lega
puntual a su cita y se va puntual para la siguiente. Para Méjica el
tiempo es de una pasta diferente y la modela de acuerdo a sus necesidades.
Da clases de civil en la Facultad de Derecho, es Jefe de los Servicios
Jurídicos del INSALUD, ha sido además uno de los creadores del derecho
sanitario; preside una Fundación que lleva su nombre, y coordina un
abarcante proyecto para Asturias que próximamente presentará en Madrid y
Bruselas: Creaciones.
Y además, continúa con su entusiasmo vital.
-¿Qué vínculos te unen en la actualidad a Navia?
-Yo soy un castreño de Navia, ejerzo de naviego y además donde
yo estoy, hay Navia. Mira hasta qué punto que llevé a Estados Unidos,
concretamente a Los Angeles, una maleta con promoción y folletos y
carteles. Y me costó mucho dinero, para que veas si ejerzo o no ejerzo de
naviego. Yo siempre digo que tengo un contrato indefinido con Asturias y
un pacto de sangre con Navia.
-¿Influyó tu infancia en Navia en tu vena artística actual?
-Yo no podía ser de otro sitio porque he nacido al lado de la
ría, entre el mar y la montaña. Y además yo soy un campesino, vivía a
la entrada de Navia y eso nos permitía tener vacas. No sabría explicar
quién soy sin mi infancia, el conocer el sonido de los pájaros, de todo,
es decir en alguna medida es una concepción cerrada y abierta. Yo siempre
digo que hay que tener los pies bien anclados en el terruño, pero al
mismo tiempo los brazos abiertos hacia todos los horizontes. Es decir, la
idea del asturiano universal yo creo que se da en Asturias cuando naces al
lado de la mar abierta, al lado de las montañas y has tenido una infancia
libre, radicalmente libre.
-¿Qué es Creaciones?
-Creaciones es un proyecto para toda Asturias, pero por
razones de pragmatismo lo hemos dividido en dos grandes partes: costa y
ciudades (Oviedo, Gijón y Avilés), y cuencas y montaña. Es un proyecto
ilustrado que aúna tres valores a mi entender: uno, tiene que ser
rentable económicamente. Yo soy un artista capitalista. No creo en las
subvenciones, creo en los hombres que tienen un proyecto y trabajan para
el día de mañana. Yo siempre digo que hacer es haber visto y el gran
problema es que ni tienen, ni ven, ni hacen, les falta eso que define a
los hombres que es el saper vere. En Creaciones está lo
mejorcito de hombres y mujeres que están pensando en el futuro, con una
concepción distinta. Aúna el valor económico, el patrimonio natural que
hay que conservar y aúna un aspecto diferencial: hace que aquello que no
hacen los demás genere plusvalías limpias, valores añadidos como puede
ser lo de Guggenheim.
Creaciones es un proyecto pensado in situ porque se han hecho
multitud de fotografías aéreas, se hizo todo, y se puede trasladar a
otras zonas. Creaciones es como una pauta.
-Dentro de ese gran proyecto, Creaciones, ¿qué reservas
para la zona del Valle de Navia?
-El proyecto de los valles del Navia se llama Luz de Agua,
justamente evocador del agua como un elemento principal y al mismo tiempo
porque nuestra industria está ligada al agua. Se va a presentar en
Madrid, en Bruselas y alberga proyectos de todo tipo, por ejemplo: el
proyecto del Burgo de Navia, para toda la zona de las murallas. Un
proyecto que se llama Gran Navia, para la barra, para toda la zona del
paseo marítimo que no tiene nada que ver con lo que están haciendo o
quieren hacer, que no tiene ningún atractivo, es muy bueno para
saneamiento pero no tiene otro interés. Yo he diseñado un paseo que va
desde el Fornel hasta la playa, y del otro lado yo abro la escollera y
creo tres grandes playas artificiales o un puerto. La rehabilitación del
teleférico, la creación de lo que yo llamo la fábrica de golf, todo un
gran proyecto para Coaña, el proyecto Jardín de Piedra. Hay que crear un
proyecto ambicioso, que concretamente llevaría de los 40.000 a 400.000
visitantes al castro. El proyecto de los embalses, el biohotel, el
aprovechamiento del Balneario de Prelo.
Es un proyecto muy ambicioso y nada utópico, que está al día siguiente
al de mañana.
Yo convertiría a Navia en una Ginebra del siglo XXI, es más yo
convertiría a toda esa zona en algo que tuviese no solamente un atractivo
natural sino incluso un paraíso cultural. Haría todo un proyecto, no
solamente ilustrado sino económico, y no solamente para dos meses en
verano, sino un proyecto para todo el año.
-¿Qué cambios harías, desde tu perspectiva cultural?
-Aprovecharía por ejemplo recursos tan simples como el agua. Es
una pena que los embalses estén ahí y que no se haya visto la
posibilidad de su explotación durante todo el año creando algo ligado no
solamente al turismo activo, sino a ese proyecto cultural, amplio, que
encajaría con esa ruta que va desde Navia, y sube a los Oscos.
Yo lo veo siempre como algo sinergético, donde se unen las cosas. No se
trata de crear actuaciones particulares, sino diseñar un proyecto global
donde entran la industria, los deportes, incluso el diseño urbanístico y
arquitectónico. César Manrique diseñó un esquema de construcción, de
colores, de todo; yo diseñaría, de hecho está en Creaciones, un
proyecto global, integral, donde se integra todo, naturaleza, paisanaje,
paisaje, agua, yo diría que hasta la atmósfera.
-¿Cómo definirías tus creaciones, tu obra?
