El
humorista Máximo publicaba una viñeta en El País, donde Dios se
preguntaba cómo de un hijo de izquierdas le había salido una iglesia de
derechas. Misterio divino. Pero la imagen reflejaba muy bien lo que
muchas y muchos nos preguntamos a menudo. ¿Cómo el mensaje original se
ha desviado hasta llegar a un Vaticano que condena a sus semejantes y
persigue a los que no piensan como él, con la figura de Benedicto XVI a
la cabeza?
El
enigma de Benedicto XVI
-¿Quién era y quién es el
nuevo Papa, una figura que ha pasado de participar activamente en el
Concilio Vaticano II a perseguir a la Teología de la Liberación?
-Benedicto XVI fue de joven un teólogo asesor en el renovador
Concilio Vaticano II, donde jugó un papel modesto que contribuyó a
renovar algunos de los planteamientos teológicos del cristianismo. Por
ejemplo, apostó por la concepción de la Iglesia como pueblo de Dios, la
idea de comunidad de creyentes, en sustitución a la idea de Iglesia como
sociedad jerárquica. Tuvo algunos planteamientos abiertos que quedan muy
bien reflejados en su libro Introducción al cristianismo. Incluso
desarrolló la idea de la Iglesia local con una cierta autonomía y no
sometida a la Iglesia universal. Y con todo, Benedicto XVI cuando era
teólogo estaba afectado por un cierto pesimismo. A partir de finales de
los años 60 es cuando su pensamiento sufre una clara involución. Siendo
profesor de Tübinguen tiene que asistir a los movimientos contestatarios
de los jóvenes universitarios en el año 68 y él no los entiende. Se
sigue moviendo dentro de una estructura ordenada de Iglesia y dentro de
una concepción moderna pero moderada de la cultura. Abandona la
Universidad e incluso se degrada académicamente yendo de profesor a un
seminario. Ahí empieza a mostrarse crítico con el Concilio Vaticano II,
porque considera que sus frutos han sido negativos. Y en ésas estaba
cuando lo nombran arzobispo de Munich y luego cardenal. Todo ese
planteamiento abiertamente conservador, crítico con el Concilio Vaticano
II y con sus excesos, lo va a elevar a categoría oficial cuando le
nombran presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe a
comienzos de los años 80. Ahí es donde se produce el paso del teólogo
del Concilio Vaticano II al gran inquisidor del Vaticano. Va a
convertirse en una especie de detective de la fe. Empieza a mirar con
una actitud de desconfianza los trabajos teológicos de sus colegas
europeos, porque entiende que humanizan tanto a Jesús que descuidan su
divinidad, por ejemplo. Y por eso empieza por llamar la atención a sus
propios colegas que fueron teólogos del Concilio Vaticano II. Luego va a
tener como adversarios y se va a enfrentar a los teólogos de la
Liberación, porque entiende que estos teólogos de América Latina reducen
el mensaje de salvación del cristianismo a pura liberación histórica, al
introducir la lucha de clases dentro de la Iglesia y porque incorporan
categorías marxistas sin suficiente sentido crítico. Y finalmente,
persigue la Teología de las Religiones, que cuestiona que Cristo sea el
salvador único y universal, y que la Iglesia sea la mediación absoluta
de la salvación.
"Se
está produciendo un paso del conservadurismo del pontificado anterior al
integrismo del pontificado actual. Y la mejor demostración son todas las
concesiones sin contrapartidas que Benedicto XVI está haciendo a los
grupos más tradicionalistas"
-El Vaticano acaba de
autoproclamarse "la única Iglesia de Cristo", descalificando al resto de
cristianos...
-Sí, en un reciente documento hace varias afirmaciones que me
parecen discutibles. La primera: que el Concilio Vaticano II mantuvo
intacta la doctrina sobre la Iglesia. Creo que esto no es correcto
porque en ese momento se introdujeron las categorías de pueblo de Dios,
comunidad de creyentes, frente a la organización jerárquica de la
Iglesia... En segundo lugar el documento afirma que para el Concilio
Vaticano II la Iglesia Católica es la única y verdadera iglesia de
Cristo. Eso tampoco es correcto. Lo que dice es que la Iglesia de Cristo
subsiste en la Iglesia Católica, pero no dice exclusivamente. Como dejan
claro otros documentos del Concilio, subsiste en las otras iglesias
cristianas como la anglicana, ortodoxa o protestante. En tercer lugar
dice que las iglesias ortodoxas pueden ser caminos de salvación pero no
de manera total y perfecta porque no aceptan el papado como símbolo de
unidad y porque no reconocen al sucesor de Pedro como el referente que
unifica a toda la Iglesia. Pienso que eso no pertenece al núcleo
esencial del cristianismo sino que es una creación posterior y considero
que las iglesias ortodoxas son caminos de salvación, siempre que sean
fieles al evangelio. Y en cuarto lugar me parece que no hace justicia a
la historia cuando a las comunidades protestantes les niega el nombre de
iglesias porque no tienen la sucesión apostólica a través del ministerio
sacerdotal y además no celebran la eucaristía. Pienso que la sucesión
apostólica se realiza a través de distintas comunidades cristianas y que
en las iglesias protestantes sí se celebra la eucaristía, lo que pasa es
que le llaman ‘la cena del Señor’.
