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OCTUBRE 2007

Ventana Nacional
DERECHO A TECHO

Derecho a techo

 

No se están tocando las causas del problema, ni se están respondiendo las preguntas, bien sencillas, que nos hacemos los ciudadanos. Esta es la primera y fundamental: ¿Por qué la vivienda es tan exageradamente cara?

Es el grito de guerra de los jóvenes -y ya no tan jóvenes- españoles. El Gobierno ha presentado su estrategia para echar una mano al amplísimo sector de población que tiene serios problemas para acceder a su primera vivienda. Tratarán de evitar que los llamados jóvenes vean crecer sus primeras canas viviendo todavía en el domicilio familiar. Era una de las promesas electorales, y Zapatero se da prisa para llegar a la próxima cita con las urnas con los deberes hechos y los compromisos cumplidos. Se nota últimamente la urgencia por dejar sobre la mesa un ramillete de ayudas sociales. Así, la ministra Chacón anunció ayudas directas al alquiler, así como desgravaciones fiscales para aquellos que se emancipen, y otras medidas que, según se anuncia, son la avanzadilla de más que vendrán y con las que se pretende que la vivienda deje de ser para los españoles el segundo problema más grave del país, por detrás del terrorismo y muy lejos del tercer puesto: el desempleo. No se dijo que son medidas parecidas a otras ya en vigor, porque para qué empañar un anuncio de tal calibre. Hay que destacar que se ha puesto especial énfasis en recalcar que las cuentas están bien hechas, que Solbes y Chacón están de acuerdo, y que luego no va a aparecer en los medios el ministro de los euros, en el papel de abuelete tacaño, a decir que el Gobierno gasta más de lo que puede y de lo que debe. Para la oposición, electoralismo puro. Qué otra cosa iban a decir. Si sí, porque sí; si no, porque no. La misma historia de siempre.
En fin, los ciudadanos que mes a mes se rascan los bolsillos seguro que aplauden las ayudas, en la medida en que facilitarán un poco la vida cotidiana, que es de lo que se trata. Pero no hay que despistarse. Sólo con ayudas gubernamentales no se puede hacer más que tratar de paliar las consecuencias de una situación completamente anómala. Una política basada en la ayuda no soluciona la situación, y puede ser una sangría que acabe causando más mal que bien a medio plazo. Es cierto que un gobierno con el norte claro, debe en último término garantizar los derechos constitucionales. Y la vivienda, por mucho que anteriores ejecutivos hayan obviado este punto, es un derecho de todos los españoles recogido en la Constitución. Valen las ayudas para tratar de normalizar un poco la situación, pero no se puede poner un parche indefinidamente. No se están tocando las causas del problema, ni se están respondiendo las preguntas, bien sencillas, que nos hacemos los ciudadanos. Esta es la primera y fundamental: ¿Por qué la vivienda es tan exageradamente cara? Incomprensible que un gobierno no regule lo que constituye un derecho fundamental, como lo es la sanidad o la educación. Y a partir de ahí, el resto: ¿Cómo es posible que se consintiese un encarecimiento que en la legislatura anterior alcanzó el ritmo récord del 20,6% al año? ¿Por qué el suelo sigue siendo el principal motivo de especulación en España, sin que se tomen medidas que protejan de alguna manera los intereses públicos por delante de los privados? ¿Por qué pagamos todos las consecuencias de una liberalización salvaje, que afecta a un tema fundamental para la estructura social? Ahora se estudian medidas para ayudar a aquellos que no puedan con las hipotecas ¿es que no se veía venir el desastre de la constante subida de los tipos de interés? ¿Es que no hay en España hipotecas de alto riesgo? Es más, viendo el ritmo de las subidas ¿hay alguna hipoteca que no sea de alto riesgo? Vale que el sistema de créditos español tienen un filtro más estrecho que el americano para no pillarse los dedos, pero ¿no hay igualmente un número de familias sobreendeudadas, estranguladas por hipotecas impagables, que no paran de crecer? ¿Para cuándo un susto similar al que hizo temblar el sistema financiero de Estados Unidos y todos los demás como consecuencia a finales de este verano? No, aquí no puede pasar algo así, dicen los expertos, el sistema es diferente, pero qué más nos da, si estamos esperando ya el anunciado y temido "pinchazo" de la burbuja inmobiliaria.
El tema de la vivienda es complejo y no se solucionará sólo con medidas sociales de última hora, por muy bienvenidas que sean. Se solucionará cuando el Estado asuma en este terreno, como en otros, el papel de garante de la Constitución, por encima de los intereses particulares de constructores, promotores, propietarios de viviendas vacías, especuladores varios y fauna similar. Mientras tanto, lo que hay son parches. / C.F.

   

   
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