El crecimiento de población, el actual
modelo económico neoliberal, la influencia de la mano del hombre en el
medio ambiente rompiendo el equilibrio del planeta, han dado lugar a un
modelo social que hace agua por todos los sitios.
Más población significa más demanda: alimentos, sanidad, educación, un
lugar para vivir. Empujados por la economía, la promesa de un mundo
mejor, los desastres naturales o las guerras, una marea humana recorre
el planeta del campo a la ciudad y de un país a otro. Algunos expertos
advierten que vamos directos a un colapso social y nos enfrentamos a
graves problemas. Aquí van algunos avisos de lo que ya está ocurriendo.
Superpoblación: Ciudades "ratonera"
Hace tan sólo unas semanas que este planeta
acaba de traspasar un peligroso umbral. Por primera vez en la historia
el número de habitantes de las zonas urbanas será mayor que el de las
zonas rurales. Más de la mitad de la población del planeta se concentra
ya en las ciudades. Una cifra que crece, ya que cada año se añaden más
de sesenta millones de habitantes -aproximadamente la población de
Francia- a las ciudades y suburbios en crecimiento, mayoritariamente
asentamientos urbanos pobres de países en desarrollo. Estos datos los ha
hecho públicos el Worldwatch Institute en su informe "El Estado del
Mundo 2007". Un estudio que realiza cada año esta institución y que en
esta ocasión se centra especialmente en nuestro futuro urbano. Un futuro
bastante negro, a juzgar por las cifras. "El proceso urbanizador,
caótico y sin planificar, está provocando graves daños a la salud humana
y a la calidad del medio ambiente, contribuyendo a la inestabilidad
social, ecológica y económica de muchos países", advierte dicho informe.
Analicemos los datos y sus consecuencias.
Foto: A. Amic del moviment quart mon
"Las ciudades se encuentran
hoy amenazadas por lo que ellas mismas han provocado:
desigualdad, exclusión y contaminación"
Ana Muñoz. Periodista del Centro
de Colaboraciones Solidarias.
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Las ciudades han sido desde el siglo XIX la gran esperanza. "En 1900,
tan sólo un 10% de población mundial habitaba en ciudades -recuerda la
periodista Ana Muñoz, del Centro de Colaboraciones Solidarias-. Poco a
poco, las ciudades se convirtieron en lugares para la esperanza, donde
se podía encontrar trabajo y mejorar la calidad de vida. Se obtuvieron
mejoras en acceso a las necesidades básicas, agua potable, electricidad,
etc. Los urbanitas empezaron a considerarse seres privilegiados. Sin
embargo la pobreza sigue presente en las grandes ciudades. Un tercio
vive hoy hacinada en suburbios donde las necesidades básicas no están
aseguradas. El informe del Worldwatch recuerda que si las prioridades de
desarrollo no cambian habrá más de mil cien millones de habitantes
urbanos que vivan en la pobreza en menos de veinte años. Las ciudades se
encuentran hoy amenazadas por lo que ellas mismas han provocado:
desigualdad, exclusión y contaminación". Una contaminación urbana que
mata a 800.000 personas cada año; aproximadamente la mitad, en China.
En esta especie de "ratonera humana" se consume el 40% total de energía
del planeta cuando curiosamente, la electricidad no llega a un quinto de
la población urbana. El agua escasea. Alrededor de la mitad de los
habitantes de las ciudades de África y Asia, no tienen agua ni
saneamiento. Esta es la causa por la que más de un millón de niños muere
cada año en el mundo.
Alguien dijo que una ciudad es el resultado de un sueño colectivo pero
la realidad demuestra que para muchos es un sueño roto. §
Nuestro futuro urbano
José María Santamarta es el director en
España del Worldwatch Institute. Con él hablamos de "El Estado del
Mundo" y nuestro futuro urbano.
¿Por qué se ha multiplicado de esta manera
tan alarmante la población urbana y qué consecuencias tiene esto para el
planeta?