-Precisamente uno de los
motivos de descalificación del resto de iglesias es que no reconocen al
Papa, ¿qué pensaría de ello Jesús, que no reconocía sobre el planeta más
autoridad que la de su Padre y se enfrentó a todos los poderes?
-Precisamente lo que caracteriza a Jesús de Nazaret no es la sumisión al
poder sino la crítica del mismo. Y una crítica dura, una crítica sin
contemplaciones tanto a las autoridades religiosas como a las
autoridades políticas. A las religiosas, porque los dirigentes judíos se
arrogaban a sí mismos la representación única de Dios y se consideraban
los transmisores de su mensaje y de su voluntad. A las autoridades
políticas, porque se comportaban en contra del pueblo, lo explotaban y
lo oprimían, aparte de que estaban colonizando a Israel. Y por eso la
muerte de Jesús en un primer momento debe ser entendida como el
resultado de la coherencia de vida en lucha precisamente con los poderes
y en la opción por los marginados y los excluidos. Por tanto la crítica
de Jesús es una crítica al poder, al orden establecido.
"Lo que caracteriza a Jesús de
Nazaret no es la sumisión al poder sino la crítica del mismo. Y
una crítica dura, sin contemplaciones tanto a las autoridades
religiosas como a las políticas"
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-¿Qué tiene que ver la
visión separatista y omnipotente que pregona la Iglesia con el mensaje
del Cristo que busca la unidad, si dicen ser sus verdaderos seguidores?
-Con este documento opino que se rompen todos los puentes de
comunicación que se habían tendido desde el Vaticano II hasta nuestros
días en el diálogo entre los cristianos de las diferentes iglesias.
Porque el hecho de que la Iglesia Católica se considere -según el Papa-
la única iglesia de Cristo y la única verdadera, le sitúa en una actitud
de arrogancia y de engreimiento que no se compagina para nada con la
búsqueda de la verdad que tiene que tener toda persona que es consciente
de las limitaciones propias del ser humano.
-Este documento pretende
corregir "interpretaciones erradas" del Concilio Vaticano II. ¿La
Iglesia vuelve atrás en lo que a aperturismo se refiere, como también
parecen indicar el regreso de las misas en latín?
-Sí, sí. Se está produciendo un paso del conservadurismo del
pontificado anterior al integrismo del pontificado actual. Y la mejor
demostración de que Benedicto XVI está instalado en el integrismo son
todas las concesiones tan gratuitas y sin contrapartidas que está
haciendo a los sectores más ultramontanos, a los grupos más
tradicionalistas. Las misas en latín según el rito romano y San Pío X,
los recortes en el ecumenismo, la concepción tan limitada de la libertad
religiosa, la interpretación premoderna del Vaticano II... Todos son
síntomas de que el Papa está acercándose a los tradicionalistas. Pero
ese acercamiento tiene como precio el aislamiento propio y el
alejamiento de la sociedad.
-¿Qué sensaciones tiene
como seguidor de la Iglesia, cuando ve que cada vez se separa más del
mensaje crístico?
-La sensaciones son dobles. Una, que cada vez te sientes más incómodo
dentro de una institución que se aleja gradualmente del mensaje
originario de solidaridad y de fraternidad que predicó el fundador. Otra
sensación es la pérdida de credibilidad. Entristece mucho y sorprende
que poco a poco la Iglesia vaya perdiendo credibilidad en la sociedad y
ella misma se desacredite. En tercer lugar me llama la atención que no
tenga sentido autocrítico sino que más bien se afirme en sus posiciones
tradicionales sin tener en cuenta los cambios que se están produciendo
en la sociedad.
-Por ejemplo, ¿qué supone
de cara a la sociedad la condena que Benedicto ha hecho a Amnistía
Internacional por considerarles proabortistas?
-Con declaraciones como ésta, la Iglesia cada vez se está quedando más
aislada, recluyéndose en su burbuja y perdiendo más el sentido de la
realidad. Eso es frecuente en los grupos y organizaciones integristas. Y
lo peor es que recubren ese autoaislamiento de persecución, utilizándolo
como un mecanismo de defensa. Es decir, en vez de adoptar una actitud
autocrítica y preguntarse qué estaremos haciendo mal, lo que hacen es
responsabilizar de su crisis al exterior: al ambiente secularista, a la
actitud hedonista de la sociedad, a la pérdida de los valores
tradicionales... En realidad creo que deberían hacer un examen de
conciencia para ver en qué han fallado y qué es lo que tienen que
corregir.
