|
Los Medios de
Comunicación
y el negocio de la guerra
Estalla un conflicto en
algún lugar del planeta. A continuación los medios de comunicación de
todo el mundo muestran su rechazo, y nos hacen llegar las primeras
imágenes de la tragedia. A partir de ese momento empieza para muchos
medios un lucrativo negocio que se apoyará en un doble discurso: uno
dirigido hacia el ciudadano y otro hacia los señores de la guerra.
Conozcamos algunas de las armas que utilizan.
Texto: Mariló Hidalgo. |
¿Cómo se vende una
guerra?
La
noticia saltó a los medios de comunicación de todo el mundo: Cuando Iraq
invadió Kuwait en agosto de 1990, unos soldados sacaron 312 bebés de las
incubadoras del hospital Al-Addam y los dejaron morir en el suelo. Un
grupo de testigos declaró ante el Comité de Derechos Humanos del
Congreso de EEUU sobre lo ocurrido. Entre ellos una joven de quince años
que describió con todo detalle el suceso. El hecho impactó de tal forma
en la opinión pública que influyó de manera determinante en el apoyo de
los congresistas a la invasión. Incluso el presidente norteamericano
Bush citó esta historia hasta seis veces en uno de sus discursos. Se
trató en un foro internacional de la ONU y dos días después esta
organización aprobó la intervención militar.
Cuando los iraquíes abandonan Kuwait, miembros de la Organización
Mundial de la Salud llegan a dicho hospital y no observan apenas daños.
Las incubadoras están en su sitio. Preguntan al personal y dicen que ese
hecho no ha tenido lugar nunca. Son enviados observadores al lugar y
llegan a la conclusión de que la cifra de niños muertos tras sacarlos de
las incubadoras les parece excesiva. Nada parece encajar. Amnistía
Internacional, que había realizado la denuncia, la retira y la niega.
Médicos de distintas nacionalidades que estuvieron en Kuwait durante la
ocupación también niegan que se hubiese producido un hecho así. Nadie
confirma aquello. ¿Qué pasó realmente?.
Unos años después y como resultado de un impresionante trabajo de
investigación realizado por la cadena canadiense CBC ve la luz el
documental "Vender la guerra", que en nuestro país fue emitido por La 2
de TVE -pasando totalmente desapercibido-. En él se explica cómo se
llevó a cabo paso a paso una de las muchas campañas que se pusieron en
marcha en EEUU para inclinar a la opinión pública a favor de la guerra
de Iraq.
En
Francia dos grupos de comunicación han sido adquiridos por industriales
cuyo capital procede de la fabricación de armas.
Analizan la noticia que saltó a las páginas de los periódicos de todo el
mundo y también las "piezas" que no tenían encaje en aquella versión. En
"Vender la guerra" se explica en sólo veintitrés minutos cómo se crea
esta campaña previamente pagada por una ONG llamada "Ciudadanos por un
Kuwait Libre" con diez millones de dólares y elaborada por una empresa
de publicidad norteamericana. En el documental aparece el ejecutivo de
la empresa y dice ante la cámara que como la ciudadanía de EEUU no
reaccionaba se preguntaron: '¿Qué podemos hacer para convencerles de la
necesidad de una intervención?. Había que hacerles ver que Sadam era un
loco peligroso al que había que parar'. Casi sin inmutarse explica cómo
se les ocurrió el montaje de las incubadoras y cómo llevan como testigo
estrella a una adolescente a la que aleccionaron debidamente y que
resultó ser la hija del embajador de Kuwait en EEUU -algo que
desconocían los congresistas-. Este es uno de los ejemplos -muy bien
documentados- que recoge el periodista Pascual Serrano en su libro
"Medios violentos". Todos ellos le sirven de base para explicar cómo se
prepara mediáticamente el terreno para justificar una guerra. "Convencer
a la ciudadanía de un país no debería ser tarea fácil. Para hacerlo, sin
duda ayuda que los ejércitos no estén formados mediante reclutamiento
forzoso y sean soldados profesionales y remunerados. Pero la política de
comunicación, los razonamientos con los que se justifique la
intervención y el grado de disposición a la causa que presenten los
medios es fundamental. Todo ello requiere un período progresivo de
trabajo ideológico previo al primer disparo".