-Yo siempre digo que yo soy yo y todos los demás, eso significa
que yo no repudio nada. A mí me unen treinta mil años de historia a
aquellos maestros subterráneos que eran los de las cuevas. Eso lo dije yo
en Estados Unidos y la gente quedó fascinada. Me siento heredero de esos
maestros subterráneos, heredero de los celtas, o de esa concepción al
menos. Ahí está toda esa familia que yo diseñé de carros, los carros
míticos, el carro del agua, el carro de la muerte. Es la presencia de lo
primario, las vacas, la atmósfera, las montañas, el agua, los árboles.
Podría vivir sin muchas cosas pero no podría vivir sin árboles.
-En Creaciones se combina todo, ¿con qué parte te identificas
más?
-Todo, arquitectura, joyas, alfombras, cerámicas... ahora mismo
ya no hay cosa que no diseñe. Estoy diseñando ropa, para el próximo
año va a salir una gran colección de ropa mía. El hombre no tiene
límites. Yo siempre digo, y esto recuerdo que lo dice mi padre, "la
vida viene rodando". Es como una rueda que unas veces está arriba y
otras veces abajo, todos somos necesarios, unos ponen una ruedita pequeña
y otros ponen una rueda muy grande. Es como una gran maquinaria.
-¿Cómo compaginas la enseñanza y tu trabajo en los Servicios
Jurídicos del Insalud con tu faceta artística?
-Muy fácil, todo son manifestaciones de la misma unidad. En
alguna medida podría decir donde yo estoy hay Asturias, y podría añadir
aquello que decía Leonardo "a la más pequeña de mis articulaciones
le tiene envidia la mejor de las máquinas". En alguna medida el
hombre es una proyección del universo. Yo siempre digo donde yo estoy,
hay dios, un creador.
-Combinas la enseñanza y el arte. ¿Enseñar es un arte?
-Para enseñar tienes que reunir dos condiciones, por una parte
además de acaudalar contenidos debes ser también un buen comunicador de
la enseñanza y debes entrar por cualquiera de los sentidos. Yo pinto
colores sonoros para los que no ven nada, yo invento aquello que incluso
no está en la disciplina. Doy clase de Civil, pero concretamente mis
clases son no solamente de Derecho sino de literatura, de arte... En
definitiva, soy un humanista, me siento heredero de aquellos grandes
humanistas italianos.
-Me llamó la atención que abarques tantas ramas...
-En alguna medida estoy trasladando a todo lo que hago esas
inquietudes, por ejemplo en el Derecho, cuando oigo a alguien que dice que
no hay un más allá, que no se puede hacer más, digo símbolo de
impotencia e incapacidad, siempre hay más, porque los hombres y las
mujeres siempre son distintos en cada época. El mundo es distinto en cada
época, entonces tú tienes que dar justamente respuestas y preguntas
incluso por delante de esa época.
Yo estoy creando una disciplina nueva, que es el Derecho Sanitario. Dicen
que soy uno de los maestros y me llaman de grandes laboratorios y
multinacionales para que dé conferencias. Repetir la misma historia de
siempre es fácil, pero para diseñar una nueva disciplina, como es el
Derecho Sanitario tienes que ser un buen conocedor del Civil, del Penal,
del Administrativo, de la Seguridad Social y del Derecho Médico.
-¿No te preocupa que te califiquen de egocentrista?
-Decía Spinoza que "la modestia no es producto de la
razón". Yo siempre ante esta expresión suelo responder con otra,
que es que a Dios no le gustan los tibios. No obstante el mundo lo
diseñan unos pocos y es bueno que sea así porque si fuéramos muchos
ocurriría una hecatombe. Lo que algunos hombres diseñan es bueno porque
concretamente tú lo trasladas a la sociedad, que debe ser a la postre el
receptor y el destinatario de todos tus anhelos. Yo cuando me muera no me
voy a llevar nada, pero me moriría satisfecho, porque evidentemente en mi
compromiso con la sociedad le he dado lo mejor que tenía. No quiero
atesorar nada más que justamente trasladar y proyectar sobre la sociedad
aquello que aprendí.
-A la justicia en España ¿le falta sensibilidad artística?
-La justicia, el ser juez significa también una actividad
creadora. Lo que pasa es que como en todas las actividades, algunos crean
derecho, algunos justicia, y los demás simplemente actúan de forma
funcional. Posiblemente diríamos que la justicia tiene un problema, más
que de creadores, de que esa funcionalidad no esté lo suficientemente
operativa para hacerla más eficaz, más inmediata. A mi entender, en
primer lugar está la salud, por este orden, luego las prestaciones
sociales, luego la educación, y la justicia a la postre. Son los cuatro
pilares sobre los que la sociedad quiere tener respuestas y soluciones
inmediatas. Pero yo creo que los rectores de la democracia, los que
diseñan, los que rigen los destinos de la sociedad no necesariamente son
los mejores, y a veces tampoco se rodean de los mejores.
-Fundación Méjica. ¿Por qué, para qué se creó?
-Con un lema muy claro: reflexión y expresión. Reflexión, todo
lo que significa pensamiento, y expresión todo lo que significa música,
arquitectura, poesía, etc. Uno de mis lemas es: "Acaso yo he nacido
y lo justificaría para mirar el sol, pero si además tengo la cabeza es
para la reflexión y la expresión, no para la genuflexión".
Me encanta Campomanes, el pensamiento construido, y yo extraje una idea de
él: "No reconozco más nobleza que la fuerza de la inteligencia
dirigida o destinada al bien común". Esas son las aspiraciones de la
Fundación. ∆