-Desde los orígenes de la revolución agrícola en el Neolítico, la
humanidad ha emigrado del campo a la ciudad. La novedad es que este
fenómeno se ha acelerado hasta traspasar el umbral según el cual más de
la mitad de la población del planeta vive hoy en las ciudades. Son
lugares que tienen enormes ventajas, si no las personas no irían: más
oferta de empleo, los trabajos son mejores, más calidad de vida, de
servicios, nivel cultural, relaciones, etc. Ahora bien, las ciudades
también suponen una gran carga ambiental para el planeta. ¿Cuál? Emisión
de gases de efecto invernadero, contaminación industrial, humos de
calefacciones, que al final acaban afectando también a la salud. Todos
los años mueren cientos de miles de personas a causa de la contaminación
atmosférica. En nuestro país, según estudios de la UE, mueren cerca de
16.000 personas al año por esta causa. No obstante, no olvidemos que hay
dos mundos, el rico y el pobre y es muy distinto donde viva uno. Una
parte de la población urbana del Tercer Mundo vive en chabolas, favelas,
tugurios, en medio de la más absoluta pobreza, desempleo, delincuencia,
inseguridad ciudadana, falta de acceso al agua potable, ausencia de
letrinas y enfermedades. La contaminación del agua mata a dos millones
de personas todos los años. Algunas ciudades del mundo rico, aunque
también tienen problemas, disponen de más recursos para hacerles frente.
Las situaciones más dramáticas se viven en África, parte del sudeste
asiático y algunas zonas de América Latina.
"La sostenibilidad urbana
pasa por diseñar ciudades que imiten a la naturaleza, con un
metabolismo circular, no lineal"
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-En el informe señalan un dato preocupante:
"En el continente africano la urbanización desmedida ha sido
identificada como el segundo problema más grande después del VIH/Sida".
-La imagen del barrio de Kibera en Nairobi donde viven hacinadas más de
800.000 personas en condiciones infrahumanas, se repite prácticamente en
toda Africa. Uno no tiene dónde hacer sus necesidades. Es normal ver a
la gente con una bolsa de plástico para los excrementos que luego tira
en cualquier sitio. El olor es nauseabundo. Viven en casas de cartón,
padeciendo humedades, frío. En esos lugares las mafias actúan a sus
anchas, como en las favelas de Río de Janeiro. Bandas juveniles,
delincuencia, cargas de la policía, son espectáculo común. De hecho
tienen una tasa de mortalidad muy elevada. En las favelas de Brasil, por
ejemplo, han muerto más personas que en la guerra de Iraq.
-El aumento de población unido a la escasez
de recursos está generando una especie de colapso del actual modelo de
sociedad. ¿Existen alternativas en marcha?
-Al lado de estas experiencias que estamos analizando existen otras que
son positivas. El informe del Worldwatch Institute describe la situación
del mundo pero también intenta vislumbrar qué cosas se pueden hacer para
cambiarlo. En este sentido se están llevando a cabo interesantes
experiencias -Londres, Italia, Porto Alegre- que se están exportando con
éxito a otros países.
La sostenibilidad urbana pasa por diseñar ciudades que imiten a la
naturaleza, con un metabolismo circular, no lineal; ciudades que sean
densas y compactas. La estructura de las ciudades actuales es herencia
del arquitecto Le Corbusier. Sus principios urbanísticos influyeron de
forma nefasta a las generaciones posteriores. Diseñó una ciudad
segregada por actividades: polígonos industriales por un lado, las
oficinas en el centro y la población repartida en ciudades dormitorio.
Todo ello genera unas necesidades enormes de transporte en vehículo
privado, obliga a construir autovías y al final resulta que la ciudad
está más diseñada para los vehículos que para las personas. Como
alternativa ahora se reivindica la ciudad mediterránea, un espacio donde
todo está integrado, como en la naturaleza. Donde podemos ir caminando
al trabajo, a la guardería, al bar, al cine, porque todo está en el
barrio. Este era el modelo de las ciudades medievales. Para el medio
ambiente es lo más beneficioso y choca de frente con el modelo americano
-urban sprawl-: barrios alejados 40 ó 50 kilómetros del lugar de
trabajo, donde vive una familia en un chalecito con trozo de jardín
incluido que se ve obligada a coger el coche para cualquier cosa que
tenga que hacer. El modelo de ciudad mediterránea es lo más novedoso y
ecológico que se puede hacer hoy en día.
-En el informe hacen referencia al éxito de
un grupo de alternativas puestas en marcha por pequeños grupos de
ciudadanos, frente a las políticas de los gobiernos que parecen caer
siempre en los mismos errores.
