Desembarcó hace un par
de años en tierras asturianas. En su maleta traía un proyecto
empresarial para poner en marcha y toneladas de ilusión para
desarrollarlo.
Después
de licenciarse en filosofía y especializarse en estética y semiótica
comenzó su periplo por diferentes galerías de arte. Su necesidad por
conocer cosas nuevas le llevó a conectar con el mundo de las vidrieras
y a estudiar en la Escuela de vidrio de Segovia. Lo que nació en su
día como un hobby se ha convertido ahora en su mayor pasión.
Corren aires naviegos para esta malagueña que ha instalado su hogar y
su lugar de trabajo en la pequeña localidad de Villaoril. Cuando uno
entra en el caserío, que está rehabilitando, se da cuenta del enorme
potencial que hay entre sus muros. De momento ya ha puesto en marcha,
junto con su marido, un taller de vitrales y ha construido un horno para
vitrofusión. "Buscábamos una casa-factoría, una casa en la que
poder vivir y trabajar, nos ha costado mucho tiempo dar con ella porque
tenía que ser grande, estar cerca de una carretera y a su vez cerca de
una población. Hemos tenido la suerte de llegar a esta tierra y
encontrarla".
-Llegas a Asturias con un proyecto empresarial y te
dan un premio como mujer emprendedora. ¿Cómo ocurrió?
-El premio me lo dieron dentro del marco de un proyecto que
venía organizado desde Europa con los Institutos de la Mujer y el
Ministerio de Trabajo. Este proyecto a nivel nacional se llamaba Red Gea,
en Asturias en concreto, Del rojo al negro, e intentaba potenciar
a las mujeres en cuanto a formación y en cuanto a empleo. Al final de
este proyecto el Instituto de la mujer propuso el premio a la modalidad
mujeres empresarias de la comunidad autónoma del Principado de
Asturias. Era un premio a la iniciativa empresarial o un premio a las
ideas, porque la empresa no podía tener más de un año de vida. Yo me
presenté con otras personas por occidente y me lo dieron.
"A
la larga todos los proyectos se fundamentan en la confianza en ti
mismo"
-Te instalas aquí y creas algo nuevo. ¿Crees que
son necesarios los retos en la vida de cada uno?
-Claro que sí, lo que pasa es que a veces es una cuestión
personal. Uno nace con ese deseo de tener retos, o con esa forma
especial de ver la vida, aunque muchas veces también es algo aprendido.
Quizás es plantearse la vida como algo que nunca es seguro y en la que
hay que apostar un poquito, además de trabajar. Sin retos la vida
sería muy aburrida.
-El mundo de los vidrieros ¿es un mundo de hombres?
-Antes sí era un mundo de hombres, últimamente menos. En
Segovia, en la Escuela Nacional del Vidrio en la que se forman muchos
jóvenes, te diré que una de las mayores sorpresas para el maestro
soplador fue encontrarse una clase en la que sólo había dos chicos.
Todo eran mujeres, y te estoy hablando de trabajos muy duros, trabajos a
pie de horno. En Asturias sin embargo no ves mujeres que trabajen en
este mundo.
-¿Te consideras una mujer fuerte?
-No tanto. Lo que es muy importante para todas las personas es
contar con un gran respaldo emocional en la propia familia. Las personas
somos fuertes, pero hasta cierto punto, pero resulta muy valioso tener
detrás un apoyo no económico, sino sentimental. Y eso es porque a la
larga todos los proyectos se fundamentan en la confianza en ti mismo. En
mi caso tengo por ejemplo a mi marido, que es un gran apoyo en este
sentido, y además también lo es porque él es un técnico y aporta a
mi empresa unos conocimientos imprescindibles.
"Mi
idea es abrir, arañar e intentar luchar por mostrar cosas nuevas, y a
un nivel accesible para todo el mundo dar a conocer este trabajo"
-¿En qué fase está el proyecto?
-Pues mira el proyecto está en la mitad. Ya se ha concretado
todo lo referente al taller de vitrales, ya se construyó un horno para
ello, que es un horno que tiene dos metros de largo por uno, y es el que
utilizo para la pintura al fuego y trabajos de vitrofusión. Ahora
comenzaremos a fabricar otros hornos que son más complejos y son los
que se refieren a lo que es la fabricación del vidrio en caliente ya
desde las materias primas, para laminar, para soplar. Requiere tiempo,
requiere pensarlo y quizás también un poco de suerte, de momento hemos
tenido mucha suerte con este primer horno que hemos fabricado en casa,
pero todo tiene su complejidad.
-A la hora de mostrar un producto final ¿qué es lo
que quieres conseguir?
-Dos cosas. En el apartado de los vitrales, lo que ya ha
comenzado y que está en funcionamiento: hacer obras que se están
haciendo en Europa y que no se hacen en España. Mi idea es abrir,
arañar, e intentar luchar por mostrar cosas nuevas, y a un nivel
accesible para todo el mundo dar a conocer este trabajo.
Aparte de esto está el proyecto del taller de vidrio en caliente, es
decir, poner en marcha la fabricación de vidrio. Yo creo que es un
producto tan nuevo, tan diferente que no voy a tener ningún problema
por luchar, por abrirle paso y darlo a conocer.
-Una andaluza llegada de Madrid, en una aldea
naviega, ¿qué tal el cambio?
-Al ser un sitio pequeño, las relaciones entre las personas son
más afectivas, aunque el paisanaje es muy distinto al andaluz, es más
cerrado. Cuando nosotros llegamos aquí decíamos que esto parecía una
película de John Ford, porque venía nuestro vecino y nos decía
"soy fulano de tal y soy su vecino, ¿necesitan ustedes
algo?". Y a nosotros nos parecía tan extraño... porque vives en
una ciudad donde estás rodeada de gente y no conoces a nadie, no
conoces a tus vecinos. Eso es muy triste.
"Sin
retos la vida sería muy aburrida"
-¿Qué te parece la zona del Valle del Navia y todo
su entorno?
-Estamos completamente enamorados de ella, a mí me encanta, me
gusta mucho vivir como vivo ahora. Desde donde trabajo lo que veo son
los prados y aunque mi casa está en rehabilitación, da para tener
biblioteca, el estudio, el taller y es muy importante tener un sitio
donde puedas trabajar tranquilamente. Luego, a través de Internet te
comunicas con todo el mundo. Y eso de bajar a la playa una tarde de
invierno es magnífico, no tiene precio. Es una forma de vivir nueva;
difícil, sí, pero si uno lo consigue, es desde luego una de las
mejores maneras de vivir. ∆
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