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SEPTIEMBRE 2007

El siglo del cerebro

Nos encontramos de lleno en lo que algunos han denominado la década del cerebro. Una explosión de datos y avances han puesto encima de la mesa abundante información pero sobre todo preguntas sobre el funcionamiento de lo que muchos consideran el órgano más perfecto del Universo. Se espera que en los próximos años se puedan conocer algunos de los misterios del cerebro. Los científicos están convencidos de que estos descubrimientos van a provocar una auténtica revolución para el género humano y su concepto de vida. Si el siglo XIX fue el Siglo de la Química y el XX fue el Siglo de la Física, podríamos encontrarnos ante el Siglo del Cerebro.

Texto: Mariló Hidalgo /Montajes: FER

El siglo del cerebro

 

Un potente ordenador



Abro la ventana y descubro un maravilloso paisaje de montañas y bosques. El sonido del río y de los pájaros me produce una sensación de serenidad. El olor a hierba mojada me trae recuerdos de la infancia.
Toda esta escena ha sido posible gracias a mi cerebro. Ver, hablar, moverse, pensar, todo ello es posible gracias a la actividad de millones y millones de neuronas de mi cerebro que se comunican entre sí y con el resto de células nerviosas. La transmisión de información se realiza a través de impulsos eléctricos: un proceso electroquímico que puede ser detectado como actividad eléctrica por un electroencefalograma. A partir de ahí, las neuronas especializadas procesan dicha información y se crea una imagen o sensación determinada. Pero, ¿qué lenguaje utilizan? ¿Qué leyes siguen? ¿Es nuestro cerebro un potente ordenador? ¿Qué hay detrás?

Los últimos descubrimientos demuestran que dentro de nuestra caja craneana existe todo un universo sin explorar. En medio de una oscuridad total, miles de estrellas -neuronas- extienden sus brazos y se relacionan a través de pequeñas chispas eléctricas.

Los últimos descubrimientos demuestran que dentro de nuestra caja craneana existe todo un universo sin explorar. En medio de una oscuridad total, miles de estrellas -neuronas- extienden sus brazos y se relacionan a través de pequeñas chispas eléctricas.

Cuando nacemos nuestro cerebro pesa 350 gramos y en edad adulta puede alcanzar casi un kilo y medio de peso. El 90% de su composición es agua y por sí solo consume el 20% de la energía disponible en nuestro cuerpo. A través del microscopio podemos apreciar que se trata de una masa densamente enmarañada de fibras muy pequeñas -conectadas entre sí- que forman una intrincada red por la que circula la información. Las neuronas serían los nodos de esa red y estarían recibiendo y transmitiendo continuamente mensajes. Una especie de microprocesador unido a millones de microprocesadores.
Existen en nuestro cerebro más de cien mil millones de neuronas que, aunque están conectadas entre sí no están unidas. Una neurona por sí sola no expresa nada. Su conexión con el resto es lo que pone en marcha nuestro cerebro. Están perfectamente organizadas y agrupadas por áreas especializadas, de manera que cada actividad tiene su propio centro de control. La información se transmite a través de impulsos eléctricos con mensajes codificados en un lenguaje que hoy por hoy es un misterio. El cerebro luego interpreta ese código y en base a ello construye una realidad. Aunque se ha comprobado que no hay dos cerebros iguales y por tanto no existen dos concepciones del mundo iguales, curiosamente sí hay un debate común a todos los seres humanos desde el principio de los tiempos: Quién soy y qué sentido tiene mi existencia.
¿Cómo unas moléculas desorganizadas "deciden" un día unirse para crear una materia viva? ¿Cómo dimos el salto a seres inteligentes? Hasta hace poco estas preguntas se respondían de la mano de las religiones, de la magia o de lo esotérico. Hoy estas cuestiones nos conducen a otras. Comienza una aventura apasionante. §

¿Hay algo al otro lado?

 

Para contestar a éstas y otras preguntas un reducido grupo de científicos lanzó su mirada al otro lado, fuera de la "realidad" que nos llega a través de los sentidos. En base a ello elaboraron interesantes y polémicas teorías que unen conceptos hasta el momento irreconciliables. Una visión distinta y profunda del hombre y el Cosmos.

