MARZO 2008
ESPAÑA SE SECA
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No vamos a hablar de
adelantarnos porque ya vamos con retraso, pero peor será cuanto más
se espere.
Cada gota de agua debe ser cuidada con mimo |
En
febrero, sin llegar todavía a los meses más secos del año, ya andábamos
a vueltas con medidas excepcionales para enfrentar la falta de agua, y
ya se nombró "oficialmente" que estamos inmersos en la sequía de mayor
intensidad que se haya registrado nunca en España. En concreto, la
Confederación Hidrográfica del Ebro pidió ayuda inmediata, un plan
urgente para paliar los daños y gestionar lo que hay de la mejor manera
posible. Y no serán los únicos que lo hagan. Quizá haya todavía quienes
suponen o desean creer que ésta es una situación excepcional, fruto de
algún ciclo que, como todos los ciclos, pasará de largo. Ateniéndonos a
todos los avisos, sería un tremendo error pensar tal cosa y quedarse con
los brazos cruzados.
Todo indica que no es un periodo, sino un cambio en las condiciones a
las que estábamos habituados debido a muchos factores, entre ellos el
anunciado cambio climático. Quienes aún se resistan puerilmente a las
evidencias científicas que visiten su pueblo: comprobarán que los viejos
andan asustados. Dicen que nunca antes se vio tal cosa. Lo dicen igual
en el norte que en el sur. Y los viejos a base de mirar el cielo y oler
el aire saben de su tierra más que algunos "hombres del tiempo" que sólo
levantan la barbilla hacia el Meteosat. En cualquier caso parece que por
fin todos confluyen en lo mismo: científicos, viejos y ecologistas
reconocen que esto ha cambiado, y más que cambiará.
Pues bien, siendo así está claro que habría que tomar medidas ya mismo,
antes de que sea más tarde de lo que ya es. De momento, dicen, no hay
riesgo para el abastecimiento de la población, pero ¿hay que esperar a
que lo haya? No vamos a hablar de adelantarnos porque ya vamos con
retraso, pero peor será cuanto más se espere. Cada gota de agua debe ser
cuidada con mimo. Hacen falta campañas de concienciación para el ahorro
doméstico, sí, pero es un terreno que ya tendría que estar más que
abonado. No es suficiente. Hace falta invertir en infraestructuras para
la conservación y canalización. Es prehistórico que se sigan perdiendo
miles de litros sencillamente porque hay agujeros en las tuberías. Los
ciudadanos tenemos que ver que la administración se lo toma en serio,
para no sentirnos solos cuando cerramos el grifo al lavarnos los
dientes. Por lo tanto, esperamos ver normativas que regulen el uso del
agua potable; queremos que se tomen medidas cuando el vecino lave el
coche con agua del grifo y tenga la manguera abierta durante cuarenta
minutos seguidos, y de la misma manera queremos que se sancione a los
ayuntamientos que siguen usando agua potable para el baldeo de calles, a
la vez que decretan medidas excepcionales para la población. Queremos
que se regulen las piscinas, las inútiles fuentes ornamentales, el riego
en los jardines privados y públicos; queremos ver que se castiga al que
contamina, que se estudia el consumo lógico de cada empresa y que no se
permite gastar más al que puede pagar más; queremos ver que la
administración entiende que es de locos sembrar de campos de golf unas
zonas que avanzan hacia la desertificación. Es necesario replantear los
cultivos, que se estudie lo más conveniente para cada zona en función de
las nuevas circunstancias, y que se invierta lo que haga falta en hacer
la transformación de nuestra agricultura hacia el secano. También
optimizar sistemas de regadío e invertir en los más eficientes. Y eso
hay que hacerlo ya. Los agricultores no pueden pelearse eternamente
contra condiciones climáticas adversas, tratando de cultivar tomates
donde sólo crece el cereal, y con suerte. Ante nuevas circunstancias,
nueva estrategia. Y aún así, habrá que ver cuánto vale todo eso ante la
dimensión de los cambios que vienen, que según se anuncia serán
tremendamente drásticos.
Pero ¿cuánto de todo esto se está haciendo? ¿Qué capacidad de reacción
hay, ante la inminencia de los cambios? ¿Con cuánto protocolo hay que
batallar, cuánta burocracia, cuánta pelea con intereses particulares que
se anteponen a los generales? La capacidad de adaptación a nuevas
circunstancias sería muestra de inteligencia.
Y de eso, me temo, también hay sequía.
/CF |