"Sabía
que ellos no nos llevaban a un determinado sitio para que diésemos una
información objetiva, sino para utilizarnos como medio de propaganda."
(Mercedes Gallego, periodista "empotrada" en la guerra de Iraq)
En efecto, dicen que una guerra no empieza con la primera bala sino
mucho antes, en la mente de las personas. Por eso es ahí donde
justamente los medios afines trabajan sin descanso. ¿Cómo? Omitiendo
informaciones relevantes para comprender un conflicto, ocultando datos,
señalando rápidamente el enemigo a perseguir e incluso
caricaturizándolo. Más tarde, una vez que estalla el conflicto, llegan
los "empotrados", periodistas incorporados en convoys militares
dispuestos a informar de todo lo que acontece en primera línea de fuego.
Por supuesto, desde la perspectiva del bando que les protege la vida. La
periodista española Mercedes Gallego, corresponsal del Grupo Correo,
estuvo "empotrada" durante cinco semanas en la Primera División de
Marines de la guerra de Iraq. "Sabía que ellos no nos llevaban a un
determinado sitio para que diésemos la información más objetiva posible,
sino para utilizarnos como medio de propaganda. Creo que es una
tentación en la que hubiera caído cualquier ejército. Pero en cada uno
está el ser crítico con la información que recibe, tomarla con pinzas,
no darle toda la credibilidad que ellos piden, y no dejarse utilizar.
Había muchos días en que el General venía a contarnos una historia que
yo escuchaba atentamente. Hacía preguntas, tomaba notas, y luego a lo
mejor no tenía nada que ver con lo que posteriormente escribía. Él me
vendía su película, pero ésa no era la película que yo quería contar.
Así que tomaba de ahí lo que me interesaba y a veces eso me daba pistas
para 'rascar' otro tipo de información y poder completar un poco el
puzzle. Cada vez que tenía oportunidad de hablar con civiles les
preguntaba por las situaciones que nos habían descrito los militares y
utilizaba mi propio sentido crítico. Si el General por ejemplo nos
quería vender lo buenos que habían sido sus hombres atendiendo a los
heridos civiles que se encontraban, yo me preguntaba quién había herido
a esas personas. Normalmente resultaba que habían sido ellos mismos".
Dentro del contexto bélico es importante destacar la tarea de "cirugía
estética" que llevan a cabo muchos medios. Auténticos expertos en
cambiar el sentido de las palabras, vaciarlas de contenido, restar
importancia a lo que realmente la tiene y crear unos escenarios
totalmente ficticios para desviar la atención. La Doctora en Sociología
en la Universidad Complutense de Madrid, Ángeles Díez explica cómo
podemos encontrarnos con "bombas que no matan ni destrozan cuerpos,
cuerpos que no sangran, civiles que nunca mueren o si lo hacen se
convierten en errores -sin mala intención- o daños colaterales. Cómo el
paso del tiempo puede dar por concluida una guerra y la información se
va trasladando hacia las últimas páginas de la sección, donde ya no hay
grandes titulares, a veces ni siquiera pequeños, y si la fuerza de los
hechos los hace llegar a las primeras páginas de nuevo, entonces todo
queda descontextualizado: ¿qué sentido tiene ya, si la guerra se
terminó?" §
¿Qué ganan los medios?
La
violencia vende. Como dice el psiquiatra Luis Rojas Marcos, desde los
principios de la civilización en casi todas las culturas, el hombre ha
sentido fascinación por los relatos y escenas de violencia. Si a ello
añadimos que detrás de un medio de comunicación hay un grupo empresarial
que vende productos, tendremos la palabra "negocio". La mercancía es la
noticia que consume una audiencia, que proporciona una publicidad que a
su vez genera pingües ingresos. Pero además obtienen otro valor añadido
muy importante a medio y largo plazo: crear opinión pública, calar en
las mentes de las personas, conseguir "consumidores".
Por otro lado, el apoyo mediático a un gobierno en estos temas, también
puede traducirse en otro tipo de beneficios como publicidad
institucional, licencias de emisión, mejor régimen fiscal, o hasta la
posibilidad de conseguir una legislación beneficiosa a los fines
expansionistas de la empresa en cuestión. Todo es dinero.