"El lenguaje que utilizamos unos con otros, son códigos que sintonizan con las distintas emisoras y recogen y envían información. Todo en el Universo son ondas en constante movimiento y todos nos beneficiamos de ello"

En esta línea el bioquímico británico Sheldrake después de dos décadas de experimentos asegura que el cerebro es el sustento físico a través del cual se manifiesta la actividad de nuestra mente. Y ésta no sólo no permanece encerrada dentro de esa cavidad sino que es una especie de antena que "se extiende al mundo que nos rodea, conectándonos con todo lo que vemos". Es la Teoría de la Mente Extendida. Según éste y otros científicos, nuestro universo es una gran red -igual que el cerebro- de campos electromagnéticos a través de los cuales circula información, ideas, comportamientos, en los que directamente participamos. Nosotros seríamos –apunta en la misma línea el psicólogo David Luján, autor de El Universo reflexivo (editorial Almuzara)- "una especie de antena receptora de radio que recoge frecuencias que luego se transmiten a nuestros genes. Cada uno de nosotros capta información de zonas concretas, dimensiones concretas, según tengamos sintonizada nuestra frecuencia. La Mecánica Cuántica además nos ha demostrado que uno capta una frecuencia y tiene ante sí una serie de probabilidades. Pero si cambia de sintonía -como lo hace un transistor- captará otras ondas y automáticamente conectará con otras realidades y probabilidades diferentes. Nuestros pensamientos son como ondas que nos afectan e influyen en el entorno. Recibimos de la red y volcamos información a la red. Si coges al receptor y le cortas los canales que lo alimentan es como una radio que deja de sonar, se convierte en algo muerto. En el mundo actual hay un estancamiento, nos creemos aislados cuando todo está unido por invisibles corrientes que pululan por el aire". Nuestro pensamiento marca el "dial" con el que conectamos y abre o cierra opciones. "Algunos científicos -apunta Luján- admiten que el 70% del cerebro se forma por interrelación con el entorno. Según cómo te integres, así creces. Se están dando cuenta de que no sólo pasa eso en el 70% sino en el 100% porque somos una antena y las neuronas se mantienen ahí por una radiación constante de ondas. En nuestro caso además, seríamos un receptor reflexivo, que piensa, por tanto puede ‘orientarse’, no hace falta que nadie lo haga por él. El acto de aprender algo, por ejemplo, supone crear antenas receptoras para capturar información. Cada vez que utilizamos la voluntad en nuestra vida, en nuestros actos, damos golpes de frecuencia, cambiamos de una sintonía a otra y por tanto de probabilidades. El lenguaje que utilizamos unos con otros, son códigos que sintonizan con las distintas emisoras y recogen y envían información. Todo en el Universo son ondas en constante movimiento y todos nos beneficiamos de ello".

El cerebro es el sustento físico a través del cual se manifiesta la actividad de nuestra mente, que no sólo no permanece encerrada dentro de esa cavidad sino que es una especie de antena que "se extiende al mundo que nos rodea, conectándonos con todo lo que vemos"

(Teoría de la Mente Extendida)


La visión desde la Mecánica Cuántica, a la que antes se refería Luján, ha sido decisiva en esta nueva visión del mundo y ha provocado una auténtica revolución en la ciencia, el lenguaje y el pensamiento humano. Introdujo dimensiones desconocidas hasta el momento. Un nuevo universo de conceptos e ideas que fueron en su día muy criticadas porque rozaban la ciencia ficción. Sin embargo, todas las predicciones de la Mecánica Cuántica han sido confirmadas, incluso aquellas que parecían contradecir el sentido común. No sólo amplió la visión intelectual o filosófica de la realidad sino que también permitió el desarrollo tecnológico en el cual nos encontramos ahora inmersos. Los últimos avances científicos apoyan la existencia de un campo cósmico de interconexión que conserva y transmite información. Según esto la realidad no existe de forma absoluta, sino como una probabilidad y es la presencia de un espectador la que hace que se convierta en algo concreto. Es el observador –que seríamos cada uno de nosotros- el que construye esa realidad. Dicho de otra forma, cada persona se sueña a sí misma y vive a través de la conciencia de sí misma, de su sueño. §


