| |
JULIO 2008
|
Foto: Carmen Cerviño
Puebla de Sanabria
Puebla se alza imponente, custodiando el acceso que conduce
al Lago de Sanabria. En su arquitectura destaca el Castillo de
los Condes de Benavente, que representa al guardián del Lago. En
su labor le acompañan los sanabreses, que son también grandes
defensores de este espacio natural.
El centinela silencioso
Esta villa cortada en dos por el río Tera, sin duda se asocia
con una imagen difícil de borrar de la memoria: el Castillo que
se levanta en lo más alto de la colina, y que se conserva en
excelente estado. Esta edificación del siglo XV no sólo es un
símbolo, sino que se ha convertido en parte activa de la vida de
los sanabreses, ya que es posible acceder a su interior para
descubrir palmo a palmo su planta casi cuadrada rematada con
cubos almenados en las esquinas. En el centro se levanta una
gran torre cuadrada, la torre del homenaje, conocida como El
Macho y que hoy se ha convertido en la Casa de Cultura y también
alberga el Centro de Interpretación de las Edificaciones. Nada
que ver con el origen de este lugar, que era donde se nombraba a
los vasallos.
Todo el recinto está rehabilitado desde hace años, lo único que
faltaba por dejar a punto en la fortaleza es lo que se conoce
como Casa del Gobernador, ubicada en la entrada principal. Ahora
se reestrena albergando el "Ecomuseo y centro de recepción y
divulgación de Sanabria, Sierra de la Culebra, Parque de
Montesinhos (Portugal) y Valles de Benavente". En la entrada nos
encontramos unas armaduras medievales que el visitante puede
probar y luego hacerse fotos como recuerdo. En la visita seremos
saludados por "el Gobernador", que nos invita a iniciar un
recorrido de sala en sala, a fin de conocer la historia de
Sanabria y sus alrededores. La primera de ellas nos permite
hacer un vuelo virtual por la comarca, para que tengamos una
visión amplia de lo que representa la zona. Una vez que volvamos
a aterrizar en suelo firme, pasamos a la segunda sala, en honor
a un animal emblemático aquí: el lobo. Conoceremos las
peculiaridades de este mamífero que vive en la Sierra de la
Culebra, la mayor reserva de lobo existente en toda Europa
Occidental. Saber más de él es fundamental para desmontar
tópicos y enamorarnos de este inteligente animal que tiene tan
mala e injusta fama. Pasamos ahora a la tercera sala, lugar que
recoge un compendio etnográfico de la vida y tradiciones
sanabresas. A partir de ahora, el paseo cultural nos lleva a
conocer los alrededores, porque la sala cuarta está dedicada al
portugués Parque de Montesinhos, parte del cual pertenecía
antiguamente al Conde de Benavente. La sala quinta nos muestra
Benavente a través de sus cauces fluviales, así como la Ruta de
la Plata y el Camino de Santiago a su paso por esa localidad.
Para cerrar tan instructiva visita, nos despedimos en la sala
sexta, que nos acerca a los encantos de la Tierra de Villafáfila,
que también antaño perteneció al susodicho Conde. Como ésta es
una característica zona de avistamiento de aves, aquí se
reproduce un palomar y se pueden ver los pájaros que allí anidan
en una u otra época del año. Luego, elegimos otra entrada para
subir a las almenas y admirar la vista. Allí ponemos punto final
al Castillo, cuya protección se completaba con una doble muralla
de la que quedan pocos restos, y con un foso que hoy está
cegado.
