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OCTUBRE 2007

Senra
Foto: Valvanera

 

Valle de Omaña


Agreste y salvaje

Entre todos los ríos que dibujan la montaña occidental leonesa, el Omaña es uno de los más interesantes por sus excelentes condiciones naturales. Su curso configura el paisaje de este valle que lleva su nombre, y las aguas cristalinas reflejan la vida tranquila de unos pueblos y municipios llenos de historia y tradiciones.

 Murias de Paredes

Como un maestro escultor con su cincel, el río Omaña ha modelado el paisaje de este valle montañoso de altas cumbres redondeadas. Desde Murias de Paredes, donde tiene lugar su nacimiento, su cauce se abre paso en medio de un territorio que es refugio de vida salvaje y especies animales tan escasas como el urogallo ibérico. Los bosques tupidos de robles, hayas o abedules, los montes de Urz y las escobas forman parte de la riqueza vegetal que cubre un territorio que por sus propiedades medioambientales es Reserva de la Biosfera.
Al paisaje se unen los pueblos donde aún permanece el espíritu de la vida tradicional. Las antiguas casas de piedra con corredor de madera, los viejos molinos, lavaderos, lecherías y pisones, batanes, fuentes y potros son un buen ejemplo. También los puentes medievales en los caminos. La Omaña era una zona de tránsito entre León y Asturias donde se trazaron rutas y calzadas romanas que fueron utilizadas durante siglos. Poco queda de la estructura original de estos puentes al ser sometidos a sucesivas remodelaciones, sin embargo todavía se pueden ver algunos de especial interés en Fasgar, en Barrio de la Puente y en Murias de Paredes. Viendo el valor de estas y otras construcciones, uno de los propósitos del Ayuntamiento es precisamente realizar actuaciones orientadas a la conservación y restauración del patrimonio municipal, histórico y etnográfico.

 

Algunas de las sendas que recorren el municipio son de especial interés, como la ruta Las Fuentes de Omaña, un trayecto de diecisiete kilómetros que se completa en seis horas.

El objetivo es promocionar la zona como destino de turismo rural, dar a conocer la gastronomía, así como rescatar las fiestas populares y tradiciones de la tierra. La ventaja de estar en plena naturaleza es que aquí el viajero puede practicar deportes al aire libre como senderismo, bicicleta de montaña, caza y pesca. Otra medida que el Ayunta-miento prevé llevar a cabo es la recuperación de los cauces y arroyos, y también conservar y señalizar los caminos. Algunas de las sendas que recorren el municipio son de especial interés como la ruta Las Fuentes del Omaña que está perfectamente señalizada. El trayecto de diecisiete kilómetros de distancia, es de dificultad media alta y se realiza en un tiempo estimado de seis horas. El punto de partida es la localidad de Murias de Paredes, y a partir de Montrondo el camino asciende hasta llegar a un bosque de abedules, donde un panel explicativo muestra las cualidades naturales que alberga el entorno. Más arriba se alcanza la falda del Tambarón, una de las cumbres más conocidas de la zona, para acercarse a la Fuente del Miro Viejo, donde nace el río Omaña. De vuelta, la ruta pasa por varias colladas que a gran altura ofrecen unas vistas excelentes. Desde allí se llega al valle del Fasgarón y el Puerto de la Magdalena antes de regresar por un antiguo camino a Murias.
La gente en los pueblos conoce bien los recursos naturales de la zona, donde el principal modo de vida es la ganadería. Las viejas labores artesanales también forman parte del pasado, y a menudo están en riesgo de desaparecer debido a que muy poca gente se dedica a ello. En este sentido el Ayuntamiento quiere realizar talleres dedicados a actividades tradicionales y autóctonas, para aprender a elaborar quesos, dulces, cestos, madreñas, jabón, y conocer el típico "baile chano". Entre otros objetivos se desea fomentar la cultura, la convivencia y el entretenimiento entre los vecinos. Muestra de ello es la reciente creación de la Asociación Cultural "Ecos de Omaña" que abre las puertas a todo aquel que quiera hacer algo por mejorar Omaña o aportar sus ideas, a través de su e-mail: ecosdeomaña@yahoo.es.