NEUROCULTURA

un cambio en la visión del mundo


Pensadores, filósofos, sociólogos y desde luego científicos coinciden en señalar que nos encontramos ante un nuevo ciclo que ayudará a cambiar nuestra visión del mundo y de nosotros mismos. Las Ciencias del Cerebro -Neurociencias- han proporcionado en muy pocos años, nuevos conocimientos acerca de cómo somos en el mundo y cómo cambiamos de forma permanente y constante. "Al igual que cambia nuestra piel, nuestro pelo o cara -apunta el Catedrático de Fisiología Humana de la Facultad de Medicina de la Complutense de Madrid,  Francisco Mora,  autor del libro Neocultura (Alianza editorial)-, así cambia nuestro cerebro".

Y estos cambios son los que hacen evolucionar nuestra conducta, nuestras percepciones y experiencias, nuestras relaciones con los demás, nuestros procesos mentales y hasta nuestra conciencia. Todos estos cambios nos llevarán a criticar las ideas y concepciones de lo que entendemos por humano y relaciones humanas, y con ellos las reglas y leyes que las gobiernan. Nace una nueva cultura -neurocultura- que nos ayudará a encontrar una ética universal que guíe a la humanidad".

-¿Qué es la neurocultura?
-Es una dimensión nueva en la que a partir de los conocimientos de cómo funciona el cerebro, creemos que podemos dar un nuevo impulso o una nueva dimensión a lo que hasta ahora han sido las humanidades. Lo que incluye tanto a la filosofía, como a la ética y por tanto los parámetros, valores, normas y costumbres que conforman nuestra sociedad occidental que luego impactará en los conceptos de economía, arte e incluso, si me apura, en la concepción clásica de la religión.

-¿Por qué se refiere usted al problema cerebro-mente y no al misterio cerebro-mente?
-Porque ya no lo es. Estamos ante una revolución cultural que nace a partir de nuestros conocimientos del cerebro, las revoluciones verdaderas -de un tiempo a esta parte- siempre han venido desde la ciencia. Galileo, Copérnico, Darwin, Einstein… y estos descubrimientos nos conducen a pensar que el hombre es uno, uno biológico y consustancial con sus orígenes evolutivos. Es decir, producto de esa movida azarosa y determinista que es la evolución. Descartes ha muerto. Se ha roto el dualismo entre cerebro y mente, entre mente y espíritu. El espíritu no existe en el hombre en cuanto a una entidad distinta a la biología.

"Cada día asistimos a nuevas sorpresas. Si lee revistas como Nature o Science se dará cuenta de que cada día surgen nuevos descubrimientos que cambian la visión que uno tenía de las cosas. Desconocemos la intimidad de cómo trabaja ese cerebro y eso es lo que estudia la neurociencia actual"

-Entonces, ¿qué es exactamente el cerebro?
-El cerebro es un órgano producto de millones de años de evolución. Consecuencia de procesos azarosos, de mutaciones de genes y de determinismo ambiental. En todo ese proceso han ocurrido muchas cosas que desconocemos pero sobre las que empezamos a tener ligeros atisbos. Si la historia de los mamíferos data de doscientos millones de años y en ese tiempo han tenido lugar tímidas evoluciones de su cerebro, ¿qué ocurrió en sólo tres millones de años para que el hombre haya pasado a tener un cerebro de medio kilo a un kilo y medio? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que aquello le condujo a la supervivencia. Es decir, el objetivo del cerebro no es conocimiento sino la supervivencia de la especie. En cien mil años el hombre se ha encontrado con un cerebro tan enorme que ya no le ha servido para la supervivencia sino que se ha dado cuenta de los mecanismos que le han permitido ver que el conocimiento era posible. Ese cerebro ya no ha tenido que pensar durante tres días cómo cazar a la gacela y se ha dado cuenta de que si las mete dentro de un corral ahorra energía. Es decir, piensa. Maneja la abstracción. Ese sería el comienzo del conocimiento.

