Estrella Sánchez es una pintora enérgica y vital. Su obra
está llena de colorido y de fuerza. El artista Camín comenta de ella en el
libreto de su reciente exposición en la galería Cornión de Gijón: "Nunca
se le escapa una pincelada sin control, sin orden estricto, sin medida... En su
cuadro manda ella y punto". Efectivamente, en ella se hace realidad la
sentencia: Donde está el pensamiento, está la fuerza. "Desde que comienzo
un cuadro hasta que lo termino, estoy en una lucha constante. No quiero que nada
se me escape".
-¿Podría decirse que pintas más con la mente que con el
corazón?
-Sí, porque primero yo tengo que ver el cuadro en la mente,
para luego llevarlo al lienzo. Una vez en el lienzo, puede que tenga que hacer
algunas modificaciones lógicas, pero si antes no lo veo en el pensamiento, no
va.
-Los artistas tienen periodos en los que son mucho más
activos y expresivos, y otros más reflexivos. ¿En dónde te encuentras?
-Ahora mismo estoy en una fase de búsqueda de algo que está
ahí, en el camino entre la abstracción y la figuración, pero siempre
acompañado del color. Prueba de ello es mi reciente exposición en la Galería Cornión de Gijón, en la que se ve claramente que toco muchos temas, aunque
todos ellos del mismo estilo.
-El pintor, a medida que pasan los años, suele sintetizar su
paleta. Tú sin embargo pareces necesitar todos los colores.
-Yo necesito todos los colores. Quien vea el resumen de mi
exposición verá color, desde luego el protagonista es el color.
-Ahora que la mujer está situándose en su lugar, en el
terreno plástico, parece que tiene mucho que aportar.
-Pero no solamente en el terreno plástico, sino que en
general se nota que la mujer ha dado un salto tremendo. En pintura están
haciendo cosas muy interesantes. Ya no es sólo esa mujer que se dedica a pintar
en sus ratos libres. Ahora mismo en Asturias hay muchas mujeres pintando, otra
cosa es que sean más o menos conocidas.
"Desde que comienzo un cuadro hasta que lo termino, estoy en
una lucha constante. No quiero que nada se me escape".
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-¿El arte plástico asturiano está en un buen momento?
-La verdad es que lo veo rico. Hombre, somos muchos para dar
guerra, pero creo que Asturias es una de las regiones, sobre todo del Norte, que
tiene más gente. Lo vemos claramente, por ejemplo, con los tres o cuatro
pintores de Gijón que están arriba por méritos propios.
-¿Vives de la pintura o para la pintura?
-Vivo con la pintura. Me encanta poder disfrutar cada día
con ella. Vivir de la pintura es otra cosa, si yo pensara en pintar para vivir,
hace mucho tiempo que la habría dejado. Después de veinte años o más en el
camino de la pintura, todavía no he cejado en el empeño.
-¿Un artista tiene que salir a Madrid o a Barcelona para
poder vender sus cuadros en su propia tierra?
-La verdad es que no lo sé muy bien. Yo de Asturias he
salido poco, excepto algunas cosas que hecho en Santander y en algunos otros
sitios con alguna exposición colectiva. Supongo que el hecho de salir siempre
ayuda a que se te conozca y se te valore más dentro de casa.
-¿Qué sientes cuando te desprendes de tus cuadros al
venderlos?
-Me da cierta pena, pero al mismo tiempo es también un
orgullo, porque si expones es por un motivo aparte de darte a conocer. Lo que
sí me gusta saber, luego, es quién lo ha comprado o dónde ha ido ese cuadro.
-¿Con cuál de tus cuadros te has sentido más satisfecha?
-Con ninguno. Mejor que no llegue el día que sienta eso, me
puede gustar mucho lo que hago, pero la obra perfecta espero que no llegue
nunca.
-Y para tu pintura ¿en quienes te has inspirado?
-Creo que todos tenemos influencias de todos. Picasso,
Matisse, Paul Klee La pintura que siempre me ha emocionado es la de Rophko,
hasta el punto de llegar a quedarme pasmada delante de un cuadro de él.
Realmente lo que a mí me atrae es el color, esas sensaciones que luego intento
plasmar en mi obra, ayudada por ese constructivismo y figuración un tanto
personal.
-Tus cuadros son elementos sencillos, claros, definidos,
precisos. ¿Es un reflejo de tu personalidad?
-Esa es la última imagen que se ve del cuadro. La apariencia
final es la de sencillez, pero para mí de sencillo no tiene nada porque antes
le he dado muchas vueltas con la mente. En un principio coges un simple block,
un lápiz y marcas unas ideas; luego, la ejecución es lo más dificultoso
porque me gusta simplificar y trato de dar una idea muy clara con muy poco.
-Píntanos un sueño.
-Que cada mañana cuando me levante y llegue al estudio,
experimente esa sensación de búsqueda... Disfruto mucho con ello y por eso
cada día quiero ir a pintar, cada día me siento con ganas de ese
momento.
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