-¿Qué
mensaje cree que han querido transmitir los ciudadanos con sus votos?
-El primer mensaje es que de forma mayoritaria se quiere continuar
con el proceso de cambios, reformas y modernización iniciado en esta
legislatura por el Gobierno de Zapatero y sus diversos aliados. En
segundo lugar, que bajo ningún concepto se está dispuesto a una
involución en todos los ámbitos como supondría una vuelta del PP con su
perfil crispador y reaccionario al Gobierno. En tercer lugar, señalar
que Catalunya, Euskadi y Galicia han gratificado el esfuerzo de ZP por
realizar una construcción plural de España y en paz, a pesar del coste
que eso ha tenido en otras zonas donde la demagogia de la derecha ha
generado confrontación entre ciudadanos como no se había conocido en
ningún periodo anterior
-¿La
retirada de votos a los grupos nacionalistas y a la izquierda más
radical pone de manifiesto la búsqueda de soluciones moderadas?
-La caída electoral de algunas de las formaciones que han apoyado
durante esta legislatura al Gobierno socialista, tiene que ver en primer
lugar porque los ciudadanos han considerado que el PSOE era la mejor
garantía para frenar las aspiraciones involucionistas del PP, en segundo
lugar también han incidido sus propios errores, tensando en ocasiones la
situación cuando la derecha estaba bloqueando los avances, especialmente
en el Estatut de Catalunya y en el proceso de paz.
-Los
partidos políticos han entendido que el ciudadano no desea la
confrontación. ¿Debería abrirse una etapa de mayor diálogo y propuestas
comunes?
-Sin ningún tipo de duda se debería avanzar en una etapa de mayor
diálogo y menor confrontación. Pero eso dependerá en un altísimo
porcentaje de la capacidad del PP de haber entendido el mensaje de las
urnas, toda vez que la responsabilidad de la crispación ha recaído en la
dirección del Partido Popular, en su corte mediática, y en sus
agrupaciones corporativas -justicia, Conferencia Episcopal, AVT… -Es
seguro que por parte del PSOE y las otras fuerzas políticas no va a
haber dificultades para el diálogo, pero el diálogo no es como hace el
PP: "si esto no es así, rompo la baraja". ¿Será capaz el repetido Rajoy
de hacer esto? Como mínimo su trayectoria no nos permite ser confiados,
pero es cierto que la presión social va a jugar contra esa orientación
crispadora.
-¿Qué líneas
concretas impulsará el PSOE en esta nueva legislatura, conociendo que
los votantes han dado un respaldo a su proyecto iniciado hace cuatro
años?
-El gran problema que tiene el Gobierno socialista es que la amenaza
permanente de la crispación y la tensión que impulsa el PP no bloquee o
limite el impulso reformador del Gobierno de Zapatero de la primera
parte de la legislatura. Ya vimos cómo la derecha no logró derribar al
Gobierno, tal y como era su objetivo, con la deslegitimación permanente
y la virulencia basada en la falsedad: España se rompe, se entrega todo
a ETA, se ataca a los obispos, se destruye la familia…Eso logró que
temas centrales de la modernización como la ley del aborto, la laicidad
de la enseñanza, la apuesta decidida por la salud y la enseñanza
pública, se paralizasen o deformasen. Sería un grave error guardar estos
temas para no molestar a la derecha, cuando son una condición para el
avance modernizador y democrático de España. Ahora el PP agitará otros
fantasmas: el precio de la leche, la vivienda, el paro, el catastrofismo
económico y sobre todo la inmigración -como la derechona europea-. Pero
el Gobierno debe zafarse de esa pinza para llegar a acuerdos en política
de Estado sin frenar el impulso de cambio, para que el cambio siga
avanzando. §