Al
cobijo de la piedra
En
un paseo por este pueblo que custodia el Lago, es fundamental
callejear por los alrededores del Castillo. Todo guarda un
encanto intemporal: la plaza del Castillo, la ermita de San
Cayetano con su pequeña capilla barroca, la Iglesia de Nuestra
Señora del Azogue, que conserva muros originales de finales del
siglo XII, o el Ayuntamiento que se encuentra en un edificio
levantado en la época de los Reyes Católicos. La belleza de este
lugar está realzada por las construcciones típicas que se
levantan en las calles adyacentes, ya que Puebla de Sanabria
está declarada Conjunto Histórico-Artístico. Una sucesión de
casas de piedra nos sorprenden con sus balconadas de madera, sus
galerías acristaladas y sus bancos adosados a la pared desde los
que contemplar el ajetreo de la villa. Las rejas, de gran valor
artístico, añaden encanto a unas calles que en esta estación se
llenan de flores. Desde los balcones cuelgan petunias, geranios
y otras plantas de flores multicolores que añaden alegría a un
paseo relajado por San Bernardo, La Florida, Rúa o Muralla del
Pozo, entre otras. Y todo esto a un lado del río, porque
cruzando el puente pasamos a otra zona de Puebla donde no
debemos perdernos el Convento de San Francisco, que da nombre al
barrio en el que se encuentra.
Para quedarse
No
es esta villa un lugar de paso, sino que ofrece todo tipo de
comodidades para disfrutar en ella largas estancias, sobre todo
en esta época en la que predomina el buen tiempo. La amplia
playa fluvial conocida como La Chopera es punto de encuentro y
lugar de esparcimiento, puesto que además de practicar deportes
fluviales en el río Tera, permite jugar al fútbol en el campo
cercano habilitado para ello. Si te gustan los deportes, tienes
muchas instalaciones para practicarlos reunidas en la Casa
Municipal del Deporte. Y si prefieres la actividad al aire libre
puedes acercarte al Circuito para Bicicletas o al Circuito de
Rehabilitación -si tienes alguna lesión o poca movilidad-; ambos
se encuentran a la orilla del río.
En otro orden de cosas, hay un Museo de Gigantes y Cabezudos,
que son muy típicos aquí, múltiples actividades programadas, y
la posibilidad de moverse en bicicleta por toda la villa.
No faltan todo tipo de servicios, alojamientos y buenos
restaurantes donde probar la deliciosa gastronomía de la zona. Y
además hay muy buenas comunicaciones comandadas por la Autovía
que une Benavente con Ourense. §
Camino rural Praos de
Reis
Uno de los cuatro pueblos que
componen el municipio de Puebla de Sanabria es hoy
protagonista de una ruta de senderismo de gran encanto.
Se trata de Robledo, pueblo del que parte el conocido
como Camino del Contrabando, una senda que se empleaba
en tiempos de escasez para ir a Portugal a por
mercancías. Si no queremos llegar a la frontera,
seguimos este camino sólo hasta que un indicador nos
dirija hacia la izquierda, donde continuaremos caminando
acompañados de pinos y castaños hasta toparnos con un
refugio de montaña. El lugar nos ofrece una buena
panorámica de la zona. Luego tomamos la carretera que va
a Robledo hasta llegar a un área recreativa al lado del
río Truchas. Es momento para tomar algo y descansar,
antes de continuar por el camino que nos llevará de
nuevo al pueblo. A la vuelta nos encontraremos con el
viaducto del tren, y unas buenas vistas del embalse de
Cernadilla y de los pueblos de Palacios y Otero. § |
El huerto sanabrés
En estos tiempos de crisis alimentarias y manipulación de los
alimentos, los ojos se vuelven hacia los huertos familiares,
verdaderos reductos de agrodiversidad. En la comarca de Sanabria
nunca ha desaparecido esta actividad tradicional, tan ligada a
la tierra fértil y a sus gentes trabajadoras.