 Riello

En este municipio el gran atractivo es la ribera del Omaña, tan frondosa que los árboles de ambas orillas llegan incluso a tocar sus ramas. Así es como se forma uno de los bosques de galería mejor conservados de la provincia de León. Bajo la espesura de la vegetación, las aguas del río albergan una importante población de trucha común. Ella es la reina para los pescadores más experimentados, que acuden al reclamo de los cotos trucheros. Dadas las condiciones naturales que mantiene este curso fluvial, aún pueden verse de forma ocasional nutrias y hurones, mamíferos acuáticos que han conseguido sobrevivir en estas corrientes. Otra curiosidad que nos lleva a acercarnos al río es la antigua práctica de cruzar sus aguas con zancos. Los vecinos construían esa especie de andaderas con ramas de negrillo que tuvieran una buena horquilla, donde trenzar un asiento para el pie con una vara flexible de sauce. Para los que no conocen esta costumbre, hay una ruta guiada que se realiza en verano en estas orillas, cerca del pueblo de La Omañuela. Allí los visitantes podrán aprender a andar entre las piedras del río, algo que no parece nada fácil. §

 Valdesamario

A lo largo del arroyo de Valdesamario se asienta este municipio que adopta su nombre. Los pueblos que lo forman son Murias de Ponjos, Ponjos, La Utrera, Paladín y Valdesamario, este último compuesto por El Castro y los barrios de La Garandilla, La Velilla y La Parte. El Valle de Samario es una zona de suaves montañas, compuesta por una pequeña vega de praderío y suaves laderas. La erosión fluvial y la actividad geológica cambiaron el paisaje hace unos dos millones de años. Un reajuste tectónico dejó al descubierto restos fósiles de la flora de la zona que se han conservado hasta hoy, y son objeto de estudio por su interés científico. Se pueden encontrar algunos de ellos en la escombrera de una mina que hay próxima a Ponjos. Hasta allí se llega a pie siguiendo la ruta El Valle de Samario que recorre gran parte de este municipio. El camino está señalizado de tal forma que es posible realizarlo en varios tramos independientes siendo el punto de partida La Garandilla. En este mismo barrio por el puente viejo se puede enlazar con otras rutas: Ribera del Omaña que discurre por el municipio de Riello, y Las Miédolas por el de Las Omañas.
Las caminatas en plena naturaleza son un regalo para el viajero, que descubre rincones que no conocía hasta entonces. Uno de los más pintorescos que tiene este municipio es el puente colgante que cruza el río Omaña, situado entre los pueblos de La Utrera y Paladín. Otro lugar de visita es el Santuario de La Garandilla, que está dedicado a Nuestra Señora de las Angustias. Este templo, construido en piedra labrada, fue levantado en el siglo XVIII, sobre otro anterior que pudo pertenecer al siglo XII. Aquí se celebra cada 8 de septiembre una gran romería. No en vano este santuario es muy conocido en la zona y está considerado como la catedral de Omaña. §

 Las Omañas

Los romanos encontraron oro en estas tierras por medio de un sistema de explotación ‘en peines’, que resultaba muy útil para extraer el preciado metal por el método del bateo. Estos surcos o canales todavía se aprecian sobre el terreno cerca de la localidad de Las Omañas, donde tiene su punto de partida la ruta que lleva a Las Miédolas. Este trayecto de gran interés turístico permite al viajero caminar sobre los restos de una enorme obra de ingeniería minera. Valiéndose del ingenio para canalizar el agua y el esfuerzo de los astures, el Imperio Romano consiguió llevar grandes cantidades de oro de la antigua Hispania a Roma. En verano la Asociación Cuatro Valles organiza un itinerario guiado por Las Omañas que recorre los antiguos canales. La experiencia es muy amena y los que se apuntan a la excursión aprenden a batear como han hecho los pobladores de La Omaña durante miles de años.
De cara al otoño tenemos otras propuestas para conocer Las Omañas y los alrededores. La ruta Las Miédolas enlaza con dos recorridos a través de la cañada real de La Vizana. Uno de ellos es la ruta la Ribera del Omaña que discurre junto al río en Riello con la posibilidad de conocer usos tradicionales y muestras de la arquitectura omañesa. El Valle de Samario es otra ruta a elegir, que permite visitar los pueblos de Valdesamario y una zona de restos fósiles.
Las localidades que componen el Ayuntamiento de Las Omañas tienen el aspecto típico de las zonas ribereñas, al hallarse situadas en los últimos tramos del río Omaña. Estas son San Martín de la Falamosa, Pedregal, Mataluenga, Santiago del Molinillo y Las Omañas, la población que encabeza este municipio. El paso de los siglos ha dejado huellas en la historia del lugar. Se sabe de la existencia de un asentamiento castreño entre los dos barrios del pueblo de Pedregal. También hay referencia de que hubo un castillo en San Martín de la Falamosa, donde perviven los restos de una torre y un muro. Algunos dicen sin embargo que el reclamo turístico es el río Omaña, truchero por excelencia, que a la altura de Santiago del Molinillo se junta con el cauce del Luna para formar el río Órbigo. §