"Las
empresas de comunicación se han convertido en grandes holdings
empresariales. Sus intereses no están relacionados con la información
sino con la rentabilidad"
(Pascual Serrano)
Por último debemos añadir un caso que está resultando especialmente
alarmante: medios de comunicación comprados directamente por empresas o
industriales cuyo capital procede principalmente de la fabricación de
armas. Hecho que ya se ha producido en Francia con dos grupos de
comunicación.
"Vivimos en un estado de inseguridad informativa, alerta el director de
Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet. La información prolifera, pero
sin ninguna garantía de fiabilidad. Asistimos al triunfo del periodismo
de especulación y de espectáculo, en detrimento del periodismo de
información. La puesta en escena -el embalaje- predomina sobre los
hechos". §
¿Cómo lo hacen?
Foto: F. Muñiz
|
Existen
muchas fórmulas. Una de ellas consiste simplemente en no informar. Las
noticias internacionales cotizan a la baja. No interesan a los grandes
medios, que han reducido el espacio y el tiempo dedicado a la sección
internacional -en EEUU entre un 70 y 80% - en estos últimos quince o
veinte años. Han decidido dar más importancia a la información local y
nacional. A lo próximo, lo que ocurre cerca de nuestra casa. A veces las
noticias se ofrecen fragmentadas, con lo cual pierden su contexto y
sentido. El ejemplo más sorprendente de todo esto junto lo tenemos en
Estados Unidos. Allí estuvo viviendo durante muchos años el periodista
Moncho Tamames, que además tuvo la oportunidad de recorrer más de
veinticinco estados. En su libro "La Cultura del Mal" (Espejo de Tinta)
nos explica que "allí los medios de comunicación son compañías de
entretenimiento que no informan de nada. El ciudadano desconoce más allá
de lo que ocurre en su condado y, salvo de los sucesos del país, no
tiene conocimiento alguno de lo que pasa en el mundo. Sus preocupaciones
se ciñen a cuestiones locales que les han inculcado con lenguaje y
formatos sensacionalistas. De ahí que su visión de las cosas esté
generalmente alienada por actitudes y 'tics' enfermizos que responden a
sensaciones que retuvo al recibir el mensaje: paranoia, tragedia, miedo.
EEUU es el único país de la historia de nuestro planeta que ha llegado a
invadir o entrar en conflicto con otro del que tres días antes ni
siquiera había oído hablar ni su presidente. Es así de crudo, como
inverosímil y alucinante. Elaboran juicios interesados que se basan en
lo que les es cercano o lejano y esto sólo les lleva a tener una doble
moral o una forma de medir las cosas tan simple como básica. Los medios
han aislado a los estadounidenses en un provincianismo absoluto y sólo
les hablan de lo que la masa quiere escuchar o mejor dicho de lo que más
interés le despierta. Cuando una democracia obedece a la voz de la masa,
termina en dictadura y entre otras cosas aniquila al ciudadano. Un 80%
de estadounidenses está a favor de la pena de muerte, y ¿qué hacen sus
políticos?, contentan a la masa y la implantan en la mayoría de sus
Estados. Tras el 11-S más del 90% exigía las máximas represalias contra
Afganistán y luego contra Iraq. Ahora que conocen lo que es un conflicto
de ese tipo y saben ya algo sobre las personas a las que están
bombardeando (inofensivos económica y militarmente), se empiezan a
arrepentir de haber entrado en dichas guerras. El pueblo quiso guerra
-en este caso por la tergiversación de los datos aportados por su
presidente- y los políticos se la dan".
