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SEPTIEMBRE 2007

Ventana Nacional
NACIONAL

Desencanto ciudadano ante la política

Xavier Caño

"Si la gente tuviese conciencia de su poder, como en las increíbles manifestaciones contra la Guerra de Iraq, todo cambiaría"

Los ciudadanos se interesan cada vez menos por la política y registran bajos índices de asociacionismo, según un estudio publicado por el CIS. Incluso tienen cierta predisposición negativa a participar en cualquier agrupación. Los datos ponen de manifiesto la falta de cultura democrática que vivimos en España, según el periodista Xavier Caño.

-La baja participación de los ciudadanos indica que están desencantados. ¿Qué lectura ha de hacer la clase política?
-Desde la concepción más radical de democracia, la clase política no tiene que existir porque con ello se equipara el ejercicio profesional de la política con otras profesiones. ¿Qué sentido tiene que la representación política sea una profesión? La representación política es un servicio, es una característica del sistema democrático. Lo que sí tienen que ser profesionales son ciertas dedicaciones como técnicos o gestores. Lo que ocurre es que el sistema democrático no es un punto final, sino de partida. Pero en la medida en que los Estados se retiran, a raíz del 11-S y la amenaza terrorista, eso propicia un regreso al despotismo ilustrado, al ‘todo para el pueblo pero sin el pueblo’. Eso significa que al ciudadano cada día se le retira más su capacidad de protagonismo en lo cotidiano y en la práctica.

-Muchos españoles no tienen ninguna experiencia participativa. Los expertos aseguran que una mayor participación se asocia a mayor tradición democrática, y que el el bajo nivel cultural o económico influye en lo contrario. ¿En que caso está España?
-Este país tiene muy poca cultura democrática. Puesto que no hay educación política, no hay cultura política y es muy difícil que al ciudadano se le ocurra participar. Yo siempre digo a los jóvenes que tienen la tentación de pasar de política, que son estúpidos porque la política nunca pasa de ellos. Determina si puedes comprarte un piso o no, estudiar o no, planificar tu vida futura o endeudarte... Se trata de defender lo que te interesa y esto se ha perdido, porque se ha dejado todo en mano de los políticos. Cada vez más lo que está ocurriendo es que el sistema democrático se reduce sólo al ritual electoral y cada cuatro años se vota, con gran parafernalia y con un derroche enorme de dinero. Y en cuanto has votado se olvidan de ti.

-¿Realmente existen canales para que los ciudadanos puedan participar?
-No. Por nuestra peculiar situación histórica, hasta los años 90 en España la gente sí que participó porque era consciente de que era protagonista de la acción democrática y política. Pero hubo un hecho, según mi opinión documentada, que propició el desestimar que los ciudadanos se dedicaran a hacer política. Fue el referéndum para decidir si permanecíamos o no en la OTAN. Felipe González estuvo a punto de perderlo porque la plataforma ciudadana que animaba a votar contra la OTAN estuvo a punto de lograr que ganara el ‘no’. Lo malo es que a partir de ahí González se espantó y se dedicó durante el resto de su mandato a desmovilizar sistemáticamente organizaciones y entidades que hoy podrían haber sido el nervio, la estructura vertebral para que la gente participara e hiciera política. Desde entonces ha habido una desmovilización generalizada que además ha venido ayudada por la eclosión del neoliberalismo.

-Entonces, ¿qué tipo de democracia tenemos, si no hay participación ciudadana activa?
-Tenemos una democracia bastante oligárquica, en el sentido griego de la palabra que es ‘el gobierno de una minoría que defiende sus intereses’. Alrededor de los políticos se crean muchos intereses, y además muchos de ellos no creen de verdad que la persona que más pueden despreciar tiene un voto y este tiene el mismo valor que tú. Y por esa misma razón es tan elector y elegible como tú. Los políticos tienen una especie de sentido de la propiedad, algo que no se dice porque es políticamente incorrecto pero que es la pura verdad. Hay un porcentaje elevado de gentuza -no todos- que creen que son los propietarios, los dueños del cortijo. Y por eso actúan como actúan. Al ciudadano se le hace la pelota en ciertas épocas, del mismo modo que las marcas comerciales hacen la pelota al consumidor.

-Ante esta saturación, ¿cómo dar un paso adelante, encontrar una salida?
-Participar activamente en una ONG es un modo de hacer política, diferente, más limpio porque no se busca el ocupar puestos de poder institucionales sino cambiar la realidad. Las ONG no hacen política de partidos o institucional, pero sí es política. ¿Hay algo más político que defender a capa y espada la Declaración Internacional de los Derechos Humanos? Creo que ése sería el camino, lo que pasa es que todo está como Internet, muy desmenuzado, muy disperso. Si la gente tuviese conciencia de su poder, como en las increíbles manifestaciones contra la Guerra de Iraq, todo cambiaría. Ya lo dijo entonces Saramago: ‘Que Bush, Blair y otros sepan que ha nacido una gran potencia. Ha nacido la potencia de la opinión pública’. Luego no sucedió así, pero es algo para reflexionar. §

   

   
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