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  Embalse de Luna
Foto: Valvanera

 

Valle de Luna


Por sendas de pastores

El río Luna recorre este valle de un extremo a otro. Su cauce se dibuja como una gran arteria que desciende entre montañas y se ensancha a medio camino, en un gran embalse. La presencia del agua ha sido fundamental en esta zona que aúna a seis municipios. En ellos encontramos muestras del patrimonio histórico, rutas de senderismo, fiestas memorables y tradiciones que son de gran interés turístico.

 Sena de Luna

Alrededor del embalse del Luna se sitúa este municipio con sus típicos pueblos de montaña. Con algo de suerte, es posible descubrir el relieve de algún fósil en las piedras labradas de las casas y las fuentes, lo que determina el pasado remoto de esta zona. Pero en estos valles lo que tiene peso es el turismo, por eso se promociona tanto el potencial natural que tiene Sena de Luna. Cuenta con paisajes tan curiosos como la Hoz del Pincuejo, un tajo entre montañas fruto de la erosión que la fuerza del arroyo Pincuejo ha realizado en la roca. Las rutas señalizadas en este municipio también conducen a lugares que vale la pena conocer, por su belleza o su relevancia tradicional o cultural. El itinerario llamado El Cordel de Merinas discurre por antiguos caminos de la trashumancia, y Las Brañas de Caldas es otro recorrido que permite conocer las cabañas y los pocos vestigios que quedan de la cultura de las brañas en estas montañas.

 Soto y Amío

En los límites del Valle de Luna con tierras de La Omaña, se encuentra el municipio de Soto y Amío. Los pueblos que lo componen son Garaño, Bobia, Quintanilla, Villayuste, Lago de Omaña, Villaceid, Santovenia de San Marcos, Camposalinas, Irián, Carrizal de Luna, Canales-La Magdalena y la población de Soto y Amío donde se encuentra el Ayuntamiento. Las montañas rodean este paisaje donde abundan los robles y destaca una pequeña vega a orillas del río Luna. Los caminos de toda la vida han sido recorridos desde hace siglos por la gente del lugar, y en concreto uno de ellos era utilizado por el correo y conducía a León. Este antiguo trayecto ha sido recuperado como una oferta de senderismo en el municipio, porque invita a estirar las piernas y cuenta con una zona de robles con mirador que permite divisar buenas panorámicas. El recorrido circular tiene unos tres kilómetros y medio de distancia, y se denomina Caminos a León.

 Los Barrios de Luna

A finales del verano este municipio vive cada año un día especial: la Fiesta del Pastor. Es un evento dedicado a exaltar la actividad económica más arraigada en estas montañas y en sus habitantes, que llevan impreso en los genes y en la memoria la tradición pastoril como forma de vida. Este encuentro se realiza en los jardines de El Colchón, un recinto situado a las afueras de Los Barrios de Luna que reúne todos los años a una gran cantidad de gente atraída por la animación. El motivo es el Concurso Monográfico de Mastín Español, una prueba a la que acuden ganaderos, pastores, criadores y propietarios de mastines procedentes de ésta y otras provincias -incluso algún extranjero-, con sus perros. Pero este can no es el único protagonista de esta celebración.
Cada año la Fiesta del Pastor nombra un Pastor Mayor de los Montes de Luna y dos Rabadanes, títulos que recaen en personajes reconocidos por su labor en defensa de la cultura pastoril de la zona.
Los visitantes que asistieron a la fiesta, que se celebró el 9 de septiembre, recordarán el éxito de esta edición, que destacó por la elevada participación y la calidad de los ejemplares de mastín. Como cada año, desde primera hora de la mañana ya está instalada la Exposición de Artesanía de la comarca, en el paseo que conduce a los jardines. Allí se pueden encontrar desde objetos hechos en madera, antigüedades, cacharros de barro y prendas de ropa, hasta madreñas y cestos de todas las medidas. En algún tenderete cuelgan ristras de ajos, en otro se venden unos quesos riquísimos. El olor del pulpo que prepara el pulpeiro se mezcla con el aroma de las calderetas de cordero cocinado en calderas sobre las ascuas. Poco a poco van llegando coches con remolques que portan animales. Hay que darse prisa porque a las diez y media se cierra la inscripción. La música de los Dulzaineros de León anuncia cada una de las competiciones y crea un ambiente popular. A la una hay Santa Misa en Los Barrios de Luna con presencia de las autoridades, y una actuación de bailes regionales a la salida de la ceremonia. Por la tarde se entregan los títulos, trofeos y premios, y es el alcalde quien abre el acto con un discurso. En 2007 se nombró a Don Cándido Alonso Hidalgo como Pastor Mayor de los Montes de Luna 2007 y los Rabadanes fueron Don Abel Fernández González, de Viadangos de Arbas y Don José García Gutiérrez, de Robledo de Caldas. El objetivo final de esta fiesta es dar a conocer y recuperar las tradiciones de la zona, así como mostrar la importancia del mastín leonés, el guardián de los rebaños por excelencia. Pero el perro que dirige al ganado y siempre acompaña al pastor es el carea leonés, por eso y dada su labor indispensable, en la pasada edición se hizo un homenaje a esta raza autóctona.

