| | SUPLEMENTO ASTURIAS
RUTAS DE
MONTAÑA
La Focella - Cascada del
Xiblu-Puerto de las Navariegas
Texto y Foto: Alberto Polledo
Texu (La Focella)
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Nuestra proposición de hoy es aproximarnos hasta el
agreste y admirable concejo de Teverga y realizar una estupenda excursión por uno de sus
parajes más bellos y emblemáticos.
Tomamos la carretera de Oviedo a León por Puerto Ventana y nos dirigimos a la
capital del concejo, San Martín, parada obligatoria para acercarnos hasta La Plaza y
contemplar toda la belleza de la Colegiata de San Pedro. Fundada en el año 1036, es de
planta basilical, dividida en tres naves cubiertas con bóveda de cañón. Fue construida
entre 1069 y 1076, y se la considera el nexo de unión entre el prerrománico y el
románico. Desde su entorno la panorámica se abre blanca y monumental por la caliza de la
Sobia.
Reanudamos el camino y después de atravesar los pueblos de Riello, San
Salvador, y pasar por las cercanías de Fresnedo, encontramos al pie mismo de la carretera
en el desfiladero de Estrechura, Cueva Huerta, de unos catorce kilómetros de longitud, en
la que destacan, la Cámara de Venus, el lago y las simas. No recomendamos la entrada a
esta cueva, a no ser que lo hagamos acompañados por un guía.
Y llegamos a Páramo, que junto con Villa de Sub y La Focella integraban el territorio
denominado "El Privilegio". Concedido por Bermudo III en 1033, según el cual,
toda persona nacida en aquel territorio debía ser considerada noble y libre de todo
tributo, con la única condición de que mandaran celebrar una misa todos los años por el
alma del rey Alfonso V.
En Páramo nos desviamos a la derecha por una estrecha y empinada carretera que nos lleva
sin pérdida hasta el pueblo de La Focella (La Foceicha). Situado a 1080 m. de altitud,
goza de una excelente vista de la sierra de La Sobia. Sus edificios son de arquitectura
tradicional, grandes y rectangulares, daban cobijo a las personas y además se utilizaban
como cuadra y pajar. Destacan por su belleza y antigüedad varios hórreos diseminados por
el pueblo. La Iglesia de Nuestra Señora del Pando se encuentra en el centro del pueblo.
Una parte de ella se transformó en los años setenta en tele club, zona que ahora sirve
de almacén. Creo que el organismo o las personas responsables debían ir pensando en
rehabilitar y acondicionar este espacio.
Al fondo del pueblo nos encontramos con un hermoso "texu",
árbol totémico que se encuentra frecuentemente a la vera de numerosas iglesias y
capillas asturianas. Pues bien, por su izquierda y ligeramente descendente parte un camino
que pronto se inclina hacia la derecha, para llegar después de una ligera subida a un
espacio abierto en donde por la derecha observamos los restos de una antigua explotación
minera; la panorámica se prolonga por Villa de Sub y Alto de Ventana.
Transcurre el camino por llano entre praderías y cabañas, a la sombra de castaños,
robles, espineras y avellanos. Pasamos a la vera de una fuente con abrevadero, en cuyas
cercanías encontraremos el camino casi siempre embarrado. Descendemos ligeramente y
cruzamos el arroyo La Verde que desciende desde Cuevas por un rústico puente de troncos.
El camino comienza a empinarse y después de sobrepasar otra fuente con abrevadero, nos
desviamos por el camino de la derecha, en el que hay dos cabañas bien conservadas.
Gira el camino a la derecha y se encumbra sobre el río del Xiblu, que
desciende de las alturas encajonado y apresurado formando diminutas cascadas. Nos
adentramos un poco más adelante en el bosque de Braniecha, mágico "falleu" en
el que la niebla, en ocasiones, cuelga sus jirones de los árboles y esconde alguna
"Xana". La vista descansa al frente sobre el monte La Verde, antesala del monte
La Puerca, en el que antaño había una venta.
Ascendemos por camino, empedrado en algunos tramos, desde el que en ocasiones podemos
observar allá en el fondo La Fervienza, antiguo puesto para la caza del oso. Por encima,
la cascada del mismo nombre que el río, que desciende raudo por las praderas del Xiblu,
otro puesto de caza como el anterior.
Termina la arboleda y la vista se extiende por los desniveles del Requexu (1.793 m.) y El
Aguila (1.822 m.) Cruzamos el río, ya convertido en regato, y de pronto nos adentramos
por las cuestas de la braña de las Navariegas, festoneada por numerosos corros y
cabañas, alguna de ellas en buen estado de conservación.
La fauna es numerosa en este entorno, rebecos, corzos, venados, jabalíes, zorros, lobos,
y en algunas ocasiones, aunque muy escasas veces, se puede detectar la presencia del oso.
El regreso lo efectuamos por el mismo camino. Ponemos punto final a nuestra excursión en
La Foceicha después de aproximadamente cinco horas de sosegada caminata.
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