-En primer lugar hay que reconocer que estos grupos conocen la realidad
social y actúan. Las ONG por ejemplo, han puesto en marcha experiencias
muy positivas: cooperativas, búsqueda de autoempleo, etc. En la India
crearon letrinas comunales, básicas en los barrios de chabolas. Estas y
otras cosas funcionan al margen del Estado, con menos burocracia por el
medio y menos corrupción. Los Gobiernos invierten en grandes
infraestructuras porque les da más votos. Estos pequeños grupos dirigen
su acción a lo que ven más necesario: educación, cultura y sanidad.
-Por último, ¿cómo ve usted nuestro futuro
urbano?
-Todo está cargado de luces y sombras. Lo dice el escritor Italo
Calvino, "las ciudades, como los sueños, están hechas de deseos y
pesadillas". Tenemos que aprender a hacer políticas más convenientes
tanto para la población como para el medio ambiente. Ciudades
mediterráneas, energías renovables, reciclaje de residuos, prioridad al
transporte público, políticas de empleo que eliminen el paro y por tanto
la pobreza urbana, potenciar las cooperativas, el autoempleo allá donde
sea posible, recuperar los huertos urbanos, etc. El modelo de lo que no
se debe hacer es la gestión de Alberto Ruiz Gallardón en Madrid con sus
obras faraónicas. §
A MAYOR RIQUEZA, MAS HAMBRE
Blanca pasa la cuchara una y otra vez por
el plato vacío que tiene delante. Hoy como tantos otros días se ha
quedado con hambre. Acaba de terminar la única ración de comida que va a
consumir en toda la jornada. Ella es una de las miles de personas que se
beneficia de la comida que envía todos los días el Gobierno de Buenos
Aires en camionetas, a las villas de la ciudad -nombre que reciben los
barrios marginales de las afueras-. Con cartones y en medio de la
humedad, los vecinos han construido unos chamizos que hacen las veces de
comedores comunitarios donde diariamente se reparte el alimento. Pero lo
que aquí nunca llega es la educación y la cultura. Estas villas que
están numeradas no se benefician del programa cultural de barrios que
tiene en marcha el Gobierno argentino. Aquí un padre puede cambiar la
comida de su familia por una caja de vino y una mujer embarazada no irá
nunca al médico hasta el momento del parto.
La llegada incontrolada de personas del resto de América Latina,
principalmente Bolivia, Perú o Paraguay, ha provocado un crecimiento
incontrolado de las villas. En otros lugares se les conoce como favelas,
cantegriles, callampas, tugurios, pero en el fondo estamos hablando de
lo mismo. Marginalidad, falta de servicios básicos, violencia,
delincuencia, niños de la calle, ejércitos de vendedores ambulantes
informales, basura esparcida, ausencia de transporte público, etc.
A sólo unos metros se encuentran los barrios elegantes de la ciudad:
amurallados y ultraprotegidos. Son la cara y la cruz de una dura
realidad.
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Si la sociedad industrial no
corrige urgentemente su trayectoria, se desencadenarán desastres
climáticos cada vez mayores. |
"El hambre del siglo XXI tiene su origen en la exclusión y marginación
de los pobres de los círculos de poder y de la toma de decisiones sobre
cuestiones básicas como la agricultura y el comercio, que tienen un
impacto directo en sus vidas, en su supervivencia. ¿Qué necesidad existe
hoy más acuciante que reducir el hambre?", se pregunta Henar Senovilla,
periodista de la campaña ‘Derecho a la alimentación. Urgente’. "Sí se
conocen las causas, -continúa-, sí existen las tecnologías y los
recursos necesarios para reducir a la mitad el hambre, lo que falta es
voluntad política".
La FAO advierte que la situación del hambre en el mundo, lejos de
mejorar, empeora. Hoy son 854 millones de víctimas en el planeta y
África es el continente más castigado. Doscientos veinte millones de
africanos, uno de cada tres, padece desnutrición. Hay casi mil millones
de personas en el mundo que ni siquiera saben que son seres humanos
porque no tienen qué llevarse a la boca.
Aunque en cifras absolutas se produce alimento suficiente para todos, un
20% de la población controla el 90% de la riqueza del planeta. Por tanto
el problema no está en la producción sino en la mala distribución.