 Rioseco de Tapia

Las ermitas y las pequeñas iglesias rurales son frecuentes en este municipio, sin embargo la construcción más destacada sigue siendo la torre de Tapia de la Ribera. Esta altiva fortaleza que todavía mantiene en pie uno de sus muros, fue levantada a finales del siglo XIV con el fin de controlar el valle del Órbigo y las tierras linderas. La tradición popular a menudo sugiere que este tipo de torres las edificaron los moros. Pero ésta en concreto la hizo la familia Osorio para defenderse de sus enemigos y parientes, los señores de Luna. Junto a este monumento del pasado se puede ver en los pueblos la arquitectura típica de las viviendas.

 Carrocera

Desde uno de los extremos del Valle de Luna el cerro de los Amargones preside el territorio que ocupa el municipio de Carrocera. A primera vista se aprecia que las colladas suaves predominan en el entorno, también los riscos y las laderas escarpadas que descienden de las peñas calizas. Las guías turísticas promocionan esta zona de la montaña leonesa, así como los distintos recorridos que muestran paisajes interesantes del Valle de Luna. Los pueblos que agrupa este Ayuntamiento son Benllera, Camposagrado, Cuevas de Viñayo, Otero de las Dueñas, Barrio La Magdalena, Barrio General Yagüe, Piedrasecha, Santiago de las Villas, Viñayo y Carrocera, la localidad que encabeza este municipio.
Sus vecinos conocen mejor que nadie las leyendas y fabulaciones que rodean lugares tan enigmáticos como el desfiladero de los Calderones. Hay historias que se refieren a este estrecho pasadizo de altas paredes de roca situado en un extremo del valle de Santas Martas. Antiguamente era un lugar infranqueable para la gente, que lo relacionaba con el infierno y las enormes calderas de Pepe Botero. Lo cierto es que se trata de un enorme tajo de roca que la erosión del agua fue esculpiendo durante siglos y siglos. Bajo las piedras se oye el rumor del agua que baja con fuerza con el deshielo y su sonido tenía atemorizados a los que pasaban por allí. En los años 40 del siglo pasado el hombre quiso aprovecharlo como zona de tránsito y lo dinamitó para habilitarlo. Hoy en día el camino resulta cómodo y accesible a pie para el viajero que quiere aventurarse en la senda. Ir bien equipado y seguir las indicaciones es básico a la hora de adentrarse en Los Calderones. La ruta poco a poco asciende hasta el Collado del Fito y luego a las Vegas del Palomar, para volver de nuevo a pasar el desfiladero y llegar así a Piedrasecha. Al final del recorrido en la pared de roca hay una escalera que sube a la Cueva de las Palomas que servía de refugio a los pastores en los días de tormenta. En su oquedad y tras una verja de hierro se encuentra actualmente una imagen de la Virgen del Manadero, que cuenta con la admiración de los vecinos de estos pueblos quienes le dedican una romería cada verano.
El paisaje de Carrocera tiene un gran aliciente turístico, y sus pueblos cuentan que este municipio fue de dominios señoriales. En Benllera es evidente la presencia de algunas viviendas solariegas como la conocida "casa de la señorita". Este es un edificio del siglo XVI flanqueado por dos torres que porta en su fachada los escudos de armas de las familias Tusinos y Álvarez de Miranda. Además, el linaje de Tusinos que tuvo su origen en Benllera dicen que es el más antiguo de España.