-Dígame, ¿y qué hay detrás del cerebro?
-No hay nada más. Es decir, lo que no sabemos es cómo funciona. Sabemos muchísimo pero si miramos al futuro no sabemos nada. Cada día asistimos a nuevas sorpresas. Si lee revistas como Nature o Science se dará cuenta de que cada día surgen nuevos descubrimientos que cambian la visión que uno tenía de las cosas. Desconocemos la intimidad de cómo trabaja ese cerebro y eso es lo que estudia la neurociencia actual. Más allá de eso no hay nada. No hay espíritu. Incluso le digo una cosa, la realidad cotidiana, lo que creemos sólido como realidad, está creado por nuestro cerebro, un órgano que funciona por códigos que hemos adquirido en este proceso evolutivo. Cuando nosotros vemos un árbol es porque tenemos una serie de sobreestímulos, en este caso visuales, ondas electromagnéticas, con las que construimos esa realidad.

-Dice que hace miles de años nuestro cerebro dio un salto y que ahora nos encontramos en puertas de otro paso evolutivo. ¿En qué consistiría?
-Los chimpancés y nosotros nacemos con el mismo peso de cerebro, unos trescientos gramos. ¿Por qué? Porque el canal pélvico de la mujer no puede alumbrar seres con más volumen cerebral. La diferencia entre el chimpancé y nosotros es que el cerebro del animal viene determinado en un 75% de lo que luego será su cerebro, mientras que en nuestro caso nacemos con un 25% conformado y el resto se conforma en interacción con el medio ambiente. Es decir, desde que nacemos e interactuamos con el entorno estamos cambiando continuamente, porque el cerebro es plástico y absorbe información del entorno. Todos y cada uno de los siete mil quinientos millones de seres humanos que pueblan la Tierra tienen cerebros diferentes porque es un órgano cambiante, absorbente. Nadie se puede conocer a sí mismo, como decía Sócrates porque el sí mismo como tal no existe. El yo es un proceso en continua evolución: Usted es diferente a cuando tenía quince años y por supuesto a lo que era ayer. Eso justifica mi eslogan personal: No puedes conocerte a ti mismo pero sí puedes hacerte a ti mismo.

"Estamos ante una revolución cultural que nace a partir de nuestros conocimientos del cerebro. Las revoluciones verdaderas -de un tiempo a esta parte- siempre han venido desde la ciencia"

-Una curiosidad, ¿qué es lo que más le ha maravillado de lo investigado hasta ahora?
-Hemos derruido muchos dogmas que creíamos como que las neuronas mueren con el envejecimiento, lo cual es mentira. Hemos destruido la idea de que el cerebro es un sistema fijo y que se destruye con el tiempo, lo cual es mentira. Todo esto ha abierto grandes esperanzas. La ciencia, contrariamente a lo que creía Cajal, nos demuestra que tenemos neuronas nuevas en las áreas que tienen que ver con el aprendizaje, con la memoria y esto tiene mucho que ver con lo que hasta ahora conocíamos sobre el envejecimiento del cerebro. Posiblemente llegue un día donde envejecer no signifique tener enfermedades, ya que el proceso de envejecimiento es algo que no está genéticamente programado. Eso en sí mismo es toda una revolución que tendrá una dimensión social hasta ahora desconocida. §

 NEUROCIENCIA

Tres apuntes

Las Neurociencias han avanzado de forma espectacular en los últimos años. Gobiernos, instituciones y organismos internacionales denominan a estos años la década del cerebro. El interés viene producido porque es ahora cuando contamos con la tecnología y conocimientos necesarios para abordar la complejidad del cerebro humano, pero sobre todo, por la necesidad creciente del ser humano de conocerse a sí mismo y a todo lo que le rodea.