Circunstancia que afecta no sólo a los países en vías de desarrollo sino
también al primer mundo, como estamos viendo en el caso de las grandes
ciudades.
Un incremento de ingresos en la economía de un país no ayuda a superar
la situación de desigualdad. Al contrario. Se está comprobando que
contribuye a que las disparidades salariales se extremen: los salarios
mínimos bajan aún más y los altos suben. China e India -camino de
convertirse en grandes potencias económicas-, son un claro ejemplo.
EEUU, Reino Unido y Canadá tienen las disparidades salariales más
acentuadas. En Los Angeles por ejemplo, más de dieciocho millones de
personas conviven en caravanas alrededor de la gran ciudad. A mayor
riqueza más desigualdad. §
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Foto: ©ACNUR
"Las poblaciones más
desfavorecidas son las más castigadas por los desastres
naturales"
Teresa González
Médicos del Mundo
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EL CLIMA LLEGA A UN PUNTO CRITICO
Si la sociedad industrial no corrige
urgentemente su trayectoria se desencadenarán desastres climáticos cada
vez mayores. "Sólo quedan diez años para adoptar cambios que eviten el
desastre planetario", advierte la NASA después de haber realizado un
estudio del clima con los métodos más modernos de medición y rastreo.
Los titulares sobre desastres naturales se suceden sin casi darnos
tiempo a situarlos en el mapa. Nuestro modelo de desarrollo ha roto el
equilibrio del planeta y lo estamos padeciendo. Teresa González,
presidenta de Médicos del Mundo, nos recuerda que "el año pasado la
temporada de huracanes fue la más intensa y activa desde que se
registran esos fenómenos.
Sólo en el Atlántico Norte se detectaron veintiocho tormentas tropicales
y quince huracanes, algunos marcaron máximos históricos. Hubo miles de
muertos y pérdidas que sólo en los EEUU superaron los 60.000 millones de
dólares. Los escenarios que había dibujado el informe Stern -que muchos
tacharon de apocalíptico- como consecuencia del aumento de las
temperaturas, fueron apareciendo y nos dejaron con la sonrisa helada:
reducción de un tercio de los cultivos de África; países como Vietnam y
Bangladesh anegados por la subida del nivel de los océanos; extensión de
enfermedades como la malaria y el dengue; y hasta 200 millones de
desplazados medioambientales a causa de inundaciones y sequías. A todo
ello se suman los costes que tendrán las sucesivas catástrofes. Las
poblaciones más desfavorecidas son, precisamente, las más castigadas. El
futuro que plantea el cambio climático es amenazante. Según el informe
Stern, la subida de dos grados en la temperatura media traerá un aumento
de entre cuarenta y sesenta millones de africanos expuestos a la
malaria. La relación entre el comportamiento del mosquito transmisor y
las condiciones climáticas es directa. Un aumento de temperatura en
zonas donde el parásito es endémico, tiene unas consecuencias
catastróficas: el período de incubación del parásito disminuye, la
frecuencia de la picadura del mosquito aumenta y las probabilidades de
supervivencia a la enfermedad se reducen". ¿Se trata de una visión
apocalíptica? La presidenta de Médicos del Mundo opta por destacar la
parte positiva. "Al menos se ha comenzado a reconocer esta relación
entre catástrofes, falta de desarrollo y cambio climático. Naciones
Unidas ha alertado de la dificultad de cumplir los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (OMD) como consecuencia de las pérdidas
ocasionadas por los desastres y catástrofes. ¿Te imaginas el esfuerzo y
la movilización de recursos materiales y humanos que supuso atender a
los cuatro millones de afectados por el tsunami? Pues ahora piensa en la
atención que requerirán los más de 200 millones de desplazados
ambientales que puede provocar la subida de las aguas de los océanos o
desertificación".