La riqueza truchera del río Luna, los pueblos, el senderismo, los deportes acuáticos y la espeleología son los principales reclamos turísticos.  

 Santa María de Ordás

Las tradiciones y las leyendas acompañan la larga historia de la Tierra de Ordás, un territorio que ya aparece citado como tal en el año 875. Antaño el paisaje estaba dominado por los campos de cultivo y los montes se utilizaban para el pastoreo. Los árboles, y en concreto los robles, eran recursos preciados: alimento para el ganado y leña para vender. Algunos de estos ejemplares han pervivido al paso del tiempo como El Rebollón de Formigones, y otros incluso han cobijado bajo sus ramas antiguas celebraciones. Hay una mata de roble entre los pueblos de Callejo, Villapodambre y Formigones cercada por veinticinco mojones de piedra. En este lugar el día 22 de febrero se reúnen los representantes de las tres pedanías justo a las 14:40 horas, ante un reloj de sol. La sombra proyectada sobre una peña indica el principio del ritual "el remurio", que consiste en recorrer todos los mojones o murias para comprobar que todos están en su lugar. Esta es la tradición de San Pedro de Valdepadierna, que se termina con un festín de vino y sardinas. Es importante llegar puntual a la cita del remurio, porque el que se retrase paga la invitación. §

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   Lavadero en Sueros de Cepeda
Foto: Valvanera

 

Valle de La Cepeda


Serena quietud

La Cepeda está cuidada por los cuatro costados. Cobijada por las montañas de La Omaña al norte y por la cálida tierra maragata al sur, por la ribera del Órbigo al este y por la frondosidad del Bierzo al oeste. Los ríos que la cruzan forman embalses, cascadas y vegas que dan frescura a esta tierra legendaria.

 Villamejil

Los paisajes llenos de rincones pintorescos son uno de los principales recursos turísticos que tiene La Cepeda, con una naturaleza prácticamente intacta y muy bien conservada. Los campos que en esta época visten sus colores otoñales están bañados por un caudal de agua que refresca los cultivos y las riberas. Es el río Tuerto, llamado así por ser serpenteante y tortuoso, que después de beber de otros arroyos empieza a discurrir en el municipio de Villamejil. Cerca de la orilla se asientan los siete pueblos que reúne este Ayuntamiento, enlazados por la nueva carretera de Astorga a Pandorado. Las obras están bastante avanzadas y son la mejor noticia para una comarca que de esta forma mejora sus infraestructuras.

 

La nueva carretera de Astorga a Pandorado es la mejor noticia para una comarca que mejora sus infraestructuras.

Cada vez es más fácil y cómodo viajar a La Cepeda. El ambiente rural y los paseos tranquilos son una terapia para la gente que viene a pasar unos días. Los que se animen a caminar pueden realizar la ruta de La Laguna Gallega que parte del núcleo urbano de Villamejil para llegar a un oasis para los patos salvajes y los rebaños trashumantes. Pero el recorrido no se acaba aquí y como es circular incluye una parada en Sueros de Cepeda, la localidad más poblada del entorno. En sus alrededores han recuperado un lavadero antiguo, y si prestamos atención advertimos que la ruta se acerca a un antiguo pisón donde la fuerza de las aguas movían antaño un batán de lino. El camino de regreso discurre corriente abajo y finaliza en Villamejil, con un merecido descanso en el nuevo Parque de Valbuena.
Otras poblaciones del municipio también muestran su lado más atrayente al viajero. Ahí está Castrillos de Cepeda que todos los veranos celebra la "Fiesta del Turista". Fontoria, que significa fuentes de oro recibe agua de cinco fuentes nada menos. Sus mayores atractivos son la piscina fluvial y una iglesia con un original artesonado. En Revilla, la campana de la torre tiene la facultad mágica, según dicen, de ahuyentar las tormentas si se pone boca arriba. En Villamejil hay un camping junto al río, situado en un rincón arbolado con buenas instalaciones, bar-terraza y playa fluvial. Si pasas por allí acércate a la orilla. El sonido relajante del río en las tardes soleadas es un placer al que pocos pueden renunciar.

