente necesidad de trabajar. Venían muchas mujeres que no
habían trabajado, que los maridos tenían mucho temor al futuro y no
sabían lo que les iba a pasar. También había muchas mujeres que no
buscaban un empleo por necesidad económica sino por necesidad de
trabajar. Yo quería también salir de casa, hacer algo. Había tenido
anteriormente un comercio y no me había resultado bien, pero en casa no
me quería quedar. Y a través de otra persona que estaba trabajando en
algo parecido, me puse en contacto con gente de Sevilla que iba a crear
una asociación para gente parada.
"A
nosotros nos enseñaron a tener fe ciega y a no cuestionar las
cosas. El que razonó por su cuenta se liberó un poco." |
-¿El hecho de empezar un proyecto como éste te
supuso mucha dificultad?
-Hay una frase de la sabiduría popular que es muy sabia y que
dice que la ignorancia es muy atrevida. Yo, ignorante, me lancé al
vacío. No me daba miedo en aquel momento. Me va dando cada vez más
miedo lo que estamos haciendo y en dónde nos estamos metiendo. Todo
cuesta muchísimo dinero. Dependemos mucho de las instituciones y de las
subvenciones. Pero hay que tirar para adelante, porque el que no avanza
retrocede. Sabemos que tenemos que ir para adelante pero cada vez nos
vamos metiendo en más y más magnitud, sobre todo económica. Es una
labor muy trabajosa. Cuesta mucho sacar adelante, porque naces con una
mano delante y otra atrás, sin ningún dinero. Al mismo tiempo es muy
gratificante, porque cuando consigues cosas y vas avanzando te aporta
satisfacción. Al menos estás haciendo algo útil en la vida.
-¿Crees que si el mundo estuviera en manos
femeninas cambiarían este tipo de situaciones?
-No lo sé, porque a veces la mujer cuando ocupa cargos tiende a
comportamientos masculinos. Pero creo que la mujer tiene una fibra
sensible que no tiene el hombre.
"Pertenezco
a aquella generación en la que las mujeres se casaban y se quedaban en
casa. Entonces se creía que con el matrimonio ibas al cielo"
-¿El asociacionismo es la solución a muchos problemas?
-No es que me haya planteado que la solución para todo sea el
asociacionismo. Es una forma de ejercer una fuerza de presión, porque
los colectivos minoritarios: parados, jóvenes y mujeres, -aunque las
mujeres no son minoritarias, son mayoría- no tienen fuerza suficiente
para estar representados en ningún sitio como no estén asociados. El
asociacionismo es una fórmula para eso.
-¿Cuál fue tu primera experiencia laboral?
-Yo fui una persona de aquella generación en la cual las
mujeres se casaban y ya se quedaban en casa. Tengo cantidad de amigas
que dejaron buenos puestos de trabajo, porque entonces creías que con
el matrimonio ibas para el cielo. Yo siempre tuve inquietud, no me
aguantaba en casa, siempre estaba buscando, leía periódicos, echaba
solicitudes. Hasta que llegó un momento que me dije: o me pongo en
marcha o me está pasando la edad. E hice lo que hace casi toda mujer
que no trabajó anteriormente: poner un comercio.
"La
mujer cuando quiere es una fiera. Es capaz de compatibilizar
hogar, hijos, estudios, y todo lo que quiera." |
-La educación, los valores religiosos ¿cómo están
condicionando a la mujer?
-Hombre, la religión condiciona mucho siempre, a hombres y a
mujeres. Quizás ahora a la gente más joven no le condicione tanto,
porque de hecho son educados de otra forma. Yo por mi educación mandé
a mis hijos a un colegio religioso de jesuitas, que afortunadamente
tenían un pensamiento bastante liberado. A mis hijos les decían:
vosotros tenéis una mente, utilizadla para razonar, y todo aquello que
no entre en la mente y que no sea medianamente razonable, rechazadlo. Yo
creo que es lo que les vale. A nosotros nos enseñaron a tener fe ciega
y a no cuestionar cosas. Hoy la gente tiene la mente más abierta, y el
que pensó y el que razonó por su cuenta pues se liberó un poco.
-¿Te sientes liberada?
-Yo sí. Llegó un momento en que yo me cuestioné mucho las
ideas religiosas que me inculcaron. Asistía a círculos, preguntaba, a
muchas cosas no me dieron respuesta... pero yo me liberé. Eso no quiere
decir que no sepa distinguir lo que está bien de lo que está mal, para
eso no hace falta tener una mente religiosa.
-¿A nivel personal qué te gustaría conseguir?
-Soy una persona que me conformo a todos los niveles. Más que
ambiciosa soy una persona inquieta. Quizás la mayor ambición es ver
salir esto adelante, ir poniendo metas y ver que se van consiguiendo. Ya
hay un reconocimiento general porque estamos poniendo gente a trabajar,
los serenos, los "vovis". Y tenemos más proyectos. A lo mejor
debería ser más ambiciosa, porque quien no ambiciona nunca llega, pero
me conformo. ∆