S.O.S PANDEMIA
La Organización Mundial de la Salud en su
informe anual advierte que existe posibilidad de que una pandemia mayor
a la vivida con la gripe aviar, el sida, o el ébola, haga su aparición
en los próximos años. Las enfermedades se propagan hoy con rapidez en
todo el planeta y se vuelven cada vez más difíciles de tratar. Sólo en
los últimos cinco años, la OMS ha detectado más de 1.100 epidemias de
distintas enfermedades. Un brote en un lugar del mundo, alerta la
organización, puede convertirse en sólo unas horas en una amenaza
inminente en cualquier otro punto del planeta. La OMS cree que si
emergiera un virus pandémico con capacidad transmisible difícilmente se
podría evitar su propagación, lo que automáticamente afectaría a un 25%
de población mundial. Nadie está a salvo de ello, ni los países ricos.
Por ello se hace una llamada para vigilar, prevenir y controlar
enfermedades que puedan convertirse en epidemias como el cólera, fiebre
amarilla o meningococias epidémicas.
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CRISIS FINANCIERA
Por Juan Torres López. Catedrático de Economía Aplicada de la
Universidad de Málaga
(
www.juantorreslopez.com
)
"La crisis que estamos viviendo es grave y
mucho más profunda de lo que están reconociendo las autoridades
económicas y, sobre todo, es nada más que un anticipo de situaciones
peores que están por llegar. Creo que lo que está ocurriendo es sólo un
aviso. Aunque la crisis se haya iniciado en el mercado hipotecario de un
país, en este caso EEUU, es completamente seguro que se extenderá por
todo el globo terráqueo, puesto que los mercados financieros son
globales y los bancos e inversores que adquirieron títulos a partir de
los cuales se desencadena el latigazo inicial de la crisis están y
operan en todas las esquinas de la Tierra. Como toda crisis, ésta tiene
claros perjudicados. En primer lugar, los millones de personas en EEUU y
en otros países que han perdido o van a perder sus viviendas y sus
ahorros. O sus rentas, puesto que no se puede olvidar que cada vez que
los bancos centrales suben los tipos de interés lo que directamente se
produce es un trasvase de rentas desde los bolsillos de las familias o
empresas endeudadas al de los banqueros. En segundo lugar, las economías
más débiles (como las de las periferias en África, Latinoamérica o las
de los países asiáticos más empobrecidos) puesto que cuando se desata la
crisis los capitales escasean y su falta se nota especialmente en
territorios que están más necesitados de inversiones y recursos. Y que
son, además, los que hacen frente con más dificultad a intereses más
elevados. En tercer lugar, la actividad económica real, las empresas y
empresarios dedicados a la producción efectiva de bienes y servicios que
conforman, a su vez, un anillo marginal respecto a la inversión
financiera. Lo cual es lo mismo que decir que la crisis se paga en
términos de empleo, actividad económica y creación de riqueza. ¿Quién
sale beneficiado de esta crisis? De ella saldrán fortalecidos los bancos
y los grandes poseedores de capital.
La existencia de perjudicados y beneficiados de estas crisis es lo que
demuestra claramente que no son meras cuestiones "técnicas" sino
auténticos asuntos políticos: son las autoridades políticas y económicas
haciendo, no haciendo o dejando hacer, las que hacen que unos u otros
sean perjudicados o beneficiados.
Una crisis como la que estamos viviendo ¿sería evitable? Es difícil
dentro del contexto del capitalismo financiero que vivimos. Pero eso no
quiere decir que no tengan remedio. Hay fórmulas e instrumentos
suficientes para que la sociedad no tenga que soportar sus tremendos
costes y para que las economías no se vean sometidas a la quiebra
constante, al despilfarro, a la ineficiencia o al bloqueo permanente.
Existen planteamientos alternativos en la literatura económica no
neoliberal que son plenamente posibles pero que no pueden llevarse a la
práctica si los ciudadanos no son capaces de negar el estado de cosas
actual e imponer su voluntad sobre la de los mercados en donde gobiernan
los poderosos, y para ello es preciso no sólo que sean conscientes de la
naturaleza real de estos problemas económicos sino que tengan el poder
suficiente para convertir sus intereses en voluntades sociales y éstas
en decisiones políticas. Es decir, que las mayorías ciudadanas pueden
hacer justo lo que desde tiempos inmemoriales vienen haciendo solamente
los más ricos y poderosos".