 Magaz de Cepeda

El río Porcos junto a otros pequeños arroyos baña las tierras de Magaz de Cepeda. La presencia de agua siempre ha sido importante para los habitantes de este municipio, que la utilizaron en molinos, fábricas de luz y necesitaron aprovecharla para el regadío. Por eso en los años 70 construyeron con sus propias manos el Pantano de La Raldona, que ahora se ha convertido en un lugar para el baño y la práctica de los deportes náuticos. Desde Benamarías se puede ir hasta allí por la ruta de El Celemín. Los caminos después se enlazan uno tras otro hasta llegar a Zacos, donde nació el reconocido poeta leonés Eugenio Nora. En esta localidad existen ruinas romanas, abundantes fuentes y templos religiosos bien restaurados: la ermita dedicada al Bendito Cristo y la iglesia de Zacos, una de las más interesantes de La Cepeda, que conserva un retablo barroco y una Virgen románica del siglo XII. Al final de la ruta, cerca de Benamarías, se encuentra la población Vega de Magaz. En sus inmediaciones, en el paraje de "La Iglesia Caída" se sabe de la existencia de un castro documentado. La llegada del tren a este pueblo le trajo crecimiento y desarrollo en los años de la posguerra. Fueron tiempos de esplendor, de actividad comercial e industrial que tuvieron su efecto en los almacenes de patatas y en una fábrica de harinas que aún funciona. Muy cerca está la capital del municipio, Magaz de Cepeda, donde la historia habla de castros y las leyendas dicen que hay un tesoro de oro escondido y un rey dispuesto a castigar a quien intente descubrirlo. Le sigue por la carretera la pequeña población de Vanidodes, donde se pueden realizar paseos junto al arroyo Rodrigatos o caminar por un robledal hasta el pantano de La Raldona. Por otra vía secundaria, tan sólo unos kilómetros distan de Vega de Magaz hasta Porqueros, que cuenta con un castro y una palloza restaurada que evoca la vida de los antepasados. La iglesia guarda varias muestras de arte y una bella custodia donada por el Conde de Catres. Este pueblo nos deja de nuevo a la vera del río Porcos, testigo inmutable de esta tierra y sus gentes que apuestan por la belleza y promoción turística de este municipio. §

 Quintana del Castillo

Paseos inolvidables

El municipio es rico en historia, ya que por aquí pasaron pobladores de castros, romanos que llevaron a cabo explotaciones auríferas, nobles que construyeron castillos, peregrinos que tomaban aquí una ruta alternativa al Camino de Santiago, e incluso siguen llegando pastores conduciendo sus rebaños trashumantes. De todos ellos quedan huellas que podemos seguir a través del rastro de sus obras.

£Tras las huellas de antiguos pobladores. Estamos en Castro de Cepeda. Se deduce que su nombre procede de la existencia de estas antiquísimas construcciones, pero estos pobladores castreños también dejaron sus huellas en Ferreras de Cepeda. No fueron los únicos que se dejaron seducir por esta zona, que entonces se caracterizaba por sus amplios bosques de robles. Hasta aquí llegaron los romanos, llevando la bandera del Imperio para explotar el oro que había en Escuredo y La Veguellina. Todavía queda su recuerdo a través de los canales y los caminos romanos.
£Pobladores ilustres. En el siglo XII, la comarca de La Cepeda se convierte en Señorío. Los historiadores aseguran que fue entonces cuando se levantó la fortaleza que da nombre a Quintana del Castillo. La zona era un lugar muy apreciado, así que en las mismas fechas comenzaron las obras del castillo de La Veguellina. Posteriormente, este pueblo sería elegido por los Marqueses de Astorga para levantar uno de sus palacios, del que sólo quedan ruinas. En nuestro ilustre viaje aún debemos detenernos en Ábano para admirar su casa señorial y su enigmático escudo. Por su parte, Palaciosmil parece querernos indicar la existencia de estas construcciones, aunque los historiadores aseguran que el nombre proviene de ‘Palacio de Osmiro u Omir’, personaje desconocido.
£Tradición y cultura. En una comarca de importantes raíces como es La Cepeda, quedan muchas tradiciones que se pierden en el origen de los tiempos. En Morriondo, por ejemplo, todavía se celebra una Novena dedicada al Bendito Cristo, al que se le atribuyen propiedades milagrosas. Villarmeriel es un pueblo histórico con Ordenanzas desde 1602, lo cual da idea de su historia, y Donillas guarda con celo su imagen de la Virgen del Socorro. Pero si hay una tradición que sigue viva hoy es la trashumancia. Todavía pasan miles de ovejas por Riofrío, Ferreras y Escuredo recorriendo la cañada de La Vizana.
£Camino alternativo. Por la comarca pasaba anteriormente una ruta alternativa al Camino de Santiago, que ha dejado restos jacobeos en casi todos los pueblos. Desde cruceros, a santos y romerías. Atendían a los peregrinos la Cofradía de Santa María Magdalena de Cerezal y los Hospitalarios, que tenían un monasterio en el Cueto de San Bartolo y asentamientos en San Feliz de las Lavanderas y La Veguellina de Cepeda.
£Paseos de agua. El municipio está surcado por los ríos Valeo, Barbadiel y Gándara, pero la mayor extensión de agua es el pantano que toma el nombre del cercano pueblo de Villameca. El lugar es punto de encuentro para actividades acuáticas durante el verano, el sitio donde se celebra la Fiesta Comarcal de La Cepeda cada 25 de julio y da lugar a una ruta de senderismo.
£Cabecera municipal. Gran parte de la actividad de la zona se concentra en Quintana del Castillo. Aquí, las zonas emblemáticas, se entremezclan con las más modernas, como el telecentro y el futuro edificio de usos múltiples. §