El empeño de la Neurociencia actual -apunta Mora- es "añadir piezas a una ‘hipótesis’ que dé coherencia a la unificación del conocimiento sobre el hombre y su mundo". Se trataría de estudiar el cerebro humano desde muchos y diferentes niveles. "Desde los genes a las proteínas, circuitos neuronales, regiones cerebrales específicas, sistemas distribuidos a lo largo del cerebro y la propia conducta, pero para elaborar una teoría que unifique el conocimiento. Las ciencias del hombre son como una especie de Torre de Babel con mucha gente trabajando y hablando en distintos lenguajes, sin entenderse unos con otros. Ha llegado el momento en que las neurociencias intenten una síntesis y construyan puentes entre niveles de análisis".

En España se considera que aproximadamente el 9% de población padece algún tipo de trastorno relacionado con la salud mental y que algo más del 15% lo padecerá a lo largo de su vida. Estas enfermedades suponen un coste anual de unos tres mil millones de euros.

 

El pensamiento: la mejor farmacia

"Cuando la persona percibe que se le va a ayudar, es capaz de provocar reacciones curativas en su organismo y desencadenar procesos bioquímicos de un modo similar al efecto de los medicamentos"

Jörg Blech
 (autor de Medicina Enferma)



EL PENSAMIENTO:

la mejor farmacia


 Las salas de espera de los consultorios médicos están llenas de pacientes que esperan que su médico les atienda y les recete algún medicamento que les devuelva la salud. ¿Qué pasaría si un día descubrimos que la mejor farmacia la tenemos dentro de nosotros?
Desde la Sociedad Española de Neurociencias se advertía hace algún tiempo a las autoridades sanitarias de que la mayor parte de los problemas físicos que luego eran tratados quirúrgicamente o con otro tipo de intervenciones, eran originados por trastornos emocionales que podrían abordarse de otra forma. Es decir, la causa de muchas de las enfermedades que padecemos estaría dentro de nosotros, así como la curación.

Sobre este tema tiene mucho que decir el cirujano y doctor en medicina, Ángel Escudero Juan, que lleva más de treinta años practicando con éxito la noesiterapia: el uso de las capacidades del pensamiento para programar la computadora biológica del cerebro como terapia para cualquier tipo de enfermedad. "La medicina moderna está equivocada al pensar que la enfermedad solamente se puede curar con productos químicos. Los mecanismos para la curación están en la propia naturaleza", asegura el doctor Escudero. ¿Cómo influye la actitud mental en las disfunciones físicas? "Cada pensamiento -continúa- produce en el ser humano lo que he llamado una Respuesta Biológica Global Armónica, que es acorde con el contenido de cada pensamiento. Cuando un pensamiento nos da paz, tranquilidad, bienestar e incluso felicidad, se producen una serie de reacciones en nuestro cuerpo, que en términos médicos diríamos que van acompañadas de un ‘predominio vagal muscarínico’, que identificamos fácilmente porque en la boca se produce una saliva fluida, agradable -saliva vagal-. Esta situación biológica, además de facilitar la analgesia psicológica de una forma sencilla, mejora la circulación, el metabolismo y el estado inmunológico. Esta es la razón por la que en miles de intervenciones quirúrgicas que he realizado con anestesia psicológica, no haya registrado ni un solo caso de infección postoperatoria, sin usar antibióticos. Por el contrario, todo pensamiento que nos intranquiliza produce una Respuesta Biológica Negativa". Según sea la calidad de nuestros pensamientos así será nuestra calidad de vida, nuestra salud.
Todos los médicos saben que nuestra actividad biológica está basada en corrientes eléctricas -corazón, cerebro-. Según las leyes de la Física, donde hay corriente eléctrica hay campos electromagnéticos. Nuestro cuerpo sería algo así como una estructura electromagnética que mantiene sincronizadas todas las funciones de nuestro organismo. Este campo de energía que nos envuelve y que es común a todos los seres vivos, está relacionado con nuestra actividad física pero sobre todo, con nuestra actividad mental e incluso espiritual, como se puede comprobar. Hoy ya es posible visualizar por ordenador el campo de energía humano y detectar las carencias energéticas del organismo. Algunos hospitales como la clínica norteamericana Mayo utilizan este método en sus diagnósticos.
¿Qué sería entonces la enfermedad? Una alteración en ese campo eléctrico. Cada pensamiento produce un determinado estado de ánimo que influye de alguna forma en la captación de energía vital de nuestro entorno. Cuando éste es negativo genera un bloqueo energético que afecta directamente a las glándulas del sistema endocrino. Glándulas que producen una cantidad excesiva o insuficiente de hormonas que al distribuirse por el cuerpo provocan la disfunción de algún órgano concreto. Lo que llamamos enfermedad no surge por tanto con el primer síntoma sino que se ha generado dentro de nosotros bastante antes.