"EEUU es
el único país de la historia de nuestro planeta que ha llegado a invadir
a otro del que tres días antes ni siquiera había oído hablar ni su
presidente"
(Moncho Tamames, periodista)
Pero hay más fórmulas para vender conflictos. Por ejemplo conseguir que
sólo sea noticia una determinada imagen. O dicho de otro modo y como
contrapartida, si hay una noticia que no tiene imagen no existe. "Mi
experiencia en Telesur, nos comenta el periodista Pascual Serrano, me
permitió comprobar la tragedia de intentar informar en televisión de
acontecimientos que los grandes medios ignoraban. Mientras que en
Internet podíamos informar de forma instantánea por ejemplo, del
asesinato de un defensor de derechos humanos en Colombia, en televisión
esta información era expulsada de la parrilla porque no disponíamos de
imágenes para ilustrarlo. Recuerdo una charla con un grupo de fotógrafos
en unas jornadas de fotoperiodismo en Barcelona, en la que me comentaron
que para ellos no era económicamente viable cubrir conflictos como
free-lance; siempre eran enviados por algún medio. Es decir, las
fotografías que hacían reflejaban la realidad que los directivos de los
medios habían considerado merecedoras de cobertura. Como resultado, sólo
llegan hasta nosotros los muertos del conflicto y bando que quieren que
conozcamos, por muy honestos que los fotógrafos o cámaras quieran ser en
su trabajo". Como denuncian periódicamente las ONG y grupos de defensa
de derechos humanos, existe un listado de "conflictos olvidados" sin
espacio en los medios de comunicación. Más de la mitad ocurren en
África. Cada año Médicos sin Fronteras lo denuncia en su informe anual.
"Día a día, los periódicos nos recuerdan grandes conflictos
humanitarios: las guerras en las que participan las grandes potencias, o
las luchas en lugares sensibles del planeta. Pero hay lugares que viven
en permanente guerra y amenazas constantes para el ser humano a las que
los medios de comunicación no prestan atención", dice el informe. §
¿Quiénes son los malos?
Depende.
Van cambiando con los tiempos y EEUU sigue siendo el ejemplo que mejor
lo ilustra. "Primero fueron los pieles rojas -recuerda Tamames-, luego
surge el miedo a los negros, la "amenaza nipona", la "amenaza
soviética", la "amenaza cubana", la "amenaza china", el "eje del mal",
el "terrorismo internacional" y cuando la India se convierta
definitivamente en nueva potencia económica se convertirá también en
amenaza. También está la amenaza nuclear de Pakistán e Irán, a los que
han aprovechado para imponer altas sanciones económicas. ¿Qué vendrá
después? La maquinaria de propaganda que tienen en marcha junto con el
fundamentalismo de sus dirigentes, ha creado una línea ideológica del
bien y del mal y demoniza al resto del planeta. Así han conseguido
dividir el mundo y generar odio entre los pueblos, destruyendo la
convivencia", una fórmula que han conseguido exportar al resto del
mundo.
"La
maquinaria de propaganda de EEUU, junto con el fundamentalismo de sus
dirigentes, ha creado una línea ideológica del bien y del mal, y
demoniza al resto del planeta"
(M. Tamames)
"En este momento -advierte Pascual Serrano-, acaban de decidir que Hugo
Chávez es terrorista porque dicen que aparece en los ordenadores de Raúl
Reyes. Hace un tiempo decían que era dictador pero como ganaba
elecciones, no coló. Luego dijeron que era un peligro para la región
porque compraba muchas armas. Pero al final Chávez no ha pegado un sólo
tiro mientras que Colombia sí y no se ha dicho nada. Iraq sigue estando
en la lista negra, así como Cuba o Corea. El caso de Gadafi es
revelador. Antes era un terrorista y un peligro para la humanidad, pero
desde que empezó a comprar armas a Francia y otros países occidentales y
bajó su discurso antiimperialista, ya no molesta, cuando en el fondo
sigue siendo el mismo que era antes. El eje del mal sólo contempla
coyunturas estratégicas o geopolíticas que interesan a los poderosos, no
justicia social ni defensa de derechos humanos". §
Aprender a informarse
Después
de todo lo expuesto hasta aquí nos preguntamos cómo aprender a leer la
información, cómo ser críticos con lo que llega hasta nosotros. El autor
de "Medios violentos", Pascual Serrano, recomienda primero "desconfiar"
de lo que nos llega envuelto en papel de regalo, en grandes titulares y
con imágenes impactantes. Luego nos da algunas pistas muy interesantes.
•Cautela ante informaciones que denuncien a un determinado grupo
político o gobierno. Si se le acusa de violar derechos humanos cotejemos
ese caso concreto con otros de otros países para valorarlo en la justa
medida. Interesante leer el informe detallado de Amnistía Internacional.
Hay casos que no aparecen en las noticias y en cambio ocupan varias
páginas de dicho informe.