/ Fotos: ADISAC
Entre las praderas sanabresas y los campos de pasto, destacan
pequeñas huertas o "cortinas" multicolores que en la comarca se
cultivan como complemento alimenticio de las familias y el
ganado. Con los tiempos que corren, estos huertos se han
convertido en un bien muy valorado y además constituyen pequeñas
fortalezas en las que sobreviven las semillas autóctonas de
Sanabria. Aunque han desaparecido muchos de ellos, su cuidado
sigue recayendo mayoritariamente en las mujeres, que en muchos
casos se dedican a ello por tradición, por nostalgia de otros
tiempos e incluso por disfrute. Las variedades agrícolas
típicamente sanabresas se entremezclan con otras comerciales,
pero los que plantan lo de "toda la vida" suelen intercambiar
las semillas con amigos o parientes de otros pueblos. Gracias a
todas estas personas que han cuidado las especies autóctonas,
todavía podemos degustar platos que tienen el sabor de la tierra
y admirar variedades únicas de coles, berzas, repollos, puerros,
cebollas, ajos, calabazas -que se emplean para dar de comer a
los cerdos y también para hacer mermelada y puré-, pero sobre
todo judías y habas. Son éstas las reinas de la mesa y se
cultivan hasta ochenta variedades en total en toda la comarca,
de modo que puede verse una "cortina" con hasta ocho clases de
alubias diferentes. Su siembra se hace con la luna creciente o
llena, porque como dicen aquí: "En luna vieja se llena todo
hasta la pelleja". Y en luna nueva han observado que la planta
tiene muchas hojas, pero pocas flores y frutos. También evitan
que la especie degenere y para ello cambian cada temporada el
terreno donde las siembran e intercambian las semillas cada
cuatro años con agricultores de otros pueblos. Para que no se
pierdan las especies en el olvido, ADISAC (Asociación para el
Desarrollo Integrado de Sanabria y Carballeda) ha reunido las
semillas autóctonas visitando todos los agricultores de la zona
y las ha plantado en una zona del Jardín Botánico El Fenal. Allí
veremos alubias "de aceite", "negras", "hermisendinas",
"amarilla", "de caracol" y muchísimas más, habones, cherovías,
también tomates y patatas autóctonos, e incluso lino. Un paseo
por aquí o por las huertas sanabresas es un viaje a los usos y
costumbres de la zona, que puede completarse con una amena
charla con los agricultores que no sólo hablarán de los cultivos
sino de las costumbres asociadas a ellos como la siega, la maja,
el proceso del lino, o la cestería; también la alegría y las
canciones con las que se contrarrestaba el duro trabajo. Es un
pequeño homenaje a unas gentes que no han dejado que la
naturaleza sucumba a la rentabilidad de las grandes
multinacionales. §
Arqueología para todos los públicos
|
Foto: Valvanera |
Desde ADISAC pretenden revalorizar el patrimonio arqueológico
que se encuentra en las comarcas de Sanabria y Carballeda. De
este modo, sus habitantes recuperan su pasado y además los
restos se convierten en un atractivo turístico. Hablamos con
Pilar Lagarejos, la arqueóloga encargada del proyecto.
Texto: Marta Iglesias.
El
Proyecto Revalorización del Patrimonio Arqueológico consiste en
recuperar, señalizar y musealizar tres yacimientos que
próximamente formarán parte de una Ruta Arqueológica por
Sanabria, y Carballeda. Los yacimientos están localizados en
Lubián que pertenece a la Alta Sanabria, en Espadañedo que se
encuentra en la Carballeda y en Ferreros que se sitúa en la
Sanabria Interior. Tres zonas distanciadas que permiten recorrer
ambas comarcas y adentrarnos más en sus pueblos típicos.
-¿Qué pueblos han dejado su huella en Sanabria y Carballeda?
-Principalmente estamos en un territorio ocupado por uno de
los pueblos prerromanos que formaron parte del noroeste
peninsular: los Astures, que más tarde acabaron por romanizarse,
dejando una importante huella del mundo romano. En Lubián, el
yacimiento de "As Muradellas" es un castro de la II Edad del
Hierro habitado por los Astures, que se asentaron aquí durante
el siglo III a.C. Los otros dos yacimientos -tanto "Santo
Toribio", en Ferreros como "Los Corralones" en Espadañedo-
corresponden al período romano, y los situamos en torno a los
siglos I al III d. C.
