La obra de Doris Lessing
se basa en la vida cotidiana e interior de las mujeres (incluso
intelectuales); desarrollando, consciente o inconscientemente, un feminismo
que ha servido a muchas de las defensoras de los derechos de las mujeres en
el mundo. |
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NOVIEMBRE 2007
MUJERES Y LITERATURA
POR ISABEL MENENDEZ
Me
entero que Doris Lessing ha sido galardonada con el Premio Nobel de
Literatura en casa de otra escritora, Elena Poniatowska. La periodista y
escritora mexicana me había citado en su casa, junto a otras dos
compañeras, para hacerle una entrevista.
Poniatowska vive en una hermosa vivienda, rodeada de vegetación, que
constituye un auténtico oasis de tranquilidad en la enorme y casi
siempre estresante ciudad de México D.F., esa urbe habitada por una
población cuantitativamente similar a la que compone todo el Estado
español. Sentadas en el salón, todo blanco y repleto de libros, con unas
altas paredes de cristal mirando al jardín, escuchamos cómo la escritora
hablaba por teléfono, desde su despacho del piso superior. Amable,
atendía llamadas de medios de comunicación que le solicitaban su opinión
sobre el premio recién otorgado que, hasta ese momento, nosotras
desconocíamos.
Doris Lessing ha recibido este premio, según la academia, por su
"capacidad para transmitir la épica de la experiencia femenina y narrar
la división de la civilización con escepticismo, pasión y fuerza
visionaria". En efecto, Lessing fue un icono del feminismo,
especialmente tras la publicación de uno de sus libros más famosos, "El
cuaderno dorado", en los años sesenta del siglo XX. Se trata de la obra
más larga y ambiciosa de la autora; para las voces expertas, una obra
maestra del retrato de costumbres, aspiraciones y problemas propios de
una época.
"El cuaderno dorado" cuenta la historia de Anna Wolf, una escritora que
vive con su hija y que intenta superar un bloqueo creativo tras el gran
éxito que ha obtenido con una novela autobiográfica. Así, decide
escribir cuatro cuadernos, uno para cada ámbito de su vida, desde los
que analiza sus experiencias. Los cuatro cuadernos (negro para su faceta
de escritora, amarillo para su vida, rojo para la política y azul para
llevar un diario) se fundirán en uno solo, reconciliándose con sus
propias desilusiones y traumas.
Vargas Llosa, un eterno finalista al Nobel, y que prologó una edición
del texto en los años ochenta, ha manifestado que, a pesar de las
opiniones feministas sobre el libro, se trata de una novela sobre las
ilusiones perdidas de una clase intelectual, asegurando que el texto no
tenía héroes ni heroínas pero que era la novela más comprometida de la
literatura inglesa contemporánea. Por ello, no entendía la razón de que
se hubiera convertido en una "biblia" del feminismo. Lo cierto es que,
más que le pese a Vargas Llosa e incluso a la propia Lessing, su obra se
basa en la vida cotidiana e interior de las mujeres (incluso
intelectuales); desarrollando, consciente o inconscientemente, un
feminismo que ha servido a muchas de las defensoras de los derechos de
las mujeres en el mundo.
Por la misma razón, no ha estado exento de críticas este premio. Tal y
como recogía "El periódico de Catalunya", dos vacas sagradas de la
crítica, el alemán Marcel Reich-Ranicki y el norteamericano Harold Bloom,
han calificado de "lamentable" y de "corrección política" la concesión
del Nobel a Lessing. Un premio que hace el número once de los concedidos
a mujeres, frente a los 104 que se han ofrecido a varones.
A través del teléfono, Poniatowska defendió los méritos de Lessing para
ser acreedora de este premio, méritos que también la adornan a ella, una
"pinche periodista" como le gusta definirse, que ha sido capaz de
escribir maravillosas obras comprometidas con la clase social y con el
género. Contra mi costumbre, que no suelo pedir dedicatorias, le
solicité a esa mujer culta y lúcida a pesar de los años, que me firmara
uno de sus libros, "Tinísima", biografía novelada de la fotógrafa Tina
Modotti, uno de mis personajes favoritos. Lo hizo con un bello párrafo,
adornando las palabras escritas con flores. Sensibilidad, inteligencia y
"sororidad", tal es lo que nos enseñan las mujeres que hacen literatura.
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