"El ‘Ingeniero’ que diseñó al ser humano puso dentro de él los mecanismos para corregir cualquier desviación de la normalidad; los mecanismos naturales de la curación, y la herramienta con que activarlos: el pensamiento. Ningún medicamento tiene, ni de lejos, las posibilidades del pensamiento para mejorar la salud y la calidad de vida a todos los niveles"

Dr. Ángel Escudero

"Cada pensamiento es una orden -explica el doctor Ángel Escudero-, un programa en la computadora biológica del cerebro humano, que yo comparo con el volante de un automóvil: con éste en marcha, cada movimiento al volante cambia su rumbo. Cada pensamiento mueve el volante de nuestra vida, que es el cerebro, y para bien o para mal dirige el rumbo de nuestra vida. Algo tan simple no es asumido en nuestra civilización y ésa es la razón de todos los males que la afligen. El ‘Ingeniero’ que diseñó al ser humano puso dentro de él los mecanismos para corregir cualquier desviación de la normalidad; los mecanismos naturales de la curación, y la herramienta con que activarlos: el pensamiento. Ningún medicamento tiene, ni de lejos, las posibilidades del pensamiento para mejorar la salud y la calidad de vida a todos los niveles". § 

 

 EFECTO PLACEBO

El placebo es una sustancia inocua -sin propiedades terapeúticas- que a pesar de ello produce en algunas personas mejoras y cambios al creer que sí las tienen. Este efecto que estaba constatado médicamente no se sabía muy bien cómo operaba. "Cuando la persona percibe que se le va a ayudar, es capaz de provocar reacciones curativas en su organismo y desencadenar procesos bioquímicos de un modo similar al efecto de los medicamentos", explica el periodista Jörg Blech, autor de Medicina Enferma (Destino). Un estudio del Instituto Médico Mente-Cuerpo, de la Universidad de Harvard en EEUU, ha revelado que "el placebo ejerce beneficios clínicos entre un 60 y 90% de enfermedades, incluyendo la angina de pecho, el asma bronquial, el herpes simple y la úlcera duodenal". Por cierto, muchos médicos españoles utilizan habitualmente el placebo para combatir el dolor, la depresión o las alergias con un elevado índice de resultados positivos.

 


Una nueva forma de aprender


Dicen que nuestro cerebro adquirió su tamaño actual hace aproximadamente 200.000 años pero no fue hasta hace 40.000 cuando dimos el verdadero salto mental. Los científicos aseguran que aunque aquel primer cerebro ya disponía de todas las neuronas, hicieron falta miles de años para que se produjeran las conexiones, las redes. En este proceso fue clave el papel de las denominadas neuronas espejo. Un tipo especial de neuronas que se activan cuando un individuo realiza una acción y también cuando observa una acción similar llevada a cabo por otro individuo."Las neuronas espejo -asegura Giacomo Rizzolatti, descubridor de estas células- nos permiten entender la mente de los demás, no sólo a través de un razonamiento conceptual sino mediante la simulación directa. Sintiendo, no pensando". Cientos de científicos están convencidos de que este descubrimiento va a ser clave en los próximos años. "Las neuronas espejo proporcionarán un marco unificador y ayudarán a explicar una multitud de capacidades mentales que hasta ahora han permanecido misteriosas e inaccesibles a los experimentos". Nos encontramos ante una nueva forma de aprendizaje más rápida y eficaz que nos permite -utilizando el cerebro como herramienta- no sólo aprender nuevas tareas sino también modificar las ya aprendidas. Muchos entrenadores utilizan este método con sus atletas como parte del entrenamiento, lo denominan visualización previa.
Es la forma natural de aprendizaje que tenemos despierta cuando somos niños e intentamos imitar acciones y gestos de los mayores. Se ha comprobado que aprendemos por observación, no porque hayamos memorizado los movimientos como se creía antes. §