-¿En qué consiste su trabajo como arqueóloga en el proyecto?
-En controlar todas las intervenciones y trabajos de campo,
coordinando las diferentes actividades que se requieren para la
limpieza, señalización y musealización de los yacimientos.
También la investigación, estudio y posterior elaboración de los
contenidos informativos de cada yacimiento.
-¿Qué reto supone este proyecto para un arqueólogo?
-El reto es lograr transmitir y descubrir a los ojos del
gran público las formas de vida que se desarrollaron en estos
lugares. Mostrar sus viviendas, su economía, su manera de
aprovechar los recursos que estas zonas les ofrecían -y que a
través del tiempo han seguido resultando productivas a otras
generaciones hasta llegar a nosotros-, así como la fragilidad
que todo esto conlleva si no se preserva y se conoce.
-¿Desde ADISAC tratan de recuperar estas estructuras para que no
se pierdan en el olvido o para convertirlas en un recurso
turístico?
-Ambas cosas a la vez. Se han contemplado aquellos aspectos
susceptibles de ser potenciados a la vez que diversificar la
oferta turística, dotando así al medio rural de infraestructuras
y servicios inabordables por otras vías. El turismo se ha
convertido en el mundo rural en la alternativa a las escasas
expectativas que ofrecen otras opciones como la agricultura y
ganadería tradicional, aportando un mayor flujo económico. El
objetivo es hacer llegar al público el patrimonio natural
contemplado desde la triple perspectiva del medio en el que se
desenvolvieron las comunidades pasadas, el paisaje sobre el que
actuaron y la reserva biológica de enorme atractivo turístico.
"La Arqueología ha estado siempre vinculada a una idea
romántica y aventurera del espíritu humano"
-¿A
los turistas les resulta atractiva la arqueología?
-La arqueología ha estado siempre vinculada de alguna manera
a una idea romántica y aventurera del espíritu humano, y las
grandes y misteriosas civilizaciones han apasionado tanto a
especialistas como al público en general. Descubrir que nuestros
territorios han participado de alguna manera en esos períodos
históricos y que las zonas más recónditas poseen su trocito de
historia llama la atención y sí despierta curiosidad en los
visitantes. Son rutas tan demandadas como las de senderismo.
-¿Valoran los habitantes de la zona sus vestigios arqueológicos
o es un tema aún pendiente?
-Sigue siendo un tema pendiente. El conocimiento no sólo de
los yacimientos arqueológicos sino de la historia de nuestro
territorio pertenece a la historia local y es complejo su
conocimiento. Con los nuevos planes de enseñanza se acercan un
poco más a estos conocimientos, pero para el resto de la
población existe un profundo desconocimiento del pasado remoto.
Una de las actividades que se han realizado desde este proyecto
ha sido informar a los habitantes de los pueblos donde están
situados los yacimientos arqueológicos sobre la historia de sus
antepasados, situarlos en el tiempo y espacio para que entiendan
la importancia de su patrimonio, para que comprendan que les
corresponde a ellos su pasado.
-¿El
desconocimiento de la historia y de la importancia de un
yacimiento puede hacer que no se valore?
-Cuando algo se desconoce, carece de valor. El valor de
aquello que nos rodea se lo damos nosotros y para ello hay que
saberlo ver y entender. Un yacimiento arqueológico que no está
bien explicado puede resultar indiferente a cualquier visitante
no familiarizado con el tema. Interpretar los restos que nos han
dejado estas sociedades antiguas tiene su dificultad no sólo
técnicamente -puesto que lo primero que vemos son restos de
elementos arquitectónicos que responden a formas constructivas-,
sino que se necesita además un argumento histórico que le dé
sentido y lo haga comprensible en un contexto espacio-temporal.
§ |
|
| |
|