Detrás de un aparatoso
accidente de tráfico, de una inundación, o de un rescate de montaña
está el CEISPA. Ante cualquier emergencia todo debe estar siempre a
punto, por eso desde su despacho en La Morgal, Fina Alvarez, Jefa del
Area de Intervención, coordina las labores de todo un equipo humano.
Esta
gijonesa de nacimiento y de corazón ostenta el cargo desde hace tres
años, pero lleva unos cuantos más inmersa en este mundo. Conectó con
él sin buscarlo, y se quedó. Pasó de trabajar como Jefa del Area
Técnica, encargada de la planificación y prevención de emergencias a
estar en el centro de los problemas y de las dificultades. Hoy en día,
en cuanto surge la emergencia, ella es la primera en enterarse.
La atmósfera que se respira en el centro de operaciones del CEISPA es
aparentemente tranquila, como la que precede o la que sigue a la
tormenta. Hoy no ha surgido ningún incidente especial y es posible
encontrar a Fina Alvarez en su despacho, sonriente y rodeada de papeles.
-Estás al frente de muchos hombres, ¿te ha supuesto
esto alguna dificultad?
-Cuando llegué a la Intervención las personas con las que
trabajaba eran las mismas, pero desde otro punto de vista. Nos
conocíamos, pero no dejó de ser una novedad; el hecho de que fuera una
mujer quizá lo hizo más novedoso. De todas maneras tengo que decir que
no tuve ninguna dificultad ni por ser mujer ni por llegar nueva al
área. Tuve mucha colaboración por parte de los bomberos y por parte de
los grupos especiales, quizá por mi manera de funcionar, pues ejerzo
una dirección muy participativa. La mayoría de las cosas se discuten
antes de alcanzar la decisión final, se busca que todo el mundo se
implique. Si hay que ver qué tipo de autobomba es la más idónea para
el parque, qué equipos debe de tener, pues yo hago ruedas de consultas
y ruedas de conversaciones y de ahí va a salir el modelo definitivo.
Esto hace que se sienta implicado casi todo el mundo. Por otra parte
tampoco estoy sola en la tarea, porque por debajo, digamos en la
estructura, tengo tres sargentos y veintiocho cabos. Hay una división o
un reparto de las tareas.
-¿Crees que el hecho de ser mujer te ha aportado
alguna ventaja a la hora de desarrollar tu trabajo?
-No, yo creo que tiene mucho que ver con tu carácter, con tu
personalidad, con tu forma de presentar las cuestiones, con tu forma de
llegar. Pienso que es independiente del hecho de ser un hombre o una
mujer, y esto creo que es así para casi todo. Creo especialmente en la
persona, lo que la rodea y con todas las características que tiene.
Creo que un hombre eficaz que sepa comunicar, que le ponga fuerza a
aquello en lo que cree es tan válido como una mujer con las mismas
características.
-¿Para desempeñar un cargo como el tuyo es preciso
tener un carácter fuerte?
-Se requiere, si no un carácter fuerte, al menos un carácter,
que no está reñido con una dirección participativa y dialogante. Sí
creo que tienes que tener un carácter y ejercerlo. En una emergencia es
impensable que no haya alguien que dirija y ese alguien sólo puede ser
una persona, incluso para equivocarse. Las personas que están
trabajando en esa emergencia tienen que ocuparse de lo que se les
encargó y van a recibir instrucciones de una única persona. Si dudas,
si no eres capaz de decir con claridad qué esperas de la persona que
está trabajando, desde luego mermará la eficacia en el trabajo.
Digamos que tienes que tener cierta credibilidad entre la gente que
trabaja contigo.
"No se puede
poner nunca en duda la profesionalidad de la gente que se dedica a este
trabajo."
Foto: Fer
|
-¿Pesa la responsabilidad en algún momento?
-Pesa, pero tiene muchas compensaciones. En la balanza desde
luego claramente pesan más las gratificaciones que el peso. Yo tengo
disponibilidad todo el año menos el mes de vacaciones, voy atada a un
busca las 24 horas. No quiere decir esto que mi busca suene todos los
días, pero quiere decir que yo me siento responsable en mis
movimientos, de no estar lejos. Si voy a un local público estoy
vigilando siempre a ver si tengo o no tengo cobertura. De todas formas
sin ninguna duda es mucho más lo que gratifica que lo que pesa.
-¿Es una profesión que engancha?
-Sí, engancha absolutamente. Es más, si alguien llega aquí
por circunstancias colaterales y no se engancha tendrá que buscar otro
trabajo, porque no puedes hacer esto si no te gusta. Te lo exige todo.
Yo puedo decir que soy un caso circunstancial. Soy bióloga
profesionalmente y cuando me acerqué a este mundo fue a través de
Protección Civil. Luego, al estar próxima, te vas metiendo y de pronto
te ves aquí. Mi trayectoria fue esa, primero estuve en el aspecto
técnico y preventivo de la cuestión y finalmente estoy absolutamente
inmersa en la emergencia.
-¿Por qué no hay todavía en Asturias una mujer
bombero?
-Hace poco celebramos una oposición para cubrir siete plazas.
Creo que se presentó una mujer que no pasó las pruebas físicas.