VIOLENCIA Y GUERRAS
Algunos expertos señalan que la geografía
de la violencia en el mundo coincide en la mayoría de los casos con el
deterioro ambiental. A principios de año tuvo lugar en Londres la
conferencia "Cambio Climático: El impacto en la Seguridad Global"
organizada por el Royal United Services Institute. En ella numerosos
expertos señalaron que, como consecuencia del calentamiento global, se
podían crear grandes flujos de refugiados que tratarían de escapar de
áreas anegadas por la subida del nivel del mar o convertidas en
inhabitables por la desertificación y que los terroristas intentarían
explotar las tensiones creadas. El ex embajador británico ante Naciones
Unidas, Crispin Tickell señaló que "aquellos que tienen escasez de
comida, agua y que no pueden desplazarse a países donde parece que todo
es maravilloso, son personas desesperadas que adoptarán las medidas
necesarias para tratar de conseguir sus objetivos. La violencia dentro y
entre comunidades y entre las naciones podría incrementarse debido a que
existen precedentes por todas partes". El diplomático recordó como
precedente el caso de Ruanda y la región de Darfur donde la sequía y la
superpoblación, unidas a la escasez de recursos, han contribuido a
alimentar conflictos letales.
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Conflictos provocados por la
escasez de recursos ya están teniendo lugar en toda África y no
tienen vuelta atrás. Hemos traspasado un punto sin retorno.
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A principios de año Reino Unido utilizó su presencia en el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas para poner en marcha el primer debate sobre
cambio climático y conflictos. "¿Qué hace que comiencen las guerras?",
se preguntó la ministra de Asuntos Exteriores Margaret Beckett. "Las
luchas por el agua, el cambio de época de lluvias, las luchas de la
producción de alimentos, el uso de la tierra. No hay amenazas
potenciales más graves… para la paz y seguridad".
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) acaba de
publicar un informe donde relaciona cambio climático con conflictos. En
él, además de estudiar a fondo el caso sangrante de Darfur, señala dos
áreas más de conflicto potencial: la región del Sahel y el Este de Asia.
"En los próximos 35 años la mayoría de los glaciares del Himalaya
desaparecerán. Estamos hablando de que 500 millones de personas se verán
afectadas directamente y otros 250 millones indirectamente", recoge el
informe. También es preocupante el aumento del nivel del mar en
Bangladesh. "India ha comenzado a construir un muro para evitar que los
bangladesíes crucen la frontera. La previsión del aumento del mar en
medio metro significará que 34 millones de personas se tengan que
desplazar a otro lugar. ¿Dónde van a ir?... Se saltarán las fronteras".
Pero África será sin duda el país que más sufra, según el informe de
PNUMA. El aumento de las aguas puede llegar a destruir hasta un 30% de
la costa del continente, mientras que se perderán entre un 25 y 40% de
los hábitats naturales para el año 2085. Conflictos provocados por la
escasez de recursos ya están teniendo lugar en toda África y no tienen
vuelta atrás. Según el director del PNUMA, Achim Steiner, "hemos
traspasado un punto sin retorno". §
Ante el colapso, ¿qué hacer?
Nada de lo que hemos comentado hasta ahora
es fruto de la coincidencia. No son un conjunto de fenómenos aislados
que ocurren en el tiempo. "La crisis actual es la consecuencia directa
de una cadena de acontecimientos que vienen de lejos y que se inspiran
en un modelo económico y social, que se basa en la competitividad a toda
costa y en las acciones de cariz individualista. Como resultado de esta
lógica obtenemos sociedades desigualitarias y un ecosistema al borde del
colapso", advierte Aleksandro Palomo, Doctor en Ciencias Políticas por
la UCM.
Una sociedad que basa su desarrollo en el petróleo. Que lanza a la
atmósfera miles y miles de millones de toneladas de gases de efecto
invernadero hasta saturar el sistema de regulación natural del planeta.
Un modelo económico, globalmente articulado como es el capitalista, cuyo
objetivo es conseguir más y más poder, más y más beneficios en el menor
tiempo posible; que es capaz de pasar por encima de las personas que son
consideradas como una mercancía y de la soberanía de los países. Un
modelo que ha conseguido intoxicar a miles y millones de personas con el
"consume hasta morir" mientras esclaviza a países enteros para alimentar
esta rueda infernal... Tenía que tocar fondo algún día como estamos
viendo. "Para Aleksandro Palomo, la humanidad tiene recursos suficientes
para sustituir al modelo capitalista. Actualmente, existen ya muchas
propuestas nuevas, algunas ensayadas con éxito, que agregadas pueden
engarzar un modelo alternativo al capitalismo". En efecto, hoy gracias a
la cooperación entre grupos reducidos que trabajan al margen de la
política dominante, se dibuja una posible alternativa a la situación
actual.