 Villagatón-Brañuelas

En el límite nororiental de La Cepeda se encuentra Villagatón-Brañuelas, donde la naturaleza y el paisaje son algunos de los principales recursos turísticos. Las aguas de los arroyos riegan los campos y van a parar muy lejos hasta desembocar en el río Tuerto. En este municipio las corrientes fluviales tienen un protagonismo destacado, bajan por sonoras cascadas, tienen propiedades medicinales y encuentran descanso en el Embalse de Villagatón. Gente de toda la provincia acudía antiguamente a Valbuena de la Encomienda a "tomar las aguas" de sus manantiales. También hay quien asegura que el Conde Gatón -fundador de Villagatón- tenía una braña en el barrio de Mediavilla de Brañuelas. Hasta allí subía su ganado para alimentarlo de los pastos regados por abundante agua ferruginosa de la zona.
Pero los tiempos han cambiado y hoy la presencia de agua constituye un atractivo para el paisaje y las visitas turísticas. Hay una sorpresa escondida para el caminante que se aventura en Los Cañones del Górgora , una ruta que tiene su inicio en el pueblo de Montealegre. La senda completa recorre cuatro kilómetros y transcurre un trecho bajo castaños, que en esta época del año empiezan a dar sus apetecibles frutos. Poco a poco se estrecha y va al encuentro del arroyo Mostruelo donde el sonido que hace el agua al brotar hizo que la gente le cambiara el nombre por el arroyo del Górgora. Su cauce circula encañonado y desciende en pequeños saltos y cascadas rodeado por una vegetación abundante. El paisaje está repleto de lugares para conocer en este municipio, donde los pueblos poseen su riqueza histórica. Por Manzanal, La Silva y Montealegre pasaba una vía romana principal. Hoy en día el Puerto del Manzanal es un lugar de paso muy transitado hacia El Bierzo y Galicia, además por la localidad de Manzanal pasa una ruta jacobea alternativa al Camino de Santiago. En Requejo existió la ermita de San José labrada en piedra, y en el valle del arroyo La Silva se creó una casa de hospitalarios en el siglo XII, en el antiguo Monasterio de San Martín de Montes. Otros templos sí se han conservado con el paso de los años, como la iglesia de Santa Marina en Los Barrios de Nistoso y la iglesia de Villagatón con su interior restaurado.
Las obras han ayudado a mejorar poco a poco los servicios de un municipio que tiene planes de futuro. De momento está en construcción la carretera de Brañuelas a Quintana del Castillo con fondos Miner. La nueva vía será una circunvalación que salvará los pueblos, y como complemento se asfaltará un camino, de Ucedo a Porqueros, el próximo año. Otra iniciativa ambiciosa para Villagatón-Brañuelas es la creación de un circuito que abarcará hasta Torre del Bierzo, con pistas para 4x4, trial, motocross, quad’s y una T para pruebas de camiones. Se llamará Mundo Motor y tendrá además un circuito de velocidad, lo que significará un incentivo para el turismo en la zona y para el sector hostelero. §

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Última revisión: abril 07, 2011. 
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