•Cuando nos presenten como una cruzada ideológica la agresión contra un
país, busquemos cuál es la situación de su entorno. A lo mejor
comprobamos que los mismos gobiernos que ahora acusan, fueron cómplices
en otros tiempos de esas mismas violaciones.
•Sospechemos siempre de los silencios hacia determinados gobiernos.
Suelen tener como objetivo dejarlos tranquilos para que apliquen
políticas impopulares sin ser molestados por la comunidad internacional.
•Por muy malvado que sea un grupo político, social o gobierno que hayan
colocado en la picota informativa siempre es importante conocer su
versión. Nunca se nos puede negar y si es así, despertemos nuestras
sospechas.
•Por encima de lo que nos intentan colocar, recordemos que hay muchas
formas de violencia. Las personas que mueren de hambre, frío,
enfermedad, están sufriendo violencia.
"La
primera reacción que debe generar el hecho comunicativo
de masas en el individo es la desconfianza"
(P. Serrano)
•A veces cuando determinados grupos agotan las vías pacíficas para
reclamar sus derechos o se han visto invadidos, pueden estar legitimados
para recurrir a la violencia y exigir así su dignidad.
•Puede haber acciones comunicativas que trabajen en defensa de esos
derechos y reivindiquen y justifiquen esas vías. Y puede haber acciones
que bajo un discurso de paz, permitan la invasión y la injusticia.
Aparentemente unos hablarán de violencia y otros de concordia pero
siempre hay que lanzar una mirada a lo que hay detrás de las palabras.
•Estemos alerta ante las interpretaciones que nos hagan llegar los
medios acerca de los términos "terrorismo", "violencia", "fuerzas de
paz". Normalmente las cosas no son como nos las presentan. El poder
tiene una gran capacidad para distorsionar la realidad de acuerdo a sus
intereses.
Un último consejo: "Estamos en la era de la comunicación y los métodos
se han desarrollado a una velocidad mucho mayor que nuestra capacidad de
defendernos de ella. Y digo bien, defendernos. La primera reacción que
debe generar el hecho comunicativo de masas en el individuo moderno es
la desconfianza". §
¿Otro periodismo es
posible?
Foto: Nan
|
Es
posible y además necesario, pero es algo que no se enseña en la
universidad. De momento los periodistas que salen de ella y tienen la
suerte de encontrar un trabajo saben que su primera cita son las ruedas
de prensa y por lo general sin preguntas. Se graban las declaraciones
que lee el personaje de turno y se entrega el material -sin digerir- a
la redacción. Otros redactores son los encargados de cortar, pegar,
extractar o sacar fuera de contexto lo que "interese" publicar. La mayor
parte de las noticias que nos llegan a diario se elaboran resumiendo
textos de las agencias, sin críticas ni reflexiones, o son producto de
un rosario de ruedas de prensa que tienen lugar en la ciudad. Un estudio
de la Universidad Camilo José Cela de Madrid apunta que de cada diez
noticias televisivas de las principales cadenas españolas, ocho se
elaboran con el contenido proporcionado por un informante cuyos
intereses están afectados directamente por la noticia. Casi el 80% de
las informaciones son fruto de actos declarativos. Es decir, son
noticias "sugeridas".
Fuera de este circuito también surgen otras opciones, otra forma de
comunicar. Aquí van algunas interesantes sugerencias y reflexiones de
quienes están convencidos de que otro periodismo es posible y lo
practican.
Quinto poder
|
“El siglo XXI será el siglo en que la comunicación y la
información pertenecerán finalmente a los ciudadanos”.
(Ignacio Ramonet, Director de Le Monde Diplomatique) |
Para
contrarrestar la distorsión de los medios de comunicación, el director
de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet (*) propuso hace algún tiempo
la creación de un quinto poder "para recuperar un espacio de lo público
como eje de la labor que hoy cumple el periodismo". El que antes se
denominaba "cuarto poder" hoy se ha convertido en instrumento de los
grupos económicos planetarios, por ello Ramonet propone la creación de
un Observatorio Internacional de Medios de Comunicación, propuesta
realizada en el marco del Foro Social Mundial de Porto Alegre. Su fuerza
es básicamente moral: cuestiona y reprende a los medios basándose en la
ética y sanciona las faltas de honestidad mediática a través de
informes, investigaciones y estudios que elabora periódicamente y
distribuye. No sanciona, pero sus informes crean dudas sobre la
credibilidad de un determinado medio y le ofrecen la oportunidad de
corregirse. Además pueden funcionar como asesores de un determinado
medio. Existen ya varios observatorios de este tipo funcionando en
algunos países y en ellos se reúnen: periodistas profesionales de
distintos medios, universitarios e investigadores de todas las
disciplinas -especialmente relacionados con la comunicación- y usuarios,
ciudadanos de a pie y personalidades reconocidas a nivel social. "Los
globalizadores han declarado que el siglo XXI sería el de las empresas
globales; desde el Observatorio afirmamos que será el siglo en el que la
comunicación y la información pertenecerán finalmente a todos los
ciudadanos".