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"Podríamos asistir al
colapso del modelo capitalista, pero la humanidad tiene recursos
suficientes para superarlo"
A. Palomo,
Doctor en Ciencias Políticas
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El informe "La situación del mundo 2007" además de instar a los
políticos a enfrentarse a esta "urbanización de la pobreza", sobre todo
destaca el trabajo pionero de las organizaciones vecinales y gobiernos
locales a la hora de trazar estrategias innovadoras para luchar contra
la pobreza y degradación ambiental. "Necesidades primarias -asegura
Christopher Flavio, presidente del Worldwatch Institute- como la
alimentación y la energía están siendo cubiertas de manera creciente por
pioneros urbanos dentro de la propia ciudad".
El investigador Thomas Homer-Dixon, director del Trudeau Center de
Canadá, señala que cuando en una sociedad se produce una situación de
crisis, de colapso como la que estamos padeciendo lo primero que hay que
hacer es reconocerlo y lo segundo sacar de ello la parte positiva: es
una buena ocasión para el cambio y la renovación. En estos casos,
explica, "las instituciones son insuficientes para afrontar los cambios
necesarios por lo que la organización a pequeña escala y la colaboración
entre grupos reducidos, de manera independiente a las políticas
generales, podrían ser la solución". Esta es precisamente la fórmula que
está liderando los proyectos más innovadores. Después de que la
globalización ha diseñado un mundo plano, fragmentado y con enormes
diferencias, los grupos pequeños, las minorías, son hoy las que están
teniendo un alcance más global. Lo llaman la irrupción de los "números
pequeños", la fuerza de los pocos que aunque dispersos, consiguen mover
el mundo. Dentro de este espejismo de uniformidad, la gente reclama el
apoyo de los demás, sentirse en grupo, identificarse con algo y luchar
por la supervivencia. Las organizaciones en red han sido el gran
descubrimiento. En este sentido existen interesantes iniciativas. El
informe Worldwatch nos señala algunas. §
WORLDWATCH INTERESANTES
INICIATIVAS
• En Karachi (Pakistán) han conseguido dotar
de alcantarillado a cientos de miles de viviendas pobres. Fueron los
propios vecinos los que se hicieron cargo de la infraestructura que
conectaba sus casas con la red principal. De esta forma rebajaron a la
quinta parte el presupuesto que les había presentado una empresa
oficial.
•
En Freetown (Sierra Leona) se han puesto en marcha la
agricultura urbana y se ha conseguido cubrir gran parte de la necesidad
de alimentos. ONG y comunidades locales de las barriadas marginales de
Bombay y Pune (India) han diseñado, construido y gestionado más de 500
módulos de aseo más limpios y baratos que las instalaciones
convencionales.
•
Emilia Romagna (Italia) cuenta con más de 15.000
cooperativas que representan más de la tercera parte del PIB de la
región.
•
A finales de 2004 un total de 3.164 instituciones de microcrédito habían prestado servicios a más de 92 millones de clientes,
cerca del 84% mujeres.
•
El presupuesto participativo que se puso en
marcha en Porto Alegre (Brasil) en 1988 para involucrar a la población
urbana pobre en la asignación de fondos de los presupuestos municipales,
se ha extendido en 2006 a unos 250 ayuntamientos de Brasil y ha sido
adoptado por ciudades de todo el mundo.
•
Desde Perú a la India, escuchar
a la población pobre ha contribuido a mejorar la salud humana y el medio
ambiente en el ámbito local. Recogiendo información de los propios
afectados las administraciones pueden evaluar mejor las prioridades de
desarrollo y aproximarse a la realidad social.
•
En Delhi (India) la
contaminación disminuyó un 39% tras la adopción de una medida que
obligaba a los autobuses a utilizar gas natural, a raíz de una demanda
de los ciudadanos contra el gobierno de la India. En 2006 circulaban por
las calles de Delhi unos 80.000 vehículos alimentados con gas natural,
incluyendo todos los autobuses públicos y minitaxis.
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