Su
primera visita al país africano de Malawi marcó sin pretenderlo parte de
su vida. Africa extendió sus redes cuando Isolina tenía apenas 26 años,
de eso hace ya doce. Desde entonces la ONG Medicus Mundi ha contado con la
participación activa de esta asturiana.
Esta somedana de nacimiento reside en Oviedo pero su trabajo como jefa de
Pediatría en el Hospital de Cangas del Narcea le hace desplazarse
continuamente. También le hace viajar, aunque un poco más lejos, su
actividad en Medicus Mundi Asturias, organización de la que es presidenta
desde hace pocos meses.
La necesidad de poner su grano de arena le ha llevado a comprometerse de
una manera personal con los proyectos de cooperación al desarrollo que
esta ONG lleva a cabo en numerosos países.
"Un aspecto fundamental que desarrolla Medicus Mundi es la
formación. Lo que se pretende no es sólo brindar ayuda humanitaria, sino
potenciar a las comunidades locales para que sean capaces de sacar
adelante los proyectos una vez que nosotros los dejemos".
-Imagino que la primera experiencia de cooperación
en un país subdesarrollado tiene que ser impactante.
-Mi primer contacto fue en el año 1988 en Malawi, y la verdad es
que sí me impactó. Recuerdo que lloré al ver niños que se morían de
sarampión, que es una enfermedad que aquí no tiene ninguna importancia.
-Al igual que hay que dar a conocer la pobreza en la
que viven también tienen muchos valores que mostrarnos. ¿Cuáles son
esos valores?
-Lo que es muy positivo de allí, que a mí me impactó ya el primer
viaje, es la alegría de la gente. En el Primer Mundo, a pesar de todo lo
que tenemos, está de moda la depresión. En cambio allí ves personas que
no tienen casi nada y que sin embargo tienen ilusión por vivir y tienen
una gran capacidad de acogida. Es algo que tenemos que aprender de ellos.
Cuando yo voy, hay niños a los que vi nacer que vienen y me traen una
gallina, cuando a lo mejor ellos la comen una vez al año.
Aquí cada vez crece más el individualismo y y eso no es bueno porque la
persona humana es ser en relación, y se enriquece en la medida en que
comparte con los demás.
-¿Qué cambio se produjo en la persona que regresó
del Tercer Mundo?
-Para mí es muy dura la vuelta aquí, porque realmente son dos
mundos muy diferentes. La sensación que tengo cuando vuelvo, entro en mi
casa y abro los armarios, es de agobio. Me hace pensar para qué tengo
tantas cosas si se puede vivir con mucho menos. La experiencia allí me ha
enseñado que se necesita muy poco para vivir. Uno se siente más libre
cuando tiene menos cosas.
Yo considero equivocado pensar que la realización personal está en
conseguir tener cosas. Creo que eso es un error y que más bien el acento
hay que ponerlo en el ser, en la relación interpersonal.
"Lloré
al ver niños que se morían de sarampión, una enfermedad que aquí no
tiene ninguna importancia"
-¿Cómo compaginas tu trabajo en el Hospital de
Cangas del Narcea con la presidencia de Medicus Mundi?
-Me dedico a Medicus Mundi en el tiempo libre. La primera vez que
fui allá me quedé impresionada por todas las carencias que vi, y a la
vuelta me sentí obligada a tratar de dar respuesta a aquello desde aquí,
por una parte implicando a más gente y por otra parte a través de un
compromiso personal, tratando de aportar mi granito de arena.
Yo buscaba cauces a través de los cuales tratar de dar soluciones
válidas. A veces hay un voluntarismo y mucho emotivismo que resulta
estéril, de modo que hay que tratar de buscar cauces lo más eficaces
posibles. Pienso que cuantas más personas estemos sensibilizadas en ese
sentido hará más cercana la posibilidad del cambio. Para eso es
necesario que se generen unas estructuras económicas y políticas más
justas.
-¿El implicarte en la actividad que desarrollas te
ha hecho renunciar a otras cosas, como por ejemplo tener tu propia
familia?
-Hay otra forma de tener hijos, hay muchos niños en concreto a
los que me siento muy vinculada, lo cual no quiere decir que no quiera
tener hijos biológicos. Supongo que el tomar determinadas opciones, como
dedicar las vacaciones a ir allá a trabajar, o dedicar mucho tiempo a
estas cuestiones te hace renunciar a otras cosas. Pero yo creo que todo
ello es muy satisfactorio. Me siento muy realizada.
"A
veces hay un voluntarismo que resulta estéril, de modo que hay que tratar
de buscar cauces lo más eficaces posibles"
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