*Ignacio
Ramonet es fundador de Media Watch Global (Observatorio Internacional de
Medios).
Periodismo premonitorio
|
“Se necesita un periodismo que sustituya al habitual. Que
explique el origen de las crisis y traslade a la opinión
pública la idea de que todas pueden ser controladas antes de
que exploten si se les dedica la atención y medios
necesarios”.
(Alberto Piris, General de Artillería en la Reserva y
analista del Centro de Investigación para la Paz) |
"Nos
hemos acostumbrado a un periodismo de guerra que sólo busca impresionar
al público con las imágenes pero que es incapaz de explicarle nada
-reflexiona Alberto Piris General de Artillería en la Reserva y analista
del Centro de Investigación para la Paz-. Se hace obligado pensar en la
ineludible conveniencia de que vaya emergiendo otro periodismo, el
llamado periodismo premonitorio. Un tipo de periodismo capaz de informar
desde países donde no pasa nada. Su propósito esencial es ejercer de
vigía, es decir, funcionar de modo preventivo, no llegar a los
conflictos como hace la prensa, como los bomberos o ambulancias. Habría
que aunar esfuerzos para desentrañar hoy los antecedentes de lo que
mañana será una guerra evitable. Poder explicar las situaciones
conflictivas con claridad antes de que las balas empiecen a silbar.
Habría que penetrar allí donde los conflictos están todavía latentes,
donde no han sido aún manipulados por gobernantes sin escrúpulos y
revelar a todo el mundo las situaciones complejas cuando todavía pueden
tener solución. Se necesita un periodismo que complemente y con el
tiempo sustituya al habitual. Se requiere un periodismo que permita
comprender los orígenes de las crisis, situarlas en su verdadero ámbito
y extender a la opinión pública la idea de que todas pueden ser
controladas antes de que exploten si se les dedica la atención y medios
necesarios". (Centro de Colaboraciones Solidarias)
Dar voz a los sin voz
"En las
universidades y en los grandes eventos de comunicación se habla mucho de
imparcialidad, independencia y objetividad del periodismo -reflexiona el
periodista Pascual Serrano, editor del digital rebelion.org-. La
realidad es que la información es una guerra entre modelos sociales;
entre apologetas de un mundo desigual, injusto, mandado por auténticos
terroristas que imponen a sangre y fuego un modelo económico que condena
a muerte cada día a miles de personas en todo el mundo y también a los
que apostamos por estar al servicio de los grupos, movimientos e
intelectuales que todos los días se juegan la vida por defender otro
modelo de mundo posible. No pretendo convertir el periodismo en un
panfleto pero es necesario decir bien alta la verdad y la voz de los sin
voz condenados al ostracismo por un modelo de comunicación al servicio
del mercado. Creo que esta profesión noble y vocacional ha sido
convertida en miserable por los dueños de las empresas que nos obligan a
trabajar al dictado de sus intereses. Debemos de recuperar la dignidad y
servir a la comunidad, a la justicia social, a la soberanía de los
pueblos y las libertades. No será periodismo si no se vive así. Es
necesario que todo periodista ponga al servicio de esos ideales sus
conocimientos y su trabajo. Movimientos sociales, organizaciones
comunitarias y precarios medios alternativos necesitan a profesionales
comprometidos con otro modelo de periodismo, humanista, social, que
apueste por otro orden social más justo. No se trata de militancia, se
trata de tomar partido por los pobres, los sin voz, los indígenas, los
trabajadores, los humillados, los olvidados, los que sufren, los que
resisten, los que luchan, los que...." §
Pascual
Serrano
Periodista
Foto: David Segarra
|
Este
periodista colabora habitualmente en una decena de publicaciones
latinoamericanas sobre temas de comunicación y política internacional.