Rebeldes e Iglesia
En España la persecución a
pie de calle la sufre directamente la parroquia de San Carlos Borromeo,
en Madrid.
-¿Qué opinión le merece lo que está ocurriendo en la parroquia de San
Carlos Borromeo?
-La decisión del Arzobispado de Madrid es un acto de autoritarismo
que no tiene justificación en el siglo XXI en una sociedad democrática.
Que sólo se explica porque la Iglesia Católica sigue funcionando con una
organización jerárquico-patriarcal autoritaria. La decisión la ha tomado
unilateralmente el Arzobispado sin consulta previa a los sacerdotes, sin
diálogo con la comunidad y con una decisión cerrada e inapelable. Y eso
es lo que más ha molestado no solamente a la propia parroquia sino a
otros ambientes cristianos afines a esa comunidad, generando un amplio
rechazo a la ciudadanía en general.
"El único pecado que ha cometido la
parroquia de San Carlos Borromeo ha sido poner en práctica el principio
evangélico por excelencia de la solidaridad con los pobres y excluidos"
-¿En qué consiste el
mensaje de Cristo y por qué levanta en estos momentos tanta polémica?
-El mensaje de Jesús está expresado y reflejado con gran nitidez en
las Bienaventuranzas, que son la carta magna del cristianismo. Ahí se
resumen los principios fundamentales o los criterios éticos de los
cristianos: opción por los pobres, trabajo por la paz y lucha por la
justicia. El mensaje de Jesús en su sentido más originario, auténtico y
radical siempre ha sido incómodo para la institución eclesiástica, que
muy pronto se olvidó de él y siguió otro camino contrario. La sucesión
apostólica que viene desde Pedro hasta el Papa actual, no ha reflejado
el verdadero mensaje de Jesús sino que lo ha deteriorado, incluso lo ha
pervertido. La auténtica continuación de la Iglesia con el mensaje de
Jesús se da en todos estos grupos marginales de resistencia frente al
sistema, tanto político como religioso. Un ejemplo de esta resistencia,
de esta encarnación viva del evangelio de Jesús, se da en la parroquia
de San Carlos Borromeo y en otros grupos de comunidades, parroquias y
organizaciones que siguen el espíritu del evangelio. Y quiero destacar
de manera especial cómo la experiencia de la parroquia de San Carlos
Borromeo es el más vivo reflejo, es la más depurada traducción de la
radicalidad del cristianismo primitivo reflejada en los textos del
evangelio y la predicación de Jesús. Porque esa parroquia acoge a las
personas a las que la sociedad excluye; esa parroquia incluye a personas
y grupos sociales que son molestos e incómodos para la sociedad. Están
ahí los traperos, las prostitutas, los drogadictos, los ex presidiarios,
las madres contra la droga, los okupas...
"Entristece mucho y
sorprende que poco a poco la Iglesia vaya perdiendo credibilidad
en la sociedad y ella misma se desacredite"
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-Dicen que el cierre de la
parroquia está promovido desde el Vaticano, ¿tan grave es la falta
cometida?
-Sí, claro. La falta cometida por esta comunidad es gravísima, ya
que lo que hace es subvertir el orden religioso y el orden político y
económico de la Iglesia. Y todo acto de subversión del orden religioso
es enormemente peligroso y tiene como resultado el cierre, la censura,
la condena, la imposición autoritaria. El único pecado que han cometido
ha sido poner en práctica el principio evangélico por excelencia de la
solidaridad con los pobres y excluidos. No sé si esta decisión del
cardenal Rouco Varela ha sido incitada por el Vaticano, pero eso no
exime para nada su responsabilidad. Rouco Varela no necesita que el
Vaticano le dé una orden para que tome este tipo de medidas. Él es un
hombre muy neoconservador y una persona muy tradicionalista que mira más
al pasado que al presente y por supuesto que al futuro.
-Le traslado una reflexión
que usted mismo hizo: "Si cierran una parroquia por no atenerse a las
normas litúrgicas, ¿cuántas parroquias tendrían que cerrar por dedicarse
al culto y no optar por los pobres?"
-Creo que las parroquias que compaginan la evangelización y la
opción por los pobres son muy pocas. Mayoritariamente las parroquias
cumplen estrictamente las normas del Vaticano en la práctica del culto,
pero están muy alejadas del compromiso por la justicia. Así que,
¿cuántas tendrían que cerrarse? Pues yo creo que muchas. Y sería lo
mejor, quizás, que se produjera una gran crisis en la que las
comunidades o parroquias que se dedicaran solamente al culto cambiaran
de religión y crearan una nueva religión centrada sólo en el culto y
ajena a los pobres, para que por lo menos sepamos en qué lugar está cada
uno. §