El cerebro, gran protagonista de esta década, está poniendo de manifiesto que existen muchos niveles desde donde estudiar las cosas.

Una ventana abierta


Existe un mundo macroscópico que vemos a través de nuestros sentidos. Pero también existe el mundo de nuestras células, nuestros átomos, nuestros núcleos... Todos son mundos distintos y forman parte de nosotros. Cada uno de ellos tiene un lenguaje, unas matemáticas, unas leyes. Todos son diferentes pero se complementan. Por tanto, podemos estudiar la realidad desde distintos niveles pero partiendo de una ley fundamental: todo está unido desde lo más profundo. Nada funciona de forma aleatoria.
En estos momentos, la física, la biología, la psicología investigan la vida y sus misterios pero lo hacen en distintos lenguajes y sin entenderse. Es necesaria una teoría que unifique esta Torre de Babel. El cerebro, gran protagonista de esta década, está poniendo de manifiesto que existen muchos niveles desde donde estudiar las cosas. Análisis, reflexiones, experimentos se suceden cada día y nos abren nuevas puertas a lo que parece un universo desconocido. Pero, "no comprendemos el origen del universo ni por qué nos hallamos aquí, -comentó en una ocasión Stephen Hawking-. Una teoría unificada completa podría no rendir muchos beneficios materiales, pero en cambio creo que aclararía ese milenario interrogante".
¿Es posible encontrar una teoría científica que pueda dar respuesta a los misterios que hoy se plantea la física, la biología o el mundo que no vemos? ¿Es posible poner orden en esta Torre de Babel? Einstein se pasó treinta años de su vida buscando esta fórmula, el Santo Grial. El científico y filósofo, Ervin Laszlo se ha atrevido a afrontar este reto. El resultado, una visión desde la Teoría del Todo. Hombre y Universo forman parte de una misma cosa y ambos están interrelacionados. Desde esta nueva visión, aportada no desde un punto filosófico sino desde una demostración científica, se abre un nuevo camino para entender el mundo. El "ingeniero" que diseñó todo esto, lo hizo -como queda patente en todas las formas de vida de nuestro planeta- bajo una estructura de grupos interrelacionados, unidos. Nada está aislado. Y en ello, el ser humano, a través de su mente, es parte activa del entramado.
Si desde que tuvo lugar el "despertar" de nuestra inteligencia no hemos parado de evolucionar, y ello ha ocurrido con independencia al conocimiento que hemos tenido, ahora que empezamos a comprender el mecanismo de aprendizaje y el funcionamiento de nuestra mente, podríamos encontrarnos ante las puertas de un nuevo salto evolutivo. Y ello podría estar enteramente en nuestras manos. ¿Qué pasaría si mis primeros pensamientos al levantarme tuviesen el poder de afectar a todo lo que hiciera durante el día? ¿Qué sucedería si esos mismos pensamientos tuviesen la fuerza de afectar e influir a todo cuanto me rodea? En realidad yo podría ser el creador de mi vida porque puedo decidir qué quiero pensar, hacer, mover, transformar, aprender... vivir.
Si como dicen, sólo utilizamos el 10% de nuestra capacidad, aún nos queda un universo por descubrir. §


 Para más información:

"Neurocultura" (Alianza Editorial), de Francisco Mora. "El Universo reflexivo" (Almuzara), de David Luján

"La ciencia y el campo akásico" (Nowtilus), de Ervin Laszlo.  "Noesiterapia", de Ángel Escudero.

http://dr.escudero.com/www.dsalud.comwww.fneurociencias.com (Fundación de Neurociencias)

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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