Es editor del diario alternativo Rebelión (www.rebelion.org) y ha
conseguido el Primer Premio del Concurso Internacional de Ensayo "Pensar
a contracorriente" por su trabajo "Violencia y medios de comunicación",
hoy convertido en el libro "Medios Violentos".
-Si los
medios de comunicación analizaran con más profundidad el origen de la
violencia y el terrorismo también podrían detectar cómo terminar con
ello" aseguras en el libro. ¿Qué beneficios obtienen al no hacerlo?
-Los beneficios surgen desde distintos lados. Las empresas de
comunicación se han convertido en grandes holdings empresariales, por
tanto sus intereses no están relacionados con la información sino con el
cuidado de su imagen y la rentabilidad de las empresas que están detrás.
Un ejemplo lo tenemos en Francia, donde las fábricas de armamento están
detrás de muchos medios de comunicación. Si a eso le añades el lobby
norteamericano creado en torno a lo que denominan la reconstrucción -que
luego no es tal- de los lugares asolados por las guerras, tenemos otro
sector que también se enriquece directamente con los conflictos que
genera EEUU. No es un secreto que además las guerras disparan las
audiencias e incluso algunos profesionales se han consagrado y
consolidado gracias a esto. Los gobiernos interesados en promover un
conflicto siempre tienen a su lado grupos informativos fácilmente
influenciables que se unen al clamor de la guerra.
-Quieres
demostrar cómo detrás de ese papel pacifista y condenatorio de los
medios, muchas veces se esconden grandes aliados de las guerras. ¿Cómo
llevan a cabo ese doble discurso?
-En realidad los medios son dados a mantener ese doble discurso y
normalmente alardean de lo que no son. Es como con el tema de la
neutralidad o la objetividad, ambos son inversamente proporcionales a
las veces que dicen serlo. Todos quieren presentarse ante la sociedad
como defensores de la paz, pero en el fondo han jugado papeles muy
importantes en la creación del odio y legitimación de conflictos.
-Entonces
lo que nos venden como periodismo de investigación, ¿qué es?
-Habitualmente son dossiers que te da alguien interesado en atacar a
otro. Cuando se descubrieron esos famosos casos de corrupción en tiempos
del PSOE, todos sabíamos que -aunque era de agradecer que salieran a la
luz- era porque alguien se había presentado con un dossier en el buzón
de un periodista. Al final todas suelen ser informaciones inducidas, no
trabajo de investigación de un determinado periodista. Personajes que en
el transcurso de sus tropelías han hecho enemigos y esos acaban
"cantando". Gracias a ellos nos enteramos.
"Los
medios de comunicación quieren presentarse ante la sociedad como
defensores de la paz, pero en el fondo han jugado papeles muy
importantes en la creación de odio y violencia"
-La
información internacional cada vez tiene menos espacio y en cambio
aumentan las noticias locales. ¿Qué consecuencias puede tener este sesgo
informativo?
-Cada vez se intenta provincializar más la información. Mira el caso
de EEUU, donde no saben localizar en el mapa ningún país que no sea el
suyo, porque cada vez se van sintiendo más egocéntricos. Esto es un
error desde el punto de vista de la lógica de la globalización, ya que
lo que ocurre fuera siempre tiene un reflejo en nuestra vida y es un
mérito periodístico el saber reflejarlo.
-Propones
que la primera reacción del ciudadano de a pie frente a la información
de masas que recibe debería ser la desconfianza. ¿Cómo despertar el
espíritu crítico?
-Creo que despertar el espíritu crítico es más fácil que crear un
nuevo modelo informativo. Si les vas contando mentiras clamorosas a los
ciudadanos, estos van a dudar cada vez más de los medios de comunicación
y eso es bueno. Pretendo ayudar a que el ciudadano se dé cuenta de que
no tiene por qué creérselo todo, que debe contrastar varios medios,
buscar las fuentes originales de las noticias. Sé que es un proceso
laborioso pero también lo es ser ciudadano en democracia ya que supone
leerse los programas electorales antes de votar, participar en las
asociaciones de vecinos de tu pueblo, de tu empresa, etc.
