FEBRERO 2008
CONSCIENCIA
El
proceso de formación, desarrollo, nacimiento y evolución de un niño, es
igual al de la humanidad, es igual al de la vida en el Planeta.
De hecho, la vida comenzó en las profundidades de los océanos, en el
agua, en el seno de la Madre Tierra. El niño se forma en el interior de
la madre y también completa su desarrollo básico en el agua.
La vida es una. Comenzó manifestándose a través de organismos
unicelulares y fue evolucionando, experimentando, corrigiéndose a sí
misma, a través de los diferentes procesos que el planeta vivió desde su
formación hasta hoy.
Lo que hoy conocemos como vida, lo que actualmente definimos como
inteligencia, el grado de evolución que a principios del siglo XXI han
alcanzado las especies, y entre ellas la humana, tan sólo es un eslabón
más en el tiempo, un estado más en el largo proceso que la Mente del
Creador dispuso para que la vida alcanzase el nivel requerido para poder
saltar a otra dimensión y conectar así con la razón de ser de este
planeta y de la vida en él.
Y a ese nivel básico necesario para dar el salto dimensional lo podemos
llamar autoconsciencia.
El objetivo de la vida no es desarrollar más inteligencia, sino utilizar
la inteligencia inherente a la vida para alcanzar la autoconsciencia. Y
en el estado actual de la evolución, eso sólo lo puede hacer el ser
humano, el hombre.
Pero... ¿por qué es tan importante la consciencia? Pues porque define la
frontera entre el que domina y el que es dominado, entre el que
sobrevive o no a los efectos y el que maneja o controla las causas que
producen esos efectos. Porque significa ser libre, conocedor del diseño
de la creación y participar de él con pleno conocimiento de causa, o
vivir sometido a absurdas irrealidades que son fruto de los desvaríos o
de las intenciones interesadas de los obsesionados por el poder de la
materia.
Ser consciente implica una forma de vida en la que se trasciende la
esclavitud del tiempo, porque se desarrolla la capacidad de adelantarse
a él, de manejarlo o de dominarlo.
Para ser consciente se necesita poseer conocimiento, pero no un
conocimiento concreto limitado a un aspecto determinado de la vida, sino
un conocimiento global, total, que aporte una visión realista, fría, de
las leyes de la vida y de su inexorable aplicación en estos planos o
niveles.
El mayor error que ha cometido desde siempre, y que sigue cometiendo el
ser humano, es no aplicar el conocimiento que posee sobre las leyes
naturales que rigen la vida y su manifestación. El hombre "vive" en
contra de sí mismo y de su especie. También de todas las demás especies.
El hombre "vive" generando constantemente efectos que van en contra de
su vida.
Eso, en el orden natural de la Vida, en la lógica de la Vida, es una
incongruencia que sólo tiene un posible final, la destrucción.
En la historia del planeta y de la humanidad, tal actitud es una
constante que genera un círculo vicioso. Para romperlo, para pasar a
otro estado evolutivo superior, para no volver a dar un paso atrás que
suponga miles o millones de años, es imprescindible alcanzar la
consciencia. Y éste es el tiempo indicado.
El ser humano tiene que ser consciente de sí mismo, de su objetivo en la
creación, de su diseño energético, de su poderosa capacidad para crear o
para destruir, de que forma parte de una red en la que están todas las
demás criaturas vivas y en la que influye y es influido, del concepto
Espacio por encima del concepto Tiempo. Y, sobre todo, de que posee una
poderosa mente que aún está en las primeras fases de su desarrollo y que
dicha mente es la herencia de su Creador, la que un día, en el futuro,
le hará reconocerse como Hijo del Padre.
Pero para recorrer, sin caer en círculos viciosos, ese camino
ascendente, hay que desarrollar la consciencia, aquí y ahora, porque
sólo quien viva consciente romperá las cadenas, evitará las trampas,
trascenderá el Tiempo y usará la inteligencia y el conocimiento para su
evolución y la de toda su especie, y también de las demás especies.
La permanente consciencia conducirá al ser humano a la 4º Dimensión.
Éste es el momento. Sólo hay que desearlo más que a nada. Sólo hay que
trabajar en ello cada día, cada instante.
El pasado ya no existe. Sólo existe el Futuro, un Futuro para un Hombre
Nuevo. § |