MARZO 2008
europa a cal y canto
No debemos olvidar que el
blindaje es la última solución, la medida desesperada cuando no se
han querido dar antes los pasos previos, que evitarían tener que
llegar a una situación como ésta. |
Hay que
blindar Europa. Ese es el mensaje. Se ve que la inmigración
descontrolada es un problema que no sólo no mengua, sino que en los años
que vienen amenaza con adquirir una magnitud que desbordará los recursos
y las posibilidades de una Europa poco aficionada a los sustos, al
descontrol, a todo lo que se salga de su estudiada rutina. Pero, qué se
le va a hacer, el estómago manda y el hambre aprieta. De modo que lo que
se nos viene es un aumento imparable de desesperados con distintos
orígenes que buscarán aquí una oportunidad de vida.
¿Y cómo respondemos? Pues eso, blindando. Reforzando la seguridad. Al
menos es lo que se pretende. Se ha propuesto un sistema de control de
fronteras que frene a todas las personas non gratas antes de poner un
pie en nuestro territorio. Es la mano de la derecha dura, que puja por
sus métodos. Si prospera, todos los ciudadanos no comunitarios que
entren o salgan de la UE pasarán por un exhaustivo control biométrico.
La tecnología al servicio del estado de bienestar. Por supuesto, esa
medida no afectará a los que el comisario europeo de Interior y Justicia
Franco Frattini considera "ciudadanos honestos", que podrán pasar los
controles con rapidez y evitarse el engorro de las identificaciones
constantes. Para eso hay soluciones: se hace toda la parafernalia una
sola vez, y en sucesivos viajes basta con una fugaz lectura del iris
para dar cuenta de nuestra "honestidad". También se propone la creación
de un cuerpo de seguridad específico, el Frontex. Son propuestas que se
suman a la ya conocida "tarjeta azul", que establece las condiciones de
entrada de los inmigrantes, léase una oferta de trabajo de un año como
mínimo, y un sueldo al menos tres veces el salario mínimo
interprofesional del país de destino. Ahí es nada.
A falta de saber si la propuesta de este "honesto" ciudadano Frattini
prosperará, ya vemos por dónde van los tiros. Lo marcó Sarkozy cuando
era Ministro de Interior. Lo anuncia Rajoy si se llega a sentar en el
sillón de presidente. Lo respalda Angela Merkel.
Aunque la idea de sugerir la clasificación de los ciudadanos en
"honestos" y como consecuencia también "deshonestos", no parece
precisamente afortunada, lo cierto es que la propuesta no ha levantado
demasiadas críticas. Parece que se considera necesario establecer un
control mayor en un espacio tan grande como la UE, que permita a los
europeos dormir tranquilos sabiéndose protegidos de las redes criminales
a gran escala y en especial de todo lo que huela a terrorismo
internacional.
Pero no debemos olvidar que el blindaje es la última solución, la medida
desesperada cuando no se han querido dar antes los pasos previos, que
evitarían tener que llegar a una situación como ésta. La UE no puede
vivir de espaldas a una realidad global, protegiendo una estabilidad
ficticia contra viento y marea mientras tres cuartas partes del mundo
hace malabarismos para subsistir. Es un desequilibrio al que hemos
contribuido activamente en unos casos, o por pasividad y desidia en
otros. La UE tenía y tiene posibilidades de reducir distancias
económicas, de alentar el desarrollo, de invertir en proyectos para el
crecimiento, de ayudar, en definitiva. Es su responsabilidad,
sencillamente porque puede. Como se verá, ni nombramos la deuda
histórica contraída con África o con América Latina. Para eso habría que
tener conciencia. Por otra parte, el fantasma del terrorismo planea
constantemente. Es el precio del miedo, que como todo, no es una causa
sino una consecuencia.
Quizá levantar unas fronteras más altas y más inaccesibles ayude a
controlar las mareas humanas, el crimen organizado y la entrada de
terroristas, es decir: todos nuestros temores a raya. La pregunta es
¿por cuánto tiempo?
/C.F.
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