Estaba preparada, pero cayó en una, porque son duras. Pero quizás en
esos roles que de toda la vida se fueron dando a los hombres y a las
mujeres, el de bomberos es claramente un rol masculino. A mí me
gustaría que hubiera representación femenina en el mundo de los
bomberos. No creo que suponga ninguna dificultad el hecho de que una
mujer esté en un turno con hombres. Sí es cierto que en un momento
determinado hay que tener fuerza, y en otro momento hay que tener
potencia, pero en una dotación siempre se hace un trabajo en equipo. Si
en un turno hubiera una mujer y varios hombres, el trabajo que
requiriese más fuerza lo haría el más fuerte, pero de la misma manera
sucede ahora mismo en un turno de hombres.
-¿Qué catacteriza a cada uno de los miembros del
CEISPA?
-La profesionalidad de cada persona que está aquí implicada.
No se puede poner nunca en duda la profesionalidad de la gente que se
dedica a este trabajo. Eso va unido también a un cierto espíritu de
entrega, que es especial y que seguramente no lo tiene igual el que pone
azulejos, aunque haga muy bien su trabajo. Cuando surge una situación
en la que tenemos que intervenir, si alguien está cansado no se nota,
no hay ningún cambio de actitud. No sé si podríamos decir que todo el
mundo está en esta profesión por una vocación especial pero sí estoy
segura de que una vez que estás inmerso en ella te contagias
inmediatamente de esta generosidad respecto a tu tiempo y respecto a tu
trabajo.
"No puedes hacer
esto si no te gusta. Te lo exige todo."
-¿La conciencia de equipo es imprescindible en
este trabajo?
-Sí, es fundamental, el trabajo no se concibe de otra manera,
hasta el punto de que incluso tu propia vida depende de tu compañero.
Te voy a poner un caso extremo, que no tendría que darse en unas
condiciones normales: imagínate una intervención a la que entras con
un equipo de respiración autónoma, porque es una atmósfera tóxica.
Yo respiro más rápido que tú y a mí se me acaba el aire y se me
estropea la alarma que me avisa de que se me va a acabar el aire. En ese
momento dependo de ti, que tendrás que desenganchar tu boquilla, dejar
que yo respire dos veces, luego ponértela tú, y respirar para salir
afuera. Para que yo no me intoxique en ese tiempo no puedo actuar sola,
necesito a otros como yo. Entonces la sensación de equipo es
fortísima, porque tu propia seguridad depende de tus compañeros y la
de los compañeros depende de ti.
-Imagino que la disciplina es muy importante
-Sí, por ejemplo hay cosas que yo me imagino que en otras
profesiones serían impensables: como por ejemplo que tú llegues a tu
mesa de trabajo y revises si tienes todos los lápices de todos los
colores, los bolígrafos de todos los anchos. Sin embargo aquí lo
primero que hace un bombero cuando llega por la mañana a su turno es
revisar uno por uno todos los equipos, que ya han sido revisados el día
anterior. La seguridad del ciudadano y la tuya propia dependen de que no
te falle nada de todo lo que llevas. La disciplina implica que nunca se
cuestionan estas cosas. No puede haber lugar a equivocaciones, es decir,
todos tienen que hacerlo igual.
-¿Cuáles son las labores más desconocidas del
CEISPA?
-Todo el mundo lo relaciona con la extinción de incendios
forestales, que efectivamente, según la estadística, es lo que nos
lleva más horas. Tenemos trece parques de bomberos distribuidos por
Asturias y el número de salidas es sobre todo por incendios forestales,
pero también somos los que en ese mismo territorio acudimos a los
accidentes de tráfico, incendios urbanos, incendios de cuadras, de
casas, accidentes de mercancías peligrosas en carretera, accidentes
industriales tanto en empresas de polígonos como en industrias
químicas. Desde el CEISPA se coordina el salvamento en playas, el
rescate de montaña, rescate de acantilados, búsquedas de personas
desaparecidas; nos encargamos del rastreo en lagos, lagunas, ríos con
el grupo de buceo.
"A
mí me gustaría que hubiera representación femenina en el mundo de
bomberos. No creo que suponga ninguna dificultad el hecho de que una
mujer esté en un turno con hombres."
-¿Qué tiene de ingrato esta profesión?
-Es una experiencia terrible y dolorosa, traumática incluso,
pero sin embargo no podría decir que ingrata. La experiencia más
terrible que viví sin ninguna duda fue el accidente de Buelna. Me tocó
estar allí coordinando los equipos de trabajo. Llegué diez minutos
después del accidente y me tocó ver a todos los chicos, que estaban
destrozados. Mientras estás allí sólo piensas en que hay que resolver
eso, entonces las cosas van perdiendo dimensiones. Cuando acabas sufres
una especie de shock, tienes una sensación de vacío porque ese día se
salvaron varios chicos pero había siete muertos allí. Hay una mezcla
de satisfacción por haber hecho una cosa bien, pero hay un poso de
desasosiego porque no se pueden prevenir este tipo de cosas, y porque la
situación era esperpéntica y dantesca.
-¿El vivir momentos tan duros como éste en tu
trabajo le ayuda a uno a enfrentar situaciones de la vida diaria?
-Yo creo que sí. En este tipo de cuestiones o te caes y te
despedazas, o caminas y te haces más fuerte para todo. No quiere decir
que te pongas una coraza, quiere decir que tienes la tendencia a ver
cómo se puede resolver una situación por terrible que sea e intentas
llevarlo a cabo, en vez de ver sólo la parte en la que ya no puedes
hacer nada.
|