-Nadie
debe resignarse a ser un mero espectador, otro sistema informativo es
posible. ¿Qué sugieres?
-No tengo soluciones mágicas ni milagrosas. En el libro insinúo
algunas propuestas y defiendo otras. Lo resumiría en dos líneas. Una,
que las legislaciones protejan al ciudadano. Que se acabe con la
impunidad de los medios de comunicación para mentir y engañar. Que se
establezcan mecanismos que garanticen de alguna forma la veracidad y el
rigor informativo. Y que se acabe con la excusa de la libertad de
expresión como escudo para mantener el privilegio del oligopolio
informativo y la manipulación. Y dos, que exista un debate serio sobre
la propiedad de los medios de comunicación que pasa por entender que
desde coordenadas estrictamente mercantiles aquí no hay regeneración
posible. Aunque he de reconocer que desde los medios estatales en muchas
ocasiones se ha estado al servicio de intereses de gobiernos o partidos
políticos, pienso que la esperanza de modernización sólo puede venir
desde los medios públicos. Como ocurre en el caso de la sanidad o
educación. El mercado no puede resolver unas condiciones justas e
iguales para todos y el estado interviene. Con la información debería
pasar lo mismo.
"El lobby
creado en torno a la reconstrucción de lugares asolados por las guerras,
se enriquece directamente de todos los conflictos generados por EEUU" |
-Hablas
del nacimiento de una nueva corriente, el denominado periodismo
preventivo. ¿Qué aporta de nuevo?
-Abordar los conflictos y las guerras desde una perspectiva
informativa que contempla los antecedentes, el contexto para hacerlo
comprensivo a los ciudadanos. Ponen especial acento en las posibles
salidas al conflicto, recogen propuestas de las diferentes partes, de
terceros mediadores, etc. El problema es que no sé en qué lugar de toda
esta rutina informativa pueden caber cosas así cuando parece que lo que
de verdad interesan son las explosiones, heridos, muertos. A lo largo de
mi vida periodística he descubierto que puedes llegar a informar de todo
sin recurrir al formato sensacionalista. Cuando ocurrió el desastre del
Katrina, al principio piensas que la cosa no tiene más que lo que parece
a primera vista: el agua ha matado a tantas personas. Pero luego miras
en profundidad la noticia y ves que podrías decir mil cosas distintas.
Siempre hay una información alternativa a la que dicen ellos. Algo que
te hace pensar.
-En tu
caso, ¿qué te ha supuesto el trabajar a contracorriente?
-Descubrir que he aportado luz a muchas personas. Me ha dado también la
oportunidad de conocer a mucha gente que piensa como yo, que se pregunta
por las mismas cosas, que le indignan las injusticias y la violencia.
Eso me ha ayudado a quitarme de encima el síndrome del perro verde
-pensar que eres el único-.He comprobado que no somos tan pocos y que a
lo mejor tenemos razón.
-El
filósofo y escritor Santiago Alba Rico comenta en el epílogo de tu libro
que dentro del periodismo que se está viviendo no basta con ser un
profesional, riguroso y objetivo sino que además hay que ser
revolucionario. Y te pone de ejemplo.
-Hay una frase de Gabriel Celaya que dice "Maldigo al poeta que no
toma partido". Yo un día escribí, "Maldigo al periodista que no toma
partido" por los humildes, por la decencia, por la justicia, por los
necesitados. Creo que esa es nuestra responsabilidad. El periodista
tiene que ver si prefiere un dossier de prensa o informar sobre una
huelga.
-Me gusta
la frase con la que terminas el libro: Vivimos tiempos oscuros y de
pesimismo pero también son tiempos para buscar la luz.
-Sí mira, tengo la sensación de que los primeros tiempos de
fascinación tecnológica lo tenían más fácil para engañar a la gente,
para manipular. Pero ahora los ciudadanos se van dando cuenta de que los
espejos de la televisión dicen muchas mentiras. Cuando salen imágenes de
una manifestación a lo mejor resulta que es de hace dos años o no
corresponden a ese hecho que te están contando. El tiempo trabaja en su
contra. Nosotros creamos anticuerpos con más rapidez con la que ellos
mejoran sus técnicas de engaño. §